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Hope & Spirit por N3K0-Ch4N

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Notas del fanfic:

Nota: ¡Hola, Animalitos de Dross!... debería dejar de saludar así -_-

Como sea, luego de escribir la saga "Secret & Forbbiden Love" y comenzar a trabajar en su secuela "Dragon Ball NG: La venganza de Cell", decidí empezar a trabajar con un nuevo mini fanfic de la saga "Dragon Ball" obviamente siendo un universo alterno al OVA canónico de Toei Animation "The History of Trunks", algunas escenas se basarán en el doujinshi "Gohan x Trunks AFTER" de Young Jijii y está inspirado en el summary del fanfic "Petalos de Vida" escrito por la ficker Mica Natsuki que por lo que entiendo, el summary del fanfic es así:

"La historia del futuro cambia; Mirai Trunks no vive junto a su madre, sino junto a su padre, el último guerrero de pie. Enfrentan juntos un tiempo de completa oscuridad, malaria, frialdad y muerte infinitamente. No saben cómo salvar su mundo, hasta que Vegeta se atreve a conocer sobre las ciencias y mecánicas que Bulma dejó en sus diarios. La aventura comienza para los dos."

Después de leer ese summary pensé "¿Y si en su línea de tiempo, Mirai Trunks hubiera quedado huérfano siendo bebé y Gohan tuviera que cuidarlo?" y ahí fue cuando surgieron las ideas para este mini fanfic. Fueron como... ideas fugaces, así que no estoy muy segura de que fue lo que quise escribir pero, espero que este mini fanfic valga la pena.

En fin, la saga de mangas "Dragon Ball" no me pertenece sino a Toriyama-san y Toyotaro. Sus películas, OVAS y adaptaciones anime son propiedad de Toei Animation pero este mini fanfic es de MI propiedad.

El pequeño Gohan corría lo más veloz que podía en el bosque para poder volver a su casa, no hace mucho se encontraba entrenando en lo más profundo del bosque cuando sintió que el ki de su padre se debilitaba cada vez más y más, se preocupo, pues sabía que él estaba gravemente enfermo por un virus del corazón que había contraído en su viaje por el espacio. El virus era de dudosa procedencia y lamentablemente, aún no había cura para ello, el semi-saiyajin llegó a un estanque y salto haciendo un ligero sonido al apoyar sus pies en el agua, cuando terminó de cruzar, siguió corriendo hacia su casa.

Mientras tanto, afuera de la casa Son, todos los guerreros Z se encontraban allí, Vegeta se mantenía alejado como siempre, sentado en una roca en el lago frente a la casa en la montaña Paoz, ninguno de ellos hablaba, todos guardaban un profundo silencio, lo único que se podía oír en aquella atmósfera silenciosa eran los llantos de Trunks, quien era consolado por su madre, Bulma, ésta mantenía una expresión seria, ya tenía previsto que algo así podía llegar a suceder pero no con su mejor amigo, no con él.

Finalmente, Gohan llegó a su casa llamando la atención de todos los presentes, quienes no dudaron en darle paso para que pudiera entrar, apenas lo hizo se dirigió a la habitación de sus padres pero para cuando abrió la puerta y entró en ella, el ki de su padre había desaparecido por completo. Chi-chi desvió la mirada al encontrarse con su hijo parado en la puerta de su habitación, se levantó y se acercó a él con la tristeza reflejada en los ojos.

-Llegas tarde, Gohan-pronunció la mujer de cabellos oscuros con la voz quebrada mientras sus manos se aferraban fuertemente a un pañuelo de tela-G-Gokū… tu padre, está muerto, lo siento mucho-

El pequeño semi-saiyajin vio con temor como su padre descansaba en aquella cama con los ojos cerrados, como si estuviera durmiendo, aunque todos sabían perfectamente que no era así. Avanzó lentamente con pasos temblorosos mientras sentía las lágrimas acumularse en sus ojos, no era cierto, lo que su madre le estaba diciendo no era cierto, su padre… él… no podía estar muerto, lo conocía bien, era uno de los guerreros más fuertes del universo, y como dijo Vegeta, no podía morir por algo tan simple como una enfermedad del corazón.

-¿Q-Qué?-pronunció Gohan al acercarse a la cama donde descansaba su padre-¿papá… e-está muerto?-le era difícil creer que eso en verdad había pasado, se arrodillo frente a la cama y aferró sus manos a la sabana que cubría al saiyajin de cabellos alborotados-no, no ¡no es verdad! ¡esto no es verdad! papá no pudo morir ¡no!-

-Cómo me gustaría decir que no es cierto, pero en verdad sucedió lo que más temíamos. Gokū está muerto-respondió Chi-chi quien estalló en llanto y abrazo a su padre buscando consuelo. Los guerreros Z, quienes se encontraban afuera de la casa, estaban sorprendidos ya que dejaron de sentir el ki de su amigo y ellos tampoco podían creer que el saiyajin de cabellos alborotados hubiera muerto, incluso Vegeta estaba sorprendido y furioso al mismo tiempo, ahora nunca podría terminar de saldar sus cuentas pendientes con su amigo y peor rival, el bebé Trunks lloraba desconsoladamente en brazos de su madre al sentir el dolor de todas las personas que se encontraban allí. Gohan también lloraba mientras se aferraba con fuerza a las sábanas de la cama y escondía su rostro en ellas, incluso el maestro Roshi que estaba allí acompañando a Chi-chi y a Ox Satan se quitó sus gafas de sol para secarse las lágrimas de sus ojos.

-Papá…-susurró Gohan mientras elevaba su vista y se secaba las lágrimas con el dorso de la mano-esto no se quedará así, te prometo que haré lo posible para proteger la tierra como lo hiciste tú, no pienso fallarte-


Seis meses después…

Seis meses pasaron desde la muerte de Gokū y después de ese trágico día, los guerreros Z no entrenaron durante ese período de tiempo pensando que nadie iba a atacar la tierra, pero estaban equivocados. Después de esa trágica muerte, los androides aparecieron comenzando a matar gente y a destruir ciudades solo por diversión. Al principio, fueron creados con el propósito de asesinar a Gokū porque él había atacado a la Patrulla Roja cuando apenas era un niño, pero ahora que el saiyajin de cabellos alborotados había muerto, no tenían ninguna razón para asesinarlo. Los guerreros Z hicieron todo lo posible por detenerlos, pero desafortunadamente, debido a la falta de entrenamiento, uno tras otro murieron en la batalla, incluso Vegeta transformado en súper saiyajin no pudo vencerlos y acabó siendo asesinado por el androide #17, lo que trajo dolor al corazón de Bulma, quien justo había creído que había logrado cambiar un poco al príncipe saiyajin. Los únicos guerreros que quedaban en pie para derrotar a los androides eran Gohan, Piccolo y Krillin pero éste último no pudo detener a los androides y no pasó mucho tiempo para que también se fuera con sus amigos al otro mundo, así que solo quedaban Piccolo y Gohan para proteger a la tierra. Aprendiz y sensei lucharon contra ellos con todo el poder que tenían, aún así, luchar contra los androides era en vano, cada vez que ellos le daban un golpe, los androides los esquivaban fácilmente y les devolvían los ataques hiriéndolos de gravedad, luego de un rato peleando contra esas máquinas infernales, ambos guerreros estaban gravemente heridos y aún así seguían de pie, mientras que #17 y #18 seguían intactos, no tenían daño o herida alguna, reuniendo fuerzas que quien sabe kamisama de donde las sacó, Gohan corrió dispuesto a atacar otra vez a los androides pero un brazo detuvo su camino.

-¿P-Piccolo-san?-dijo el semi-saiyajin con un ojo cerrado por el dolor que estaba sintiendo pero aún así era soportable.

-¡Vete de aquí, Gohan! ¡yo lucharé solo contra ellos!-respondió Piccolo.

-¡No! de ninguna manera pienso irme mientras dejo que esos monstruos te maten-exclamó Gohan molesto-estamos juntos en esto y vamos a derrotarlos-

-Gohan, no me hagas decirlo otra vez, vete de aquí antes de que sea tarde-exclamó el namek, pero Gohan no mientras contemplaba como su sensei era golpeado y atacado de diversas formas sin piedad por aquellos androides, el semi-saiyajin más joven solo se limitaba a observar como Piccolo estaba comenzando a agotarse y los androides seguían sin recibir daño alguno, finalmente, Gohan se cansó de quedarse solo observando sin hacer nada, cerró los puños con fuerza al grado de hacerlos sangrar y rápidamente se lanzó a atacar a los androides, ignorando la advertencia de su sensei de permanecer fuera de la batalla.

El semi-saiyajin se acercó volando hacia #18 pero apenas sintió la mirada de la chica rubia sobre él, Gohan saltó sobre ella, se posicionó detrás de su espalda y comenzó a arrojar ráfagas de ki y golpes sin control pero aún así, #18 no recibía ningún daño, la androide rodó los ojos señal de que se estaba aburriendo de los patéticos ataques que el niño le propinaba.

-¿Ya terminaste?-preguntó la chica rubia viendo a Gohan cabizbajo con las manos en las rodillas intentando recuperar la respiración y la energía-bien, si ya terminaste entonces lárgate-

Con solo una simple patada, #18 empujó a Gohan lejos de ella haciendo que se estrellara contra un edificio, el semi-saiyajin de cabellos oscuros intentó salir de allí pero al querer hacerlo, algunos escombros cayeron sobre él dejándolo inconsciente. Cuando despertó, Gohan removió los escombros lentamente de su cuerpo, a pasos lentos salió del edificio y comenzó a buscar a Piccolo pero no podía encontrarlo en ninguna parte, ni siquiera podía sentir su ki, las lágrimas se asomaron en sus ojos ante la sola idea de saber que su sensei había muerto, cerró los ojos y apretó los puños con fuerza por la ira que estaba sintiendo en ese momento, abrió los ojos respirando aceleradamente, caminó unos pasos y pudo ver que los androides habían destruido varios edificios hasta casi dejarlos en ruinas. Sin perder más tiempo, voló siguiendo el rastro de destrucción con intención de encontrar a los androides para vengarse de ellos pero solo encontraba más y más caos por donde quiera que veía y no sentía la energía de los androides, supuso que se habían ido a otra parte, eso no importaba ahora, se vengaría en otra ocasión. De repente, se detuvo al ver que el rastro de destrucción lo llevaba hacia un camino conocido… ¡la Corporación Capsula!

-Oh no, esto es malo… probablemente esos androides atacaron a Bulma o a Trunks-pensó Gohan, aumentó la velocidad de su vuelo y se dirigió a la Corporación Capsula. Aterrizó frente a la entrada principal del semi-destruido edificio, abrió la puerta y entró viendo que el lugar estaba repleto de escombros y las vigas de metal que sostenían el semi-circular techo de la enforme edificación cayeron contra el suelo rompiendo los cerámicos, avanzó por los pasillos buscando a Bulma, llamándola por su nombre e incluso intentó percibir su ki pero los escombros dificultaban su búsqueda y causaban una fluctuación en el ki, hasta que escuchó un grito provenir de una de las habitaciones de la Corporación Capsula.

-¡Ayúdenme! por favor… alguien ayúdeme-dijo Bulma débilmente, Gohan entró en el laboratorio y vio a la mejor amiga de su difunto padre atrapada en una pila de escombros que cayeron del techo del laboratorio-Gohan, oh, qué bueno que estás aquí… por favor, ayúdame-

-No te preocupes, Bulma-san. Ahí te ayudo-respondió Gohan, haciendo uso de su fuerza saiyajin comenzó a remover las vigas y las arrojó a unos centímetros lejos de él, sujetó a Bulma por debajo de los brazos y camino unos pasos hacia atrás logrando sacarla de los escombros, acomodó a la científica de cabellos celestes boca arriba para que pudiera descansar pero apenas lo hizo, pudo ver que ella estaba gravemente herida y tenía un golpe en la frente del cual salió algo de sangre que ensucio un poco su rostro, su ropa estaba rota y llena de polvo, tenía los ojos entrecerrados y respiraba entrecortadamente-no, ¡esto no está pasando! no puedes morir, Bulma-san-

-Gohan, descuida, estaré bien. no es nada grave-le dijo la científica de cabellos celestes tosiendo levemente-quien me preocupa más es Trunks-

-¿Trunks? ¿qué sucede con él? ¿dónde está?-preguntó Gohan preocupado por el pequeño bebé.

-Está descansando en su cuna en mi habitación-respondió Bulma-ve a buscarlo y llévatelo lejos de aquí, no quiero que los androides lo encuentren-

-No voy a irme, no sabiendo que estás herida, Bulma-san-respondió Gohan, no pensaba abandonar a la mejor amiga de su padre, aquella mujer a la que siempre admiro y apreció como si fuera una hermana para él.

-Por favor, Gohan. es mi última voluntad, quiero que busques a Trunks y lo lleves lo más lejos que puedas de aquí, escóndanse en las montañas o en algún lugar donde los androides no los encuentren-dijo Bulma quien tomó la pequeña mano del niño y la apretó entre la suya-él es mi única familia y no pienso perderlo-

-De acuerdo, iré a buscar a Trunks y luego volveré por ti-dijo Gohan, estaba por irse pero Bulma lo detuvo apretando su mano con las pocas fuerzas que le quedaban.

-No, cuando vayas por Trunks, ya no regreses por mí. solo vete...-dijo Bulma, Gohan la miró, no estaba dispuesto a dejar a la científica de cabellos celestes sola en su laboratorio-¡vete, Gohan! ¡tienes que hacerlo! tienes que irte de aquí pronto-

Gohan respiró profundamente sintiendo que las lágrimas volvían a salir de sus ojos, se tranquilizó, asintió, salió del laboratorio y fue corriendo hacia la habitación de Bulma, a medida que caminaba, el edificio comenzaba a llenarse más y más de humo, lo que lo hacía toser y le impedía ver el camino, se apoyó contra las paredes del pasillo, teniendo cuidado de no pisar los escombros y las vigas de metal que caían del techo hasta que escuchó un llanto provenir de la habitación de Bulma. Rápidamente, el semi-saiyajin de cabellos oscuros se acercó a la habitación de la científica de cabellos celestes, no podía abrir la puerta con el código de seguridad por lo que tuvo que emplear su fuerza para arrancarla y arrojarla lejos de allí, al entrar la habitación estaba en llamas las cuales rozaban la cuna donde descansaba el bebé Trunks. Esquivó las llamas y se acercó a la cuna donde pudo ver un pequeño bebé que lloraba acostado en la suave colchoneta de la cuna, Gohan miró hacia la entrada de la habitación para asegurarse de que los androides no hubieran entrado a la Corporación Capsula, como pudo cubrió al bebé con una manta de color amarillo claro, lo cargó en sus brazos y salió corriendo de la habitación directo a la salida mientras intentaba calmar a Trunks, quien no dejaba de llorar.

-Shhh… no llores, Trunks. por favor, no llores-susurró Gohan mientras mecía al bebé en sus brazos. Se detuvo bruscamente al ver dos sombras paradas frente a él… ¡maldición! eran los androides, los habían encontrado.


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