Temprano en la mañana, la comitiva de Niflheim se dirigía hacia la entrada principal de Palacio cuando los guardias de seguridad le impidieron el paso. El general los miro furioso y salto al instante;
-por los seis… ¡¿que demonios pasa y porque nos retienen?!- grito con enojo
-por orden del general Titus, ese chico queda detenido por daños a las instalaciones centrales de los Glaives- dijo un soldado que traia el uniforme de los Kingsglaive, era regordete y tenía el pelo trenzado
- ¡¿que?!- soltó el mayor y miro al joven quien sólo lo miró aterrado y trago con fuerza - ¿Que demonios hiciste? - el chico negó con la cabeza, le dolía hablar
-llévenselo- ordenó el soldado cuando otros dos le colocaron unas esposas al chico, poniendo sus brazos hacia atrás. Uno de los hombres comenzó a llevarlo cuando el general se colocó frente a él
-cómo su encargado tomaré la responsabilidad, - dijo con una enorme sonrisa -pero permítanme irme, tengo una nave que tomar
-lo siento, son órdenes y debemos llevarlo a sala de interrogatorio
-iré con usted- soltó el hombre caminando atrás de los demás con cara de pocos amigos.
Los soldados llevaban a Ignis por varios pasillos hasta que llegaron a un tipo de cuartos subterráneos. El soldado Kingsglaive señaló uno de los cuartos y ahí dos soldados metieron al castaño y soltando las esposas, le ataron las manos a unos grilletes que sobresalían de piso, dejando al chico de pie temblando peligrosamente.
Los soldados salieron y el Kingsglaive se quedó junto a Caligo, quien apretaba con fuerza la mandíbula y la mano dentro de su bolsillo.
Esperaron un momento, hasta que un hombre de cabello muy cortó y cara de pocos amigos entro en la sala de interrogatorio. Ignis al verlo intensificó su temblor, casi que descomponiéndose en el proceso;
-yo… - comenzó a decir con temor -yo no hice nada, lo juro... Y-yo no entiendo
-silencio. - exclamó el hombre con seriedad -Sabes porque estás aquí, aunque lo niegues. - el hombre se acercó al chico y le hablo a su oído -Por tu seguridad, hazte el inconsiente
- ¿ah?
-me levantaré, te diré algo y necesito que te desmayes ¿entiendes chico? No lo repetiré
-no entiendo- dijo Ignis en voz baja
- ¡hazlo! - ordenó el hombre mirando al otro. Luego se alejó y comenzó a caminar frente a él -Los daños que provocaste, ¿crees que fue un juego de niños? Entrar a una instalacion de soldados Glaive…
-yo... Yo no...
- … robar y dañar la infraestructura. Te quedaras encerrado un buen rato chico…
-no- dijo el otro con temor empezando a ver borroso
- … eso sí no te dan muerte- terminó el hombre en el momento en que Ignis cayó inconsciente con un ruido sordo.
Afuera, Caligo veía todo muy callado, hasta que el hombre que había estado con Ignis hacia un momento salió a enfrentarlo;
-el chico queda bajo la custodia de los Glaives- dijo con fuerza
-señor Marshal, - comenzó a decir Caligo -el problema es que el chico pertenece... Quiero decir, el chico está bajo el cuidado del señor Canciller de Niflheim, no es como que pueda dejárselo a usted aquí
-pues que venga el Canciller a pagar su deuda a ver si se le perdona semejante falta de respeto hacia Lucis.
Caligo trago en seco y miro fijamente al Marshall;
"¡Mierda!" pensó para si "Pues tendrá que morir antes de que sepan todo lo que el chico sabelotodo sabe de nosotros" y aún con la mano apretada sobre el control, le dio vuelta a la perilla, esperando matar al chico que están inconsciente dentro de de habitación. Caligo sonrió,
-está bien. El chico es todo suyo. - dijo alejándose hacia la puerta -Nos veremos en unos meses para la audiencia- y salió del lugar custodiado por tres soldados.
Cor espero un momento, hasta que entró deprisa a la habitación seguido del soldado que aprendio a Ignis;
-chico, levántate- exclamó cuando el soldado le dio leves empujoncitos
-se desmayo de verdad señor- dijo el Glaive
-sácalo de aquí Libertus, llévalo a la cuartería de los Glaives, la que está aquí en Palacio y llama a su Alteza
-enseguida- contesto Libertus y llamo a los otros dos que estaban afuera quienes entraron con una camilla y sacaron al inconsciente castaño.
Los hombres comenzaron a ascender por sobre las gradas y cuando por fin cruzaron la puerta de atrás, Ignis dio un grito escalofriante cayendo de la camilla dando un golpe sordo en el piso y agarrándose el cuello con fuerza.
Los soldados se asustaron al verlo,
- ¡demonios! ¿que sucede? - dijo uno agachándose mientras el chico se revolcaba sin soltar su cuello
- ¿que tienes chico? - exclamó Libertus cuando Ignis con los ojos desorbitados y llenos de lágrimas se jaloneo la corbata y se abrió la camisa de un tirón dejando ver el collar que traía en el cuello
- ¡es un collar de electrochoque! - grito Libertus, de inmediato jaloneo al menor y sin ningún esfuerzo, lo tiró dentro del edificio de nuevo. Al momento de caer, el chico comenzó a vomitar mientras se rasguñaba el cuello intentando quitarse el collar
- ¿como no lo vimos? - exclamó uno que estaba cerca de la puerta -y ¿porque no había funcionado antes?
-dentro de esta instalación es circuito cerrado y nada electrónico funciona, ese hombre debio activarlo al máximo esperando a matarlo cuando saliéramos- exclamó Libertus agachandose junto al chico - ¿Estas bien niño?
-por favor… - contesto el castaño en voz baja -quítemelo
-en un momento. Vamos adentro y llamen a Crowe
-si- dijo el otro mientras llegaba otro soldado y le daba un poco de agua al castaño.
. . .
Esa misma tarde, mientras sucedía el interrogatorio, Clarus se encontraba en su oficina junto a Nyx Ulric, un soldado Kingsglaive.
El gran escudo sostenía unas hojas de papel en sus manos mientras se mantenía en silencio,
- ¿estas seguro de todo esto Ulric? - soltó de pronto
-sí señor, - contesto el soldado ensombrecido -el chico es Luciano
-si tu investigación es correcta y sé que lo es, ese chico es... Alguien que pensamos se había perdido hace tiempo
- ¿que procede?
-en este momento está en nuestra jurisdicción, pero pronto lo más seguro vendrán a reclamarlo
- ¿orden?
-lo mantendremos aquí mientras tanto. Iré a decirle al rey que es posible que haya encontrado el paradero de su antiguo consejero- concluyó el hombre y levantándose salió por la puerta junto al soldado.
Por otro lado, Noctis y Gladio corrían por los pasillos subterráneos buscando el lugar donde les había indicado el Marshall que tenían a su nuevo amigo;
- ¡Ya casi llegamos! - anuncio Gladio mientras bajaban unas escaleras. Noctis trastabillo y casi cayó cuando el escudo lo sostuvo de la camisa - ¿Estas bien?
-sí, la lesión - dijo casi sin aire
-ya estamos por llegar
-sigamos- ordenó el príncipe terminando de bajar las escaleras. Cuando estuvieron abajo, corrieron unos metros más hasta que vieron una puerta de color rojo, como les había indicado Cor anteriormente, - ¡Ahí! - grito Noctis cuando Gladio abrió la puerta de golpe dejando ver a Ignis sentado en una silla con una chica de cabello café enfrente de él, examinándole mientras que Libertus los veía sorprendido,
-su Alteza- soltó al verlos entrar. Noctis lo ignoro y empujando a un lado a la chica de cabello café, se lanzó sobre el castaño abrazándolo con fuerza, haciendo que el otro se sonrojara y sorprendiera
-su... Alteza- exclamó el chico con voz ronca mientras que el peligris apretaba más su abrazo
-no vuelvas a preocuparnos así Ignis, nunca- soltó el príncipe con molestia
- ¿Por qué?
-no hables más chico- espeto la mujer mientras que jalaba al príncipe a un lado
- ¿qué pasa? - pregunto Gladio acercándose y jalando a Noctis para que no estorbara
-tenia un collar de electrochoque. - comenzó a decir Libertus mientras que la mujer lo examinaba una vez más -En el interrogatorio se desmayó y cunado lo sacamos del edificio el collar se activó y por poco lo mata… y a nosotros del susto
- ¡¿que?! ¡¿Collar?!
- ¡maldito Caligo! - soltó Noctis furioso
- ¿dónde están esos hombres ahora?
-pues...- comenzó a decir Libertus cuando Crowe lo miro - ¿sí?
-necesito lo sostengan, se mueve mucho y debo usar magia- dijo la mujer
-bien Crowe- dijo acercándose. Ignis lo miro y se hizo hacia atrás instintivamente. Gladio vio la reacción del otro y colocándole una mano a Libertus en el hombro, él se acercó
-déjamelo a mi. - dijo en voz baja, se acercó lentamente hacia Ignis y se sentó a su lado -Necesito sostenerte, así que discúlpame- dijo abriendo sus piernas y levantando al otro con delicadeza, lo sentó entre sus piernas y lo aprisionó con sus enormes brazos. Ignis se quedó completamente quieto y sintiendo el calor de Gladio
- ¿Listos? - pregunto Crowe bajando la cabeza del castaño, quien cerró los ojos con fuerza. La mujer levantó su mano y sin más, utilizo un hechizo de hielo que impactó con el collar haciendo que este se rompiera y cayera del cuello del más joven. Ignis respiro aliviado y se toco su cuello, sintiendo sus cortes y lo lastimado que estaba -Te pondré una poción para sanar esos rasguños que te hiciste y las heridas que tienes. - la mujer saco una botellita de color azul y la quebró sobró el joven, haciendo que este comenzará a sentir nada más que cansancio. Crowe sonrió y se acercó a la puerta -Me debes una, hermano
-lo se Crowe. ¿Comemos más tarde? - pregunto Libertus mostrando una gran sonrisa
-siempre- y la muerte salió por la puerta cuando Cor entro por ella.
Gladio libero al castaño, pero este siguió en la misma posición en la que se encontraba,
-me alegra que sigan aquí- dijo con voz cansada, pero algo alegré
-Cor el inmortal- soltó Ignis aún con voz ronca
-me impresiona saber que ya distingas quien soy y que mis hazañas hayan llegado tan lejos. - el chico asintió -Vengo a decir que nuestros queridos invitados ya han abandonado Insomnia. - el hombre no había terminado de decir eso cuando pudieron ver como el rostro de Ignis se contrajo en una mueca de dolor y este comenzó a llorar amargamente, volteándose hacia Gladio y abrazandolo con fuerza. Este reaccionó inmediatamente y le devolvió el abrazo, cubriendo todo el frágil cuerpo del chico con sus enormes brazos. Noctis suspiro aliviado mientras que Cor sonrió; -Ya puedes estar tranquilo chico. - dijo viendo el dolor que el chico estaba dejando salir -Solo no vuelvas a escapar por favor. - el chico negó con la cabeza -Bien, Libertus
- ¡sí! - soltó este
-acompaña a su Alteza y los chicos a la habitación del joven Scientia. Luego, lleva lo que te pedí a la oficina de Clarus
-sí señor
-nos vemos más tarde- concluyó Cor y salió por la puerta.
Los demás esperaron hasta que Ignis se calmara y fue cuando Gladio se dio cuenta que el chico había caído dormido. El pelicafe, levanto al castaño en sus brazos y se acercó a la puerta,
-vamos- exclamó cuando Noctis abrio y comenzo a caminar junto a él por los pasillos con Libertus detrás.
Los cuatro entraron a Palacio y caminaron hasta el elevador que los llevo al mismo piso en dónde estaba la habitación de Noctis. El príncipe paso frente a su habitación y abrió la de al lado, que era un poco más pequeña y consistía en una enorme cama de docel, un pequeño escritorio a un lado junto al gran ventanal, un baño y un armario con una mesita.
El escudo camino hasta la cama y depósito al otro ahí mientras que el soldado se despedía de ellos. Luego se sentó el borde mientras Noctis ocupaba la silla frente a él,
-por fin estara mejor- dijo quitándole el saco que tenía puesto el castaño y viendo cómo de él caían unos lentes rotos y un peluchito,
- ¿qué es? - pregunto Noctis agachándose junto al otro y tomando los lentes quebrados en sus manos mientras Gladio levantaba la otra cosa -Están rotas
-las llevaré al medico, quizá pueda hacer unas nuevas- contesto el escudo guardándose las gafas en el bolsillo de su chaqueta
-mejor llevemos a Ignis al médico, lo necesita ¿Y esto? - dijo tomando el pequeño muñeco en sus manos
-también cayó de su saco
-yo... - Noctis lo miro con detenimiento, ya que tenía la idea de conocer ese muñeco
- ¿Qué pasa?
-me parece conocido
-seguro tuviste alguno
-quizá. - el chico se estiró -Iré a hacer mi tarea antes de que Clarus explote- y rio
-yo tengo clase ¿Quién se quedará aquí?
-Cor dijo que vendría
-lo esperaré entonces- concluyó el mayor viendo como el otro salía por la puerta con rostro pensantivo.