-¿a qué hora dijiste que llegarían?-
-no deben tardar, han tomado por otra avenida-
Entrecerró ambos ojos, viendo la hora pasar por su reloj en la muñeca. El otro resoplo, algo cansado por las evidentes desesperaciones y aires de complejo que su compañero tenía cada minuto que pasaba en el día. Las doce, las y media, la una de la tarde con cuarto, aumentando constante la ansiedad que tenia el castaño por la visita.
No creía que fuera tan hostigador la llegada de su hija al complejo, aquí recibían algunos turistas, como el ridículo día de llevar a tu hijo al trabajo. ¿Qué agente no le llena de orgullo la expresión de su retoño al maravillarse por lo que hace? Aunque la excepción es la hija del presidente, era una mocosa malcriada sin remedio.
Scott seguía esperando en la entrada del complejo, balanceándose en su lugar, con la amenaza presente de su ex esposa, amenazándole que podría pasarle si la llegara a cagar. Happy ha sido muy amable en recogerla en limusina de la escuela, aunque no sabía si debía agradecer también a su jefe.
Para él, Tony era una persona de cuidado, no tenia nada en contra de él, pero desconfiaba, según lo que le ha dicho Hank, y lo ocurrido en Alemania. Claro que ahora estaban felizmente libres, y la calma de ver a sus familias al aire libre y no detrás de unos barrotes de la balsa.
Sam murmuro algo en voz baja, probablemente fastidiado que el hombre hormiga podía recoger a su hija solo, y no arrastrarlo a él...con 1 hora de anticipación.
Miro a Lang, que se moría de emoción, palpable en su sitio. Debía ser gratificante no perder la custodia de tu hija, no tener orden de restricción, y poder verla de jueves a domingos. Aun se le podía notar la marca del anillo de su ex esposa en la mejilla, luego que después de bajar del helicóptero en el complejo, fue recibido por ella con una bofetada que no hiciera mas estupideces.
Así como también tenía pensado recogerla en una hormiga gigante voladora de la primaria, quitándosela a bofetadas de Hank, por sugerir tal cosa.
-llegaron- aviso el piloto.
Scott le brillaron los ojos al ver la limusina desde lo lejos, entrando tras las puertas desplegables del estacionamiento. El motor se apagó, las ventanas subieron, y el chofer salió. Happy le dio un saludo en asentimiento, fue al final de aquel coche de lujo, abriendo la puerta suavemente. Unas botas impermeables amarillas bajaran del vehículo, con el tutu rosa de Ballet y una chaqueta jean encima.
-¡Cassie!- agacho en rodillas con brazos abiertos.
-¡Papá!- grito de emoción, corriendo a los brazos de progenitor, elevándola al aire y abrazándola.
Debía ser difícil estar lejos de su cachorro, aunque hacia las cosas algo fáciles que Ant-man fuera un Beta.
-¿Qué tal tu clase?- aprecio el tutu rosa decorado con brillantina, propio de su pequeña. Miro con adoración las hormigas pequeñas de escarcha en su chaqueta jean, decorada con mariposas y abejas.
-¡genial!, la señora Norris dijo que si hago bien mi salto, puedo ser la reina cisne-
Scott pensó que debería pasarse por la casa, debía tener una charla seria con su madre, porque hasta ahora y se entera que tendría una presentación de Ballet.
- ¿Por qué no vamos dentro y le enseñas el complejo? - sugirió Sam.
- ¡tu eres el hombre pájaro! - señalo con el dedo.
Un tic nervioso en el parpado apareció en el Wilson, ya molesto de los apodos en redes sociales.
Decir que faltaba un gorila mayordomo para hacerle el día a la niña era demasiado, de brincos allá, de subirse acá. Scott estaba acostumbrado a la hiperactividad de su hija, viendo curiosa toda la base. Pego el grito cuando la vio tratar de disparar una flecha en el campo de tiro. Era encantadora incluso para la fría María Hill.
Natasha se dejaba ahora hacer una trenza por Cassie, sentadas en el largo sofá del ala A, en los dormitorios principales de iniciativa vengadores. la niña encantada entrelazaba los cabellos rojos de la rusa, hablando ocurrencias de cabello, con los asentimientos de la alfa mirando los brillos de ojos del kit.
No era secreto para algunos su anhelo de tener a un hijo.
De hechos las risas inocentes parecían llenar por momentos los vacíos dormitorios del complejo.
Siendo claro, solo algunos pudieron regresar de su aislamiento en Wakanda. El capitán decidio mejor que aceleran su regreso a Clint y Scott, porque simplemente tenían familias al otro lado del mundo, esperando su llegada, sin saber que había pasado con ellos.
Wanda seguía perdida en algún lugar de escocia, rumores que tal vez visión este acompañándola. Sam recientemente volvió a los estados unidos, pero tenia planes de seguir volviendo a Wakanda, visitando a Steve que no se le veía bien.
-...y yo pensaba que tal vez podría ponerle cohetes a mi traje...oh, ¡hola a todos! - colgó el celular en señal de educación.
Voltearon a ver al adolescente, alegre saludando con la mano agitante, mirando de arriba a bajo la apariencia despreocupada del niño, gritando Nerd en todas partes, con la camiseta de Thomas Edison (moda que nunca han visto) estampada, además de una camisa leñadora roja mas jeans que se ciñen a sus delgadas piernas de color oscuro, dejaba mucho que desear las converse de Harry Potter.
Scott jura que casi quedaba ciego ante la radiación de Paz, ciencia y auras con mariposas y brillitos con su sola presencia, el chico parecía una ardilla con complejo de cachorrito.
Eso es colágeno viviente, decía Natasha cada vez que le veía, a la vez que se echaba una mirada en el espejo mas cercano de ver si tenía arruga alguna.
-¿Quién es el chico?- pregunto Scott curioso.
-m-me llamo Peter. Hola señora Romanoff - la voz se encogió a medida que sentía la presión social de los presentes en su persona.
-es el chico araña Lang- respondió la pelirroja, bufando, preguntándose si ya se le notaba lo vieja para ser llamada señora.
La O mayúscula en su boca le dio gracia al piloto, aun no creyéndose que un niño le haya amarrado las piernas, haciéndolo caer en la pista.
Cassie quedo encantada con el chico, jugando al monopolio en la mesa de cristal del café. El chico tenia personalidad simpática, casi parecía que no rompía un plato, con la incontinencia afectiva al 100, al expresar libremente sus emociones al ganar otra propiedad en el juego.
Scott entrecerró los ojos analizante, después de pasar más de dos horas jugando el bendito juego, su hija y el chico estaban muy cerca, demasiado contacto físico para su gusto. También tenía algo de manía por los que estaban del otro bando, entre ellos el niño.
Llámenlo paranoico, pero sus celos de padre están bien justificados, y no tiene que ser alfa para tenerlos.
-pss, Natasha- llamo en susurro a rusa, que miraba distraídamente unos informes.
-¿hmp?- le dio otros sorbo al capuchino, con probable vodka en el líquido caliente. Aun no podía concebir la idea que eso le gustara tomar.
No tenía comentario alguno de su cabello con diamantina colgado en una cola de caballo, ha aprendido que hay cosas que es mejor callar si no quería morir.
-Peter...¿Qué casta es?- miro de nuevo al joven. Casi se agarra el corazón de la boca, al ver como la levantaba en brazos, lazándola al aire a una gran altura por su fuerza sobrehumana, atrapándola a pocos metros del suelo, antes las risas escandalosas de su hija.
-no creo que sea un pedófilo, si eso es lo que piensas-
-¿pero es alfa o no?- ese contacto cercano con Cassie lo tenía incómodo.
-no, es omega- rodo los ojos cansada ante la paranoia del Lang.
Scott se permitió respirar tranquilo, sabiendo que esa casta siempre tendía a ser cariñosa y expresiva. Lo había traumado un poco al ver aquel documental de reproducción. Además, que las técnicas de los dominantes sabidas en la cárcel, de llevarse a dar una vuelta a sus preciados hijos, eran exagerada comprensión y amabilidad, de seguirles el juego.
Un día mas sin violadores, pensó...
-¿y el Cap?-
Natasha hizo una mueca, dándole otro sorbo a tu taza.
-aun no le dan un fallo, piensan que todo el revuelo fue a causa de Steve. Quieren a cambio de darle su integración al soldado del invierno. Y como sabrás, le falto un pelo en escupirles en la cara. -
-¿pero se lograra?-
-si, pero el proceso será lento. En tal caso, el presidente y todas sus ratas no pueden decidir por completo, la pelea fue en Alemania, esto concierne a la Corte de la ONU -
-¿y si no puede volver a New York?-
-siempre se puede conducir en auto hasta Canadá- encogió de hombros tomando otro sorbo a su tasa.
Lang escucho en inusual silencio en el ambiente. Volteo a ver la sala ahora vacía, con el juego sin terminar en la mesa. Sam se quedo dormido en el sofá, con billetes falsos en todo su rostro, faltándole poco de aspirar uno por la boca y ahogarse, y no tenia idea el moreno de cuanto deseaba eso.
-Sam- zarandeo.
El piloto murmuro una maldición, siguiendo en el sueño.
-¡Sam! ¡maldita sea, despierta! -
El militar murmuro fastidiado, abriendo un ojo hacia el ladrón.
-¿Qué mierdas quieres?- gruño con enfado.
-¿Dónde está Cassie?- pregunto impaciente..
- se fue con el niño al laboratorio, creo que Stark lo llamo...yo que se, es tu hija, déjame dormir-
Scott lo miro con molestia, dejándolo en paz. Busco en la pared alguna guía, porque el complejo era como un laberinto, y le daba miedo preguntarle a la espía, ahora que se afila las uñas con una navaja.
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-And the night is takin' over
And the moonlight gets exposure
And the players have been chosen
And it seems like fate has spoken –
Canto el joven al ritmo de la canción, con el dramatismo del video musical, y un cepillo en su mano haciendo de micrófono. Bailo al ritmo de la música, con pasos de Ballet y break Dance, mas que toda una mescolanza sin sentido, pero no le importo en lo mas mínimo, no tenia publico adolescente presente, la presión social, además claro de cumplir (en su opinión inútilmente) los estándares sociales que imponen la preparatoria eran nulos aquí. Que lo vieran con una peluca rubia en la cabeza y un cepillo en la mano, bailando peor que un ebrio, seria el final de su vida social en su ultimo año de preparatoria.
Cassie rio, dando vuelta elegante como toda bailarina, con la punta de su pie derecho, volando el tutu por el aire.
-When it seems your faith has broken
By the second, losin' focus
Ain't no way to get off, get off, get off, get off
Unless you
I bet you wonder how I go on –
Canto la pequeña a la par del arácnido, moviéndose con babas, que movía la mano mecánica sin sentido, como si fuera de verdad una persona sintiendo el ritmo.
Siempre se pregunto Peter si fue poseído por algún espectro de un niño, tenia demasiada personalidad para ser una máquina.
Alicia keys era su cantante favorita, siempre poniéndola con su madre cuando no tenia mucho que hacer. Que le guste el Ballet, no significa que no le interesaba otros tipos, entre ellos los raros movimientos de Peter.
-By the second, losin' focus
Ain't no way to get off, get off, get off, get off
Unless you
I bet you wonder how I go on-
Cantaron al coro de la cantante en el video que se proyectaba en la pared, con las luces alrededor de babas parpadeando como navidad.
Peter tampoco venía muy a menudo al complejo, solo a la torre Stark y su apartamento en Queens, aquí estaba lleno de gente por así decirlo, aburrida. Le da miedo la agente Hill, y el ojo de Fury jura que le falta un pelo para expulsar rayos láser.
Aunque sus días en la torre puedan terminar por un aparente remodela miento secreto que, hacia su mentor, se había ganado literalmente unas nalgas enfrente del arquitecto a cargo cuando intento espiar.
La música de detuvo abruptamente, desconcertando a ambos, los focos se encendieron, cegándoles la vista por un momento ante la intensidad lumínica, y babas quedo paralizado, como pillado en la escena del crimen por el policía, levantando la pinza en señal de rendición ante el oficial en turno.
-así que el gato se va, y los ratones hacen fiesta-
Peter miro el cepillo en su mano, avergonzado lo dejo en la mesa, quitándose la peluca rubia que le dio la pequeña omega, sacudiéndose pelusas imaginarias en su suéter.
Tony alzo una ceja viendo al brazo mecánico con mucha personalidad envuelto en luces de navidad. Su estudiante no tenía excusa, parecía una perturbadora imitación de Dolly Parton que fue golpeada por la navidad. Luego a la niña con tutu, bañada en brillos como pelota de árbol de noche buena. Había llamado a Peter, no sabia que se le sumaria una invitada muy particular.
Pero que peculiar, y también dolor de cabeza al ver los brillos regados en el suelo, le costara quitarlos porque se averió la aspiradora, que con la luz del laboratorio casi le dejan ciego con los destellos.
Le daría una zurra a Peter, recalcando que ese lugar no es un área infantil, luego su mirada chocolate paso a la niña pequeña que se escondía detrás de las piernas del adolescente, no tenía el corazón para regañarle, muy en el fondo, un pequeño ronroneo en su pecho.
- ¿y tú como te llamas? - se agacho de rodilla al suelo, quedando la altura de la niña, con un tono en su voz inusual, que hizo arquear la ceja al de Queens.
-Cassie-
Era una niña pequeña, con un rostro y aires de inocencia e infantilidad ante sus ojos. Ver aquellos ojos de curiosidad infinita de todo lo que le rodea le dio una ligera sensación en el cuerpo.
-¿te gustaría ver mis armaduras?- alzo las cejas picaron y cómplice.
Peter no se creyó antes sus ojos lo que pasaba, restregándoselos exagerado si era alguna señal maya del fin del mundo. Ante la emoción de la pequeña, la cargo en sus hombros hacia el hangar. A el con mucha maña y bufidos siquiera le deja tocar una, pegándole manotazos cuando se atrevía a tocar sus brazaletes.
Se negaría a pensar que podría tener celos de una niña, que ni siquiera le llegaba a la altura de su cintura.
Scott tan pronto vio a Ironman volar en círculos alrededor de toda la base, con su hija en brazos, sintió que pronto entraría en esa etapa de tomar su aspirina diaria para el corazón.
El hangar despejado se encontraba el dueño de aquella armadura del demonio, fumando un puro en sus labios, mirando a través de sus lentes rayban la armadura, vistiendo de una camisa Vinotinto y corbata negra, chaleco negro como la noche y pantalones formales que ni en sus dulces sueños podría comprar.
-espera...si tu estas aquí, ¿entonces quien conduce esa cosa? - pregunto alarmado hacia el magnate.
Tony lo observo, dándole una calada al tabaco, soltando el humo en o artística.
-¿y tú eres...?- lo miro de arriba a bajo.
-debe ser broma...Scott Lang, ¿Ant-man? ¿padre de la niña que esta volando con esa cosa? – señalo el cielo.
-relájate, la está pasando bien, mira cómo se ríe- señalo arriba, al cielo, observando con gran sonrisa a la niña, que gritaba de emoción al sentir la turbulencia y la velocidad que volaba. No fue lo mismo para Lang, al ver como Cassie se soltó, cayendo al aire libre, siendo recogida con una pirueta en el aire.
-¿Quién maneja esa cosa? ¿tu? – pregunto alarmado, con el corazón en la mano.
El alfa negó con la cabeza, soltando una carcajada al oír otra vez por parte del cachorro.
-Peter- encogió de hombros ante la mirada interrogativa del padre.
No era tan denso, enseguida percibió la pesadez del adolescente cuando salieron del laboratorio. Bueno, el estaba muy arreglado para una reunión en una hora, así que él no será el que vuele la Mark por ahora. Así que, recordando el brillo de los ojos del niño al entrar en su santuario, se dijo ¿Por qué no?
Natasha desde la ventana, miro interesada la conducta inusual de Tony-los-niños-son-un-fastidio-Stark, decidiendo si publicar en sus redes sociales la cara de Scott cuando su hija es recogida en el aire con otra pirueta.
-niño, ya bájale a tu azúcar, Lang esta que se caga aquí mismo, desciende ahora mismo-
Una queja se escucho al otro lado de la línea, deteniéndose la armadura, comenzando los propulsores a descender altura.
-¡otra vez, otra vez!- apenas llegaron al suelo, Cassie bajo, saltando con gran ánimo.
La armadura se abrió, saliendo Peter con un bufido, murmurando entre diente el escaso tiempo dentro de ella.
-¡señor Stark, otra vez! ¡diga que sí!, ¡¿por fis?!- rogo la niña al magnate, jalando la manga de su saco fino negro.
Tony lanzo una carcajada, mirando alternadamente al arácnido y la niña, comparando el gran parecido cuando le decían señor Stark, con la comisura de sus labios en una ligera sonrisa al ver la expresión de la niña. Scott bufo, susurrando que Ant-man era más genial que el hombre de hierro.
-en otra ocasión cachorrita, el cuento y a dormir-
-pero son las 5-
-me vale madres, no señorita, tal vez a la próxima- acaricia la cabellera trenzada de la niña, sonriendo conmovido ante los pucheros de la infanta.
Scott la cargo, mirándola triste que pronto su visita se terminaría, dentro de poco Happy la llevaría a casa. Suspiro, con un gesto le agradeció al Ironman, dando media vuelta hacia la salida.
Los ojos chocolates miraron a la niña, que desde el hombro de su padre despedía todos en el hangar.
El momento de la euforia y risas había pasado muy rápido, sustituido por una pena que no comprendido al acabar la visita de la pequeña Lang.
Lo tendremos Tony
-¿no puede prestármela un rato más?-
Su mirada se enfoco en el adolescente, que con ojos rogantes le pedían ceder, y por supuesto no quebraría, aunque se le fuera la vida en ello, ese niño era capaz de destruir el puente de san francisco accidentalmente si no estaba supervisando.
-no, ¿tuviste clase de gimnasia hoy? Hueles horrible, seguro que tu amiga la depresiva se reía mientras matabas a todos de asfixia, ve a bañarte y derechito con May, que el que recibe las cachetas por que llegas tarde soy yo-
Mientras veía las pataletas del adolescente, detrás de sus lentes su mirada se tiño en rojo por un parpadeo, aspirando el aroma fertil del omega arácnido, embrigandose, deleitándose ante los atributos físicos que poseía, viéndolo de pies a cabeza analizante y con deseo.
Y será nuestro.