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Amor Yaoi
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Destinados (one-shot) por VidelFujoshi

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Notas del fanfic:

¡¡Hola!!

Prometí este one-shot desde hace mucho pero por una cosa u otra no trabajaba en el (cof cof flojera xd)

Espero que te guste código del yaoi ^w^ la verdad no tenía idea de como empezar y esta idea la tenía en mente desde hace tiempo y pues se me ocurrió utilizarla en este one-shot :3

Los personajes son de Akira Toriyama c:

Notas del capitulo:

¡Espero que sea de su agrado!

Dicen que en el mundo hay amores destinados, que hay un omega para cada alfa, que incluso los beta pueden tener un alma gemela.

Y que cada media naranja tiene el por qué de ser la mitad de otra.

Se dice que la razón es muy simple, que esas almas gemelas han coincidido en otra vida pero que por alguna razón nunca pidieron enlazar sus almas, y que estas coincidirán hasta que su amor culmine.

A mi madre le encanta hablar del tema, ella dice que en su otra vida fue una gran guerra de otro planeta, que ahí fue donde por primera vez vio a mi padre, pero que su amor no pudo ser pues aquel planeta fue destruido y con ello, todos sus habitantes también.

Por más disparatada que suena la historia, la verdad es que hace poco encontraron polvo estelar, producto de la explosión de algún planeta… Los registros delatan que eso sucedió hace aproximadamente trescientos años, antes de que el ser humano evolucionará y la sociedad fuera dividida por omegas, alphas y betas.

Y no, no es mera coincidencia, mi madre nos ha contado esa historia desde que éramos pequeños y ese descubrimiento se dio hace unos pocos meses.

Por su parte mi padre apoya la historia de mamá, él  dice que trató incluso de proteger aquel planeta hasta el final… Y que yo había sido mandando a otro planeta para salvarme.

Resulta que ese supuesto planeta fue la Tierra y que por esa razón es que estamos todos aquí, tal vez somos descendientes de ese niño que fue mandado a este planeta o que simplemente somos la nueva vida de todos ellos, la “reencarnación”.

Por alguna razón se me hacen más creíbles las palabras de mi madre que las de mi padre pero al ser la misma historia no puedo decir mucho.

Así como mi familia tiene su historia, todas las personas y sus familias tienen la suya propia.

-Kakarotto, ¿te vas a ir o te vas a quedar? - tuerzo los ojos mientras sonrió, Rad es bastante molesto y más cuando sus clases empiezan antes que las mías, soy menor que el pero estoy más adelantado que el, a decir verdad, estoy a una semana de terminar mis estudios, como el perdió dos años invirtiendolos en lo que él llamaba el éxito.

El se fue de casa por dos años junto a los integrantes de su banda, Vegeta Saiyajin y Nappa Calvin, pero como fracasaron, no tuvieron más remedio que regresar.

Mis padres obligaron a Raditz a retomar la escuela y es obvio que él se negó a volver a la prisión, pero a mamá no hay quien le gane.

Y ahora él y su grupito de amigos cursan de nuevo en la universidad.

Napa y Rad  estudian  informática mientras  que Saiyajin estudia ciencias de la actividad física y el deporte, al igual que yo.

Y como es una carrera compleja, en muy poco tiempo podré trabajar en un centro de defensa personal.

-¡Imbécil! - me grita de nuevo y yo me encojo de hombros y sonrió avergonzado.

Desde que regresó, mis padres nos obligaron a vivir juntos en aquel depa, alegando que Raditz ya era suficientemente mayor como para seguir viviendo con ellos, viéndolo por el lado de que el es mayor que yo por años y que yo voy a cumplir 22, tiene sentido.

-muévete idiota.

 Raditz me empuja y sale de la casa y no me queda de otra que seguirlo.

En cinco minutos pasamos a recoger a Napa en el auto y como siempre, se sienta en el asiento del copiloto junto a Rad.

Otros cinco minutos más y estamos en la acera, fuera de la casa de Vegeta.

Como siempre, su ceño fruncido y su cabello en punta es lo que más destacan de él, aunque muchas veces también su aroma que suele ser dulzón.

Inhalo disimuladamente cuando él ya está a mi lado en los asientos traseros, no, hoy no desprende ese aroma.

Normalmente no hablamos del tema pero estoy casi seguro de que el es un omega. Mi hermano y Napa son orgullosamente betas, mientras que yo soy un alpha, quizás por eso ellos nunca notan el aroma de Vegeta y como me avergüenza hablar delante de Vegeta, yo nunca lo e mencionado.
 
No es que vegeta me intimide pero la verdad es que parece odiarme. Cuando yo estoy cerca nunca pronuncia ni una sola palabra, mientras que cuando está con Rad y Napa conversa de forma natural.
 
Honestamente me gustaría que fuera mi omega, aunque dado el hecho que acabo de mencionar, dudo que eso suceda…

Recuerdo que cuando lo conocí me le quede viendo por un buen tiempo, al igual que el conmigo, por extraño que parezca, en aquel momento jure y perjure que lo conocía de algún lado, su rostro, su apariencia, su ceño fruncido, su personalidad, ¡todo de él! Me recordaba a alguien.

Haberlo conocido me había causado una sensación de deja vu.

Y no solo eso, si no que en el primer instante que nuestras miradas se conectaron un gran calor se acumulo en mi pecho y la sensación de bienestar se acoplo en mi ser.

Tenemos mucho en común, aunque Vegeta parezca pequeño, con el es con quien compito en la materia, artes marciales es nuestra especialidad, juraría que es un don innato el que tenemos.

-Kakarotto, ¿piensas quedarte en el auto? – pregunta sarcásticamente Rad y me doy cuenta de que solo quedamos los dos en el auto.

Abro la puerta y salgo, que aburrido  va ser esperar un par de horas a que empiecen mis clases.

Raditz intercambia un par de palabras con sus amigos y después él y Napa se retiran dejándome como en varias ocasiones con Vegeta.

Un leve sonrojo se asoma en las mejillas de ambos y como siempre, en cuestión de minutos Vegeta se aleja de mí… se dirige a la cafetería.

Me quedo de pie, observándolo hasta que por fin reacciono y mi voz regresa, como si la cercanía con Vegeta me dejará sin habla.

Me lo pienso unos momentos antes de comenzar a caminar por la misma dirección que el tomo.

Y ahí está, sentado en una mesa en el centro de la cafetería, sin ninguna compañía y observando su celular; sin contarlo a él, el lugar se encuentra solo.

Tomó asiento a su lado y comienzo a analizar sus facciones, muchas veces me gustaría saber de dónde lo conocía pues tanta perfección no se puede olvidar con facilidad.

-¿Qué me miras insecto? ¿tengo monos en la cara o que? – pregunta molesto mientras el rubor en sus mejillas se extiende hasta sus pómulos.

-n-nada Vegeta.

Tantas cosas que quisiera preguntarle y solo soy capaz de decir aquello. Patético.

-entonces deja de mirarme – gruñe y siento un escalofrío recorrer mi espalda, sus palabra por más duras que sonaran nunca dejaban de cautivarme.

Avergonzado desvió la mirada y sonrio mientras me rasco la nuca nervioso, sintiendo la tensión crecer entre ambos.

-oye Vegeta,nunca te lo he preguntado, pero ¿de dónde vienes? – pregunto al fin,viendo como una venita se marcaba en su frente, ¿lo habre hecho enfadar?

-guárdate tus preguntas estúpidas para otra ocasión – responde fulminándome con la mirada y decido que es mejor quedarme callado, me da miedo cuando me contesta de esa manera, aunque pensándolo bien esa era la única manera en la que siempre me contestaba.

Me fui acercando a él sigilosamente hasta que sentí que nuestros muslos chocaron y una corriente eléctrica me recorrió completo.

Vegeta se estremeció, juraría que sintió lo mismo que yo.

Despegó la vista de su móvil y volteo a verme con furia reflejada en los ojos y el rostro completamente rojo.

Nuestros rostros estaban a centímetros de distancia, mi respiración se mezcló con la suya y sus labios se entreabrieron mientras mis ojos se posaban en ellos.

No podía pensar de forma clara,  mis pensamientos se nublaron y mi cabeza se inclinó lo suficiente como para que nuestros labios se unieran.

Mi corazón se detuvo, el tiempo se paró en seco, tan solo éramos él y yo en aquel mundo, y por primera vez en mi vida sentí que estaba con alguien que me comprendía, con alguien a quien no necesitaba conocer pues creía conocerlo de toda la vida,..que estaba  con alguien de mi misma “especie”.

Aquello era como un sueño, estábamos solo yo y vegeta en medio de una llanura, ambos en el aire como si voláramos pero muy ajeno a lo que en  verdad estaba sucediendo, ambos estábamos peleando, como si quisiéramos matarnos mutuamente y las ropas… no eran nada más ni nada menos que aquellas que solía dibujar de niño en mis trabajos escolares, un dogi naranja basado en las ropas de los monjes de China y una extraña armadura con hombreras y un mallón color azul rey, que cubría tanto piernas como brazos y guantes blancos .

Mis latidos se aceleraron y Vegeta fue el primero en romper la conexión que nuestro beso había creado, me aparto de un empujón.

-¡n-no vuelvas a hacer eso! - me gritó con voz temblorosa y ojos desorbitados y antes de que pudiera detenerlo, se levantó y se fue, completamente molesto y con los puños apretados.

Mis piernas entumecidas, mis pensamientos atropellados y mi corazón acelerado eran lo único que pude sentir después de aquello.

***

Por primera vez no me puedo concentrar en las prácticas del hoy.

Y parece que Vegeta tampoco. Está teniendo un combate cuerpo a cuerpo con Yamcha pero sus movimientos están muy descoordinados.

En ocasiones nuestras miradas se cruzan, no he podido olvidar cada detalle de lo sucedido en la mañana.

Vegeta me observa y por la forma en que se mueven sus labios podría asegurar de que me acaba de gruñir.

Apartó la mirada por unas milésimas y Vegeta está apoyado contra la pared, limpiando con su muñeca la sangre que sale de su labio partido.

Y esa distracción fue suficiente para que Krilin me mandara directo al suelo.

-¿estás bien Goku? - pregunta Krilin extendiendome la mano para ayudarme a levantar

-s-si, solo me distraje un poco - respondo sonriendo mientras acepto su ayuda, observando a Vegeta que parece querer asesinar a Yamcha por haberse atrevido a tocarlo.

-Yamcha, Krilin, felicidades por haber logrado golpearlos, Goku, Vegeta, presten más atención a su oponente - nos dijo el profesor de la práctica.

Esa fue la gota que derramó el vaso.

Vegeta tomó su toalla y limpio el sudor de su frente, y mirando con odio a todos, salió azotando la puerta tras él dejando a todos asombrados.

En todo el día ya no lo volví a ver.

Al terminar las clases llegué a mi casa, Raditz llegaría más tarde ya que tenía que dejar a sus amigos en su casa.

Estoy seguro de que si fuera por él, a estas alturas Napa y Vegeta vivirían con nosotros.

Vegeta es la persona más misteriosa, reservada y orgullosa que conozco.

Sus labios son tan suaves y su aliento cálido, la cercanía de su cuerpo solo me provoca querer estar a su lado todo el tiempo.

Y eso, esa inexplicable conexión que al unir nuestros labios a provocado me hace pensar que el es mi destino…

Quizás en alguna otra vida Vegeta me quiso matar o quizás fue solo un viejo sueño que alguna vez tuve y el roce con sus labios solo avivó el recuerdo.
 
Todavía no me consta nada, sinceramente no sé nada sobre Vegeta, no se si tiene familia, si tiene novia o novio… No tengo siquiera la certeza de que él haya visto lo mismo que yo vi.

Llaman a la puerta y me levanto del sofá donde en lugar de prender el televisor y ver cualquier cosa que me llamara la atención, me quedé sumido en mis pensamientos.

Seguramente a Raditz se le olvidaron las llaves.

Abro la puerta y tuerzo los ojos, me quito de la entrada y lo dejo que entre.

-Quítate Kakarotto, que vengo muerto.

Pasa y se sienta donde yo estaba sentado antes y sube sus pies al respaldo quedando boca arriba.

-baja tus patas.

-obligame.

Me siento en otro sillón a su costado, en completo silencio hasta que la curiosidad me ganó.

-Raditz, ¿de donde conoces Vegeta?

-que te importa.

-¡oye!

-¿para qué quieres saber?

Medito un momento mi respuesta pero la verdad es que no tengo ni idea de que decirle.

Rad arquea una ceja mirándome aún boca abajo esperando mi respuesta pero al ver mi silencio decide hablar.

Suspira y comienza a hablar.

El conoció a sus amigos en la escuela secundaria.

Y así es como me entero de que no siempre fue una persona reservada.

Siempre había sido orgulloso pero desde que sus padres fueron asesinados hace casi diez años dejó de ser el mismo.

El crimen sigue sin ser saldado y los responsables sin ser capturados

Que incluso a Rad y Napa les dejo de hablar por un tiempo y que solo les hablaba cuando era necesario.

-sigue siendo igual, solo que ya nos acostumbramos a ello y aprendimos a no cuestionarlo.

Me quedo en silencio procesando la información.

-¿ya me vas a decir por qué tanto interés en Saiyajin?

-nos besamos - respondo desviando el rostro, ni de broma le diré lo que sucedió en ese momento.

-¿que hicieron que? - pregunta tratando de incorporarse pero solo logra caerse del sofá.

-bese a Vegeta.

-no juegues Kakarotto, ni de broma pudo haber pasado.

-¿y por qué no?

-Vegeta es un alpha.

Frunzo el ceño reprimiendo una carcajada, Vegeta no es un alpha, no tiene ni la apariencia ni el aroma de uno.

Pero qué puede saber Raditz de aquello, los beta no notan la diferencia entre un alpha y un omega.

-si tu lo dices - le respondo y me levanto - me voy a dormir.

***

El resto de la semana fue lo mismo que ese día, nuestras miradas se encontraban cada tanto tiempo y en vez de prestar atención a las clases me descubrí a mi mismo admirandolo.

Por fortuna aquel sería el último día de clases, hoy en la noche sería la fiesta de celebración con mis compañeros y mañana, viernes, tendría por fin mi certificado.

Me encontraba desanimado, todo lo contrario a como esperaba sentirme al saber que ya no tendría que regresar a la prisión.

¿El por qué?

Por qué dejaría de ver a Vegeta Saiyajin.

No tenía la menor idea de que haría Vegeta después y eso me consternaba. No quería dejar de verlo ni sentir su dulce y embriagante aroma que comenzaba a ser cada día más fuerte, como si me estuviera llamando.

Y solo a mi y a nadie más.

Tendría que averiguar si hoy en la noche asistirá a la fiesta.

***

Mientras yo estaba en una mesa alejada del bullicio que hacían mis compañeros observaba a Vegeta, el cual estaba recargado en la pared en un rincón.

Se veía muy bien con ese traje gris y su ceño fruncido.

Raditz se había encargado de informarme si asistirá o no.

Me levanto cuando lo veo salir de la casa donde se organizó la fiesta, sin pensarlo dos veces comienzo a seguirlo.

A salido al jardín a tomar el fresco y yo me acomodo a su lado, esperando a que no me insultara o corriera, sin embargo eso no sucedió.

Inhale profundo y su aroma embargo mis fosas nasales.

Mis sentidos se nublaron y lo tomé del mentón para besarlo.

Vegeta correspondió, cerró los ojos y comenzamos a enredar nuestras lenguas buscando obtener el control del acto.

Podía jurar que casi lo sentí ronronear entre el beso.

Y de nuevo esa extraña conexión se dio.

Estábamos en otro lugar parecido a la Tierra más no era la Tierra.

Algo me lo decía.

Vegeta estaba ahí, malherido, tirado en el suelo con una herida en el pecho, agonizando mientras que una risa malvada y cínica se burlaba de lo que él decía. Y yo no hacía más que observar y ponerle atención, mis dientes casi se quebraban de la rabia que sentía.

Habían más personas pero ninguna conseguía que apartara la mirada del, ni siquiera sabía quiénes eran.

El beso se rompió y ambos nos separamos, pude notar la confusión en sus ojos pero también su sonrojo y su respiración agitada.

-Vegeta estoy enamorado de ti.

Vaya, que directo fui.

Vuelvo a besarlo, sus feromonas me están volviendo loco, lo empujó contra la fachada de la casa y mis besos van bajando por su cuello mientras mis manos desanudan su corbata azul.

Vegeta jadea pero me comienza a golpear el pecho para que me alejara de él.

-¡¿qué te pasa baboso?!

-tu también lo sentiste, no me digas que no sientes nada por mi - mi voz es grave, ronca, no puedo más con el deseo de tenerlo debajo de mi cuerpo. - te quiero tanto… Tus dulces labios.

-maldición, ocupo mis supresores - murmura Saiyajin gruñendo y de un empujón me aparta de su camino y sale corriendo a toda prisa, de nuevo huye de mi.

***

Los días han pasado y se han convertido en semanas y esas semanas en meses y yo aún sigo sin tener idea de qué fue de Vegeta, sobra decir que no lo e vuelto a ver desde la fiesta.

El día que nos graduamos solo recibió su certificado y se fue, no tuve siquiera tiempo de hablar con el.

Rad no me contesta mis preguntas, solo las evade y eso me desespera, por impulsivo me esta pasando todo esto.

Ya ni siquiera me interesa me interesan las artes marciales, todo me lo recuerda a el.

Lo quiero demasiado, como no tiene una idea, era feliz solo con estar a su lado aunque ni yo me hubiera dado cuenta de ello, ahora solo me siento arruinado.

Solo besar sus dulces labios hacia el momento perfecto, sentía que podía estar con él a todas horas.

Olvidando el hecho de la conexión entre nosotros,claro.

-¡Kaka de toro!

Me grita Raditz desde su habitación

-¡es Kakarotto! - gritó frunciendo el ceño - ¡¿qué quieres estúpido rábano?!

-Vergota acaba de mandar una invitación, dice que se va a casar.

-¿y quién es ese? - preguntó levantándome del frío suelo donde estaba acostado mirando fijamente el techo mientras pensaba.

-Vergeta.

¿Vergeta? - repito parandome fuera de la habitación de Rad para ver que estaba en el ordenador, en lo que parecía ser un mail.

-Vegeta.


-¿a qué viene todo esto? - preguntó molesto pensando que esto es una jodida broma que me niego creer - ¿por qué me dices eso ahora?

-todo el tiempo te la pasas preguntando por él, pensé que te interesaría saberlo zanahoria, pero es más, si no me crees, mira, ahí está la invitación, me la mando por correo. - responde tranquilamente y yo entro a la habitación, temiendo ver que todo lo que él decía era verdad. - creo que es conocida de Napa, que se yo, es alguna alpha dominante o una beta, que se yo.

El próximo domingo, de hoy en 9 días, en la catedral el palacio de Kamisama, a las 14 horas.

Vegeta Saiyajin y Bulma Brief se unirán en sagrado matrimonio.

Ya tenía planes para este domingo.

***

-estamos aquí todos reunidos para esta maravillosa unión, entre Vegeta Saiyajin y Bulma Brief - dijo el sacerdote Wiss mientras miraba a todos los presentes, y claro que yo era uno de ellos.

Estaba muriéndome de los celos mientras observaba como aquella mujer tomaba de la mano a Vegeta y le dedicaba una mirada coqueta, ella era una beta, sin olor y sin chiste, aunque era bonita, no era nada que a lo que debía temer.

Vegeta parecía no importarle siquiera el donde estaba, no prestaba la más mínima atención a las palabras del sacerdote o a los coqueteos de la mujer.

-usted señorita Bulma, ¿acepta a Vegeta como su legítimo esposo?.

-si, aceptó - respondió en un chillido y pude escuchar como los invitados se reían por lo bajo.

-¿y tu Vegeta? ¿Aceptas a Bulma como tu legítima esposa?.

Aquellas preguntas detuvieron mi respiración mientras esperaba la respuesta de Vegeta, pues no veía la hora en impedir aquella boda.

-argh si - respondió en un gruñido y yo me levanto del asiento y caminó sin pensar hasta el altar.

Siento miradas clavadas en mi y no me importa.

Llegó hasta adelante y en cuanto la pareja voltea a ver que sucede, tomó a Vegeta de la mano y salgo de ahí junto con el ante el alboroto que he ocasionado en la ceremonia.

Caminamos por un largo parque mientras él forcejea para lograr soltarse, estoy seguro de que si me distraigo no tardará en soltarme un golpe.

-¡suéltame Kakarotto! - grita y yo lo ignoró, rabiando por cada paso dado y sin aflojar mi agarre.  - ¡¿que estas haciendo grandísimo idiota?!

-quiero que me escuches.

-¡¡acabas de arruinar mi boda!! ¡¡Le dije al imbécil de Raditz que no te dijera nada!!

Me detengo y ya en un último intento lo vuelvo a besar, silenciado sus quejas hasta que logro hacer que corresponda.

-seguramente has escuchado sobre las almas gemelas - murmuró tomándolo de las mejillas, separandome un poco solo para poder hablar y mirarlo a los ojos. - y no hay duda de que tu seas la mía.

-¡¿que estupideces estas diciendo Kakarotto?!

-piénsalo Vegeta, el tiempo se para en seco, tu me has visto, seguramente antes de saber de mi existencia…

-surgen imágenes raras ¡pero eso no quiere decir nada!

-puedes regresar a tu boda, pero estoy seguro de que nos volveremos a encontrar en alguna otra vida, hasta que por fin estemos juntos, no tengo duda de ello.

Lo suelto de las mejillas y veo la vacilación en sus ojos y como mira hacia atrás, en dirección al palacio de Kamisama, bueno al menos lo intenté.

Mi querida alma gemela si por mi fuera lucharía contra el viento y contra la marea, mi alma pega a gritos que quiere estar junto a ti, por eso aun tengo esa esperanza de que seamos una sola, pero no te obligare a nada.

Es tu decisión, puedo ser tu alpha si quieres pero también puedes escoger a alguien más para estar a tu lado, esa es tu decisión.

Puedo ver a kilómetros que este el el camino que nuestras vidas escogieron y eso deja a  mi corazón adolorido.

Me alejó unos cuantos pasos y asiento, era todo lo que yo tenía que decir.

-ya entendí, no te preocupes - murmuró y mi voz se quiebra en la última palabra, doy media vuelta y comienzo a caminar en dirección contraria a la catedral.

Caigo al suelo.

Un peso extra está sobre de mi.

Es Vegeta.

Sus manos están a la altura de mi cabeza, una por cada lado.

-asqueroso insecto, ya me sacaste de mi boda ahora te aguantas - dice y por primera vez el es el primero en comenzar un beso.


***
-Kakarotto - murmura el peliflama mientras mueve a su esposo intentando despertarlo - son las 8, llegaras tarde… De nuevo.

-cinco minutos más mami - balbucea estirando su brazo y de forma que el peliflama no se lo esperara, lo tomó del cuello y lo acostó encima de él.

-¡suéltame Kakarotto!

El grito de Vegeta fue acallado por la boca del pelipalmera, al parecer ya se encontraba despierto y solo estaba fingiendo.

-hueles también el día de hoy.

-¡tienes que ir a trabajar!

-shhh, despertarás al niño, solo uno rapidito y me largo a trabajar - murmuró a pegando sus labios al oído de su pareja para morder suavemente el lóbulo y poder arrancarle un suspiro.

-está bien Kakarotto pero ¡mng! Date prisa que si aah Gohan despierta hasta ¡mnhg!  Ahí quedan las cosas - jadeo el peliflama mientras el menor comenzaba a bajar su boca por su cuello, dejándole una que otra marca en el.

En un rápido movimiento el peliflama terminó acostado bajo el cuerpo de su esposo, sintiendo sus miembros rozar por cada movimiento que hacía el peliflama.

Goku escucho unos pequeños quejidos, eso significaba que no le quedaba mucho tiempo antes de que su hijo despertara.

Se deshicieron de sus ropas para dormir y Goku entró en el, embistiendolo con fuerza y marcando sus estocadas mientras besaba al mayor, cuidando de no volverlo a marcar con sus dientes su cuello, otro hijo de momento no, gracias.

Kakarotto hundió su cabeza en el cuello del mayor mientras las manos de Vegeta se aferraban a su espalda, gimiendo lo más bajo que podía, entre cerrando los ojos, disfrutando cada estocada que lograba tocarlo en aquel punto tan dulce que lo volvía loco.

El pelipalmera le hizo el amor, mil maneras tenía para decirle lo que sentía y aquella era una de ellas.

-nunca busqué mi alma gemela, nunca tuve motivo para hacerlo, quizás fue por que tu ya estabas en mi vida y nunca me di cuenta… ¡Mmng! Mi príncipe…

Tenía mil maneras de expresarle lo que sentía, mil palabras para llevarlo hasta los cielos.

-te amo - murmuró contra sus labios cuando ambos alcanzaron su orgasmo, justo a tiempo.

Su hijo había soltado un quejido, anunciando que ya se encontraba despierto.

Vegeta se levantó de la cama y se puso lo primero que encontró, sintiendo sus piernas flaquear ante el post orgasmo que aún sentía, , se aproximo hasta la cuna del bebé y lo cargo mientras los ojos atentos del pelipalmera seguían todos sus movimientos.

-¿no piensas ir a trabajar? - le pregunto con el niño en brazos y el ceño fruncido.

-nop.

-entonces quédate tu con el niño, yo iré a dar las clases entonces.

-Vegeta, ¿en verdad te ibas a casar con Bulma aquella vez? - preguntó de pronto el pelipalmera, el recuerdo de su sueño no eran nada más que sus experiencias vividas.

-si, ¿por que no? Ella me hubiera mantenido y hubiera tenido los hijos en vez de haber sido yo - respondió con el ceño fruncido, ni él sabía que estaba pensando en ese momento.

-bueno, me voy - dijo levantándose de la cama para salir de la habitación.

-Kakarotto, ¿iras a enseñar artes marciales o a dar show? - preguntó mordiéndose el labio inferior mietras veía es sexi cuerpo desnudo de su esposo.

-es cierto, la ropa - dijo sonriendo regresando a la habitación, pasando por donde estaba él para robarle un casto beso.

-repíteme por qué me case contigo.

-por qué eres mi alma gemela, por que estamos destinados… ah, y por qué tu decidiste besarme en vez de regresar a tu boda.


La historia que  la familia de Vegeta alguna vez contó, así como la de Goku había dejado todo en claro, destinados no era sólo una simple coincidencia, alguien se había encargado de ello.

La madre de Goku, Gine, tenía razón, ellos eran la mera reencarnación de los habitantes de algún planeta extinto, y la historia que Vegeta  le contó alguna vez, coincidía con la de el.

Su padre había sido el rey de aquel planeta, o eso había escuchado Vegeta decir a su papá alguna vez, un planeta que explotó y una gran minoría de habitantes había sobrevivido y llegado a la Tierra.

También había una historia sobre un ser de hielo, sin embargo a ninguno de los dos les interesó seguir indagando pues al único que Saiyajin catalogaba así era al asesino de sus padres, sin embargo este ya estaba en prisión, condenado a cadena perpetua.

Aquella historia había dejado tan cautivado al pelipalmera que no dudo siquiera en creerle y contarle su parte de la historia, el era su media naranja desde tiempos inmemoriales y ambos eran conscientes de ello.

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-¿en que tanto piensas Kakarotto? - preguntó Vegeta de brazos cruzados mirando al pelipalmera que se encontraba sentado en el pasto descansando después de un arduo entrenamiento.

-Vegeta, ¿te imaginas que exista la reencarnación? - preguntó mirándolo con el rostro ladeado y con expresión curiosa.

-claro que existe, si tu mismo en tu gran estupidez pediste  que Majin Buu reencarnara - respondió fastidiado el mayor mirando al pelipalmera.  - ¿o ya lo olvidaste?

-no, claro que no, aún sigo esperando a que ese niño crezca para enfrentarme a él, pero ¿te imaginas que tu y yo fuéramos destinados? Digo, somos los últimos saiyajines puros - comentó Goku sin pensar.

-estas diciendo puras estupideces - respondió el peliflama dándose la vuelta sonrojado, tratando de ignorar la estupidez de Kakarotto. - además ya te dije que eso no es posible, tú tienes familia y yo tengo la mía.

-tienes razón jejejeje, mejor me voy a casa, Milk me debe estar esperando con la merienda para ir a trabajar el campo - exclamó el pelipalmera decaído comenzando a elevarse a la par de Vegeta.

-lo bueno es que Bulma se encarga de todas esas cosas, yo no tengo por qué trabajar. - gruñó Vegeta nervioso mientras Goku se acercaba a él.

-lo se Vegeta… - murmuró el menor rozando sus labios sabiendo que sería la última vez que podría hacerlo - nos vemos luego.

Y tanto él como el peliflama se fueron volando, ambos en direcciones opuestas directo a sus hogares, conscientes de que debían reprimir aquel sentimiento que amenazaba con manifestarse en forma de lágrimas.

Esa misma noche, Vegeta pidió hablar con Edmadaiosama, pidiendo de favor que algún día él y Kakarotto reencarnaran para ser el uno para el otro, sin saber que Goku le había pedido lo mismo al rey del otro mundo.

Quizás en esa vida fuera imposible, ambos tenían familia y obligaciones, pero todo podría cambiar si alguien de arriba intervenía.

-deberías darles la oportunidad a ambos - pidió la mujer de forma amable, parada aún lado de Edmadaiosama con las manos tras la espalda.

-olvídalo Gine - respondió el ogro.

-pues a mi me debes una - reclamó la pelinegra cruzándose de brazos - me mandaste al infierno sin haber visto mi expediente antes y nunca te reclamé.

-¿y que estas haciendo ahora? - refuño Edmadaiosama - arrgg está bien, veré que puedo hacer.

-¡muchas gracias!

Notas finales:

En verdad espero haber cumplido tus expectativas código del yaoi, aunque creo que me salí mucho del argumento a lo que me pediste, de nuevo perdón la tardanza, ¡nos vemos luego!

 


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