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Amor inesperado. por roses-wept

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Andaba a grandes zancadas con su prominente estatura entre los estudiantes. Su caminar era rápido y decidido, haciendo ondear orgullosamente su capa, como todos los días. Podía ver desde arriba la mayor parte de las cabezas de los estudiantes. Por allá andaban los gemelos Weasley, más lejos estaban algunos de los jugadores de Slytherin y de un salón, salía un grupo de estudiantes de una clase.

Solo lo había visto una vez, pero eso le bastó para saber que ese niño de baja estatura y de cabello negro que le daba la espalda entre el mar de estudiantes era Potter. El corazón le dio un vuelco y sin saber exactamente por qué, lo siguió. Era difícil hacerlo: el niño no solo iba entre el mar de estudiantes, sino que además era bajo de estatura y su cabeza se perdía entre las demás a ratos. 

Aceleró, abriéndose paso entre los jóvenes distraídos que estorbaban su camino. El cabello negro quedaba oculto una y otra vez, pero hasta el momento se las había arreglado para no perderlo de vista, hasta que en su lugar apareció una cabellera larga y pelirroja. Se trataba de esa persona, la que estaba tan profundo en su corazón. No cabía duda, él lo sabía porque la había conocido desde antes de entrar a Hogwarts, por su manera peculiar de cargar sus libros, por la forma de su cabello y su estatura.

Esta vez no solo fue un vuelco del corazón, sino que este latió locamente, sin control. ¡Era ella! ¡Definitivamente era ella! ¡Su vieja amiga, su amor, su Lily! ¡Viva otra vez! ¡Tenía que llegar a ella, tenía que alcanzarla! Ya más descuidadamente empujó entre los estudiantes para abrirse paso más rápidamente. Estaba tan cerca, a tan solo un par de metros. La pequeña niña, como si supiera que él estaba ahí giró la cabeza en su dirección y eso fue lo último que vio: ese par de ojos verdes.

Abrió los ojos. Todo lo que vio fue el techo de piedra y él estaba ahí, con un mechón de cabello sobre la cara y la respiración acelerada. Se llevó la mano a los ojos y suspiró notando cierto nudo en la garganta. ¿Qué puede ser peor que despertar para sentirte con las manos vacías después de una gran ilusión? El bastardo hijo de Potter acababa de llegar y ya era una molestia.

Más tarde, ese mismo día, su visión de él caminando por los pasillo se hizo realidad. Durante el desayuno no había dejado de fulminar a Potter con la mirada, sin embargo, este no lo miró ni una sola vez. Ahora había llegado la hora de dar su primera clase a los estudiantes nuevos de Gryffindor y Slytherin.

Entró empujando la puerta bruscamente, sin ocultar su mal humor, y tomó asiento detrás de su escritorio para pasar lista. Un silencio mortal se extendió. Harry había quedado impresionado por lo intimidante de las mazmorras, pero su nuevo profesor no se quedaba atrás con su alta estatura, su ropa negra, su expresión de mal genio y su voz grave. Snape, por su parte, se detuvo en el nombre de la persona hacia la cual su enojo se dirigía ese día.

- Ah, sí... Harry Potter -dijo levantando la vista hacia el niño-. Nuestra nueva celebridad.

El niño lo miró atentamente, sin recordar que el hombre se había colado en sus sueños esa noche.

Terminó de pasar lista y entonces se puso de pie ante sus alumnos y los miró. Harry notó que sus ojos eran negros, recordándole por un momento a los oscuros ojos de Hagrid, pero estos no poseían la misma calidez, por el contrario, le parecieron fríos y vacíos, como un par de túneles oscuros.

- Ustedes están aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones -habló casi en un susurro, pasando su mirada sobre la clase-. Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de ustedes dudarán que esto sea magia. No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... Puedo enseñarles como embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si son algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.

Hizo una pausa, en la que algunos de sus alumnos intercambiaron miradas, algunos fascinados, otros intimidados. Él, por su parte, centró su atención en uno de ellos. El chico no lo miraba ni fascinado ni asustado, tan solo lo miraba.

- ¡Potter! ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?

El niño se vio momentáneamente confundido; no se había esperado aquello en absoluto. Miró a Weasley, que le devolvió la expresión desconcertada, mientras que una niña de Gryffindor ponía su mano en alto.

- No lo sé, señor.

Sus labios se curvaron en un gesto burlón.

- Es evidente que la fama no lo es todo.

A pesar de tener los mismos ojos, la mirada del niño no se parecía en nada a la que habría tenido Lily en esa situación. ¿Por qué los ojos de Lily tenían que estar en alguien tan parecido a Potter? Sintió una oleada de ira subir por su pecho.

- Vamos a intentar de nuevo, Potter. ¿Dónde buscarías si te digo que me encuentres un bezoar?

La mano de Hermione se mantenía alta en el aire, mientras que Harry evitaba ver a Malfoy, que se reía.

- No lo sé, señor.

- Parece que no has abierto ni un libro antes de venir. ¿No es así, Potter?

El niño lo siguió mirando directamente a los ojos.

- ¿Cuál es la diferencia, Potter, entre acónito y luparia?

Hermione estaba más estirada que nunca sobre su asiento.

- No lo sé -dijo con calma-. Pero creo que Hermione sabe. ¿Por qué no se lo pregunta a ella?

Unos cuantos rieron. Harry notó que Seamus le guiñó un ojo. Mas a Snape no le hizo ninguna gracia.

- Silencio.

Fulminó a los estudiantes de primer año con la mirada y luego se centró nuevamente en Potter. Sí, definitivamente se parecía al bastardo de su padre: la mirada desafiante y su atrevimiento a hacer comentarios "graciosos" en su clase. Un impertinente.

Caminó hacia el chico y se sentó frente a él, luego de arrastrar un banco.

- Siéntate -le ordenó a Hermione y mirando muy de cerca a Harry, comenzó-: Para tu información, Potter, asfódeo y ajenjo producen una poción para dormir tan poderosa que es conocida como Filtro de Muertos en Vida. Un bezoar es una piedra sacada del estómago de una cabra que puede salvarte de la mayor parte de los venenos. En lo que se refiere a acónito y luparia, es la misma planta.

Inspeccionó el rostro de Harry, que se mantenía mirándolo a los ojos, con el corazón acelerado.

- Y bien, ¿por qué no lo están apuntando todo?

Se produjo un súbito movimiento de plumas y pergaminos. Las cosas por fin estaban en orden. Regresó a su escritorio.

Por encima del ruido dijo:

- Y se le restarán 5 puntos a Gryffindor por tu descaro, Potter.

Sin embargo, Snape no olvidaría las cosas así nada más, y por tanto, las cosas no irían mejor para los Gryffindor el resto de la clase. El maestro de pociones se la pasó favoreciendo a Slytherin y señalando el buen trabajo de Malfoy y todo empeoró cuando Neville convirtió el contenido del caldero de Seamus en un engrudo hirviente que comenzó a desparramarse por el suelo, dejando agujeros en los zapatos de los alumnos. Neville gemía de dolor, cubierto de pústulas rojas en brazos y piernas. Snape se dijo a sí mismo que ya se lo esperaba.

- ¡Chico idiota! -lo reprendió con enfado e hizo desaparecer la poción fallida con un movimiento de varita-. Supongo que añadiste las púas de erizo antes de sacar el caldero del fuego, ¿no?

Neville lloriqueaba  mientras las pústulas comenzaban a salir en su nariz.

- Llévelo a la enfermería -ordenó a Seamus y luego se volvió a Harry-. Tú, Harry Potter. ¿Por qué no le dijiste que no pusiera las púas? Pensaste que si se equivocaba quedarías bien, ¿no es cierto? Estos son otros 5 puntos que pierdes para Gryffindor.

Aquello era tan injusto que Harry abrió la boca para reclamar. Era perfecto, solo necesitaba un pequeño pretexto para ponerle un castigo aún peor, pero pronto supo que no diría nada. Sus labios abiertos se desfiguraron en una mueca de dolor y su cara de puso roja. Supo que estaba haciendo un esfuerzo para no gemir. Le echó un último vistazo al chico Weasley antes de darse la vuelta y retirarse. Sospechaba que Weasley le había dado una patada por debajo del caldero.

La clase por fin terminó y por fin, Snape estaba de mejor humor. Harry, en cambio, estaba abatido. Salió pesadamente del salón, completamente desanimado. Mientras tanto Snape lo observó. Vio a Weasley darle unas palmadas en la espalda.

Su cabello negro parecía siempre estar despeinado, su perfil era agradable a la vista, su piel era de apariencia suave y sus labios eran rosados. Era un niño bastante bonito.

Severus contrajo las cejas, molesto y desconcertado por su pensamiento. Luego lo pensó mejor. El niño podía tener cierto parecido a Potter, pero también era hijo de Lily. No debía sorprenderlo el hecho de que fuera bonito, porque ella también lo había sido. Más importante, el niño en verdad tenía suerte: no solo sería famoso y alabado, también sería guapo. Sería visto como un buen partido entre las chicas. Torció los labios. Al muchacho no le harían daño unos pocos obstáculos.

Notas finales:

Espero que les gusten los capítulos. Como ven, me estoy basando en algunas partes de los libros.

Gracias por leer  ;)


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