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Sálvame por HelaXavier

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Notas del capitulo:

Gracias por dedicarle un momento darle una oportunidad a esta nueva historia, se que es un asco de resumen, pero realmente no soy buena con ellos :c

Sentía como la frialdad de las baldosas se colaba lentamente desde mi espalda hasta el centro de mi pecho, como la sangre formaba un rio desde mi mejilla hasta mi boca y formaba una cascada al lado de mi mejilla, un ardor dominaba por toda mi columna y una fuerte punzada, presionaba mi costado, posiblemente tendría una costilla rota presionándome; mi cabeza, se sentía a punto de explotar y tan caliente, a pesar de seguir derramado en el frio suelo de mi propia cocina, no se cuento tiempo aquí, tan ves han pasado horas, o quizá solo unos segundos desde que ese animal me abandono aquí en estado moribundo.

Veo a Jarvis acercándose lentamente, dirijo mi mirada cuando lo siento más cerca, lo veo soltar un jadeo, se inclina frente a mí y limpia la sangre de mi cara con su pañuelo.

- ¿Qué tan mal esta Jarvis? – fueron los simples quejidos que mi adolorida garganta pudo pronunciar.

- No tan malo como en otras veces – Jarvis me levanto lentamente del suelo con toda la delicadeza que podía, intente ayudarlo para que no cargara mi peso solo, pero cada parte de él dolía, era pesado y sentía como en cualquier momento caería de nuevo - ¿Quiere que lo lleve al hospital? - dijo mientas me ponía completamente de pie, pase una mano por su cuello para lograr un mejor apoyo - estoy seguro de que, si nos damos prisa, lograremos volver antes que su padre…-.

- ¿y arriesgarnos a que esa bestia bruta nos descubra?, no gracias Jarvis, solo llévame a mi recamara, estoy seguro que después de recostarme en un lugar más cómodo estaré mejor-  el me miro preocupado, pero no dijo nada más.

Me guio por toda la sala, caminábamos a un paso realmente lento, pero mis piernas dolían tanto, era como si todo mi ser fuera una gran masa hinchada de ardor y sangre por todos lados. Cuando llegamos al pie de las escaleras Jarvis paso su brazo por mis costados, sentía como presionaba ligeramente, pero se sentía como si dos placas de acero me aplastaran lateralmente, intente no quejarme demasiado, porque sabía que sus intenciones siempre eran buenas.

El subir las escaleras fue un verdadero martirio, en cada escalón escuchaba los sonidos de mis huesos romperse o quizá reacomodarse, realmente ya no era consciente de que le pasaba a mí cuerpo, Jarvis y yo siempre realizábamos el mismo protocolo después de las golpizas de Howard, siempre aguardaba en el lugar donde era abandonado por Howard y Jarvis siempre esperaba hasta que estaba seguro de que  él no regresaría para poder ayudarme a curar mis heridas, siempre intentaba llevarme al hospital, pero después de la primera ves que lo hiso, las consecuencias fueron mucho peores, desde entonces solo se limita a acompañarme hasta mi alcoba, donde puede intentar sanarme con alguna pastilla y una que otra pomada, siempre  lo hacemos en silencio, porque ambos sabemos que o hay palabras para justificar las acciones de Howard.  

Cuando llegamos Jarvis me acomodo en la cama, y entro al baño, la cama es tan cómoda, oh bueno mejor que estar tirado en el suelo de la cocina, Jarvis regreso un balde de agua tibia y una toalla limpia, se sentó junto de mí y comenzó a lavar la herida de la mejilla y la nariz.

Deje a Jarvis curarme, mientras admiraba las pequeñas figuritas de estrella que se iluminaban en la oscuridad, se encontraban pegadas caóticamente por todo el techo de mi alcoba, me recordaban a mi madre, ella misma fue quien las compro y las pego, siempre solía decirme que, si la extrañaba demasiado, viera esas estrellas, ellas eran símbolo del amor que ella me tenía, siempre estaba dispuesta a retar a mi padre para complacerme y consentirme; quien iba a pensar que todos esos retos hoy me pasarían factura.

- ¿Cómo sigues? -  pregunto cuando termino de colocar los vendajes en mis cotillas.

-mejor que otras veces- me acomode mejor dentro de la cama, Jarvis solo asistió y acomodo todo nuevamente dentro del baño.

-antes de dormir tome estas pastillas, lo harán sentir mejor-  coloco un frasco de pastillas y un vaso con agua, en la mesita junto a la cama, solo le asistí, no sentí las fuerzas para contestar algo, pero…

-Gracias por cuidarme Jarvis- el me miro apenado.

-haría lo que fuera por usted joven Stark, en memoria de su madre, ahora descansé, mañana tendrá que ir a la escuela- le di un pobre intento de sonrisa y el salió de la mi habitación.

Escuche el clip de la cerradura, Jarvis siempre la asegura desde afuera, para evitar que Howard vuelva a golpearme mientras duermo.

Tome las pastillas que Jarvis me dejo en la mesita, el dolor era menos intenso, pero aun sentía un horrible cansancio y pesadez, realmente odiaba mi vida en estos momentos, me sentía tan miserable, el día en que murió mi madre, no solo la perdí a ella y a todo su cariño, también perdí la paz en mi vida, desde la perdida de mi madre, Howard se dedicó a trabajar como un poseso en Industrias Stark por las mañanas, mientras que por las noches se ahogaba hasta más no poder en alcohol y después cuando se siente lo suficiente envalentonado me golpea hasta que se harta  y me deja inconsciente, después de eso vuelve a encerrase en su despacho hasta que tiene que largarse a industrias Stark.

Jarvis fue el único que me trataba de cuidar, al principio quiso detener los golpes de Howard, pero el también salió lastimado, desde ese momento no deje que es se metiera con Jarvis, yo afrontaba solo cada golpe que Howard me daba; Jarvis solo se dedicaba a curarme y brindarme un poco de amor.

 -amor…- me pregunto si alguna vez podre sentir de nuevo ese calor, esa alegría de ser amado y respetado por alguien. Con ese pensamiento rondando mi cabeza me quede dormido, pese al múltiple dolor que sentía en el cuerpo. 

* * * * * * * * *

Escuchar todo ese ruido en la escuela no hacina nada fácil mi situación, trataba de esquivar las grandes masas de cuerpos que iban in dirección contraria a la mía, pero con el mas insignificante rose provocaba que todo mi cuerpo doliera nuevamente; daba gracias al clima, que estuviera tan frio, de esta manera era más fácil ocultar los nuevos moretones y heridas, bajo varias capas de ropa y una gran capucha y bufanda.

Logre por fin entrar a la cafetería, trate de enfocar la vista lo mejor que pude, ya que mi ojo seguía un poco hinchado y me impedía ver con total claridad; en una de las mesas más alejadas de la entrada logre distinguí una torre inmensa de libros de la cual sobresalía una maraña de cabello castaño, por fin había encontrado a quien buscaba.

Caminé lo más rápido que mi cuerpo me permitió y me senté lo más suavemente posible en la silla que estaba en frente a toda esa montaña de libros.

-Buenos días Pete - Peter levanto desenterró la cabeza del libro en el que estaba concentrado leyendo.

- ¡Tony!, buenos días, pensé que no vendrías, no te vi llegar a la primera clase, ni te vi en el gimnasio, pensé que tal vez con el frío no llegarías, el clima esta como para…-

- ¿Peter? - pregunte cuando paro en seco su sermón, Peter no es de los que paran de hablar tan fácilmente         

- ¿Te volvió a golpear no es así? - su miraba estaba tratando de ver más allá de mi capucha y bufanda.

Gire la cabeza en dirección opuesta hacia él, no quería lidiar con uno de sus sermones, solo quería un día normal con mi mejor amigo, es que es mucho pedir.

-Tony, respóndeme- me quede callado, no quería lidiar con esto ahora – vamos Tony solo mírame- y así lo hice, gire para ver directamente a los ojos de Peter, y no hubo más que decir, Peter lo supo en el momento es que sus ojos se encontraron con los míos.

Lo malo de las miradas es que siempre hablan de más, una frase que mi madre siempre me repetía, y tenía mucha razón, Peter siempre lograba sacarme la verdad con tan solo mirarme a los ojos.      

Peter observo a todos dentro de la cafetería – Vamos a fuera- solo sentí y me levante con calma de mi asiento, Peter recogió todos sus libros, algunos los metió a su mochila y el resto los llevaba en las manos.

-Dame algunos, no puedo dejar que cargues todo ese peso solo-  le dije mientras salíamos de la cafetería.

-Y yo no puedo permitir, que mi amigo cargue un peso incensario después de recibir una paliza- me contesto molesto y con el ceño fruncido.

- Peter…-

-No Tony, nada de lo que me digas vasta, no puedo creer que sigas dejando a Howard tratarte como si fueras su saco de boxeo, y es decir ¡mírate!, estas a punto de dejar de existir, tienes unas ojeras terribles, estas por debajo de tu peso ideal y estoy seguro de que debajo de esa cantidad es ropa, existen una gran cantidad de moretones y heridas, Howard es un enfermo, pero tu estas aún más enfermo por dejar que él te trate de esa manera

-Peter ¡basta!, tu mejor sabes porque dejo que Howard lo haga, quien se supone que iba a creerle a un menor de edad que su padre lo golpea, y en caso de que eso pasara, ¿quién me apoyaría?, Howard se pudre en dinero y gracias a eso puede ejercer el control sobre de quien quiera, además tú sabes muy bien que él no deja que pase siquiera un centavo por mis manos, no tengo como pagarle a un abogado, no hay que pueda hacer en contra de él-  sentí como mi cuerpo temblaba de ira, esa es mi triste realidad,  mis ojos picaban por las lágrimas que querían escapar de ellos.

 Peter soltó sus libros y sentí como me abrazaba, siempre me reconfortaba cuando lo hacía – Tony sabes que no estás solo, me tienes a mí, y también sé que tendrás el apoyo de mi papá Steve, si tan solo me dejaras contarle, sé que el con su trabajo podría apoyarnos…-

-No Peter, sabes que nadie puede saberlo, y menos Steve- me separe del cómodo abrazo de mi mejor amigo –Sabes, creo que regresare a casa, no me siento del todo bien, y quiero llegar antes de que la bestia de Howard comience a beber- dije mientras le mandaba un mensaje a Jarvis para que viniera a por mí.

-Está bien Tony, estoy de acuerdo en eso, solo prométeme que pensaras en lo que dije, ¿está bien?, y si necesitas algo solo llámame – dijo mientras recogía sus libros del suelo.

-claro, lo pensare- Peter sonrió, y me acompaño a la entrada, esperaría a que Jarvis llegara por mí, como siempre.  

* * * * * * *

Estaba nuevamente recostado en la cama, el dolor había disminuido, pero las molestias aún seguían; después de que Jarvis me trajera, me preparo sopa, estaba bastante buena, pero no tenía mucha hambre, después de eso me dio nuevamente pastillas para el dolor.

 Realmente estaba considerando en lo que me dijo Peter, pero sabía que solo era auto engañarnos de nuevo, ya había intentado denunciar a Howard, pero el bogado con el que fuimos se burló en nuestra cara diciendo “que el hombre más importa de la ciudad nunca le aria eso a su propio hijo”, después de eso llamo a Howard para contarle porque lo habíamos buscado, esa misma noche, Howard me dio la golpiza de mi vida, fue la primera y única vez que Jarvis me llevo al hospital.

Pero Peter ahora sugería que hablara con él, con Steve.

-Steve…- El capitán de fuerzas especiales del ejército, un hombre impecable, de lo más patriota, con valores intachables, con una perfecta musculatura, con rasgos varoniles, pero con unos preciosos ojos azules, tan azules como la misma profundidad del mar y una sonrisa que sería capaz de calmar de hacer cantar a los mismos ángeles.

Desde que era niño e iba a jugar con Peter, admiraba al capitán Rogers, no solo porque Steve era mucho más joven que Howard, si no que siempre estaba de buen humor, más de una ocasión jugo con nosotros al béisbol, y nos enseñó cómo construir un fuerte de nieve; cuando me quedaba a dormir, solía prepararnos chocolate caliente y leernos un cuento, Peter decía que siempre lo hacía.

Cuando comenzamos a crecer Peter me había contado que su madre había muerto durante el parto, debido a que debido a que era muy joven para soportarlo, por eso es que Steve se empeñaba en cuidar a Peter y darle todo el amor posible, cuando no se encontraba de misión, por eso era que siempre estaba alegre y contento de estar con Peter.

Cuando murió mi madre, tenía la absurda idea que Howard seria como Steve, que podríamos convivir más y que pasaría más tiempo conmigo, me enseñaría cosas, pero triste fue mi decepción cuando soltó el primer golpe, justo después del entierro de mi madre.

Ahí fue cuando desee tener a Steve a mi lado, que el fuera el que me consolara y me preparara chocolate caliente, en lugar de Jarvis.

Conforme entre a la pubertad, me di cuenta que toda esa admiración por el capitán, se convertía en algo más, comenzaba a desear sus abrazos, que me acariciara, incluso llegue a preguntarme que se sentiría estar con él, que sus brazos me envuelvan, que me bese, que me haga olvidar cada golpe de Howard y las suplante con caricias llenas de amor, me encantaría sentirme suyo.

Pero después caigo en cuenta que eso no pasara, Peter dice que nunca ha salido con mujeres, ni le ha hablado de alguna, pero, aunque sea así dudo mucho que el varonil capitán le interesen los hombres, y menos se pueda interesar en el mejor amigo de su único hijo.

Esta era mi vida, un padre que me golpea y un amor muy imposible.

Quería darme un baño, pero escuche el alboroto y los gritos que provocaba en la sala, eran a penas las cinco treinta y ya estaba borracho, era un nuevo tiempo record para perder la coincidencia, bien supongo que el show de hoy comienza.   

Llego apaleando mi puerta,

- ¡Ábreme, no seas un maldito marica!, no seas un bebe – escuchaba como peleaba contra la cerradura para abrirla, pensaba   en no hacerlo, pero no se iría y prefiero estar inconsciente a soportar sus gritos.

Tome un respiro y en cuanto abrí se abalanzo contra mí, provocando que mi cabeza rebotara en el suelo, y el dolor nuevamente se hiso presente, mis odios comenzaron a zumbar, sentí como sus rodillas comprimían mi tórax, limitando el oxígeno en mis pulmones, sus puños masacraban mi cara, y estaba seguro de que su meta es macharme el ojo menos dañado, ya sentía la sangre correr por toda mi cara, el oxígeno se hacía más escaso, sabía que en cualquier momento me desmayaría, el dolor recorría toda mi columna, se comenzaron a oír gritos de abajo, posiblemente seria Jarvis intentado convencer al imbécil de Howard que me dejara en paz, sentí como la bestia se levantó dejando libres mis pulmones, inhale una rápida bocanada de aire, pero fue demasiado rápido, comencé a toser, y sentí el ferroso sabor de la sangre en mis papilas gustativas, gire a un lado para escupirla.

- ¡A donde crees que vas escoria, aun no eh terminado contigo! -  su pie se estrelló contra mi estómago, logrando sacar todo el oxígeno que tenía, llegue a la cumbre del dolor, cuando mi cabeza volvió a chocar contra el suelo, mi vista se nublo, todo mi cuerpo dolía, sentí más intenso el sabor a sangre, cerré los ojos, implorando para que se aburriera y se largara o me desmayara, sentir venir el próximo golpe de Howard, uno que no llego.

Todo paso demasiado rápido, Howard fue jalado hacia atrás y estrellado contra la pared, por el capitán Rogers. ¡El capitán Rogers! Pero que carajos hace aquí.

El dolor fue más intenso, todo comenzaba a volverse de color negro.

¡Tony! Escúchame no cierres los ojos – escuche lejanamente como Peter me gritaba, trataba de no hacerlo, pero todo se volvía tan intenso, que no pude soportarlo más, todo volvió por volverse oscuro, lo último que escuche fue a Peter gritar mi nombre.

* * * * * * * *

 

 

 Lo parpados me pesaba, sentía la boca pastosa, todos mis músculos estabas tensos, pero no dolían, pero por alguna razón no sentía el frío del suelo, más bien me sentía bastante cómodo donde me encontraba, tan suave y cálida, será que por fin Howard cumplió su cometido y me asesino, y ahora mismo estoy recostado sobre una nube.

- ¿Tony? - esa voz, esa hermosa voz, definitivamente no es la voz del señor - ¿Tony puedes escucharme? - Steve, es la voz de Steve, que hace Steve aquí, intente abrir los ojos para mirarlo, solté un quejido, en verdad pesaban; sentí una mano acariciando mi cabello – Vamos Tony yo sé que tú puedes – escuche nuevamente la vos de Steve, por el aria lo que fuera, me esforcé más en abrirlos, desea ver a Steve.

Poco a poco mis ojos cedían, la luz me deslumbro un poco, provocando que volteara la cabeza, cuando paso el efecto pude abrirlos completamente, y ahí estaban, los hermosos ojos azules, que alegraban mis días.

-Capitán Rogers … Que… ¿Que hago aquí? – ya no estaba en mi recamara, ni siquiera estaba en mi casa, estaba él una de las habitaciones de la casa de Peter, lo sabía porque esta era la habitación que ocupaba cuando me quedaba a dormir con Peter.

- ¿Cómo te sientes Tony? – dijo Steve ignorando mi pregunta, se veía tenso.

-cansado, siento como si mi cuerpo fuera de plomo, y me arde la garganta – Steve apretó los labios tanto, hasta formar una línea muy delgada y perder ese hermoso color rosa.  

– Bien. Sabes Tony, me gustaría hablar contigo sobre… bueno, sobre lo que paso con tu padre, pero necesitare que me respondas todo lo que te pregunte, ¿crees que puedas hacerlo? – dijo mientras se encaminaba hacia la mesita de noche.

-Claro, capitán Rogers, responderé todo lo que me pregunte- el solo asistió, tomo algo de la mesita y lleno un vaso con agua.

-Muy bien, ahora, ¿crees que puedas santearte para tomar el medicamento? - levanto en alto un pequeño frasco de cristal, con lo que parecían capsulas de colores- Es un analgésico para que evitar el dolor-.

Solo le asistí y rogué para que mis manos soportaran mi peso para lograr impulsarme, milagrosamente logre hacerlo, me senté en la cama y recargue la espalda en la cabecera, Steve se acercó y me dio una de las capsulas del botecito; la tome y el sabor a plástico inundo mis papilas gustativas, Steve me acercó el vaso de agua, mis dedos rozaron un con los suyos al tomarlo, una corriente eléctrica recorrió mi espalda y sentí un calor en mi cara, Steve me miro curioso pero no dijo nada, tome un sorbo de agua para pasar la capsula, y le devolví el vaso a Steve.  

-En un momento vendrá Peter, él está preocupado, le pediré a Sam que les traiga el desayuno aquí, mientras menos te muevas será mejor para que sanes – dijo colocando nuevamente el vaso y el frasco en la mesita de noche.

- Gracias capitán- Steve no dijo nada, solo comenzó a caminar en dirección a la puerta – eeh ¿capitán?… sabe, tengo una pregunta-le dije tímido, esta es la ves que más tiempo había estado solo con Steve, y siendo sincero su respuesta me preocupaba.

-Claro Anthony, ¿Qué pasa? – él se detuvo en el marco de la puerta, desde mi lugar podía admirar todo su cuerpo, Steve es tan guapo.

-Cuando…. Cuando regresare a mi casa – realmente no quería volver, Howard se alteraría más que nunca, había salido de mi casa, no estaba seguro de que podría salir vivo a toda su ira. 

-Eso ya lo decidiremos con el tiempo Anthony, tú solo preocúpate por descansar y estar tranquilo-  finalizo y luego salió de la habitación cerrando la puerta tras de él.  

 Me recosté nuevamente en la cama, se sentía muy bien estar ahí, la casa de Peter siempre me trae buenos recuerdos, mejores que los de mi propia casa, escuche como se habría nuevamente la puerta, levante la mirada y los alocados cabellos castaños de Peter aparecieron.

-Hola Tony, ¿Cómo sigues? - Peter entro a la habitación y se sentó en la orilla de la cama.

-Hola Pet, no estoy seguro, no siento dolor, pero me pesa todo el cuerpo-

-Buenos días a los jóvenes- dijo alegremente un hombre, traía consigo una charola con comida –Steve dijo que les trajera el desayuno, ya que posiblemente Peter quisiera desayunar aquí- dijo mientras dejaba la charola en el escritorio - ¿no es así Peter? -.

- ¡Si!, gracias tío Sam-  Peter contesto emocionado, y con justa razón, Steve nunca dejaba a Peter comer en su habitación.

-Así que, ¿Tu eres Anthony? - dijo volteando en mi dirección.

-Sí, Anthony Stark, un gusto-  lo mire a los ojos, algo no me gustaba del todo en ese hombre, me miraba como si de un bicho raro se tratara, le sostuve la mirada, no permito que alguien quiera estar sobre de mí, a excepción de Howard, pero él ya era otra situación.

-El gusto es mío Anthony, soy Sam Wilson, bueno los dejo para que desayunen – Finalizo y salió de la habitación sin decir nada más.

- ¿Desde cuando tienes un tío Sam? - le pregunte a Peter en cuanto se perdió de vista Sam.

-Desde la última misión de pops, se conocieron en ella, Sam trabaja en la división de “para-rescate”, su equipo fue enviado como refuerzo para el equipo de pops, desde entonces, son “amigos”- lo último lo dijo con algo de sarcasmo, y sus mejillas se tiñeron de un rosa intenso.

- ¿” amigos”? - cada que Peter se ruborizaba, era por que trataba de ocultar algo, él no dijo nada, solo se levantó por la bandeja de comida - ¿Peter? – volví a insistir, porque esto no me daba una buena espina.

Me senté nuevamente en la cama, Peter ocupo el espacio al lado mío, y coloco la bandeja en sus piernas.

-Mira Tony, sabes que pops no ha salido con ninguna mujer, desde que mi madre murió ¿cierto? – yo asentí, mientras tomaba un vaso de jugo de naranja – bueno, pues antes de que pops se fuera de misión me confeso, que la razón por la que eso paso, es porque ... a pops le van más los hombres que las mujeres- el jugo que había tomado por alguna razón ardía en mi garganta, comencé a toser descontroladamente, como que a Steve es gay, ¡GAY!; Peter daba pequeños golpes en mi espada, hasta que la tos seso.

- Espera, quieres decir que el capitán, es ¿gay? – Peter me miraba divertido.

-Pues claro, te imaginas lo cool que es eso, es decir a mi también me sorprendió que pops lo sea, por todo eso de los valores y bla bla bla, pero   así si pops se casa con alguien, tendré dos papás, con los cuales jugar futbol y ver deportes, sin tener que aguantar todas esas cursilerías de las mujeres- Peter se mostraba de lo más feliz y como no, ahora el mismo podría confesarle exactamente lo mismo a Steve sin temor a que este lo tomara mal.

-Entonces crees que talvez Steve y Sam… ya sabes- hice una mueca de disgusto, esa era una posibilidad que en definitiva no quería considerar, sabía que jamás tendría una oportunidad de estar con Steve, pero que él este con otro hombre simplemente me enfermaba.

-Pues quizá, es decir es muy raro ¿no?, que antes de irse pops decida salir del closet y después de la misión llegue con Sam, incluso puede ser que durante la misión estuvieran juntos – Peter sonrió maliciosamente.

No podía ser, sentí los ojos aguados, quería salir de ahí, irme a refugiar a algún lugar donde pudiera llorar hasta quedarme dormido, donde pudiera ahogarme en mi miseria, esa noticia me dolió más que cualquier otro golpe de Howard, Steve era lo único hermoso que me quedaba aun, y ahora lo perdía por completo, no es como si supiera que algún día él iba a estar conmigo, pero el saber que él está enamorado de otra persona, era demasiado para mi ser. No dije nada más a Peter, la habitación se quedó en silencio.

- ¿En serio te gusta pops, cierto? - Peter pregunto serio.

- ¿Qué ¿Cómo…como lo notaste? -  ambos estábamos sentados contra la cabecera de la cama, lo que provocaba que no nos miráramos, gracias al cielo.

-Vamos Tony, desde los 15 eh notado como miras a pops, él te gusta y mucho, mira cómo te pusiste con lo de Sam, además cada que pops está cerca pones la misma cara que yo pongo cuando veo al abogado Murdock – Peter volteo a verme, hice lo mismo, ahora estábamos cara a cara.

-Peter yo … lo siento en verdad, yo quise detenerlo, sé que Steve es tu papá, pero, ya sabes cómo son esas cosas…-

- Tony, Tony, tranquilo, no pasa nada, en serio, sé que no es lo más normal que a tu mejor amigo le guste tu papá, pero… yo los quiero a ambos, y aunque me gustaría que estuvieran juntos, no sé si ah pops le gustaría- solté un suspiro, todo esto era demasiado.

-gracias Pet- una lagrima traicionera salió de mi mejilla.

-Soy tu amigo Tony, y quiero que seas feliz- él la limpio, después de eso nos dimos un fuerte abrazo.

-Es mejor que terminemos de desayunar, recuerda que hoy es la competencia de física y debo llegar a tiempo- nos soltamos y seguimos comiendo el desayuno.

* * * * * * * * *

La tarde había pasado rápida, entre la comida y la despedía de Peter, lo único bueno es que también se había ido Sam.

Terminaba de darme un baño, Peter me presto una de sus pijamas, no sabía nada de Jarvis, estaba preocupado por él, no quisiera que el imbécil de Howard le hiciera algo.

- ¿Anthony? -Steve estaba en el marco de la puerta.

- ¿Qué pasa capitán? – estaba terminado de secar mi cabello, Steve también tenía puesta su pijama, un simple pantalón azul y una playera blanca, que se ajustaba perfecto a sus brazos, porque tenía que ser tan guapo, y tan inalcanzable.

 - me preguntaba si, ¿podríamos hablar ahora? - su voz siempre neutra y con calma – ya sabes mientras cenamos, me di cuenta que no comiste mucho, así que posiblemente tengas hambre- Steve señalo con la mano hacia la sala.

-Gracias Capitán, iré en un momento- dije mientras colocaba la toalla en el cesto de la ropa sucia.

 -Anthony, te conozco desde que eras un niño, no es necesario que me digas capitán, tú puedes llamarme Steve- dijo con una sonrisa, su primera sonrisa en todo el día, y era para mí, porque Steve me castiga de esta manera.

-Gracias Capitán, pero te llamare Steve si tú me llamas Tony, ya nadie me dice Anthony, más Howa…- me quede callado, no había pensado en él en todo el día, no quería hacerlo.

Porque aquí, porque ahora, él era un mal recuerdo, las lágrimas llenaron nuevamente mis ojos, mi gire para darle la espalda a Steve, no quería que él me viera llorar por culpa de la basura de Howard.

Las lágrimas resbalaban por toda mi cara - ¿Tony? - Steve se acercaba, podía sentir su presencia, pero no esperaba sentir sus brazos en mi vientre, su aliento tan cerca, y su aroma … ese olor a limpio y almizcle, embriagaba toso mis sentidos, nunca antes habíamos estado a esta distancia, tenerlo así de cerca provocaba que todo mal recuerdo se fuera.

-Tranquilo Tony, estas a salvo conmigo, nadie te volverá a tocar ni un solo pelo con la intención de lastimarte, te lo juro- dijo con vos fuerte y segura, digna de un mero capitán.

Me gire en su pecho, quería sentir más de esa musculatura rodeándome, llenarme de ese aroma -¿Cómo… como fue que llegue aquí? – no quería arruinar el momento, pero yo también quería respuestas; Steve me apretó más a su pecho, sus manos ahora estaban en mis caderas, provocado que esa zona se sintiera tan caliente; sabía que tenía que estar serio, pero es que con Steve así i cuerpo no podía evitar desear más.

-Ayer Peter me conto que Jarvis fue por ti a la escuela, antes que las clases terminaran, le pregunté la razón por la cual fue así, y Peter dijo que estabas adolorido porque habías tenido un accidente, pero Peter insistió que lo llevara a tu casa para poder entregarte los deberes de las materias a las que no asististe- con que todo fue planeado por Peter, él sabía que, si Steve me preguntaba que me había pasado, no podría mentirle- Cuando llegamos Jarvis nos recibió cordialmente, pero dijo que tú y Howard habían salido, Peter y yo lo creímos, pero escuchamos el alboroto en la parte de arriba; Jarvis no me dejaba pasar, y trato de empujarnos a mí y a Peter hacia afuera, así que no tuve más remedio que …-

- ¿Por favor dime que no golpeaste a Jarvis, el solamente quería protegerme, siempre lo hace, el me cuida de Howard? – subí la mirada, no podría creer, el capitán golpeado al mayordomo de los Stark.

-no me siento orgullo de eso Tony, pero no me arrepiento, lo volvería a hacer si fuera necesario, él no nos deja pasar, así que tuve que empujarlo para que lo hiciera; cuando por fin pude llegar a tu recamara, vi, bueno tú estabas ahí- sentí como me apretaba más a su pecho, incline nuevamente la cabeza en él, podía escuchar los latidos acelerados de su corazón, como si volviera estar ahí en ese momento – realmente nunca creí que Howard pudiera hacer algo como eso, es decir, ese acto es de bestias, de barbaros, notaba la ira en su voz – como puede hacerte eso a ti – tomo suavemente mi barbilla y la despego de su pecho, sus hermosos ojos miraron directamente a los míos, y ahí estaba otra vez el recuerdo de mi madre, lo malo de las miradas es que hablan de más, estaba seguro que con esa simple mirada estaba expresando todo lo que siento por Steve –como puede hacerle eso a esta cara tan bonita- comenzó a acariciar mi mejilla- no sabes lo que sentí cuando te vi en el suelo, inconsciente, lleno de sangre, sentí tanta rabia, tanto coraje, que en ese momento fui capaz de matar yo mismo a Howard por hacerte eso, ten por seguro que si no fuera porque necesitabas ayuda urgente lo hubiera hecho- sus ojos centellaban ira, su vos se volvió más fría, pero su agarre en mis caderas se sentía tan firme como al principio, por primera vez me sentía seguro donde me encontraba.

Nos quedamos así por unos momentos, solo mirándonos, sintiendo la leve caricia en mis mejillas
-¿Tony?-me llamo sin apartar sus ojos de los míos, su vos se volvió más cálida, más cariñosa.

- ¿Si? - me sentía como en un sueño, del que no quería despertar, un sueño con profundas aguas azules mirándome.

-Déjame cuidarte- Sentía el su rostro acercarse al mío.

-Claro Steve- y por fin paso lo que había anhelado por años.

Sentí sus labios sobre los míos, tan suaves y carnosos, comenzamos con movimientos lentos, como conociéndonos, las manos de Steve sobaban toda la extensión de mi espalda, se sentía tan jodidamente bien.

-Espera, Steve- trate de zafarme se sus brazos, pero se sentía como una prisión de hierro –para, por favor-.

-Yo…. lo siento Tony, me deje llevar, no …. No debí – sus manos me soltaron automáticamente, su cara se puso completamente seria –yo ... lamento si te asuste, olvide que aun eres un adolecente ... perdón Tony, en serio – se encaminaba a la puerta, no podía permitirlo - te dejare solo para que…-

- ¡NO!, Steve espera- lo tome del brazo – no te vayas, no me dejes- junte de nuevo mi cuerpo al suyo- quédate conmigo- sentí como sus brazos me envolvían nuevamente.   

- ¿entonces porque…? -.

- ¿Tienes una relación con Sam Wilson? - no puede evitar recordar la plática con Peter, puede que ame con todo mi corazón a Steve, pero no seré el amante de nadie.

- ¿Qué? - Steve frunció el ceño, me miraba confundido.

- ¿Qué si tienes una relación con…-

-para, para, para ¿Por qué crees que tengo una relación con Sam? -.

-Yo no lo sé … como él estaba aquí yo creí que…  entre tú y él había algo- lo mire avergonzado, creo que tal vez Peter estaba alucinando. 

-Yo no tengo nada con Sam, solo es mi compañero en el ejército, es más, Sam es la pareja de Bucky- solté un suspiro de alivio, Steve estaba siendo sincero –yo solo te quiero a ti Tony, siempre has sido tú, y si tú lo quieres, son habrá nadie más por el resto de mi vida- las lágrimas recorrían una vez más por mi rostro, pero esta vez eran de una profunda alegría, Steve en verdad me quería.

-Claro que, si Steve quiero ser tuyo, por siempre y para siempre- Steve sonrió volvió a besarme.

Pero esta vez era más profundo, su lengua recorría mis dientes, pidiendo permiso para entrar, y no podía hacer otra cosa más que permitirle la entrada; su lengua y la mía danzaban con una perfecta coordinación, su boca sabia a gloría, tan dulce, como si del mejor caramelo se tratara.

-Steve…- suspire su nombre por la falta de oxígeno – Hazme olvidar todo, hazme tuyo- Steve gruño, pero me cargo tan fácilmente como si de una pluma se tratara, nos guio hasta la cama, me deposito suavemente sobre ella.

Comenzó besando mi cuello, dando pequeños mordiscos, sus manos se colaron por debajo de la playera, gemí al sentir el contacto de sus manos contra mi piel, sus caricias eras suaves, lentas, quito por completo mi playera, pero sentí la necesidad de cubrir mi pecho.

-Perdón Steve, yo, mis cicatrices pueden que no te gusten, hay algunas que son muy recientes y…-

-Tony no… no tienes por qué disculparte, ni sentirte avergonzado, estas marcas son prueba de tu fortaleza- Steve comenzó a besar cada una de las cicatrices de mi pecho, se sentía tan bien sus labios en mi piel mallugada.

Con manos temblorosas quite su camisa, quería sentir su pecho contra el mío; sus músculos son espectaculares, volvió a besarme, tocaba su pecho, se sentía tan correcto, bajo sus manos sobando cada lugar por donde pasaba, hasta llegar a mis pantalones, metió la mano dentro de mi ropa interior.

-Steve...- gemí al sentir su dura mano tocando mi necesitado miembro, pasé mis manos por su espalda para pegar mi cuerpo al suyo.

Comenzó a masturbarme lentamente, disfrutaba cada movimiento, paseaba mis manos disfrutando su amplia musculatura.

-Steve más rápido- y así lo hiso incremento sus movimientos, mientras me besaba duramente, su aroma me embriagaba, estaba a punto de llegar.

- ¡Steve! SII, así - enterré los dedos en la espalda de Steve cuando el orgasmo me dio la bienvenida a la cumbre de placer máximo.

-Dios Steve eso fue … lo mejor que… no podía hablar los espasmos aun recorrían mi cuerpo y mi vista seguía nublada, Steve me miro cariñoso, pero sentí una dureza caliente en mis muslos- Espera, tú no has terminado, déjame ayudarte- quise tocar su miembro, pero Steve me detuvo.

-Déjalo Tony, yo solo quiero que tú te sientas bien-dijo mientras se quitaba el pantalón.

- Pero Steve yo…-

-no Tony, ya tendremos tiempo, para hacerlo, para disfrutar los dos, ahora debes de terminar de curarte- Steve también quito mi pantalón y tiro ambos al suelo –Ahora es hora de dormir, ven - dijo recostándose y abriendo los brazos.

Acepte gustoso el abrazo, mientras me acurrucaba en su pecho - Te amo Tony y te juro que nunca nadie te ara las cosas horribles que Howard te izo- beso mi cabeza mientras me abrazaba más contra él.

-Yo también te amo Steve, siempre lo hice, sabes este pequeño momento hace que todo lo que paso lo recompense- comencé a acariciar sus brazos.

Nuestras piernas estaban entrelazadas, mientras compartíamos caricias –Steve, eso quiere decir que ¿seré la mami de Peter? - Steve soltó una carcajada.

-supongo que sí, estoy seguro que le gustara la idea- fue mi ocasión de reír, ya quería ver la cara de Peter cuando se lo dijera.

Estaba tan feliz, todos esos malos momentos, ahora se veían tan lejanos, no sabía que iba a pasar en un futuro con Howard, pero sabía que, si Steve estaba a mi lado, podría soportar lo que fuera.

¿Fin?

    

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

Notas finales:

Gracias por leer c:


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