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Mi príncipe azul... te quiero... por Aome1565

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Notas del fanfic:

El orgullo de uno... el temor del otro... ¿acaso no se deciden a gritar lo que sienten a los cuatro vientos?...

Notas del capitulo:

Sé que aún no termino de publicar "Enséñame a nadar..." pero he leído un fic que me enterneció en cierto modo, y pude ver a Ginji Amano desde otro punto de vista...

Aclaraciones...: a lo largo del fic, Gin expresa sus pensamientos, por más de que el fic esté narrado omniscientemente... lo que Ginji piense está escrito en cursiva... y dentro del fic hay una canción, levemente modificada... la letra de la canción está escrita en negritas...

No les quito más su preciado tiempo...

¿Qué rayos me ocurre?... estás ahí y me sonrojo de sólo verte... ojala pudiera verte a los ojos directamente y decirte que algo raro me ocurre, que lo que siento por ti está cambiando...

 

Me pasan cosas
que no comprendo,
estas en todo
lo que yo pienso...

 

...y sólo el hecho de pensar en que estoy solo contigo, aquí adentro, me pone nervioso...

-¿Ocurre algo, baka? -prguntó Ban con cara de preocupación al ver tan callado al rubio a su lado.

 

Dentro del subaru 360 blanco de Midou iba el dúo de recuperadores, quienes habían acabado de cobrar unos buenos honorarios por un trabajo bien logrado. El ojiazul poseía una enorme sonrisa en sus labios, mientras que el rubio de ojos caramelo sólo observaba por la ventanilla del auto el correr del asfalto bajo las ruedas del coche como si eso fuese lo más interesante del mundo.

 

-No, Ban, nada... -contestó Ginji sin ver a su compañero a los ojos, siguiendo con la mirada perdida.

No me mires así, que lo que me ocurre no es de preocuparse. Sólo me siento raro y temo decírtelo...

Sueño despierto
con tu mirada,
y si me miras,
me siento raro...

 

No me mires de esa forma tan dulce que me derrites y la impotencia me invade al no saber si seré correspondido...

-No me mientas, Ginji... te conozco -dijo Ban rompiendo ese eterno silencio, apoyando una mano en el hombro de su amigo, al frenar en una luz roja.

 

-He dicho que nada me ocurre, Ban. Sólo pienso, eso es todo... nada más... -respondió el rubio viendo a su compañero a los ojos, pero bajó la vista rápidamente y agachó la cabeza al notar que un leve rubor se asomaba por sus mejillas.

 

-Si no quieres decírmelo... está bien -dijo el ojiazul y arrancó el auto al notar la luz verde.

No es que no quiera decírtelo, Ban... pero me da vergüenza...

Me da verguenza,
que lo descubras,
es tan difícil decir...

 

Y tú con tu mirada tan penetrante que me observa insistente... es que no puedo resistirme a perderme en tu mirada... esto es difícil para mí...

En ese momento el pequeño auto blanco desembocó en la calle del Honky Tonk, frenando frente al café.

 

-No estés tan callado que me preocupas... no quiero que nada malo te ocurra, Ginji -dijo Ban sonando suave y bajó del auto.

No lo resisto. Esa mirada que tienes sólo cuando estás conmigo me enternece y siento unas ganas tremendas de gritar a los cuatro vientos...

 

Te quiero nunca lo dije,
te quiero y nunca me lo dijeron,
te quiero lo digo suave,
te quiero y nadie lo sabe,
te quiero mi más que amigo,
te quiero y todo tiene sentido,
te quiero como en los cuentos,
mi principe azul te quiero...

 

Pero siento temor...

Ban entró en el bar, dejando solo al rubio en el coche. Natsumi lo miró confundida. El ojiazul poseía una hermosa sonrisa y caminaba llevando el pecho hacia adelante.

 

-Vaya, Ban. Hoy estás muy radiante de alegría... ¿ocurrió algo?

 

-Sí... recibí una muy buena paga... mira -dijo y sacó todos esos yenes que guardaba en el bosillo, enseñándoselos a la pelinegra-. Entonces... un café en mi taza especial.

 

-Enseguida... -dijo Natsumi y se volteó hacia la cafetera, luego volvió a voltarse y entregó al ojiazul su taza blanca con una inscripción, llena de un humeante café.

 

Fuera del bar, Ginji pensaba y pensaba...

Debo decírtelo...

 

Me pasan cosas
que no se explican,
huelo a jazmines,
rió en tu risa...

 

Pero cómo... no resisto que me mires así... que me sonrías de esta forma...

Paul salío del cuarto trasero del bar y se dirigió hacia Ban, quien observaba el dinero con ojos destellantes.

 

-¡Con esto pagas media cuenta! -dijo el pelirrojo de gafas oscuras luego de arrebatar todo el dinero de las manos del ojiazul. Se volteó y se encaminó a guardar el dinero en la caja fuerte, en el cuarto del que había salido.

 

-Y yo que pensaba invitar a cenar al baka... ¡rayos! -decía Ban lamentándose lo ocurrido.

 

-¿Te le has declarado, ya? -preguntó la pelinegra con ojos dulces.

 

-Iba a hacerlo esta noche... pero como ves...

 

-Pero... ¿y Ginji?

 

-Hablando del rey de Roma... -dijo Paul saliendo del cuarto de atrás nuevamente, viendo como se abría la puerta mientras sonaba la campanilla. El rubio entró cabizbajo, pero sonrió viendo hacia Natsumi.

 

Se sentó junto a Ban, quien le dio un par de sorbos a su café luego de apagar el cigarrillo en un cenicero.

 

-¿Te sientes bien?, puedo llamar a un médico y... -decía Natsumi viendo en los acaramelados ojos del rubio cierto dejo de tristeza.

 

-Estoy bien... no me ocurre nada, ¿si? -respondió y sonrió. Nadie lo notó, pero el ojiazul había girado la cabeza para evitar que vieran su sonrojo.

Eso es lo que digo... siempre digo que me siento bien... pero lo que siento es otra cosa... algo que me oprime el pecho y hace que mi corazón palpite fuertemente al estar cerca de ti, Ban...

 

Parezco tonto,
estoy distraído,
me siento grande,
y muy chiquito...

 

Pero siempre fuiste tan maduro que hiciste que me sintiera un niño a tu lado y no creo ser correspondido al decirte lo que realemente me ocurre...

-Pero que descaro... consíganse otro trabajo como el anterior y pagen lo que deben... sino, no hay más piza ni café -dijo Paul y sacó a los recuperadores del bar. Natsumi se pegó a la vidriera para poder observar.

 

Ambos se quedaron sentados en el cordón de la acera, observando el asfalto mientras delante suyo el sol se hundía tras el horizonte.

 

-A ti te ocurre algo y no quieres contarme... ¿acaso no recuerdas que la 'S' de Get Backers significa que nunca estarás solo?... pues aquí me tienes, cuéntame lo que te ocurre -dijo el ojiazul tomando al rubio de ojos caramelo de los hombro y obligándolo a verlo a los ojos. Al no haber respuesta, se le acercó más, mucho más, y lo besó.

Jamás sabría si decírtelo o no... siento temor...

 

Te quiero nunca lo dije,
te quiero y nunca me lo dijeron,
te quiero lo digo suave,
te quiero y nadie lo sabe,
te quiero mi más que amigo,
te quiero y todo tiene sentido,
te quiero como en los cuentos,
mi principe azul te quiero...

 

...y sé que dicen que el primer beso siempre tiene sabor a caramelo de limon... pero mi primer beso tiene sabor a tabaco y café... y me gusta...

 

Al separarse, se observaron a los ojos dulcemente y el rubio se abrazó a su ahora más que amigo.

 

-Te quiero, Ban... -dijo Ginji y volvió a besar al ojiazul, más apasionadamente.

 

...Mi príncipe azul... te quiero...

Notas finales:

La canción dentro del fic lleva por nombre: "Me pasan cosas", y ha sido modificada en género, para que parezca que es hablada por un hombre y no una chica... (y la saqué del programa de TV: Chiquititas... aunque no me guste, a la canción la escuchan todo el día y se me pegó... u.u)

...Espero dejen reviews...


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