Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Punto final por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola 

Dejo por aca otra historia corta, espero les guste. 

 

 

 

Porque después de todo, la eternidad puede ser aburrida si no cambias.

La calle está vacía, a unas calles puedo escuchar los ruidos de la avenida: los autos moviéndose, el sonido de los aparatos de refrigeración y otro montón de aparatos. Si me concentro puedo escuchar la voz de los humanos que caminan cerca de aquí,  o las platicas apagas de los dueños de las casas cercanas.  Ya casi amanece, puedo sentir como la oscuridad se va como si fuera una parte de mí.


— ¿Escapando por la ventana de nuevo? ¿Cómo estuvo la elegida de hoy? No es de mi gusto, su sangre huele demasiado a plantas.


— ay, por favor ¿otra vez tu?


— No sé porque te sigues sorprendiendo— él sonríe, una sonrisa que me muestra sus dientes perfectos. Realmente es imposible librarme de él, con suerte se quedara aquí si me voy por el otro lado de la calle, pero yo no tengo esa suerte y mucho menos estando tan cerca del amanecer.


— sigo esperando que algún día mueras y pueda librarme de ti.   


— Que cruel eres— ah, me está siguiendo— Si no he muerto en los últimos trescientos años no veo cual sería la diferencia.


— quizá hartes a alguien y te mate— alguien como yo por ejemplo.


— Hieres mis sentimientos, Lance— no escucho sus pasos tras de mí, pero él es un dramático que no se calla.


— Ja, como si los tuvieras…. Hey, no hagas eso— siseo, el agarre de su mano es tan fuerte que me detiene y me quedo frente a él, mirándole. Vincent es más alto que yo por varios centímetros, era delgado cuando murió y se nota en cómo se marcan sus pómulos, siempre he supuesto que deja su cabello largo de la parte de enfrente para ocultarlo, ese cabello negro le hace ver más pálido y sus ojos amarillos se notan mucho más.


— ¿Por qué dices que no tengo sentimientos? ¿Acaso un vampiro no puede tener sentimientos?


— No. Están tan fríos como nuestros cuerpos— suelto mi brazo y sigo caminando. Conocí a Vincent hace… ¿Cuánto ha sido? No lo recuerdo. Ser un vampiro puede volverse aburrido después de un tiempo y yo he perdido por completo la noción de tiempo. Vincent apareció un día, hace ya bastante supongo pero lo recuerdo porque es el día que comenzó todo. Tenía solo unas décadas de haberme convertido en esto y vivía en algún lugar de Europa que no recuerdo. Le vi entre la gente, una figura más oscura que las demás. Como hoy, le ignore y seguí mi camino. Después de eso nos hemos encontrado cada cierto tiempo, o debería decir que es Vincent quien me sigue a donde quiera que vaya, por más distancia que ponga entre un lugar y otro, tarde o temprano él solo aparece como hoy.


— me gusta esta ciudad, es muy grande aunque huele mal.


— nadie te obliga a estar aquí.


— Solo estoy pasando— siempre dice eso— tengo mucha curiosidad por el lugar donde estás viviendo ahora. Dime que no es un cementerio, por favor ¿es un cementerio?


— No vivo en un cementerio.


— Ah, bien porque eso es demasiado sucio ¿estás viviendo con alguien? Tus anteriores compañeros eran muy serios, aunque tú eres doblemente serio.


— No se dé que estás hablando— a nuestra espalda el cielo comienza a aclararse. Si no me apresuro ahora no voy a llegar a mi refugio antes de que salga el sol, pero no quiero que al seguir caminando de este modo Vincent lo tome como una invitación a quedarse en el mismo lugar.


— que pronto llega el amanecer a este lugar. Supongo que nos veremos pronto— Cuando volteo, Vincent ya no está. En cualquier otro momento lo pensaría dos veces pero esta por amanecer y yo tengo que irme ya o puede que termine convertido en cenizas en la calle.  Me alejo del amanecer, moviéndome tan rápido que me toma solo unos minutos llegar a la casa y cerrar. Nunca abro las cortinas y todo está cerrado así que no tengo problemas cuando entro. No hay ningún ruido fuera de lo común en la casa: la madera crujiendo, las goteras de las tuberías y los pequeños roedores bajo el piso.  Afuera el ruido aumenta de pronto, como si todo pasara de una escena a otra en una televisión, y yo solo me quedo en la oscuridad, en la eterna  oscuridad a la que estoy atado.


Sabía que la despedida de Vincent era demasiado buena para ser verdad. Apenas abro los ojos, puedo escuchar los pasos en la casa. Nadie entra aquí, si fuera un humano escucharía claramente su corazón latiendo. No sé qué cosa le dio a Vincent desde aquel día, las primeras veces que nos encontramos pensé que era algo al azar, una coincidencia que se repetía de vez en cuando, hasta que dejo de serlo.


— este lugar es un poco… creo que si tú fueras una casa, serias como esta ¿sabes? quiero saber cómo le haces para encontrar siempre lugares como este a donde vayas. 


— nadie te ha invitado a entrar.


—no había nadie para pedirle permiso, tu nueva casa es como la guarida de un vampiro: oscuro, tétrico…— le miro, intentando no matarle allí mismo. La casa es una casa vieja, con piso de madera, techo alto y muchas repisas. El papel tapiz de las paredes está desgastado y enmohecido. Hay algunos muebles, tan viejos como la casa, hechos de madera y muy pesados— ¿has considerado cambiar los tapices? Son horrendos.


— ¿Qué quieres, Vincent?


— solo estoy visitando a un viejo amigo.


— no me digas.


— ¿vas a salir otra vez? ayer bebiste sangre— no puedo decir lo mismo: las ojeras de Vincent son muy visibles, señal de que ha pasado tiempo sin beber sangre.


— no me voy a quedar aquí toda la noche— aunque a veces si lo he hecho, quedarme sin moverme por días, solo mirando al techo.  Salir con vincent aquí solo es darle la oportunidad de que me siga, ha sido así algunas veces antes. Podría caer en desesperación por la visita indeseada pero como he dicho, no es algo nuevo que este aquí y solo tengo que soportarlo dos o tres noches más.  


Me gusta mucho este lugar porque es muy tranquilo para alguien como yo, no hablo de la tranquilidad de un lugar abandonado en medio de la selva o algo así, puedo vivir con el ruido de la ciudad y con la prisa con que los humanos parecen vivir ahora. Mi tranquilidad es no toparme con otros como yo, porque no me llevo bien con ellos. Su presencia es molesta para mí y siempre termino apartándome o  mis compañeros terminan por irse y aun así eso no me ha detenido para de vez en cuando vivir con alguien, porque la eternidad puede ser muy aburrida.  


— ¿A dónde vamos?—  se ha incluido él solo ¿Cuándo va a irse?


— ¿no tienes otras cosas que hacer?


— Lance, tengo todo el tiempo del mundo para hacer lo que quiera. No, no tengo otra cosa que hacer, así que ¿por qué no me muestras la ciudad?


— no quiero.


— que cruel.


— tengo cosas que hacer… a solas.


— No sabía que tenías esa clase de gustos— ¿de qué está hablando ahora? Vincent suspira con mucho dramatismo— nada, olvídalo. Supongo que nuestro paseo tendrá que esperar hasta mañana.


— ¿Qué paseo?


— ay, lance, a veces me pregunto si realmente eres un vampiro.


— claro que lo soy.


— olvídalo. Regresa a casa antes de que salga el sol.


— Conviértete en cenizas— le doy la espalda y sigo caminando. Él no me sigue y tampoco le escucho marcarse.


 


Casi sale el sol cuando cierro la puerta. El olor a polvo de la casa me recibe, y también el olor más fuerte de algún perfume. Arrugo la nariz, el olor me está molestando mucho.   


— ¿Qué demonios estás haciendo, vincent?


— Probando cosas nuevas ¿Qué más?


— Apestas, quítate eso de inmediato o te saco a la calle— Vincent refunfuña, pero se aleja de la entrada. Este olor no se irá a menos que abra las ventanas, algo imposible con el amanecer tan cercano. Escucho el agua en la tubería y el chapoteo en el lavamanos del baño— y más importante ¿Qué haces aquí? 


— Te esperaba, luego se hizo muy tarde para irme— claro, como si creyera eso— casi no tienes cosas aquí.


— no necesito nada.


— Es muy aburrido— vaya, por primera vez estamos de acuerdo en algo— ¿Qué haces aquí para pasar el rato?— que hago…  no entiendo la pregunta ¿tengo que hacer algo? solo espero a que sea de noche otra vez— umm ¿Qué es…?


— ¿Qué?— ¿ahora que está haciendo?— deja de hacer eso, pareces un  perro— además yo no soy el que apesta a perfume. Vincent se detiene frente a mí, muy cerca.


— ¿con quién estuviste? Tú… estuviste con otro vampiro— se refiere a eso.


— Si— me quito la chaqueta y la dejo en el perchero. Vincent no dice nada más, pero le siento seguirme hasta que subo las escaleras. Hay muchas habitaciones en la parte de arriba, y más arriba hay un ático así que vincent no tiene por qué estarme siguiendo justo a la habitación que yo uso— ¿se te ofrece algo más? puedes quedarte en cualquiera de las otras habitaciones. Creo que algunas tienen muebles, no estoy seguro— en lugar de irse se sienta junto a la puerta, apoyando la espalda en la pared.


— ¿recuerdas cuando nos conocimos?


— ¿Cómo olvidarlo? Me sigues desde entonces, aunque digas que es solo coincidencia— él se ríe.


— al menos te diste cuenta.


— no fue sutil.


— a veces eres muy difícil de encontrar. Casi no hablas con nadie y pocas personas te ven lo suficiente para dar información sobre donde estas. A veces creo que ya no voy a encontrarte porque has muerto.


— bueno, ya estoy muerto y eso es algo muy improbable ahora.


— aja, claro.


— ¿umm? ¿Te estás burlando de mí? te voy a sacar a la calle— otra risa. Ya no falta mucho para que el letargo del día me haga dormir y a él debe pasarle igual— ya, vete a otra habitación antes de que sea haga más tarde.


— está bien— ya debe faltar poco para que se marche otra vez y pasen algunos años o décadas para volver a verle, ahora que se que me busca tendré más cuidado al próximo lugar al que vaya. Quizá vaya a un lugar en medio de la nada, el desierto o una selva perdida.


Cuando vuelvo en mí,  lo primero que intento notar es a Vincent en la casa pero no le escucho. Aun noto el olor del perfume pero cuando salgo y él no ha aparecido, creo que ya se ha ido. Ah, ya era hora, esta vez se acerco demasiado. Odio las peleas, sé que no soy fuerte si me comparo con otros vampiros, no me gustan las confrontaciones y prefiero alejarme de cualquier indicio de problemas. No creo que nadie le  guste ser perseguido de esta manera, y es solo porque no me gusta el conflicto que no he hecho nada con Vincent.


Aún es temprano para volver a casa,  pero no tengo nada más que hacer. Aun falta mucho para el amanecer, podría ir a la parte alta de la ciudad para ver como amanece, siempre me ha gustado ver cómo cambia el color del cielo mientras el sol sale o se oculta. Es algo peligroso pero vale el riesgo cuando todo lo que puedo ver es oscuridad. Es la primera vez que elijo una ciudad como esta para vivir, normalmente prefiero un lugar más tranquilo pero cada vez es más difícil encontrar lugares así.


— Hey…— no alcanzo a decir nada porque me siento sacudido de un lado  otro antes de que me estrelle con una pared.


— Eres un idiota— el dolor se expande como en olas por mi cuerpo antes de reconocer la voz de Vincent— ¿Qué estabas haciendo? ¿Quién te hizo eso?


— ¿eh?


— maldición, Lance— me siento arrastrado  otra vez, y luego nos detenemos bruscamente frente a una tienda, y veo mi reflejo en el cristal. Eso de que los vampiros no se reflejen en un espejo es un mito muy divertido, puedo verme claramente, mi cara pálida y el cabello castaño, parecería un joven normal de no ser por mis ojos,  color azul pero resplandeciente. No veo nada extraño en mi reflejo ¿Qué se supone que tengo que ver? Vincent se empieza a poner impaciente.


— Quiero ir a casa— espero que con esto pueda ganar un poco de tiempo. Vincent me mira,  sus ojos están más oscuros que ayer, señal de que sigue sin beber sangre— deberías aprovechar el tiempo para alimentarte— no me suelta— me haces daño.


— eres un vampiro. Pasará.


— que pueda sanarme rápido no significa que no sienta dolor, y lo sabes. Ahora, suéltame— logro dar tres pasos antes de que me vuelva a detener— no sé qué te pasa esta vez, pero…— otra vez termino pegando en un muro, el cuerpo de  vincent frente al mío y su boca en la mía. No me muevo.


— Ya no sé qué hacer contigo ¿Aun quieres morir?    


— ¿Qué?


— Siempre haces lo mismo— su cabeza se apoya en mi hombro.


— Vincent, o me dices de que estás hablando o me largo de aquí.


— Tú quieres morir ¿no es así? Cuando te conocí estabas a punto de hacerlo— Ah, está hablando de eso. Hubo un tiempo en que no soportaba la desesperación de ver todo cambiar, todo menos yo, así que pensé en terminar con mi existencia y la forma más sencilla de hacerlo es exponiéndome al sol: me quede en la entrada de la  pequeña ciudad donde vivía y espere, faltaba poco cuando… esa fue la primera vez que Vincent me hablo— desde que nos conocimos haces lo mismo, siempre temo cuando no te encuentro— eso es innecesario porque esa fue la única vez que lo he intentado, después de eso incluso perdí el interés en morir— si yo no hubiera llegado tu ahora…


— ¿Y qué? No es como si nos conociéramos.


— estúpido lance, me vuelves loco.


— puedo decir lo mismo, siempre acechándome, apareciendo de la nada, sin un motivo ¿Qué se supone que debo hacer con eso?


— Ay,  por favor… ¡quiero estar contigo! He estado buscando mi oportunidad y ahora tú de pronto te encuentras con alguien más.


— estar… ¿por eso siempre me sigues? Pues no haces un gran esfuerzo, siempre te vas después de unos días, además ¿no sería más fácil solo preguntarme? Definitivamente no te entiendo— su mano me sujeta de la mandíbula y me besa de nuevo. Esta vez no puedo moverme aunque lo intento, intento empujarle o soltarme, pero su agarre es firme. Una de sus piernas pasa entre las mías. Ah… esto lo entiendo mejor, entonces, ¿él se refiere a esto?


— ¿no dirás que no podemos hacer esto? ¿No vas a decir nada?— su voz es un susurro en mi oreja. Siento su boca en mi cuello, sus dientes rozando peligrosamente la piel.


— Es que aún estoy pensando— se ríe.


— si no te resistes puedo tomarlo como una invitación— cierto, no estoy luchando.


— Creo que debería regresar a la casa ahora— Vincent me abraza, y luego siento el dolor punzante en mi cuello. Jadeo debido al dolor y al placer que eso me causa— para… Vincent…— así tan rápido todo termina, se aparta de mí mientras yo intento volver a mantener la calma, a dormir esas emociones que no deben despertar. 


— Ven conmigo—  no es una petición. Me toma de la mano y me hace seguirle. Aun falta para que amanezca y no se a donde vamos, pero no necesito pensar mucho: iremos a donde sea que vincent se esté quedando aquí. No me equivoco, la casa no es tan grande como la mía pero es más nueva y tiene todos los lujos modernos que  los humanos buscan. Casi todo es color blanco, y la luz es muy intensa ¿para qué necesita tener la luz encendida? camino al interruptor, soltándome de Vincent, y la apago— aun puedo olerlo.


— ¿Qué?— pero no me responde, en un segundo esta besándome de nuevo, tocándome por todos lados. Siento su piel dura y fría contra la mía. El sofá cruje cuando caemos allí, aun sin separarnos ¿Cuándo fue la última vez que hice algo como esto? no puedo recordarlo. Me siento bien. Siempre me gusto sentir la calidez de las personas, aun intento quedarme con esa calidez que los humanos tienen y yo he perdido, y estar de esta forma se siente realmente cálido.


— no te dejare ir, así tenga que arrancarle la cabeza a quien sea que quiera alejarte de mí— no soy consciente del movimiento que hago, pero sé que me aparto y me alejo un poco.


— por mas… romántico que pretendas ser y el hecho de que tenga que preocuparme por tus tendencias agresivas ¿de quién estás hablando?


— de ti y de quien sea con el que estuviste ayer y hoy.


— ¿estás haciendo esto por eso?


— ¿te parece poca cosa?— me mira, con las cejas alzadas— te he seguido por años y nunca has hecho esto, nunca hablas con nadie, ni siquiera conmigo si yo no me acerco, y ahora de pronto llego y estás hablando y viéndote con alguien más.


— primero, si hablo con otros vampiros si es necesario y no es la primera vez que lo hago— tengo algunos conocidos por aquí y por allá e incluso he vivido con algunos aunque hace mucho que prefiero quedarme solo— segundo ¿Por qué no tendría que hacerlo si como dices, tu tampoco hablas conmigo?  Soy un vampiro, no leo mentes. No puedo saber lo que piensas si no dices. Idiota.


— Entonces ¿puedo preguntarte?— le hago una seña para que pregunte. Creo que me arrepentiré de esto— ¿con quién te viste y que hicieron?


— dos vampiros, recién convertidos. Preguntaron algunas cosas y solo les respondí. Como estabas por aquí, pensé que sería buena idea aprender a defenderme. No de ti— añado con fastidio al ver la cara que pone— soy consciente de que soy débil.


— entiendo ¿te molesta que venga? Siempre me dio la impresión de que no te gusta verme cerca.


— me fastidiaba al inicio. Más que solo te quedaras lejos, pensé que era como una provocación así que nunca me acerque— escucho el golpe que se da en la frente con la mano mientras murmura algo que suena como “No puedo creerlo”


— entonces ¿todo este tiempo pude acercarme y hablarte?


— y dices que yo soy tonto.


— ¿Podemos continuar en lo que estábamos?— su mano me acaricia la mejilla— podemos hablar mañana— Que caricia tan extraña, su mano es fría y puedo notarlo, pero también hay algo cálido en la forma en que me toca. Y anhelo demasiado esa calidez. No me opongo cuando me besa y sus manos me jalan la chaqueta, intentando quitarla. Su lengua roza uno de mis colmillos, un escalofrío baja por mi espalda, siento el sabor a sangre y la mente se me nubla. No me importa ser brusco cuando le atraigo  a mí para seguir sintiendo la sangre en la boca. Mete las manos bajo mi ropa, subiendo por mi espalda como una caricia fresca. El instinto se apodera de mis acciones, pierdo el control de mis manos, aferrándome a Vincent para que no se aleje cuando muerdo su labio. Escucho el gemido de dolor, lo siento vibrar en mi pecho y me incita a buscar más. El golpe vibra a través de su cuerpo hasta mí cuando  lo acorralo contra una pared. Escucho el ruido de la tela al rasgarse y sus manos acarician mi espalda y mi trasero.  Nuestras lenguas se encuentran, aun noto el sabor de la sangre en la boca. Giramos, escucho el golpe de las cosas al caer, y ahora soy yo quien termina con la espalda en el muro. Vincent me besa el cuello, sus dientes rozan mi piel y su lengua se encuentra con el lugar donde me mordió.   


— no hagas eso.


— Gimes lindo, y parece que te gusta… o a tu cuerpo le gusta— su mano acaricia mi entrepierna. No es solo a mi cuerpo, se siente demasiado bien, tanto placer que siento enloquecer ¿Por qué no lo haría si es así de placentero? Estoy seguro de que solo habrá más y más placer si continuamos.  Le jalo de las ropas para besarlo,  nunca estuve más agradecido de no necesitar respirar para vivir. Siento los rasguños en mis piernas cuando jala mis pantalones con la intención de quitarlos. No me importa romper la ropa, su piel es demasiado pálida, puedo ver las marcas de mis dedos unos segundos antes de desaparecer… huele bien, huele a bosque, agua y sangre… la misma sangre que llena mi boca, más espesa que la de un humano, pero más embriagante. Vincent gime, es lo único que escucho. Sus manos me sujetan, apartándome con fuerza.


— ¿que…?—  pego de frente con la pared. Las manos de vincent bajan por mí abdomen hasta mi pantalón, y siento la tela deslizarse  por mis piernas. Quiero decir algo más, parar todo, pero mi cuerpo no me responde, ya no soy dueño de mí mismo.  Restriega su pene en mi trasero, un movimiento lento que comienza a molestarme. 


— Lance…— me mordisquea la oreja, su mano no me deja alejarme. Los sonidos que salen de su garganta cada vez son menos humanos, yo me siento menos humano…  pero ninguno es humano. Un solo movimiento y entra en mí. El calor y el placer que siento… me gusta demasiado el placer que siento, el cuerpo de Vincent golpeando contra el mío en movimientos bruscos. Mis manos en la pared, las manos de Vincent en mis caderas, y mis piernas que cada vez parecen aflojarse más y más, todo me está volviendo loco.  El calor aumenta, puedo sentirlo, surge de todos los lugares donde vincent me toca, se expande como la sangre por el cuerpo, calentándome hasta el punto que siento que voy a arder. El aire sale de mis pulmones y jadeo cuando ya no puedo más.  Vincent se apoya en mí, empujándome más contra la pared.


— Quítate…— no tengo fuerza para empujarlo o escaparme, aunque no quiero escaparme.  Las manos de Vincent siguen en mi cadera, sujetándome con fuerza aun.


— ¿en serio…? en serio tu ¿no sentiste nada?...


— esta posición es muy incómoda. No me gusta.


— Oh…— su cuerpo me deja libre y puedo moverme lo suficiente para girarme a  verle de frente. La pasión se aleja con la misma rapidez con que llego, dejando solo a dos vampiros cuyos cuerpos han perdido todo el su calor. Y yo sigo anhelando el calor, así que estiro mis manos y le atraigo hacia mí, besándole con voracidad y empujándole hasta que caemos al piso. Ah, allí está de nuevo el calor, no me importaría arder ahora mismo, mientras acomodo mi cuerpo sobre el suyo, mientras sus manos acarician y la pasión regresa.  Me acaricia las piernas, me incita a moverme más, froto mi trasero en su miembro y siento el movimiento que hace también. Sus manos me intentan levantar, me dejo llevar y lo hago, levanto un poco mi trasero para hacer que su pene entre en mí de nuevo. Escucho mi propio gemido, mi cuerpo arqueándose y moviéndose sin que yo lo piense solo para buscar más placer, más calor, más pasión…— Lance…


— Más… más…—  la forma en que me mira envía una nueva clase de calor, más intensa que antes. Por unos segundos todo se detiene, siento mi cuerpo girando aunque aún noto sus manos en mi cuerpo, y así de pronto me encuentro en el piso con él sobre mí, otra vez me penetra con un solo movimiento que me hace jadear y gruñir, clavarle las uñas y saborear la sangre…


El calor explota otra vez,  me siento demasiado bien. Vincent se mueve un poco más, me besa y luego siento su propio calor expandirse por mi cuerpo. Se deja caer sobre mí. Mi cabeza está más despejada ahora.


— Lance ¿ahora qué?— ladeo la cabeza para mirarle. Su rostro serio, mirándome intensamente. Estamos desnudos en medio de una habitación, acabando de tener sexo. No hay ventanas aquí, pero no las necesito para confirmar mi siguiente frase.


— Aún falta mucho para que amanezca— aún tiene una expresión seria, pero me besa, y enredo las piernas en su cadera. Si, aún falta mucho para que llegue el sol.


 


 


Ah, no hay nadie… la habitación está vacía, pero puedo oler la esencia de Vincent mezclándose con la mía con mucha intensidad, como si aún estuviéramos teniendo sexo. La habitación esta desordenada, no recuerdo si fue por nuestra culpa o Vincent es así de desordenado. Mi cuerpo se siente pesado, aun estoy resintiendo la noche pasada… ¿Dónde está vincent? Quizá ya se ha ido, como siempre. No me extrañaría porque es lo que hacemos mejor: desaparecer sin importarnos lo que dejamos atrás.


Tuve que usar ropa que encontré en la casa para salir, unos jeans de mezclilla oscura y rasgados y una camisa color blanco con un rostro en colores oscuros, no tengo idea de quién es, extraño mi ropa de algodón así que antes que nada iré a casa a ponerme ropa decente y luego a seguir con lo de siempre unos días mientras busco una nueva ciudad para vivir, esta no estuvo tan mal. Caminar en la oscuridad ya es relajante, la luz artificial de los humanos le da un aspecto decadente a todo pero me gusta verlo, como los edificios más grandes se pierden en la penumbra, las luces de los automóviles moviéndose a toda velocidad por las carreteras y….


— ¿Qué…?— humo. Demasiado humo, no es normal, además huele a combustible. Pero no hay mucho cerca de aquí… el resplandor del fuego ilumina todo, las llamas crecen mientras miro como los muros de la que fuera mi casa quedan envueltos en llamas.


— Lance— Y allí, sentando en el patio y con olor a combustible esta Vincent— te esperaba, creí que llegarías mas tarde. Esa ropa te queda bien, es bueno verte con algo más que ropa pasada de moda.


— Tu…


—  estuve pensando después de lo de anoche ¿Qué te parece vivir conmigo?


— quemaste mi casa.


— Bueno… en caso de que dijeras que no.


— mi casa…


— ¿y? dijiste que nunca había preguntado nada y me quedaba acechando, ahora te lo pregunto.


— ¿Por qué?— ¿Qué culpa tiene la casa? y todas mis cosas están dentro… bien, no me importa mucho porque no tengo nada de valor, pero la ropa ¿acaso tiene idea de lo difícil que es conseguirla?


— me gustas.


— ¿Qué?


— Me gustas, desde que nos vimos la primera vez. Por eso te sigo una y otra vez, y cada vez temo que te quites la vida y yo no esté allí para impedirlo.


— ¡No tenías que quemar mi casa para decir eso!


— solo es una casa.


— la quemaste.


— vivamos juntos en otra.


— ¡Vincent!— sonríe, las llamas le dan un aspecto lúgubre a su rostro. Se levanta y sacude su ropa, movimientos lentos para alguien como nosotros— primero, ya supere eso de querer morir. Hace demasiado que no quiero morir.


—  pero siempre buscas exponerte al sol


— porque me gusta ver el atardecer y el amanecer. Segundo, si no te disculpas ahora mismo por quemar mi casa puedes olvidarte de todo— hace una mueca. Creo que no está acostumbrado a disculparse.


— Lo siento… disculpa por quemar tu casa— añade cuando cruzo los brazos y no digo nada.


— bien.


— ¿Ya podemos vivir juntos?— Hace demasiado que no vivo con nadie, pero nadie tampoco me había dado el calor que sentí con Vincent. Muevo la cabeza para decir que si, no veo como vincent llega de su lugar hasta donde estoy, no es mucho espacio de cualquier modo, pero me abraza.  Siento un poco de la calidez de anoche,  o quizá sea mi casa quemándose.


— Tenemos que irnos ya— le aparto cuando escucho las sirenas de los vehículos humanos, bomberos, acercándose. Aun están lejos, pero es mejor dejar todo atrás rápido. Vincent camina primero, yo solo doy una última mirada a mi casa en llamas antes de girarme a vincent, con su mano extendida a mí para que la tome. No necesito leer la mente o conocer el futuro para saber que vivir con vincent será cambiar la forma en que vivo, me hará cambiar mi ropa, conseguirá una casa que no me guste y posiblemente vivamos en un lugar que no me guste tampoco, aunque no es el único que logra salirse con la suya… porque después de todo, la eternidad puede ser aburrida si no cambias. 

Notas finales:

Gracias por leer, hasta la próxima


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).