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Punto final por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

 

Hola ~

Pues esto debio estar ayer, pero debido a varios asuntos fuera de mi control apenas me fue posible terminar hoy, esta recien salido del horno (?) espero que  pasaran unas felices fiestas.

Disfrutenlo!

Resumen: 

Allen planea pasar la navidad como cada año, viendo maratones de series en la televisión o pasando la noche en un bar. Las cosas no siempre salen como queremos, y eso lo aprende cuando Ellis, su novio le pide cuidar de sus hijos mellizos por navidad.

Las noches de paz no siempre son las mejores, en especial cuando nos enseñan cosas que olvidamos al creer.   

Dios, que frió está haciendo. Si Ellis me escuchara ahora se reiría de mí y me preguntaría por centésima vez que porque estoy viviendo en un lugar donde cada año hay nieve. Por suerte es el último día que tengo de trabajo en oficina. Odio sentir los dedos helados cuando llego a casa.


— Orión, mira lo que traje ¿has sido un buen chico?— Mi perro llega corriendo y ladrando cuando le muestro el paquete de galletas para perro que traje. No es que las galletas sean un premio especial es solo que las tiendas están tan llenas que se me hizo difícil comprarlas: Estamos a pocos días de celebrar la navidad. Yo no tengo una decisión sobre estas fiestas, me gustan las fiestas y beber y tener vacaciones, pero no podría decir si me gusta o no la navidad, yo solo lo considero un día más. Vivo solo con Orión, mi rottweiler, entonces no me preocupo mucho por lo que hago o no en la casa— ¿me extrañaste chico?— le acaricio las orejas, más tarde le sacare a pasear.


Trabajo en una agencia que da mantenimiento y soporte a los sistemas de diversas compañías, así que al estar tan cerca la navidad muchas ya están teniendo vacaciones y las pocas que trabajan puedo encargarme desde casa, me encanta el trabajo en casa.


En la televisión solo encuentro especiales navideños, me gustan pero ya los he visto como tres veces este año. Ah, recuerdo que en años pasados en navidad me quedaba en un bar, es mejor que pasarla solo en casa al menos allí siempre encuentro compañía y buena bebida, este año planeo quedarme en casa viendo un maratón de American Horror History, con una buena comida y mucha cerveza, aun no se cual será mi cena pero ya estoy preparándome para eso… tal vez vaya al bar, aún sigue siendo una buena idea. Me gustaría pasarla con Ellis, mi novio, pero  él tiene otros planes con su familia, ahora que lo pienso ¿tal vez espera que le pregunte por eso? el año pasado no pasamos juntos estas fechas y todo fue bien, si él quiere que este con él entonces me lo diría ¿no? Ah, espero que así sea, tal vez debí preguntarle este año…


*************************


24 de diciembre


¿Pero qué…?


— orión, silencio… Deja de ladrar…— ah, ¿Por qué no se calla? Son las… ¡Siete de la mañana! Es muy temprano yo voy a dormirme otra vez. Orión sigue ladrando, esto es raro, no necesita salir o comer a esta hora pero… ¿están tocando la puerta? arg, que se vayan…— Ya voy…— ni se van ni orión se calla. Arrastro los pies hasta la puerta, hace frio, debí traer mi cobija— ¿Qué?


— Por fin.


— ¿Ellis? ¿Qué haces aquí?— Orión me empuja para intentar saltar sobre Ellis, pero lo alcanzo a detener. Ellis sonríe, casi siempre lo hace y su sonrisa es lo primero de lo que me enamore cuando lo conocí.


— Lamento haberte despertado— quiero decir que no es cierto, pero de seguro aún tengo las marcas de la almohada en la cara y mi cabello esta despeinado.


— ¿quieres pasar? ¿No tienes que ir al trabajo?


— aun tengo tiempo para un café— a mi no me gusta mucho el café, pero tengo una cafetera y café soluble porque sé que a Ellis le encanta. Ellis trabaja en una de las empresas a las que doy mantenimiento, nos conocimos hace tres años y llevamos dos años saliendo. Enciendo la cafetera y preparo todo sin mirarle mucho, le escucho sentarse en la mesa y hablarle a Orión. El olor a café pronto llena la cocina, y logra despertarme un poco— ¿Tienes algún plan para esta navidad?


— eh, no realmente. Había pensado en ir a un bar, pero creo que me quedare aquí— le paso a taza con café. ¿Debo invitarme a su casa?


— ya veo. Hubo complicaciones en la oficina— hace una mueca— tendré que cambiar los planes que tenía para la navidad.


— Oh, entonces…— ¿Quiere decir que quiere que pasemos juntos la navidad?— debe ser difícil tener que trabajar estos días.


— intente posponerlo pero fue imposible, ¿puedes creer que muchas personas no celebran navidad?— si, es fácil de creerlo porque conozco a varias personas que no lo celebran ya sea porque no pueden o por trabajo. Imagino cuando debe ganar el dueño del bar en este día, y ni hablar del año nuevo— y pues eso me trajo aquí, en parte.


— ¿en parte?


— quiero pedirte un favor…


— ¿Un favor?— y pone esa expresión, como de cachorro triste, que hace que sus ojos se vean mas como chocolate y las pocas pecas que tiene en la cara resalten mas. Me gusta cuando tiene el cabello cayéndole en la frente, aunque ahora esta peinado.


— Allen… te necesito. No puedo confiar en nadie más, eres mi única esperanza, Allen.


— b-bien… creo que puedo ayudarte— y allí esta esa sonrisa. Ellis toma mis manos y sonríe más si es posible.


— Enseguida regreso— aun estoy medio dormido o Ellis se movió rapidísimo. Me quedo sentado en la mesa ¿Qué está tramando Ellis? Siempre ha sido un poco infantil a pesar de ser un par de años mayor que yo. A las personas que nos conocen siempre les extraña que estemos saliendo porque somos muy diferentes, yo pienso que tenemos más cosas en común de las que aparentamos, solo porque Ellis no pueda usar pantalones rasgados, botas punk y vestirse de negro todo el tiempo (Como yo) no quiere decir que no lo haría si pudiera. Sé que desea más que nada dejarse crecer el cabello… y ya está tardando mucho para regresar ¿Qué está haciendo?


— Ellis, ¿Qué…?


— intentare volver lo más pronto que pueda ¿quieren ver la televisión?


— Ellis ¿Podemos hablar un momento?


— ah, claro, Allen ¿vamos afuera?— intento no parecer molesto, ni que estoy cayendo en desesperación, y todavía ni son las ocho de la mañana. Afuera hace mucho frio, y me abrazo a mi mismo cuando siento el viento.


— ¿Qué significa esto?


— Dijiste que me ayudarías.


— Nunca mencionaste que era cuidar de tus hijos— siseo, ¿se puede gritar susurrando?— ¿Qué demonios está pasando?


— Es navidad, no hay niñeras disponibles— maldición— créeme, intente llamar a toda persona que se me ocurrió. Se supone que hoy estaría con ellos pero… no mentí cuando dije que solo podía confiar en ti, Allen— ah, esto es…— intentare volver pronto, tal vez llegue antes de que se duerman.


— ¿Tal vez?


— solo será un día, eres mi salvación, no puedo dejarlos solos en casa y menos hoy— claro, los padres de Ellis viven en una residencia de retiro, y toda la demás familia vive muy lejos— se que puedes hacerlo— ese no es precisamente el problema— ven, vayamos por acá— casi me arrastra al auto, abre la cajuela y comienza a pasarme un montón de regalos— por si no alcanzo a regresar ¡Por lo que más quieras, que no los vean!


— …


— Vamos, vamos, escóndelos— me da unos empujones hasta que entramos por la cocina, rodeando la casa y me ayuda a meterlos en la despensa.


— Ellis, pero… yo no…


— estarás bien.


— Pero orión no se lleva bien con los niños— él se asoma a la sala.


— Parece que se agradan— Orión esta acostado, moviendo la cola mientras le rascan la panza. Qué gran traidor.


— Perfecto, entonces nos vemos más tarde— me da un beso, apenas lo estoy procesando cuando me abraza y se aleja, le veo despedirse de los niños y salir por la puerta. Alcanzo a llegar a la puerta a tiempo para verle alejándose en el auto.


— ¡Ellis! ¡Maldición, yo no sé cómo hacer esto! ¡No puedes hacerme esto, grandísimo…!— rechino los dientes, y me giro. Me están mirando. Los mellizos, Grace y Gilbert— eh… ¿Ya han desayunado?


— quiero hotcakes.


— bien…— cierro la puerta. Ellis me ha engatusado de nuevo. Me froto la cara— ¿tu quieres algo?— la niña me dice que no con la cabeza.


— Vean la televisión— ya está encendida, y por suerte los dos son obedientes. Ya los conozco, aunque nunca nos hemos quedado solos, siempre que los veo Ellis está con nosotros. Tampoco son sus hijos biológicos, porque en realidad son sus sobrinos pero él los ha criado desde que eran muy pequeños. Arg, esto es… ¡Ya ni sé lo que es! Si Ellis me lo hubiera pedido directamente le hubiera dicho que no, inventando alguna escusa, de seguro hizo todo esto porque él lo sabía. Ah… mi tranquila noche viendo American Horror History…


— Allen ¿Dónde está el baño?— bien, solo son unas horas… solo un rato ¿Qué puede pasar? Además, Ellis no lo hizo solo porque quiso, le creo cuando dijo que no tenía otra opción.


— Allí— lo señalo. Bien, si haré esto tengo que empezar bien esto. Me cambio mi ropa de dormir tan rápido como puedo, y ellos aun están viendo televisión, orión acostado a un lado del sofá. Por suerte tengo todo tipo de cosas en la cocina, aunque no me gusta mucho cocinar por la pereza que me da tener que preparar todo, nunca sabes cuándo te dé más flojera salir a comprar o sea tarde y no encuentres una tienda cerca abierta. Me pongo a seguir la receta en la caja de la harina de hotcakes, dos veces porque siento que me podría dormir de pie. No me llevo mal con los mellizos, ni con los niños en general o por más que me gustara Ellis, hubiera salido corriendo en cuanto me entere de que él tenía dos— Gilbert, termine— pongo los platos en la mesa, tres, uno para él, otro para mí y otro con los que hice de más por si ella quiere. Gilbert se sienta en la mesa y mira el plato.


— A mi papá no le quedan así.


— sí, bueno, no los hizo tu papá.


— están quemados.


— Ponle mermelada o chocolate y saben bien— me sorprende como Ellis puede hacerse cargo de los dos, además de trabajar. Los niños acaban de cumplir cinco años, fui a su fiesta de cumpleaños— ¿tu hermana no tiene hambre?


— comimos en la casa. Y está enojada.


— umm


— No quería venir y yo quería hotcakes— eso es demasiada mermelada. Gilbert se lo come como si nada.


— oh… bueno… ¿y traes tus juguetes?


— sí, papá nos dejó traerlos ¿quieres verlos?— eh… ¿debo decir que si aunque no quiera? Esto puede ponerse un poco más complicado.


— Terminemos de desayunar primero— al menos se lo comió todo, espero que no se vuelva una pesadilla andante por el azúcar. Cuando los vi en la sala no me fije que traen sus mochilas, y Gilbert vacía la suya en el piso.


— Mira, este me gusta— levanta un auto de juguete— pero te puedo prestar este— me da extiende otro, mucho más usado.


— Juega tu, yo tengo que… lavar los platos, si— solo veré que la puerta este cerrada y podre dejarles un momento. Ah, también tengo que cocinarles ¿verdad? O pedir comida rápida como siempre hago ¿Ellis no se molestara, cierto? después de todo yo no acepte cuidarlos porque quisiera.


Es casi medio día, aun no se qué hacer con la comida, y no he recibido ninguna llamada de Ellis. Pediré una pizza, a los niños les gusta la pizza y será una cosa menos para preocuparme. Ah, quiero ver televisión, pero justo ahora es lo único que tiene a los niños tranquilos ¿siempre es así? quizá les tengo que sacar a pasear… Ay, ya estoy pensando en ellos como si fueran cachorros. Bien, son niños, y les gusta la televisión y comer dulces y jugar… ¿están llorando? Que no sea nada grave, que no sea nada grave ¡Le dije a Ellis que yo no podía hacerme cargo!


— Allen ¿es verdad?— Gilbert se abraza a mis piernas ¿de qué está hablando? Él es quien está llorando, aunque Grace está a punto de hacerlo.


— ¿Qué?


— Grace dice que este año no habrá navidad.


— ¿Por qué no?— está llorando más, está llorando más.


— Papá no está— Ah, ese si es un problema grande…— siempre hacemos cosas juntos en navidad…— ¿Por qué deje que vieran el Grinch?


— Allen, no habrá regalos de navidad— pero si Ellis me dio un montón… pero no les puedo decir eso.


— claro que habrá regalos. Su papá regresara y podrán ir a casa y hacer todas esas cosas…


— Escuche a papá decir que iba a venir muy tarde— Grace se ve muy molesta, ya no sé si va a llorar de enojo o de tristeza.


—No hay árbol de navidad, no llegaran regalos— Oh…


— quiero ayudar a preparar galletas— doble oh… ¡Ya está llorando! ¡¿Por qué Ellis me mete en estos problemas!? Ah, vamos, resolvamos esto. A mí me gustaba la navidad cuando era niño, y que pase algo como esto son cosas que marcan mucho las fechas, creo que son muy pequeños para perder la ilusión de este modo.


— Oigan… escuchen…— me agacho para quedar más cerca de ellos— Ellis… su papá me dijo que hará lo posible por venir pronto, pero si no llega será mejor que arreglemos para que puedan llegar sus regalos.


— ¿Cómo?


— pues iremos a comprar todo al centro comercial. Comparemos un pino, y luces, y todas esas cosas. Y lo que sea que ocupemos para hacer galletas— ah, dejaron de llorar.


— ¿podemos elegir las esferas?


— Sí.


— quiero que las galletas sean de vainilla.


— ¡yo quiero de chocolate!


— Bien, entonces… vayamos— como por arte de magia los dos sonríen, una sonrisa muy parecida a la de Ellis, y se ponen de pie para ir a la puerta.


— ¿Podemos llevar a orión?


— No dejan entrar perros al centro comercial— demás o cuido de los niños o cuido de mi perro, no puedo hacer las dos cosas.


No me gustan los autos pequeños tengo una camioneta, y por eso tengo que subir a los dos porque no alcanzan ni a poner el pie para subir. Supongo que lo peor de esto es que los centros comerciales estarán a reventar de toda la gente haciendo compras de último minuto, como yo. Ah, por favor, que encuentre todo lo que necesito, que encuentre todo lo que necesito. Y definitivamente no iré a esos centros comerciales muy conocidos, ni los que están en el centro, conduciré un poco mas pero creo que el lugar que tengo en mente no estará tan lleno. Que encuentre lugar en el estacionamiento es una buena señal. También encuentro un carrito de compras, y es más fácil subir a los niños allí que llevarlos caminado ¿y si rompen algo? o peor si los pierdo…


— Allen, mira ¡Hay pinos!— se ponen a gritar tantas cosas al mismo tiempo que no los entiendo, pero me encamino allá. Hay más gente de la que esperaba, pero al menos no hay mucha andando por la sección de adornos navideños— escoge ese— Grace señala un pino artificial muy grande, y tan lleno de ramitas que no veo como lo podre armar.


— no, mejor ese— Gilbert está apuntando a uno igual de grande pero con ramas de colores naranjas, rojizos y cafés.


— Pero ese es más feo— ¿Qué demonios? ¿Porque son tan caros? ¡Ni siquiera es un árbol de verdad!


— Creo que me llevare este— este es barato. Los niños se ríen como si hubiera contado un chiste. ¿Qué?


— ese es un enano.


— los regalos no van a caber debajo de ese— pero es barato.


— Ah, tienen razón.


— ¡ese!— gritan otra vez al mismo tiempo, señalando uno tan grande como los anteriores, pero con luces en las ramitas verdes y que gira, la verdad no quiero ni ver el precio de esa cosa. Empujo el carrito, mirando los demás.


— ¿Qué tal este?— no es tan grande, pero es verde y tiene muchas ramas, además las ramas simulan tener nieve. Y está en oferta. Los dos niños se miran un momento, luego al árbol, luego otra vez a ellos y finalmente me dicen que si moviendo la cabeza— bien, hagan espacio— tomo la caja que está allí y doy la vuelta por el pasillo.


— Necesitamos luces, y esferas— Grace parece más feliz ahora. Ah, supongo que gastar mi bono navideño en esto vale la pena— quiero esas, son bonitas.


— son rosas, mejor llevemos esas.


— Esas son de niño— tiene dibujos animados.


— Llevaremos las dos, el árbol es grande— comento antes de que se pongan a discutir. También tomo dos empaques grandes de esferas de colores y Grace insiste para llevarnos moños y listones. Para las luces no espero su opinión aunque también termino llevando un montón de cosas que ni se para que son pero me hace pensar que mi casa será como la guarida de los duendes de santa. Los pasillos de la ropa y el alcohol están llenos, ni hablar del de comida y aun así entramos allí porque no pienso hacer de comer yo ¿tendré tiempo de cualquier modo? Quizá ni siquiera tenga tiempo para comer. De tanto dar vueltas encontramos la haría para las galletas, los moldes para cortarlas (¡pero si es más fácil comprarlas!) y cosas para decorarlas. Ah, no tengo idea de que voy hacer. Huevos, leche, azúcar, la comida… y la fila, ah, espero que avance rápido.


— Allen ¿es muy tarde?


— No, aún es temprano— espero. Los dos siguen en sus cosas, y aprovecho para llamar a Ellis.


 En este momento, no puedo atender su llamada. Por favor, deje su mensaje después del tono, y le devolveré la llamada lo antes posible.


— espero que estés planeando compensarme esto, Ellis. Espero un gran regalo de navidad— hacemos como cuarenta minutos de fila, casi todos los carritos que estaban delante de nosotros están a reventar. Casi puedo cantar de alegría cuando llega mi turno para pagar, al menos hasta que veo el ticket.


— ¿Estás bien? ¿Te duele algo?— los mellizos me miran.


— la billetera, nada más. Vamos, salgamos de aquí— otra vez empujo el carrito. Esto fue una locura, aunque me este quejando no es tan en serio. Fue divertido estar peleando con los niños por las cosas que traemos.


— Allen, Allen… ¡Santa!— ¿Qué? Oh, allá. La casa de santa, donde los niños de toman fotos y le piden al gordo lo que quieren para navidad. Creo que ni caso preguntar si quieren ir o no. ah, bien, solo un poco mas de fila. No hay tantos niños aquí, la casa de santa se ve… eh, bonita. Y los niños se ven muy felices: Técnicamente saltaron sobre el gordo de rojo que si no está sentado lo tiran al piso.


— Si quiere fotografía hay un costo extra— me dice uno de los “Ayudantes de santa” un chico que sostiene una cámara instantánea y que tiene cara de duende de verdad, tras él hay un letrero con lo mismo que me acaba de decir. La chica está controlando la fila que hay.


— Está bien, toma la foto…— hasta donde estoy me escucho la lista kilométrica que los mellizos están pidiendo. Yo… uh, no tengo nada para ellos, no se suponía que los vería y nunca les he comprado un regalo, les compro dulces o helados las veces que hemos salido pero… me siento un poco mal ¿tal vez de camino? No sé si Ellis les ha comprado algo de lo que están diciendo. Mejor les pregunto en el auto, y ya veo.


— también queremos que papá pueda venir a casa temprano. Tiene mucho trabajo pero a lo mejor puedes hacer que se termine pronto y venga a casa con nosotros— Ah, eso me duele hasta a mí. Ellis se sentiría muy mal si escuchara esto. No alcanzo a escuchar lo que les responde santa, veo que les da una bolsa de dulces con un pequeño moño y el chico me entrega la foto.


— Vamos, que las galletas no se harán solas— los mellizos se ríen, pero el camino a la camioneta y subir las cosas es más tranquilo. En la radio solo hay villancicos, y solo porque los niños están cantando no pongo las canciones de rock que me gustan— hey, Gilbert ¿Qué le has pedido a santa?


— un tren, y una pista de carreras ¡Y los zapatos de Spiderman!


— Oh, te gustan los superhéroes.


— me gusta Spiderman.


— a mí me gusta la reina Elsa. Pedí su muñeca, y la casa para muñecas— ¡Lo tengo! Debo ir por aquí. Los niños se ríen cuando la inercia de la vuelta les empuja. Espero que no esté cerrado, o que no encuentre lo que quiero. Las calles están con mucho tráfico y tardo un poco más en llegar a la tienda de disfraces, porque al menos puedo hacer esto por ellos. Quince minutos después estamos de camino a casa de nuevo, con dos regalos más: Los disfraces de Spiderman y de la reina Elsa. Ya pasa del medio día cuando llegamos, y tengo tanta hambre que me podría comer todo la comida que traemos ahora mismo.


— Allen ¿sabes hacer galletas?


— ¿Cómo? ¿Tú no sabes?


— Somos niños, papá no nos deja estar en la cocina— Ya, claro ¿Por qué no pensaste en eso antes, Allen? ¿Sabes hacer galletas? No, claro que no.


— Intentemos hacerlas, no debe ser tan difícil. Busquemos un vídeo en YouTube y listo— No es tan fácil cuando cocinan los niños, pero es tan divertido que no me doy cuenta de cuánto tiempo pasamos en la cocina.


— ¿Cuándo le ponemos el chocolate?


— separemos esto… y aquí.


— ¡A orión le gusta!


— ¡No uses esa cuchara de nuevo!— encender el horno es lo más difícil que he hecho, y mira que he hecho cosas bastante complicadas, pero al final logro entenderle y poner los grados que necesito para que las galletas queden bien… o en teoría deberían quedar bien— oigan, aun tenemos que decorar la casa— los dos se han quedado sentados delante de la estufa viendo las galletas.


— ¡Sí!— todo eso está en la camioneta. Entre los dos insisten en cargar pino hasta la casa, con orión tras nosotros ladrando y saltando— ¿Dónde vamos a ponerlo?


— Umm… voy a mover el sofá— necesitare espacio, pero ver la televisión en el nuevo lugar será difícil así que también moveré el mueble ese— ¿Por qué no abren todo? Yo… tengo algo que hacer. Vuelvo enseguida— bien, ya tengo los regalos de los niños, pero aun me queda algo por hacer. Tal vez el gordo no pueda traerles a Ellis a tiempo pero yo quizá pueda hacer algo.


Grace está rodeada de esferas cuando regreso. Gilbert intenta luchar con las guirnaldas que saco de las bolsas y que se enredaron. No puedo evitar tomar una fotografía, a Ellis va a encantarle.


— Allen, mira ¡Es muy grande!


— sí, sí, ya veo, ahora ¿Por qué no sacas los listones de allá? Intenta no enredarte— Gilbert me hace caso, pero se lleva entre los pies una guirnalda. Ah, bien, hagamos esto rápido. Cuando abro la caja del pino, los dos llegan a pararse cerca, viendo. Me hacen recordar cuando hacía lo mismo en casa, ver como esto se convierte en el árbol de navidad es uno de los mejores recuerdos que tengo. Si hubiera más nieve también saldría a hacer muñecos de nieve con los niños.


El pino tiene tres partes, y primero tengo que luchar con la base, ante las quejas de los mellizos porque no soy muy rápido (También tengo que evitar que las galletas se quemen) pero cuando lo logro, las otras partes son más fáciles de montar y tenemos un pino terminado, y podemos seguir con las esferas. Grace ya las ha acercado y tiene una caja en las manos.


— Allen pondrás las de arriba. Yo te las doy.


— ¡Yo quiero poner también!— Gilbert pone la primera, y se ríe cuando no se cae. Grace me toca la mano y me pasa una esfera. Damos vueltas y vueltas, riendo y colgando esferas hasta que se acaban— ¡Qué bonito!


— Pongamos las luces ¡Ya lo hago yo!— casi se las quito a Gilbert, pero no quiero que se enreden. Y cuando intento ponerlas me doy cuenta del primer error: Debí poner primero las luces y no las esferas. Ha pasado tanto desde la última vez que hice esto…


De algún modo logro poner las luces sin que se caigan demasiado las esferas. La sala es un caos de cajas de cartón, bolsas de plástico y envolturas de papel. Orión se ha acostado entre algunas bolsas de plástico, y los mellizos siguen sacando cosas.


— ¿Dónde ponemos esto?


— eso va en la ventana… necesito un martillo— hay dos ventanas en la sala, y en las dos termino colgando guirlandas, mas esferas y adornos. La casa comienza a oler a galletas ¡Espero que no se estén quemando! Corro a la cocina, esperando encontrar la estufa en llamas o todo lleno de humo. No hay nada de eso, las galletas están bien, aunque se quemaron un poco más que las primeras.


— ¿Puedo tomar una?— Grace se asoma por la mesa.


— están calientes, y tenemos que decorarlas— Ellis no me ha llamado ni nada, ya es mucho tiempo para no tener noticias de él— ¿recuerdas el video?— ella me dice que si con la cabeza— bueno, entonces te encargo que agites esto hasta que regrese— pongo los ingredientes del glaseado para las galletas en un tazón y le paso una cuchara grande. Voy a intentar llamar a Ellis otra vez, en el patio por si tengo que decirle algunas cosas no aptas para niños… ah, me ha saltado su contestadora. Al menos debería mandarme un mensaje— ¡Grace! ¿Qué…?— ¡esto es un desastre! ¡Hay huevo y harina por todos lados! ¿Eso es chocolate?


— es que… era poco y quise hacer mas.


— cinco minutos, solo fueron cinco minutos y has destruido mi cocina— La bajo con cuidado de la silla, porque también se ha ensuciado la ropa y las manos— vamos a limpiarte las manos y todo lo que se pueda antes de que se quede pegado.


— Oh…— ¿Qué…?— ¡Gilbert! ¿Qué hiciste?— el árbol… el árbol esta en piso, tirado…


— faltaba poner la estrella— al lado del pino esta la silla de la computadora de escritorio.


— ¡eso es peligroso! ¿Cómo puedes hacer eso? ¡Pudiste caerte! Acabamos de poner el árbol, ahora se arruino todo. Primero las galletas, y ahora esto…— si, por cosas como estas es que es mejor tener una noche de paz viendo maratones y comiendo pizza o lo que sea. Es tan tarde, estoy cansado, tengo hambre y Ellis no me ha respondido, poner todo en orden va a tomarme todo lo que queda del día.


— Allen, lo sentimos— Ah, lo que faltaba: Los dos están a punto de llorar.


— Está bien, no importa— que idiota soy, casi los hago llorar— solo volveré a ponerlo de pie y pondremos lo que se cayó, pero primero Grace debe limpiarse.


— pero el árbol esta…


— solo es un árbol. Estoy seguro de que habrá regalos con o sin árbol. No pasa nada— espero que Ellis enviara ropa en las mochilas de los niños. Gilbert espera en la puerta del baño mientras limpio las manos y la cara de Grace. Dejare así la ropa porque aun no termina el día y no hemos terminado las galletas— ¿me ayudan a limpiar la cocina para tener listas las galletas?


— ¿Todavía podemos hacerlas?


— ¡Claro! también tengo hambre, terminemos todo— el desastre en la cocina no es tan malo, solo es la mesa y parte del suelo. Pudo haber sido peor, y sin duda culpar a los niños de esto no es lo más inteligente que he hecho, les quiero hacer pasar un buen rato aunque Ellis no esté aquí.


Decorar las galletas relaja los ánimos, o al menos los míos. Al menos los niños vuelven a reírse cuando hacen algún diseño alocado. Comemos lo que compre en la tienda: fideos, ensalada y milanesas de pollo. Caliento los fideos y el pollo en el microondas y lo sirvo en tres platos. Cuando veo que los mellizos se convierten en unas bestias devora todo me doy cuenta que no era el único que tenía hambre y como no si es muy tarde para la comida.


Si Ellis viene, no va a reconocer mi sala con todo el cambio y los adornos navideños que hay aquí.


— Allen, Allen, la estrella.


— Ah, sí— la dejamos al final porque los dos dijeron que eso se ponía al final.


— yo la quiero poner.


— yo le dije primero, Grace— umm, no puedo cargar a los dos para que la pongan juntos ¿Cómo resuelve Ellis esto? ¿Lanza una moneda? ¿A uno le toca una vez y al otro la próxima? ¿Toma el control y dice que lo hará él para evitar peleas?


— Grace, Gilbert, vamos a esperar a que Ellis venga y pondremos la estrella con su papá ¿Qué les parece?


— sí.


— papá también tiene que ayudar— y como ya no hay nada más que hacer hasta la cena, enciendo la televisión. No hay más que especiales navideños en casi todos los canales y por primera vez no me molesta. Los mellizos se sientan en el suelo, y no porque yo les mande a sentarte allí, están acariciando a orión.


Todo parece ir bien por la tarde hasta que comienzo a sacar las cosas para la cena. Los mellizos estuvieron jugando, riendo, viendo televisión y todo eso, pero ahora cada vez parecen más tristes, y me imagino porque están así: Ya ha oscurecido y Ellis no regresa.


— Grace, iras primero a bañarte— he estado pensando si es buena idea dejarlos solos en el baño ¿saben bañarse? Solo voy a supervisar que no se caigan o intenten otra cosa. Revise las mochilas y Ellis solo metió juguetes y sus pijamas, está claro que sabía que no podría llegar a tiempo. Mi temor con el baño solo queda en eso porque los dos se bañan solos, sin causar problemas ni accidentes extraños.


— ¿vamos a cenar en pijama?


— claro ¿Por qué no?


— Tú no tienes pijama— pero que embaucador.


— Yo no tengo pijama— Gilbert me mira como si no me creyera, pero no estoy mintiendo. Apago la estufa, y como los dos están viendo tanto la ventana como la televisión (es la segunda vez este día que ven el grinch) entro a bañarme. Rápido, rápido… no quiero que se repita lo que paso con la cocina y el pino. Ah, los dos siguen tranquilos— Gilbert, Grace, a cenar— los dos miran por la ventana una última vez y se levantan al mismo tiempo para seguirme a la cocina. Conseguir traer estofado y pollo relleno. Les sirvo poco a los dos… y ninguno está comiendo.


— papá no va a llegar.


— Aún es temprano. La cena de va a enfriar— no sé a qué hora se duermen, o si quieran dormirse antes hoy para que los regalos lleguen antes. Ah, ya están comiendo ¿alguna vez paso esto cuando era pequeño? Mi familia siempre pasó la navidad reunida, íbamos a casa de los abuelos y teníamos una cena enorme, regresábamos a casa tarde. No recuerdo cuando fue la última vez que tuvimos una navidad así, solo de n momento a otro la navidad ya no era lo mismo ¿Por qué olvidamos eso cuando crecemos? Sigo pensando en eso, son casi las nueve de la noche, y los tres estamos en el sofá, con orión a nuestros pies, viendo un concierto de navidad. Los mellizos están cada uno a mi lado y llevan una hora callados— ¿no tienen sueño?


— No— es tan obvio que siguen esperando a Ellis, cada que pasa un auto los dos miran a la ventana y luego se vuelven a recostar en el sofá completamente desilusionados ¿si yo estuviera en su lugar que me gustaría escuchar?


— sé que quieren a Ellis aquí… yo también quiero verlo, pero… hemos pasado un día genial ¿no? y aunque él no esté aquí, no es porque no quiera, apuesto lo que sea a que Ellis desea estar con ustedes en este momento. Así que vamos a terminar este día lo mejor que podamos, nos iremos a dormir y mañana habrá muchos regalos bajo el árbol ¿bien? ¿Qué hace falta?—


— no hemos puesto las galletas para santa.


— Tienes razón, pongamos las galletas y veamos algo más divertido— quedan dos platos con galletas, uno que dejaron para el gordo de rojo y otra para Ellis. Lleno un vaso de leche y dejo que Grace lleve la leche y Gilbert las galletas. Nos volvemos a sentar en el sofá, y busco una película animada, la que sea— el concierto era aburrido ¿no?


— ¿Podemos ver esa?— terminamos viendo “Minions”, los dos se recargan en mí, me están usando de almohada.


… ah, me quede dormido ¿los niños? oh, también duermen. Me voy a dormir otra vez. Por fin, esta si es una noche de paz.


— ¡Papá!


— Shh.


— ¿umm?


— van a despertarlo.


— viniste, viniste…


— ¿Ellis?


— Llegue— está aquí ¿Qué hora es? no siento mis brazos— vuelve a dormir.


— no tengo sueño— pero bostezo, y Ellis se ríe. Los mellizos también se ven medio dormidos, pero no tanto como esperaría— ¿tienes hambre? Quedo algo de la cena.


— Agradecería eso, estoy muriendo de hambre— como los niños no se separan de él, terminamos en la cocina otra vez. Son las nueve y media, solo dormimos media hora— deje mi teléfono en el auto, y llame apenas pude tenerlo conmigo otra vez pero no respondiste. Ya veo porque.


— ni si quiera sé dónde quedo mi teléfono.


— tu sala se ve increíble.


— ¡Yo ayude!


— ¡También yo!— y se ponen a platicarle todo lo que hicimos en el día, cada pequeño detalle sin descanso. Ellis les escucha y se ríe, y parece como si fuera lo más interesante del mundo. Cuando termina, volvemos a la sala y continúan contándole como hicimos las galletas. A las diez y media, Ellis les manda a dormir porque han comenzado a bostezar y los ojos se les cierran.


— ¿está bien que nos quedemos aquí?


— ¿Por qué preguntas eso? pueden quedarse.


— pensaba ir a casa pero viendo cómo te esforzaste por arreglar tu sala para los mellizos… gracias. Lo aprecio mucho— me deja con la cara roja mientras va a acostar a los niños. Por suerte tengo una habitación extra. No me doy cuenta cuando regresa, solo hasta que me acaricia la mejilla— también estás cansado, deberías ir a dormir.


— No quiero— él se ríe y me besa.


— Entonces quedémonos aquí un rato más— se sienta a mi lado, abrasándome. Se siente tan calientito y cómodo…— sabes, la reunión iba a alargarse demasiado, media noche quizá pero el sistema fallo, es como un milagro de navidad.


— Ja, llámame así de ahora en adelante— murmuro— tus hijos querían verte, así que…—muevo la mano porque no sé cómo terminar esa frase. Ellis se ríe otra vez.


— gracias, Allen.


— Me gustan las noches de paz, como el villancico…— nos quedamos en el sofá, las voces de la película cada vez más lejos…


*****


Ah, estoy en mi habitación, no recuerdo como llegue anoche aquí. Ellis ya no está aquí, aunque no creo que se haya ido sin despedirse. No quiero moverme de aquí, parece que es mas tarde que ayer, al menos ya hay más luz. La puerta se abre, y Ellis aparece con una taza de café.


— ¿acabas de despertar?


— casi ¿Qué hora es?


— ocho treinta…— Ellis deja la taza en el mueble y se acerca para darme un abrazo y un beso en la mejilla— feliz navidad.


— Feliz navidad— Sonrió cuando me extiende un paquete envuelto en papel brillante— Lo regalos de los mellizos…


— está listo. Vamos, ábrelo.


— ¡Papá!— escuchamos los pasos de los mellizos, desde la sala hasta donde estamos— ¡Lo regalos!


— ¡Quiero abrirlos!— y comienzan a gritar tantas cosas que yo no les entiendo pero Ellis parece entender todo, Grace le empuja para que camine afuera y Gilbert salta a la cama— Allen, tu también.


— Ya voy— todos los regalos están bajo el pino. La verdad es que la emoción de los mellizos es contagiosa mientras abren sus regalos, esperando ver que hay bajo el papel, si es lo que ellos pidieron— Olvide los míos…— los regalos que les compre quedaron en la camioneta ayer.


— ¿les compraste algo?


— Si, ayer estaban muy tristes pensando que no vendrías. Iré por ellos— me pongo un suéter y salgo hasta la camioneta lo más rápido que puedo ¡Pero qué frió hace!


Cuando regreso siguen rompiendo el papel de los regalos y gritando emocionados por casa nuevo regalo.


— ¿Son para nosotros?— Gilbert es el primero que me ve.


— Si— Grace sigue con sus regalos pero Gilbert casi me los arranca de las manos y solo dice unas gracias antes de volver a sentarse— en serio les gusta mucho esto.


— ¿a ti no te gustaba?


— umm, sí, me encantaba abrir los regalos de navidad y de cumpleaños— y recordarlo me hace sentir bien, como si todos los años que han pasado desde entonces se esfumaran viendo como ellos abren sus regalos.


— Aun no abres el tuyo— ¡cierto! lo deje en el mueble cuando fui por los regalos. Escucho a Ellis reírse cuando me desespero y arranco el papel. Es un CD de mi banda favorita.


— ¡y esta autografiado!


— Allen, me estrangulas.


— es genial, es genial…


— tenía que darte un regalo grande por cuidar de los niños ¿recuerdas?— me guiña el ojo y le beso. Escucho el grito de Gilbert, y cuando volteamos le vemos agitar el disfraz de Spiderman que le compre. Grace está abriendo con prisa mi regalo.


— ¿Puedo ponérmelo? ¿Puedo, puedo?


— ¡Claro!— se va riendo hasta las habitaciones. Grace también grita cuando ve el vestido y no pide permiso para ponérselo.


— Ellis, este es para ti— yo ni me moleste en envolver su regalo, aunque le puse un moño, la intenciones lo que cuenta realmente. A él le gustan mucho los chocolates, y aunque no es la primera vez que le regalo chocolates, ya que esta es una ocasión especial conseguí chocolates que él no va a encontrar aquí. Le he escuchado decir muchas veces que los quería probar.


— Wow, muchas gracias… y por cuidar de los niños, se que tu no querías…


— Está bien. Fue divertido. Me gusto recordar esas pequeñas cosas que disfrutaba de niño en la navidad— tal vez los adultos debamos recordar estas cosas más seguido— hablando de eso, anoche no pusimos la estrella. Querían que tú también estuvieras aquí para ponerla.


— Entonces pongámosla— Ellis está viendo la estrella cuando los mellizos regresan, con sus disfraces puestos— Hagamos otra cena hoy, esta vez ayudare.


— ¿Podemos ir a ver el desfile de navidad?


— yo quiero ver eso— respondo— pero quiero desayunar primero.


— entonces preparare el desayuno.


— espera, papá, la estrella— la vieron.


— ayer peleaban por ponerla, no puedo cargarlos a los dos.


— bueno, entonces yo cargo a Gilbert y tu a Grace. Así todos ponemos la estrella. Y así lo hacemos, los niños ríen mientras toman la estrella con sus manitas. Ellis prepara huevos revueltos y un montón de comida más y luego los apresura a ordenar todo para ir a ver el desfile navideño. Los cuatro paseamos por la calle buscando un lugar, que es fácil porque orión hace que las personas se aparten con solo verlo.


 


Tal vez me encanten las noches de paz en casa mientras veo American Horror History con una cerveza, pero esas noches movidas y compartiendo el momento con las personas que estimo no están nada mal tampoco. Ya espero mi noche de paz de próximo año.

Notas finales:

Gracias por leer!!

Sorry por los errores, aun no lo edito.


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