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Punto final por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

 
Resumen: Estoy cansado.  Las cosas se han puesto cada vez más raras, cada vez siento que algo va a pasar. Hoy me desperté y supe que todo iba a terminar. Hace rato que le escucho llamándome, y ya no puedo ignorarlo más.  Viene por mí, lo sé, y no puedo ni quiero hacer nada.  
La puerta de la entrada se ha abierto, escucho pasos, su voz que no deja de llamarme, que escucho aunque me cubra las orejas. 
Ya viene
Viene por mí… y yo me iré con él esta noche.

NIÑOS PERDIDOS

Diario regional…26 de octubre de 2016

 

(Extracto del diario local de una ciudad que quiere permanecer anónima)

 

Cualquier persona que pase por esta ciudad, escuchara entre sus habitantes el rumor que circula por estas zonas.  Si hay algo que caracteriza a esta ciudad, es la leyenda de los niños perdidos. Muchos lo han tomado como un cuento más para enviar a los niños a dormir después de lavarse los dientes, pero lo cierto es que si revisas los registros policiales, veras que efectivamente hay una larga lista de niños de los cuales no se sabe nada.

Ninguno tiene cosas en común más que ser menores de quince años. Niños y niñas, pequeños, grandes, delgados, fornidos… no hay una distinción. Muchos investigadores han venido a encontrar a estos niños perdidos como les llaman, pero siempre hay una respuesta negativa. No encuentran sus pertenencias, no hay rastros de ningún tipo, ni cuerpos. Nada. Simplemente han desparecido de la faz de la tierra.

Se especulo mucho sobre un asesino serial, pero estas desapariciones se pueden rastrear hasta el año 1870, por lo que es imposible que sea una misma persona la que se encarga de eso. La otra opción es una secta, un culto de algún tipo, en lo personal me inclino mas por esta razón, aunque las desapariciones son tan perfectas, tan bien planeadas, sin ningún rastro o indicio de quien será el siguiente. Nadie ve nada, nadie sabe nada.

Sea como sea, los habitantes de la zona saben que si su hijo desaparece, nunca lo volverán a ver…

 

Por Will Byrne

 

 

 

 

 

Ver esos encabezados por todo el escritorio me está dando dolor de cabeza.   Este texto no es el único que tengo sobre el tema,  aunque si es el más reciente.  También tengo en una torre de papeles los expedientes de la mayoría de las investigaciones que se han hecho sobre las desapariciones.

Suspiro, y reclino la cabeza en el escritorio, sobre los papeles. Esto no es más que un caso perdido, algo que tome por pasatiempo hace algunos años y que no he podido dejar, y también una de las razones por las que termine convirtiéndome en oficial de policía. Mi meta es llegar a ser investigador, me gusta resolver misterios y seguir pistas más que el trabajo de campo.  Siento un cosquilleo en el cuello, luego unas manos presionado mis hombros.

—  ¿quieres café? Traje uno para ti. Y donas.

—  Will, ya te he dicho que no porque sea policía me gustan las donas—  me enderezo.  Si trajo café, puedo olerlo, y también las donas. Will es mi amigo desde que teníamos como diez años, la edad a la que me mude a este lugar. Will vivía a unas calles, pero estábamos en el mismo grupo escolar y tomábamos el autobús en la misma parada—  ¿porque has venido?—  no es un reproche, estoy intrigado.  Will es delgado, tiene el cabello oscuro, largo y desordenado, y los ojos claros, que justo ahora entrecierra, arrugando su nariz con pecas.

—  ¿Por qué estas con eso aun?

—  ¿no puedo?

—  no me gusta que sigas tan obsesionado, Emory. Ya te dije que no tienes por qué seguir con eso solo por algo que me prometiste hace años, incluso yo sé que ya no es posible que ella regrese.  

— no lo hago por eso… además, has sido tu quien ha escrito esto—  le señalo el recorte de periódico. Él solo suspira y se da la vuelta, escucho el ruido del paquete de donas. Hace como siete años, la hermana de Will, Celine fue una de las niñas que desapareció, uno de los muchos niños que no han sido encontrados. Yo la conocí también, y cuando despareció le prometí a Will que la encontraría.         

—  Solo tenía que escribir  algo, en unos días se cumple otro año—  me levanto y le abrazo. No se mueve.

—  lo siento, no quería…

—  no importa. Solo… ver todo eso me hace recodarlo, y creo que es momento de dejar todo eso atrás.

—  sabes que solo es curiosidad, dudo mucho que pueda resolver esos casos. Creo que es un pasatiempo—  Will se ríe, y me empuja con el codo, no es un secreto que casi siempre cambia de humor rápido. Lo que es un secreto a voces, es que Will me gusta. Creo que él también lo sabe, pero nunca hemos hablado sobre el tema, los dos lo evitamos en pos de seguir con esta amistad. Aunque nunca ha rechazado las leves insinuaciones que me atrevo a dar.

—  vayamos a comer. Mis padres harán una fiesta en el patio de su casa, deja todo esto aquí. Te has vuelto espeluznante—  Seguimos discutiendo un rato más antes de salir de mi sala y caminar hasta la casa de sus padres.

 

En los cuatro días siguientes las notas y reportajes locales sobre la desaparición de los niños. Son unas fechas en las que Will se pone un poco triste, y no es para menos. Yo haría lo que fuera por él, por eso hice aquella promesa de encontrar a Celine.  Siendo sincero no creo que resuelva esto, y si estoy haciendo que se sienta mal por lo que ve en mi casa cada que viene, entonces debería dejarlo, pero me gustaría ver una vez más todo antes de darme por vencido, de centrarme en cosas más normales.

Mientras observo las fotos de los niños, me parece estar escuchando risas. Es tarde, debo estar cansado. No le doy más importancia, y comienzo a meter todo a diferentes sobres y después en bolsas plásticas para quedar en el fondo del armario.  Aun siento que no debería dejarlo cuando me voy a dormir. Estoy teniendo un sueño de lo más interesante con Will, cuando despierto.  No era un mal sueño, por eso no entiendo la sensación de angustia que siento, como si hubiera alguien más en mi casa y no quiero moverme, como si la cama fuera el único lugar seguro, si saco un pie entonces me encontrare con algo desagradable… comienzo a sudar frio,  me pongo a escuchar con atención cualquier cosa: Un paso, una respiración. El tic— tac del reloj me pone más nervioso, es lo único que escucho. La madera de la mesa cruje y yo pego un brinco, respingando, y por fin me enderezo.

No hay nadie en la casa. Mi pulso aun esta acelerado. Hace años que no le temo a la oscuridad, pero no soporto ahora mismo estar a oscuras, así que con la luz de mi teléfono encendida voy a encender la luz de la habitación. La luz hace todo menos amenazante. Toda mi casa esta como la deje.  Para calmar mis nervios enciendo la televisión también, algo que hacía de niño para poder dormir de nuevo.  Me muevo a la pequeña cocina por un vaso de agua  y justo cuando estoy regresando a la habitación, me detengo en la mesa de trabajo que tengo. Estoy seguro de que la deje limpia antes irme a dormir y ahora hay una hoja de papel sobre ella ¿yo lo olvide? Quizá quedo a un lado, o quedo bajo los sobres en donde metí todo.  Es una hoja en blanco, un poco arrugada, la levanto y le doy la vuelta. Es  un dibujo infantil, un intento de bosque y…

Niños, muchos niños y cruces, es como un mapa.

 

No dormí nada, y apenas amaneció salí a buscar a Will a su casa, pero ya no estaba allí, así que estoy esperando a que regrese de sus ejercicios matinales en la entrada de su casa.

—  ¿Emory? ¿Qué haces tan temprano aquí?—  me levanto, y por toda respuesta le pongo el dibujo enfrente.

—  ¿entraste a mi casa anoche?

—  ¿ah? No tengo porque entrar a tu casa en la noche sin avisarte ¿estás bien?

— sí...—  Will se pone serio, me mira, y lo conozco lo suficiente para saber que está molesto.

—  ¿Qué es esto? sabes que no me gusta que juegues con esto—  le da un golpecito a la hoja.

—  pensé que tú lo habías dejado en mi casa. Apareció en mi escritorio—  apenas digo las palabras, sé que no me cree.  Me mira, aun molesto.

—  Yo no fui. Emory, por favor, ya deja eso. No va a llevarte a ningún lugar. O si quieres seguir con eso, ya no me pidas ayuda. No quiero saber nada más, me resigne a que no voy  a ver nunca más a Celine—  muy pocas veces Will se ha molestado conmigo enserio, y casi siempre se cuando tengo que darle espacio. Hoy es una de esas veces. Regreso a casa, y me siento en el sofá, observando el dibujo. Nunca lo había visto, y estoy seguro de que no estaba entre los papeles de la investigación.  Esta mañana no le preste mucha atención por los nervios que sentí, pero ahora me fijo mejor en que hay dibujos encimados, letras… me apresuro a sacar una lupa y enfocar mejor esas partes. Las letras son irregulares, como hechas por un niño que apenas está aprendiendo a escribir.

Escondite

Esa palabra hace que recuerde el lugar al que los padres de Will nos llevaban a comer de vez en cuando, un claro en el bosque cerca de aquí.  Solíamos jugar a las escondidillas en ese lugar.  Y ahora que veo el dibujo mejor, parece que ese claro esta dibujado en la esquina inferior izquierda. ¿Qué es esto?   ¿Es una broma?  Lo pensaría si no fuera porque nadie más que Will sabe de mi pasatiempo.  Hace mucho tiempo que no voy a ese lugar,  ¿seguirá como entonces? Era un buen lugar… quizá me atreva a confesarme allí, sin nadie más que nosotros, además puedo aprovechar la excusa de disculparme.  Sin pensarlo mucho le llamo a Will y le dejo un mensaje en la contestadora.  Me pongo a preparar todo para una comida en el campo. Tocan a la puerta poco antes de la hora que le había dicho a Will, y me lo encuentro mirándome aun serio.

—  aun no termino de preparar todo, pasa.

— ¿Estas preparando todo aun si no te confirme?—  le sonrió, y meto las ultimas latas de cerveza.

—  Sabía que ibas a venir, no puedes decirme que no—  él resopla—  vamos, te va a gustar—  me hace la seña para que yo salga primero y no me ayuda con las cosas. En el auto, no le digo a donde vamos, y me limito a poner el reproductor y verle tatarear y seguir el ritmo con los dedos.

— ¿Me vas a decir ya a dónde vamos?—  sé que es un riesgo que se moleste más por los recuerdos que le traerá, pero vale la pena. Me detengo y le muestro un trozo de tela.

— es una sorpresa. Cúbrete los ojos—  no lo hace, y me tengo que inclinar para hacerlo yo, y luego conducir. No queda mucho para llegar, pero cuando llego el problema está en cargar con todo y llevar a Will también.   Me sorprende que no haya intentado ver antes—  llegamos.

—  si es una… ah…

— Quiero disculparme por haberte incomodado—  Will me mira, luego las cosas que traje y finalmente recorre el claro con la vista.

— Bien… yo también me siento mal por haberte dicho esas cosas, aunque sea un poco extraño, es lo que te gusta hacer—  se sienta en el paso, casi dejándose caer—  estos días no son fáciles.

— lo sé—  me siento a su lado.  Mañana se cumple otro año de la desaparición de Celine—  ¿recuerdas cuando veníamos aquí?—  le pregunto, Will sonríe, y comenzamos a hablar sobre lo que hacíamos, la escuela, personas que no hemos visto en un tiempo. Cuando nos quedamos callados, noto que ya está por oscurecer. 

—  me gusta este lugar.

—… Will, no solo quiero disculparme, yo…—  de nuevo escucho risas. No puede haber nadie más aquí ¿no?

—  ¿Emory?

—  Shh ¿no lo oyes?—  le levanto. También hay voces ahora.

—  No hay nada, ¿te sientes bien?—  sigo escuchando las risas.

—  Iré a ver—  Will se levanta.

—  oye, no es divertido ¿estás loco? ¿En serio te vas a ir? ¿Y que si son dementes o pandilleros drogándose?  Deberíamos irnos a casa—  Me mira, pero…

—  tendré cuidado, guarda las cosas en lo que llego—  no le doy tiempo para que me diga algo más, le escucho llamarme. Las risas siguen allí, no puedo ignorarlas ni dejar de sentir que es algo importante. La naturaleza del bosque  se hace más espesa,  y tengo que ir dejando marcas para saber por dónde vine. Justo estoy haciendo otra marca, cuando veo algo entre los árboles—  oye, espera…—  la figura sale corriendo, y yo no pienso mucho cuando me pongo a correr detrás. Las ramas bajas de los arboles me hacen heridas en el rostro,  me detengo cuando dejo de escuchar y de ver algo.  Solo escucho mis jadeos, mirando entre los arboles antes de caer en cuenta de que corrí sin pensar y me salí del camino que había marcado.

Estoy perdido. He intentado regresar siguiendo mis huellas, pero sigo perdido. Al menos Will sabe que estoy aquí, y lo mejor en estas situaciones es quedarse en un lugar y esperar a que llegue la ayuda. Mi teléfono no tiene cobertura. Suspiro, y me siento, reclinándome en el tronco de un pino.   Como siempre, debí hacerle caso a Will.   

—  Emory…—  Levanto la cabeza.  Por un momento, pienso que es Will quien me llama, sin embargo no es su voz. Me levanto, cuando lo hago, alguien se oculta. Parpadeo, e intento ver mejor en la oscuridad.

—   hey, ¿hola?—  no es un animal. Veo el cabello rubio y luego una cabeza pequeña. Es un niño, que sale corriendo apenas avanzo hacia él. Vuelvo a correr—  ¡Espera, no puedes correr aquí!—  escucho más risas.  Los arboles se terminan, y me encuentro en otro claro, en lo que parece un camino antiguo. Ya no veo al niño rubio, pero sí que hay niños aquí… ninguno se mueve, y todos parecen estar jugando con algo. Hay un silencio que me pone la piel de gallina. ¿Qué es esto? siento el impulso de correr hacia otro lado, y estoy por hacerlo cuando me detiene un manchón rosa. Esta  a unos pasos a  mi derecha, agachada. Reconozco el cabello oscuro a media espalda y las medias rosas que le gustaban—  ¿Celine? ¡Oh, Celine!—  corro hacia ella, porque si es ella, la hermana pequeña de Will. Estoy tan emocionado que me olvido por completo de lo demás. Está jugando con una muñeca, que recuerdo le regalo Will la ultima navidad antes de que desapareciera.

—  ¿Emory? Viniste—  no me mira, pero la veo sonreír—  pensamos que no ibas a venir.

—  ¿Cómo no iba a venir? No sabes cómo te han estado buscando, Will se va a poner muy contento de verte otra vez—  pongo mi mano en su hombro y la ayudo a levantarse. Ella me mira. Tiene la ropa sucia, y la muñeca esta vieja y gastada.

—  No, Emory. Will no me quiere, nunca vino con nosotros, nunca nos escuchó—  me dice, me sonríe—  pero tu si nos escuchas—  la suelto, y doy un paso hacia atrás. Hay dos cosas que note, dos cosas que estaban gritando en   mi cabeza y que apenas note. Primero, ella habla en plural, y no se refiere a la muñeca, y segundo, no puede ser Celine. Celine desapareció hace casi siete años, no puede seguir siendo una niña—  ¿Vas a quedarte con nosotros?—  estira su mano hacia mí.

—  Celine…—  miro a mi alrededor, consciente de las cosas al fin. Reconozco algunos de los rostros de los niños en las fotografías que tengo—  ¿Qué les paso? ¿Por qué están aquí?

—   porque nos gusta jugar, siempre estamos jugando ¿quieres jugar con nosotros? quédate y juega con nosotros, Emory—  los otros niños repiten mi nombre como un eco que me causa escalofríos. Celine, o la que antes era ella, camina hasta tomarme de la mano. Su mano es fría, y la suelto apenas me toca.

—  voy a… voy a regresar—  las risas, son las mismas risas que he escuchado desde que encontré el dibujo.

—  pero has venido hasta aquí. Nos encontraste.  La regla es sencilla, ya no puedes irte ¿lo entiendes?—  Me siento tan observado, que me doy la vuelta y corro—  ah… juguemos al escondite. Ocúltate bien, Emory—    la adrenalina hace que me mueva, aunque yo no alcance a entender que está pasando, inconscientemente se que estoy en peligro, y que tengo que huir.   Corro

Corro

Y corro.

No sé donde estoy, no dejo de escuchar risas, niños contando y cantando, niños buscando. Algo paso con estos niños, ya no son los mismos niños que Vivian aquí, ni siquiera están vivos. Este último pensamiento me hace gemir de angustia, miedo y desesperación. No dejo de sentir que me siguen, porque me siguen.

—  Si no eres rápido te vamos a encontrar, nos encanta jugar.

Salgo a un camino, y lo sigo, intentando alejarme de los arboles que me impiden correr.  Me estoy cansando, cada vez corro más lento, hasta que me detengo. Las risas se escuchan más cercanas.  Como por arte de este maldito bosque embrujado veo delante de mí una casona.  Ya o corro cuando me dirijo hasta allá. Me he dado por vencido, sé que no voy a salir de aquí.  

Mi pulso esta acelerado,  no puedo respirar. Dentro no hay nada, huele a humedad y a polvo. Cierro la puerta. Sé que no servirá de mucho, aun quiero vivir aun quiero volver a mi vida. Espero que esto sea un sueño, uno en donde voy a despertar pronto. Subo unas escaleras, arriba solo hay habitaciones, entro en una, derecho a armario. Cierro la puerta. Cierro los ojos, y me cubro las orejas. No quiero ver la oscuridad, no quiero escuchar las canciones de los niños.

Algo vibra en mi bolsillo. Mi teléfono. Hay cobertura.  No sé cuál de los dos numero de Will marco, pero me salta la contestadora.

—  Will… lo siento.  Debí… debí haberte escuchado. Esta noche iba a decirte lo mucho que te quiero, que me gustaría ser más que un amigo… de verdad que soy idiota por no haberlo dicho antes… encontré…—  escucho la puerta abrirse.  Cierro los ojos, y me doy cuenta de que estoy llorando—  te quiero—  cuelgo el teléfono.

—  Emory, ya no hay a donde correr—  no es la voz de Celine.  Escucho pasos, ligeros, cada uno me detiene el corazón.

—  ven con nosotros.

—  vamos a jugar.

—  Te estábamos esperando—  esa si es Celine—  estoy feliz, todos estamos felices, por favor, quédate.

—  no podrás irte de aquí, el juego no termina.  Cuando quieras puedes unirte a nosotros, serás feliz jugando con nosotros.

—  No tengas miedo…—   la puerta donde estoy se abre. El miedo me tiene completamente paralizado, no puedo pensar en nada. Solo hay oscuridad y miedo aquí—  Sabemos que estas aquí.

—  Te encontramos—  la puerta cruje cuando se abre. Estoy temblando, lo más alejado que puedo de la puerta. Son tres niños además de Celine. Los cuatro sonríen—  es tu turno, Emory—  sus manos se extienden hacia mí. Comienzo a caer en la oscuridad. Y lo último que escucho es mi grito….  

 

 

 

 

 

Misteriosa desaparición

 Diario regional…31 de octubre de 2016

(Recorte del diario local encontrado en casa de Will Byrne)

Sigue desparecido el oficial de policía Emory Cavey. Según los últimos reportes ingreso en el bosque siguiendo a alguien extraviado. No hay reportes de personas desaparecidas en los últimos días. En los próximos días llegara un equipo especial para búsquedas en los bosques.

 

 

 

Se realiza ceremonia en nombre del policía extraviado

 

Diario regional…22 de Noviembre de 2016

(Recorte del diario local encontrado en casa de Will Byrne)

La mañana de lunes se realizo una ceremonia de despedida del oficial Emory Cavey en las oficinas del a jefatura de policía del condado.  El oficial, cuyo cuerpo no fue encontrado y cuya búsqueda termino la noche de este viernes, fue despedido por sus compañeros y familiares  en una ceremonia emotiva a la cual acudió....

 

 

Carta encontrada en casa de Will Byrne.

31 de Octubre de 2017

Estoy cansado… ya no se qué hacer y ya he comprobado que no estoy loco. Todo comenzó hace un año, cuando Emory desapareció.  Me uní a los equipos de búsqueda,  espere mucho antes de entender que él tampoco iba a regresar, se había ido al igual que Celine y lo único que me había dejado era ese mensaje en la contestadora de mi casa. No le dije a nadie sobre ese mensaje, sobre todo lo que se escuchaba tras el sonido de su voz. Supe que algo malo le había pasado. Llore, mucho.

Cuando se hizo esa ceremonia (Que odie más que nada) le vi por primera vez. En la ventana de la calle, pero parpadeé y se había ido. Pensé que era solo mi imaginación, mi anhelo por verlo otra vez. Le vi varias veces más, comencé a escuchar que me llamaba. Escuchaba su voz llamándome, invitándome a ir con él. El primer mensaje llego unas semanas después.

Ven a jugar conmigo.

 

Era su número, su nombre en la pantalla. No podía ser una broma, porque nunca se encontró ninguna de sus pertenecías. Comencé a tener miedo de asomarme por la ventana. La cerraba, no miraba.

¿No quieres estar conmigo? ¿Por qué no me dejas verte?

 

Tire mi teléfono, conseguí uno nuevo, pero los mensajes siguieron llegando. Deje de ponerles atención, intente no escuchar su voz por las noches. Tenía miedo de dormir, y comencé a tener insomnio o si duermo lo hago con la luz encendida. Empecé a sentir que me miraban, incluso puedo decir de donde exactamente. De todo esto ya hace un año, estoy cansado.  Las cosas se han puesto cada vez más raras, cada vez siento que algo va a pasar. Hoy me desperté y supe que todo iba a terminar. Hace rato que le escucho llamándome, y ya no puedo ignorarlo más.  Viene por mí, lo sé, y no puedo ni quiero hacer nada.  

La puerta de la entrada se ha abierto, escucho pasos, su voz que no deja de llamarme, que escucho aunque me cubra las orejas.

Ya viene

Viene por mí… y yo me iré con él esta noche.

(El resto del papel son rayones y garabatos)

 

 

Periodista local desaparece. 

Diario regional…  2 de Noviembre de 2017

Se ha reportado la desaparición del redactor Will Byrne la tarde del día de ayer. Se le vio por última vez en su domicilio la mañana del día 30 de octubre. Según familiares y amigos cercanos el mencionado comenzó a tener comportamientos extraños en las últimas semanas, y se presume que un posible ataque de ansiedad sea la causa de su desapareció. En su domicilio se encontraron sus pertenencias intactas y no hay rastros de violencia. Si le has visto, favor de comunicarte a los siguientes números…

(Bajo el texto se encuentra la fotografía de Will Byrne junto a Emory Cavey, también desaparecido hace un año)

Notas finales:

 

 

Historia creada para el reto de Halloween 2017, son tres historias diferentes que hice para ese reto, las otras dos las subo en los próximos días.


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