Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Punto final por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Para Ezra, las tradiciones navideñas son muy importantes, en especial las que se celebran en familia. Su temporada favorita del año.
 Aunque nadie le dijo que al invitar al chico que le gusta a pasar las fiestas con él y su familia le traería sorpresas y nuevas tradiciones.  
 

Las bocinas del centro comercial siguen sonando con alegres villancicos.  El aire está un poco frio, pero con la ropa que uso estoy cómodo además estar de un lado a otro también ayuda a que no pierda calor.   Me gusta mucho el invierno,  antes vivía en un lugar cálido, donde todo el año hacía calor, e pleno invierno podías andarte con short y sandalias por la calle. Cuando tenía doce mi familia tuvo que mudarse,  desde las tierras cálidas de Australia hasta aquí.  Como todos saben, o quizá no todos, vivir en lado sur del mundo implica muchas cosas, pasar la navidad pleno verano con traje de baño haciendo barbacoa desde la playa, como ejemplos.


— Ezra, pasa al siguiente.


— enseguida…— Cuando llegue a esta ciudad, lo primero que vi fue la nieve. Había visto nieve antes en Australia, pero esto no era igual, nada igual. Después las luces, el olor diferente… me enamore de las celebraciones de navidad y por eso no es de extrañar que cada año desde que cumplí diecisiete traje como ayudante de santa en algún centro comercial— Puede pasar, la fotografía tiene costo a menos que tenga un cupón.


No me molesta pasar una temporada disfrazado de duende. Me gusta ver a los niños mocionados por pedirle a santa sus regalos. Este año me también estoy tomando las fotografías, por lo que llevo a casa algo más de dinero para mis gastos cuando regrese a la universidad.


— ¿Ese fue el último?


— Sí.


— Ah, creo que voy a enfermarme de tanto reír como Santa— George es mi jefe este año, trabaja en el centro comercial como guardia, pero este año le toco hacer de santa. No es muy alto y está un poco pasado de peso, a sus más de cuarenta años pienso que le queda bien el traje rojo y la barba blanca.


— Si no ríes como santa entonces no eres santa— Sonrió, sentándome en una de las grandes caja-regalo— Y serás un santa gruñón con el que los niños no querrán tomarse fotos.


— Solo hago esto porque perdí una apuesta con mis amigos. Mi familia está encantada, incluso me han preparado un show para el día de navidad.


— Que bien.


— Si hago algo mal, los niños de mi familia sabrán que santa no existe ¿imaginas lo traumático que será enterarse que no existe y que soy yo bajo el disfraz?


— No lo imagino.


— Bueno, me voy, tengo que comprar los regalos de navidad para los niños ¿puedes encargarte de cerrar esto?


— Nos vemos mañana— Me despido, haciéndole una sala con la mano para que se vaya.  Me estiro, y suspiro antes de pararme y comenzar a meter los arreglos en la casa de santa. A lo lejos veo a George despedirse de los otros guardias.  


Las cosas en mi casa para navidad también son muy alegres, siempre soy el primero en comenzar a sacar las decoraciones, a poner música navideña y conseguir las películas tradicionales. Todos dicen que yo soy quien contagia a todos con el espíritu navideño, pero cuando yo comienzo, mis hermanos  también ponen de su parte con las decoraciones, planeado la cena de navidad y otras cosas que nos hacen sentir realmente unidos.  Cuando comencé a ser el duende de la navidad mis tres hermanos no pararon de burlarse cuando llegue a casa con short, chaqueta y calcetines coloridos, además de zapatos puntiagudos, nunca me molesto.


Me pongo a tararear jingle bells mientras guardo todo, y finalmente tomo los tablones de madera que hacen de puerta.


— Oye— La voz suena tras de mí, y me giro, sonriendo amablemente y con algo de pena listo para decir que hoy ya no hay fotografías con santa, no veo a nadie frente a mí en un primer momento, pero veo un movimiento oscuro más abajo.  Veo un par de trenzas oscuras antes de sentir un golpe en mi  pierna que me saca las lágrimas y un gemido de dolor— ¿Dónde está santa?


— ¡Emma!  Te he dicho muchas veces que no corras en el centro comercial.


— ¿A dónde ha ido santa?—La niña intenta darme otra patada, pero ahora que se a que me enfrento, me aparto mientras llegan por ella.


— Lo siento, ella no hace eso normalmente… ¿Ezra?


— Ah…


— ¡¿Dónde está santa?!


— ¿Qué…? ¿Eres... el ayudante de santa?— Sigo mirando como estúpido a las dos personas que tengo frente a mí: la niña de unos siete años, morena y con el cabello oscuro peinado en dos trenzas, y el chico que llego por ella, Izan Ross, mi compañero en la universidad— Emma, deja de hacer eso.


— Pero…— La niña hace una mueca, y se le llenan los ojos de lágrimas.


— ¿Qué pasa? ¿Por qué quieres ver a santa?— Me inclino para hablarle. Ella arruga la frente.


— Ya sé que no existe. Solo son disfraces.


— Oh…— y eso parece destruirla— ¿Quién ha dicho eso?— Dirige su mirada a  Izan, él solo hace un chasquido con la boca— Entiendo…


— Pero no tienes por qué patear a la gente solo por eso.  Esperaremos aquí a tu mamá.


— ¿Ella es…?


—Mi sobrina ¿vives cerca?—  Siento el calor de la vergüenza. No estudio en la ciudad, y ese es uno de los motivos por el cual no me preocupo por qué alguien que no quiera me vea de duende.


—He vivido aquí desde que nací— Es incómodo hablar con alguien a quien veo frecuentemente en clases… y quien menos quisiera que me vea así.  No, exagero. Suspiro y cierro los ojos— no sabía que venias por estos lugares.


— Estoy cuidando de mi sobrina unos días— La niña se ha sentado en el piso junto a la casa de Santa donde tomo las fotos.


—  ¿Por qué le dijiste que santa no existe?


— Porque es la verdad.


— Pero es una niña, además debiste dejarle eso a sus padres. Al menos espero que se lo hayas dicho correctamente.


— Entonces ¿Por qué estás trabajando aquí?— Conocí a Izan  cuando iba por mitad de la carrera, pero no hablamos hasta algunos meses después y porque algunos de mis amigos coincidían con amigos de él. Desde hace un tiempo hablamos más, pero no hemos llegado a nada… Ah, bien, no puedo decir que este enamorado de Izan, pero sí que me atrae y me gustaría salir con él, pero estoy mucho más seguro de que no se ha dado cuenta de lo que yo siento por él ¡Ha sido frustrante porque no he podido decirlo! No tengo miedo a que me rechace, solo siempre rompe el momento de las formas más ridículas que pudieran ocurrírseme a mí.


— Hago esto cada año.


— ¿Por qué?


— Porque me gusta la navidad— Intento que la voz me salga normal y no con la vergüenza que comienzo a sentir.  Sé que no debo avergonzarme, pero dios, es inevitable.


— Ah…  Te queda el disfraz.


— ¿Qué?


— Pareces un duende de verdad, tu cara... solo tus orejas son normales—  Y por comentarios como este es que luego no puedo confesarme como quiero. Lo peor es que no es la primera vez que escucho ese comentario, mis hermanos no dejan de recordármelo— Incluso tus pecas te hacen parecer más un duende.


— Gracias— Sonrió forzadamente— Entonces ¿no vives cerca de aquí?


— No… ah, tengo que llevar a Emma a casa.  Nos vemos después— Bien, esto no salió nada mal.  Me hubiera gustado decirle algo más a la pequeña, algo como  “santa está muy ocupado y por eso le cubrimos” o “¿No le has visto como esta de gordo y viejo? Él ya no puede con este trabajo y le ayudamos” conociendo a Izan, hubiera metido la pata también en eso. Es decir ¡Yo no merecía esa patada! No fui yo quien le dijo eso, el que debería aguantarse las patadas es Izan, no yo.  


En el viejo auto de mis padres, me miro en el cristal. No soy muy alto, ni tampoco fornido a pesar de los años que pase haciendo surf. Mi cabello bajo el sombrero sobresale en algunos mechones  rubios un poco ondulados. No parezco un duende… aunque mi rostro es un poco afilado y tengo la nariz pequeña y los ojos un poco grandes…  ¡Ya! dejaré de pensar en eso.  


Las luces navideñas de la casa ya están encendidas cuando llego a casa. Aunque aún no  es navidad, el olor a la comida navideña  llena la casa. En casa solo viven mis padres y mi hermano menor Tyler, mis dos hermanos mayores, Landon y Kaelyn, ya no viven en casa y yo me quedo en el dormitorio de la universidad, pero cuando hay alguna ocasión especial todos regresamos a casa, ¿y qué más especial que navidad? la casa a veces es un caos pero también es divertido y me gusta mucho que todos nos involucremos en la preparación de la fiesta. Mi mamá y Kaelyn se encargan de la comida,  Tyler, papá, Landon y yo de decorar el exterior y de las compras para la cena. Yo me encargo de decorar dentro, no es mucho trabajo y todos ayudan también. Cuando Landon se casó su esposa Casey se unió a la familia, y después Steven, el novio de Landon.


— ¡Ezra! El abuelo no me ha dejado comerme las galletas— Apenas entro a la casa, Nolan llega corriendo. Nolan es mi sobrino, el único que tengo hasta ahora.


— De seguro las quiere para él solo… vamos a tomar algunas.


— ¡Sí!— no hay nadie en la cocina, y me basta una mirada para encontrar las galletas dentro del horno de microondas.  Las tomo, intentando no hacer ruido.


— ¿Ezra?


— Ve a mi habitación— Le pasó las galletas y dejo que salga corriendo. Mi padre está viendo todo desde la entrada de la cocina, solo me rio y me quito el gorro para dejarlo en una de las sillas del comedor.


— Son las únicas galletas que quedaban.


— ¿Qué galletas?— digo, sonriendo.


— Aún tenemos que hacer las compras para la cena de navidad. Creo que Casey ha conseguido cupones de descuento.


— Genial.


— Deberías ir a cambiarte, quizá queden algunas galletas todavía— Si, en casa ya tenemos nuestro plan para las fiestas.  Desde las galletas de mamá hasta los días que debemos hacer las compras para no ir y encontrar una fila enorme en las tiendas para comprar cualquier cosa.    


 


 Mis navidades desde que me mude, son de esta manera: Siempre alegres, en familia. Por eso, encontrarme al día siguiente con Izan sentando cerca de la casa de santa donde trabajo fue un cambio que no pude prever. Claro que no tengo por qué pensar que está aquí por mí… aunque seria de lo más increíble que este año y justo en esta época...


Ignoro mis pensamientos esperanzados y sigo poniendo orden en la fila de los niños, acomodando las cosas que desordenan y tomando las fotografías para entregárselas a los padres después de que hablan con santa. Realmente admiro a George por la paciencia que tiene para hacer de santa y escuchar a niño tras niño.  No terminamos tan tarde, a veces mucho más temprano porque todo depende de la cantidad de niños que hay en el lugar. Hoy hay un desfile navideño, no es raro que casi todos los menores estén allá, así que apenas y son las seis,  y ya tenemos todo cerrado. Mientras camino a la salida, noto que el lugar donde estaba Izan ahora está vacío. Era demasiado  bueno para ser verdad.   Apenas salgo de la tienda, noto el aire frio. Y yo que deje mi abrigo en el auto y el estacionamiento está un poco retirado.


— ¡Ezra!— Volteo a todos lados, buscando— ¡Ezra!— Noto el movimiento en la calle de enfrente. Izan está en una cafería y me hace señas para que vaya. Espero que pasen tres autos y luego cruzo la calle—  ah, qué bien que te alcance a ver.  Estaba esperando a que terminaras tu trabajo… ¿Quieres café?


— ¿Por qué esperabas?— Respondo, tomando el vaso que me pasa y luego le sigo a una de las mesas vacías. El calor del vaso me entibia las manos.       


— Ayer no me disculpe apropiadamente por lo de Emma. Ella pensó que la culpa era de los que se disfrazan. No le explique que es un trabajo también.   


— ¿Cómo esta ella?


— Mejor, aunque mi hermana me estuvo dando sermones sobre lo mal que estuve al decirle—  Comienzo a asentir— Pero no entiendo que estuvo mal. Todos saben que no existe.


— Ah, entonces supongo que eres como el señor Scrooge.


— ¿Quién?


— Ebenezer Scrooge, el hombre a quien no le gustaba la navidad, ni nada que le hiciera feliz, solo ganar dinero, y en la noche de navidad recibe la visita de  los espíritus del pasado, presente y futuro que le muestran su vida y… no tienes idea de que estoy hablando.


— No.


— ¿Nunca leíste “Un cuento de Navidad” de Charles Dickens? Al menos debiste ver una película, un especial navideño con ese cuento.


— Mi familia siempre fue un poco diferente para navidad. Solo es un día más, si había regalos, pero siempre supe que eran de nuestros padres— Le sopla al café y luego se ríe— Y estoy seguro de que solo nos daba regalos porque a los demás niños también le daban y después nos quejaríamos.  


— Oh es un poco… Creí que todos celebraban navidad.


— Mis padres siempre estuvieron ocupados con su trabajo. Mi hermana comenzó a celebrar cuando se casó. No sabía que ahora también era importante para ella ¿Cómo pasan la navidad en tu familia? Viviste en Australia también


— Me gusta más la navidad aquí. Siempre celebramos en familia, aunque aquí el invierno si es invierno, en Australia  hacíamos barbacoa en casa, o a veces en la playa, hace mucho calor así que no usamos suéter. También siempre íbamos a ver la carrera de yates en el puerto de Sídney— me pongo a hablar de las cientos de personas que van para navidad a las playas de Australia, de la comida y la tarde de villancicos con velas en las calles. De lo mucho que me gustaba la pavlova, esa tarta de merengue y frutos rojos que mi madre todavía prepara en casa, y las timtams.


— ¿Timtam?


— Son galletas de chocolate rellenas de caramelo. Deliciosas— El café se termina entre pláticas sobre las fechas y celebraciones y luego nos despedimos. Regreso a casa  de tan buen humor, que ignoro las burlas sobre mi ropa de duende.


Los tres días que quedan para la navidad pasan muy rápido, y las cosas están muy movidas en casa y en la ciudad.  Ya solo trabajamos medio día, por las tardes y dedico la mañana a terminar con las compras de la casa.  También he estado hablando con Izan por las tardes, cuando salgo de mi trabajo y tomamos un café en la cafetería frente al centro comercial. Justo ahora, estamos por comprar las últimas cosas que nos faltan, bebidas y algunas cosas para los postres.


— Escoge el que sea, es lo mismo— Tyler suspira, reclinado en el carrito de las compras mientras yo observo los frascos de mermelada de fresa que exhiben.


— Bien, pero será tu culpa si mamá dice que no le sirvió.


— Siempre dice lo mismo y siempre le queda bien…— Damos la vuelta por el pasillo y nos topamos con la larga fila para pagar— Entonces este año tampoco conseguiste un novio.   


—  El año todavía no termina, apenas es navidad.


— Y piensas conseguirlo en siete días, cuando no lo hiciste en todo el año.


— Tayler…


— ¿Qué? Mamá se la pasa comentando eso en casa con Casey y Kaelyn. No me extrañaría que su propósito para año nuevo sea conseguirte uno.


— Solo dices tonterías.


— ¿Por qué no vamos a Australia el próximo año? Siempre quise participar en la carrera de yates, como Landon.


— Y mamá aun no le perdona haberse perdido la fiesta de año nuevo— El último año antes de venir a América, Landon entro a la carrera y no le dijo a nadie hasta que faltaban unos minutos antes de iniciar, y como la carrera termina justo para la celebración de año nuevo, él no iba a estar con nosotros porque al final de la carrera se hace una gran fiesta y se quedaría con unos amigos. Mamá aun no lo olvida, y es muy gracioso que cada año inicie la fiesta de navidad recordando eso.   


— Ah, basta con decirle con tiempo… desde agosto.


— Inténtalo— La fila avanza más rápido de lo que esperaba, y pronto salimos de la tienda. Como no he estado en casa mucho tiempo, ahora que Tayler me ha dicho lo de mamá, noto los comentarios que hacen entre ellas, a veces sueltos o a veces una larga conversación. Para la tarde, me siento tan abrumado por tanto parloteo sobre parejas, que finjo que olvide algo en el trabajo. Mi familia sabe que me gustan los chicos desde… supongo que siempre lo sospecharon.  Y aunque a mi mamá le hubiera gustado tener más nietos, se resignó conmigo, y cuando nació Nolan,  cualquier pequeño detalle con los nietos quedo olvidado.


 El centro comercial está lleno, totalmente a rebosar y apenas puedo pasar a la casa de santa para ver que todo esté en orden. Ah, rayos, George no guardo la cámara fotográfica. No puedo dejarla aquí con toda esta gente. Me cuesta abrirme paso entre la gente para llevarla a la caseta del guardia. Me despido con un gesto de la mano, ya que todos están ocupados también, que no tardan en cerrar el lugar para irse a casa.


— Ah, ¿Qué haces aquí? pensé que no trabajabas hoy— Me toma unos segundos darme cuenta que Izan esta delante de mí.


— No, solo tenía algo que hacer— Me dan un par de empujones que me hacen tambalearme por todos lados.


— Esto es de locos, vamos— Me jala de la manga del suéter, camino tras él más rápido que si fuera por mi cuenta. Se siente cuando salimos, no por el frio sino por la sensación de libertad al no verme rodeado de personas— Entonces, ¿no estabas trabajando? Pensé que estarías en tu casa, como me hablaste tanto de lo que hacías este día…


— Quedo algo pendiente con la cámara aquí— No voy a decirle porque no quise estar en mi casa— Solo es un momento… ¿Haciendo compras de último momento? 


— Algo así.


— ¿Llevas sopas instantáneas? ¿Celebran con eso en tu casa?— No le estoy recriminando nada, solo tengo curiosidad porque no me dijo que iban a celebrar.


—... Son para mí. Hubo un problema con la familia del esposo de mi hermana, me dijeron que no era grave. Se supone que estaría con ellos estos días, no conozco a la familia de él, preferí quedarme aquí y luego regresare a casa… en uno días.   


— ¿Pasaras solo navidad?


— Pues…


— ¡De ninguna manera!  No es un día que debas pasar solo— No si puedo evitarlo— ¿Quieres venir a mi casa? solo hoy— me mira, no estoy pensando mucho en lo que dije,  pero ¿pasar a solas una noche como esta? no, definitivamente no.


— ¿A tu familia no le molestaría?


— Claro que no— estoy seguro de que pensaran igual que yo cuando les diga que pensaba quedarse solo esta noche— la casa no es muy grande, pero una persona más no hará diferencia. Vamos, no voy a dejar que te quedes solo hoy, si no vienes conmigo entonces yo iré contigo.


— Ah… entonces iré contigo. Espero que no sea una molestia.


— Estupendo.


— Iré a casa a preparar  las cosas, si me das la dirección llegare más tarde—  le miro unos momentos, ¿realmente ira o solo me lo dice para no ir?— ¿Ezra?


— Te la diré si me dices la tuya primero. Y si me das tu número de teléfono.


— Está bien…— Uso el teléfono para escribir la dirección también. Después de comprobar que el número sea el correcto, asiento. Le escucho reír— Entonces nos vemos en un rato.


— Hasta la noche.


Cuando llego a casa, los preparativos tienen a todos con prisa, y me olvido de mencionar mi invitación y de darme cuenta de lo que hice. Cuando ya solo queda terminar la cena, me pongo a ver un especial navideño en la televisión son Nolan.  Escuchamos un alboroto en la entrada, y luego Landon entra a la sala, riendo.


— Nolan, traje regalos— la forma en que lo dice me hace dudar que sea algo bueno. De una bolsa saca un gorro navideño tejido…  ¡Ese es el gorro más feo que he visto! Parece a cara de un muñeco de nieve, pero derretido y le cuelgan dos cordones a los lados de color verde, rojo y blanco. Nolan ríe cuando mi hermano se lo pone sobre la cabeza— También hay uno para ti, Ezra.


— No gracias.


— Es un regalo de navidad, no puedes decir que no— y de la bolsa saca otro gorro, también tejido, pero esta vez  simulando un pino,  incluso tiene borlas de colores. Me lo pone hasta los ojos, sin dejar de reír— tengo que repartir los demás— cuando nos encontramos todos en la sala,  todos tenemos esos gorros feos, aunque graciosos. El de papá y Tayler son rojos, puntiagudos y con borlas verdes con cordeles para atarse en la barbilla,  el de mamá tiene orejas de duende, y los de Casey y Kaelyn son largos, muy largos y con rayas de colores.


— ¿Por qué el tuyo es el único normal?— el gorro de Landon es un típico gorro de santa, rojo y blanco.


— Porque son regalos, este no es un regalo—  se ríe, y seguimos discutiendo sobre los gorros, aunque nadie  se los quita.


 Cerca de las ocho, tocan el timbre de la casa. Mamá es quien va a abrir mientras los demás discutimos sobre qué película ver.


— Ezra.


— Ya voy— me levanto, pasando entre Nolan, Tyler y Landon que están en el suelo sobre la alfombra— ¿Qué pasa?— por respuesta se hace a un lado, dejando ver la puerta, en donde Izan está esperando, con una gruesa chaqueta— oh…


— Te estuve llamando. 


— Deje mi teléfono en la habitación…— No sé cómo decirle a mi mamá que se quedara a cenar— me alegra que decidieras venir— lo digo con la intención de que ella me entienda. Cuando me mira, con las cejas un poco alzadas y una sonrisa, sé que me entiende.


— No me has dicho como se llama tu amigo.


— Ah, él es Izan. Es un compañero de clases.


— Espero no ser una molestia.


— Claro que no, adelante— Izan entra, y ante la mirada interrogativa de mi mamá,  muevo los labios formando “Se iba a quedar solo en navidad”.


— Quería traer algo, pero Ezra no me respondió el teléfono, lo siento.


— Descuida, tenemos todo listo desde temprano— Mi mamá sonríe.


— Estamos viendo películas en la sala, la cena ya casi esta lista…— El siguiente paso aquí es con el resto de la familia. Y de hecho, es como una película de horror, pues todos se quedan en silencio cuando entramos. Me aclaro la garganta— Él es mi compañero, Izan, nos va a acompañar esta noche.


— ¿Qué película eligieron?— Mi mamá es quien entra y trata de hacer que todo este como siempre. Logramos sentarnos en el sofá, bastante apretados y las conversaciones y discusiones siguen como antes. El programa es aburrido, ya lo he visto como cuatro veces en lo que va de la temporada. Izan esta bosteando a mi lado.  La televisión se apaga de pronto, y Landon se levanta.


— Es hora de poner un poco de alegría aquí— Se levanta y sale de la sala, dejándonos confundidos.


— Creí que tu familia sabía que venía.


— No tuve tiempo de decirle a todos. Solo mi mamá sabía, no importa. Espero que no te sientas muy incomodo… ¡Un karaoke!— No lo puedo evitar, incluso me levanto para ayudar a Landon con el aparato— Es genial ¿Cómo se te ocurrió?— Entre los dos comenzamos a conectar los cables a la televisión.


— Pues quería algo diferente este año… ¿Quién va primero?— Levanta el micrófono. Al inicio, todos estamos un poco incómodos cantando, pero el objetivo de esto no es cantar bien, y cuando lo entendemos, incluso papá desafina a propósito para hacernos  reír.  Después de m versión fuera de tiempo de Santa Claus Is Coming to Town, el micrófono queda libre— tú, no has cantado— Señala a Izan con el micrófono. Él solo se levanta, y estira la mano para tomar el micrófono— Ah, pero no estás en sintonía— Pasa de largo hasta el sofá, y de la bolsa de los gorros, saca otro, esta vez con forma de reno, con astas y una enorme bola de algodón rojo como nariz— Está mejor así.


  — ¡Landon! ¿Tenías uno más? ¿Por qué no estás usando ese?— Kaelyn suena indignada. 


— Era de repuesto, por si alguien perdía el suyo pero ya no estamos hablando de los gorros, el chico va a cantar, además si será parte de la familia tiene que usarlo— Izan mira el gorro en su mano, y soy yo el que enrojece de pena. Le  estoy por decir que no tiene por qué usarlo, pero ya se lo está poniendo. Cuando canta, es claro que es el mejor en canto aquí, lo que hace que comencemos a reír. 


— Ya, basta, cenaremos en unos minutos— Mamá sonríe, y va la cocina. Le hago una seña a Izan para que me acompañe,  al  otro lado de la sala, junto a una ventana.


— Lo siento, mi familia es un poco… no nos reíamos de ti, no cantas mal y nosotros fuimos un desastre.


— Es divertido. Tu hermano tiene buenas ideas. Me estoy divirtiendo.


— ¿En serio? me alegro...— Me dirige una mirada larga, y luego sus ojos se desvían hacia el fondo, donde escucho las voces de Tyler y Nolan.


— La decoración es bonita, en mi casa nunca hemos tenido un árbol tan grande, ni con tantos adornos y luces ¿Quién lo hace?


— Entre todos. No pasamos mucho tiempo juntos en el año desde que crecimos, mis hermanos se casaron, yo estoy estudiando en otra ciudad… intentamos pasar todo el tiempo que podemos. Además, Kaelyn y Landon ya no pasan año nuevo con nosotros, ya sabes, la otra familia. 


— Entiendo. Todos se ven felices, es diferente, bueno…— Sonríe, y se acomoda el gorro— parece que estoy en una película navideña.


— Oh, vamos ¿tan mal la has pasado?


— ¡No! ya te dije, mis padres casi no están, y no tenemos cenas como esta.  Ya sé porque te gusta tanto la navidad.


— Si…— No quiero seguir hablando de esto, me parece un poco triste y me siento culpable por hacer que compare a su familia con la mía, y lo primero que se me ocurre es hablar de la escuela y de nuestros amigos. Hasta que mi madre nos llama a la mesa, hablamos de cosas triviales.  Me sorprende que Izan no haya hecho comentarios extraños, y todavía más sorprendente que yo he pensado en confesarme. No creo que sea un momento. La mesa está casi llena, y hemos tenido que añadir una mesa plegable y más sillas para que todos podamos estar en el mismo lugar. Ya solo quedan dos lugares juntos, y nos vamos a sentar. La comida y los platos ya están puestos.  Nunca hacemos algo como una oración o plegaria al comenzar a comer, solo esperamos a que todos estemos sentados, y entonces sí, llega la otra lucha por tomar y alcanzar lo que quieras, siempre hay manotazos y algunas discusiones divertidas por la comida, aunque mamá hace suficiente para todos.


— No seas tímido, toma lo que quieras— Izan mira la mesa, parece que no supiera que elegir.


— Gracias, pero…


— No vayas a decir que no tienes hambre, solo ibas a comer sopa instantánea en la cena de navidad.


— Oye…— murmura, yo me rio mientras tomo el puré de papas.


— Hey, Izan, no te lo tomes muy enserio, Ezra es muy mandón a veces.


—  Oh, sí. Siempre es el encargado de los trabajos en equipo. Le he visto poner orden y enviar a todos con su parte a trabajar.


— ¡Hey!


— No pienso que sea algo malo.


—  ¿Recuerdan cuando se extravió en la  playa? Le buscamos por horas y al final la policía le llevo a casa, y él le iba dando las indicaciones de cómo llegar— Casi miro con horror a Kaelyn. Contar mis anécdotas de la infancia delante de Izan es solo su manera de decir que le están “aceptando” en la familia. Debí haberles dicho que solo es un amigo, y…    


— Oh, vamos, eso paso hace años.


— ¿Y que de tus clases de pintura? ¿Y las de cocina?


— Kaelyn…— Gruño.


— ¿Tuviste clases de pintura? Nunca he visto que dibujes o pintes.


— Tenía diez años, y solo fueron cursos de verano, nada especial. No cocino tan mal, pero eso es por experiencia.


— Que modesto.


— Al menos se alimentarme, Tayler.


— Ya basta, o comenzare con las cosas realmente vergonzosas— Nos quedamos callados con la amenaza de papá. Por unos momentos solo se escucha el ruido de los cubiertos en la mesa, y después, poco a poco volvemos a charlar.  Izan y yo somos los primeros en terminar, y después de dejar los platos en el lavavajillas le hago una seña para que me siga de regreso a la sala. 


Las luces del árbol siguen encendida, le escucho reír detrás de mí.


— ¿Qué pasa?


— Estaba pensando en que solo les hace falta tener una chimenea. Acabo de notar ¿no tienen regalos?


— Oh, no esta noche. Tampoco tenemos que darles un regalo a los demás, solo si queremos.


— Cualquiera pensaría que son de los que se dan regalos, con todo esto que he visto.


— Preferimos pasarla juntos a un regalo. Cuando éramos pequeños si teníamos regalos, pero ahora tenemos suerte si nos dan un par de calcetines, claro que a Nolan si le vamos a dar regalos así que te pediría que no menciones lo de santa.


— Ya entendí eso— Su tono me hace reír. Nos quedamos hablando, de vez en cuando también hablamos con mi familia, aunque cada quien está en su propia conversación.


— Ah, por cierto ¿Cuál sería tu regalo perfecto de navidad?


— No lo sé, nunca me lo había preguntado…. ¿y tú? ¿Cuál sería ese regalo especial?—  Mi regalo especial. Algo que pediría en navidad… me quedo mirándole, fijamente, no estoy pensando en nada, solo… en lo cerca que estamos ahora, en lo cálido que esta todo. La suave alarma de un teléfono comienza a sonar, después la melodía del reloj de pared anunciando una hora más.


— Ah… familia, feliz navidad— Mi madre es la primera en darle un abrazo a mi papá. Ver a todos deseándose feliz navidad y abrazándose  me desconcierta, es como no haber estado aquí. Doy un par de parpadeos, y luego me giro.


— ah… Izan, feliz navi…— Está cerca, tan cerca que podría besarlo.  No puedo pensar… ¿Qué estaba diciendo? Ah, sí navidad. No puedo decir nada más,  su boca toca la mía, un beso.


Un beso…


Un beso…


— ¡Chicos!— Alguien silba, escucho que dicen mi nombre, pero todo lo escucho lejos al inicio. La voz de mi mamá regañando a Tayler y a Landon me hace darme cuenta de que mi familia está aquí. Ah, esto es…


— Vamos, compórtense, que no les enseñe a ser indiscretos— Vuelvo a ver a Izan, que parece de lo más tranquilo.  Ay, no, mi cara se está poniendo roja.


— Que… ¿Qué significa…? Yo…


— Un beso de navidad ¿no es una tradición? Besar a la persona con la que quieres estar todo el año.


— ¡Eso es en año nuevo! ¡Te has equivocado de fecha!— ¿Cómo demonios se puede confundir una tradición tan conocida en año nuevo?— Es completamente diferente.


— ¿Sí? ya veo… ¿Me invitarías entonces a pasar el año nuevo en tu casa?


— ¡Aaahh! Que idiota— Me doy un golpe en la frente con la mano— No tú— Le digo, al ver que sigue mirándome. Yo alegando por algo sin importancia y no le estoy escuchando realmente. Es una confesión ¿no? el beso, y lo que dijo… Sonrió— ¿Qué más podía esperar del chico inoportuno que me gusta?


— ¿Qué?


— Nada, olvídalo.


— ¿Entonces puedo venir en año nuevo?— Le miro, aun me siento avergonzado, aun noto a mi familia cerca, quizá mirando. Quiero pensar en tantas cosas al mismo tiempo que no estoy pensando en nada— ¿Ezra?— Me inclino y le beso, un roce suave, que convertimos en un beso largo,  profundo.  Un beso que me trae más cosas a la cabeza: El olor al pino natural que tenemos decorado en la sala, el sabor del pastel de merengue y frutas rojas, la sensación fría de la boca de Izan. Sin duda, yo lo llamaría un beso de navidad. Me siento correctamente, respiro un par de veces y me comienzo a preparar para enfrentarme a mi familia, no sin antes  inclinarme de nuevo hacia Izan y susurrarle al oído:


— Prefiero los besos de navidad.

Notas finales:

Prometo que no todo sera navidad y halloween XD, solo intento ir publicando conforme las historias fueron creadas.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).