Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Shisa por Silvia_Riffie

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi, holi, como están, yo aún trabajando en todos los fic's.


Aquí con un nuevo capitulo de Shisa, si no vieron el primero capitulo de nuevo, véanlo, porque lo edité.


Está es una historia de Misterio y de varios tipos de Terror, lo quiero dejar en claro para que luego no me digan que no les advertí.


Me esforcé en describir la casa, porque spoiler la casa juega un papel importantísimo en la historia, además me encanta el estilo tradicional japones.


Avísenme si necesitan warning en las partes de terror para avisar con tiempo.


Espero que les guste, nos vemos en otro fic ?

 


 


Naruto caminó hacía su habitación con la última caja con sus pertenencias en brazos, su habitación era la más alejada del casa.


La Casa era de estilo Japonés tradicional, construida en madera, era de dos pisos, una bonita casa, de un tamaño decente, más grande que la media pero menos que una mansión, perfecto para tres personas, con pisos de tatami, con una entrada genkan con Tataki y un bonito getabako. El Genkan era la entrada de la casa y en donde se debía retirar los zapatos, el Tataki era el piso y siempre estaba a desnivel con respecto al resto de la casa, ya que tradicionalmente las casas japonesas preparadas para distintos desastres naturales estaban elevadas en varios centímetros en caso de esa casa un metro del suelo, y el Tataki el piso del Genkan estaba a ras de suelo, y el Getabako era un hermoso armario para los zapatos.


Su padre le había pasado un libro de historia de la arquitectura y construcción de viviendas Japonesas, así que Naruto sabía los términos.


Había peleado mucho con su mamá, entre monosílabas él, que deseaba que su habitación fue completamente estilo tradicional, con piso de tatami, Shoji en vez de ventanas, eran puertas corredizas con papel de arroz lo bastante fuertes para resistir el viento, pero delgadas para filtra la luz del sol, éstas tenía salida directo al patio estilo japonés, con reloj de bambú incluido, el  engawa (pasillo interior) con el espacio suficiente para sentarse, dormir, o para hacer lo que deseara, además Naruto tenía la ventaja de poder ver parte de la vegetación, el mar y la casa de los vecinos otra hermosa casa tradicional japonesa. En vez de una puerta occidental, su habitación tenía fusuma, eran piezas con forma de rectangulares verticales, delgadas de unos tres a cuatros centímetros, eran dos, y ambas se corrían a través de un riel de madera, eran de un tono beige, como papel antiguo, tenía pintado delicadamente ramas de Sakuras en flor.


Se dejó caer en el Tatami de junco, aspirando su aroma, sentía tanta calma, no tenía muchas cosas, no después de lo que paso, quizás, pensó, que su padre había elegido una cosa que le diera paz, él, Naruto, no podía dormir en una cama occidental, recordaba lo que había vivido con eso hombres, muchas veces se dormía en la silla, sillón o simplemente en el piso, siempre con luz y con música, su gran compañera.


Le gustaba la idea de dormir en un Futon sobre el tatami, con Minato habían comprado algunos muebles, no invasivos para almacenar las cosas que más quería, algunos libros, su parlante de música, un escritorio de patas bajas de bambú. Naruto vivía con lo mínimo de todo, poca ropa, pocas cosas materiales, era un minimalista sin querer ser, tenía un kindle donde leía, una laptop, un ipad,  una nintendo switch, y por ultimo un teléfono, le gustaba mucho los productos de tecnología, más con todo lo que tenía no necesitaba televisión o estéreo, para eso tenía su parlante para conectarlo a sus distintos dispositivos, pero además de esas cosas que ocupaban el mínimo de espacio.


 De accesorios o elementos de decoración poco y nada, había dejado casi todo lujo abandonado, le daba asco, con solo recordar a que sus abuelos y su propia madre pusieron el dinero sobre su vida, era algo que le dolía, le quemaba si quiera tocar el dinero, por lo cual estaba seguro que  esperaría que sus cosas murieran por vida útil, antes de cambiarlas.


Productos para el cuidado personal, nada, ni siquiera agua de colonia, usaba el shampoo de su papá y el jabón que hubiera en el baño, lo único que se preocupaba  era de la salud y limpieza de sus dientes, sonrió quedo al recordar ese baño estilo tradicional que tanto le llamaba la atención, deseaba probarlo cuanto antes.


Cerró sus ojos y sintió como caía unos de sus Airpods mientras la música de Billie Eilish sonaba era Bad Guy, había algo en la voz de la chica que a Naruto le gustaba demasiado.


Movió sus dedos índices justo cuando Billie canta un poco más rápido antes del Bad Guy que hace el cambio de melodía más rápido, comenzó a tatarear la canción.


Abrió de pronto los ojos porque sintió como si alguien lo tocaba con suavidad en las mejillas, se incorporó asustado, dejando caer el otro audífono, giró su cabeza para todos lados mientras miraba si había alguien ahí, pero obviamente estaba solo, debía ser su imaginación, no habían pasado ni seis meses de lo ocurrido, estuvo tres meses en un hospital psiquiátrico y un mes más sin querer salir de casa, por ende estaba muy sensible.


- Hijo – Minato lo llamó desde detrás del Fusuma – Puedo pasar –


- Sí – Dio permiso mientras tomaba sus audífonos.


- ¿Te gusta de verdad el lugar y tu habitación? – No sabía cómo hablar con su hijo, se sentía idiota como tieso al momento de comunicarse, sentía tanta culpa por haberle fallado, Naruto no hablaba, no se comunicaba, no sabía qué pasaba por esa cabecita rubia. Estaba desesperado.


- Sí –


Minato hizo una expresión de desolación, sabía bien que no podía soñar con tener al pequeño gritón, rebosante de energía que parloteaba hasta los codos, pero si al menos hablara, titubeo un momento y le dijo –Me Odias – No era una pregunta, era una afirmación.


Naruto dejó caer los casquillos al tatami, sorprendido, y así fue testigo su padre, por primera vez en meses su hijo mostraba otra expresión.


- Qué –


- Sí me odias mucho, Naruto, sé que te falle de todas las maneras en como un padre puede fallar a un hijo entonc…-


- Para Papá – Pidió Naruto – No te odio, en serio que no te odio – Habló con un hilo de voz


- Naru no tienes que mentir, en serio yo entiendo –


- Papi NO – Dijo alterado el menor – Te amo, eres lo único que tengo, no pienses que te odio – Con cierta reticencia tomó las manos del mayor, era porque le costaba mucho tocar a otras personas después del incidente.


- Oh, hijo no sabes cuánto me alivia – Sus ojos se cristalizaron emocionado por las palabras de Naruto, apretó las manos del menor entre las suyas.


Kushina miró todo desde cierta distancia, sintió ganas de llorar, por una estupidez, perdió a su hijo y al hombre que siempre amaría, limpió las lagrimas que se atrevía a salir por las esquinas de sus ojos. Se marchó para darles intimidad, caminó hacia su habitación, una aparte a la de Minato, éste le dijo que  no iban a compartir lecho nunca más.


Su pieza era diferente al resto de la casa, era estilo occidental, con baño y un vestidor incluido,  de hecho era una construcción de la casa, ya que el ayuntamiento, específicamente el departamento de patrimonio histórico y cultural  de la isla, eran muy  cargantes con el tema del tipo de modificaciones que podía hacerle a una construcción histórica. Tuvo que construir un lugar nuevo en la casa que tuviese la fachada de la misma para que no destruyese su valor patrimonial, al menos tenía todas las comodidades que ella deseaba, una buena habitación con calefacción y aire acondicionado, un gran tocador, un vestidor, un baño para ella sola, y un pequeño piso en donde tenía un mini gimnasio; con maquinas y un sector para hacer yoga y Pilates.


El lugar tenía conexión con la casa antigua, era tipo loft y nadie que viese la fachada de la casa, dudaría que un lugar de ella hubiera sido construido recientemente, aunque la construcción y remodelación de la casa, no estuvo exenta de problemas, hubieron algunos accidentes graves algunos trabajadores se lastimaron cayéndose del techo, o gracias a la caída de cosas desde las alturas, incluso se les prendió fuego a un sector de la casa. El contratista le dijo con temor que no quería terminar de hacer las modificaciones y la construcción nueva porque temía que algo más le pasará a su gente, tuvo que amenazarlo para que terminase de hacerlo.


Evadió algunas cajas de cartón con sus pertenencias, molesta de solo verlas, ella quiso servidumbre, pero obvio que Minato y un retraído Naruto se negaron por completo a eso, lo peor es que ella ni siquiera sabía cocinar, de hecho no sabía si su esposo o hijo lo sabían, fuese como fuese, necesitaba hacerlos cambiar de parecer, ella necesitaba gente que la atendiese, que le llevase el desayuno a la cama, ordenase su habitación, de la limpieza y sanitización del baño, ¡Dios! Ella no se veía haciendo esas cosas.


Minato calentó agua para el Furo, ya que el baño era tradicional, el Furo, la bañera estaba en una habitación diferente del Inodoro, la ducha (la única modificación que acepto) y el lavamanos. El Furo era típicamente japonés, una tina de madera, un poco más grande que el de la mayoría, cabían sin problemas dos personas dentro, se calentaba el agua, de manera tradicional con una caldera a leña.


El Furo, tenía unas regaderas de mano, unos pequeños banquitos donde sentarse y fuentes de madera para llenarlos de agua, la idea era lavarse el cabello, enjabonarse y limpiarse el cuerpo fuera de la gran tinaja, y luego relajarse dentro de ella, completamente limpio.


Naruto acepto, el baño compartido que le su padre le dijo, a pesar de que odiaba estar desnudo, con su padre podía estar tranquilo, cuando estuvo en estado casi catatónico, su padre fue el único que pudo ayudarlo a bañarse y vestirse, entre otras cosas.


El furo se dividía en dos partes, también contaba con fusama, tanto al entrar como al medio de la habitación, era un vestidor, había un armario empotrado con muchos compartimientos, estaban de manera en donde estuviesen colocadas  las toallas, los productos de aseo personal, casi al finalizar, habían Gekas, eran a base de madera, con dos dientes de madera, y dos cintas para sostener el pie, se usaban para acompañar Yukatas que estaban finamente dobladas en unos de los compartimientos, también había fundoshi, que podía anudar a los lados de sus cadera para bañarse y así esconder sus partes más intimas, como usarlos para crear un tipo de calzoncillo tradicional japonés.


Naruto se quitó la ropa dejándola en la cesta de la ropa sucia, y se colocó el fundoshi, su padre hizo ingreso al lugar, soltando una risita al ver a su hijo con el fundoshi puesto, se veía tan mono, pero evito molestar, Naruto se fue a la segunda parte donde estaba el furo, para darle intimidad a su padre.


- ¿Tallo tu espalda? – Minato entró en el lugar, también anudado con el Fundoshi, tomando una esponja y vertiendo un poco de jabón líquido.


- Bueno – Aceptó el menor mientras colocaba shampoo en su cabello.


Sintió como su papá pasaba la esponja por su espalda tallándola con suavidad, y también por sus hombros. Minato al terminar su tarea llevo sus manos a la cabeza rubia de Naruto y le ayudo a lavarse el cabello.


Entre ambos se ayudaron tallándose y levándose el cabello, para luego aclarar los productos de limpieza con el agua del lugar, se suponía que esa agua que llegaba directamente al furo era de un manantial, lo cuál lo hacía exquisito.


Después de estar limpiecitos, como dijo Naruto, ingresaron a la tina, cada uno enfrente del otro, disfrutando del calor del agua y el sonido del viento al chocar contra los arboles, el sonido de uno que otro pájaro de nocturno.


Minato vio como Naruto comenzaba a quedarse dormido, por lo que decidió que era momento de salir de ahí, a regañadientes del menor que le dijo que podía vivir el resto de su vida dentro del furo.


Se vistieron con Yukata de algodón y seda de tonos grises y se calzaron en vez de un par de Geka, Zori (sandalias japonesas hechas a base de paja de arroz u otra fibra vegetal) para no dañar el tatami.


Minato colocó unas horquillas en el cabello de Naruto para despejarle la frente a pesar de las quejas del menor, pero necesitaba ver la carita de su hijo de vez en cuando, tenía el cabello muy largo, no lo molestaba para que se lo cortase, pero al menos que se pusiera esas pequeñas horquillas negras para despejar su frente.


No quiso decirle a su hijo que se veía muy bonito como estaba vestido, porque podría arruinar el ambiente. Tenía que ser muy cuidadoso con todo lo que decía y hacía frente a Naruto porque cualquier cosa lo podía afectar o detonar algún mal recuerdo.


Minato reviso la cena de esa noche, otro lugar que habían remodelado y modificado fue la cocina, porque originalmente era un cuarto con tatami, paredes despejadas, con un cuadrado en el piso donde se podía realizar un gran fogón, nada cómodo para ninguno de los tres, así que ese lugar lo modificaron para tener una cocina como correspondía. La gente anterior a ellos habían dicho que al no obtener los permisos en el ayuntamiento tuvieron que ir a comprar comida muchas veces y  colocar algún que otro electrodoméstico en otra habitación.


Dio las gracias que Kushina fuese tan majadera como para salirse con la suya, en esta ocasión, preparó arroz, camarones rebozados, una rica ensalada de rábanos y col, y una sopa de miso. Quería que Naruto tuviera toda una experiencia tradicionalmente japonesa (dentro de lo que se podía) en su primer día en su nuevo hogar.


Kushina fue llamada por Minato para ir a comer, no supo en qué momento se había quedado dormida, pero despertó con un maldito dolor de cabeza, sentía como si la hubiesen golpeado, sin pensarlo mucho, fue al cuarto de baño a refrescarse y luego ir con su familia.


El comedor tradicional japonés llamado “Washitsu” que consistía también en piso de tatami, y ventanas Shoji, tenía un Tokonoma que estaba a desnivel un poco más alto que el comedor, era el lugar de la decoración, donde se colocaba Kakemono (arte japonés, generalmente es una pintura o caligrafía. Que se cuelga de forma alargada en sentido vertical) que en este caso era una pintura de dos Shisa juntos, uno con la boca abierta y el otro con la boca cerrada, acompañado de un bello Bonsai sobre una mesita pequeña, y al lado una Ikebana (arreglo floral tradicional japonés)


El comedor de madera de arce finamente labrado y vitrificado, casi a ras de suelo, las sillas con un respaldo cómodo y un asiento acolchado en tonos beige, no tenían patas. Sobre la mesa ya estaba toda la comida colocada para los tres.


Naruto estaba hambriento y solo quería comer, pero Kushina no llegaba, por lo que tomó una rebanada de pan y la untó en un poco de mantequilla, lo único no tradicional japonés pero los tres eran aficionados al pan. En Estados Unidos lo consumían bastante, por lo cual tanto Naruto como Minato aprendieron hacerlo, estuvieron un mes y medio yendo a cursos de cocinas para morir en el intento de no vivir con servidumbre, no le habían dicho a Kushina de esto para no molestarla más.


-Vaya, quién hizo esto – Kushina se asombró al ver la comida, pensó que vería algo instantáneo, como el tan amado Ramen de su hijo.


- Papá – Naruto habló aún con la boca llena, sin mirarla.


- Vamos siéntate, para comenzar a comer, muero de hambre – Minato le dijo mientras servía un poco de ensalada en su platito.


La mujer tomó asiento al lado de su marido, probando la comida, aceptando feliz que su esposo había hecho una gran comida.


- Aquí tienes salsa agridulce – Naruto se la pasó para los camarones rebosados.


Comieron en silencio, por los tres tenían mucha hambre, así que nadie se fijo mucho en nadie, después de la comida, Minato ofreció té verde y fue a prepararlo. Era incomodo estar los dos juntos, apenas y hablaban, Kushina avergonzada por su pecado y Naruto sin poder perdonarle el hecho de no decir nada aún.


El rubio menor levantó la mirada de su cuenco de arroz vació para mirar a su mamá, frunció el ceño al ver el rostro de ella – Mamá cuándo te golpeaste – Preguntó preocupado de ver un cardanal casi sobre el ojo derecho de Kushina.


- Cómo – Sin entender lo que decía su hijo.


- No te has dado cuenta – Era increíble que no lo hubiera notado debía dolor – Mami tienes un golpe cerca de tu ojo derecho, de hecho tu ojo está  inyectado de sangre y tu mejilla inflamada – Le informó.


La mujer se levantó con rapidez para ir en busca de un espejo. Minato ingresó al comedor con una bandeja donde llevaba la tetera y las tazas para el té.


- ¿Kushina dónde fue? –


- Fue a ver su rostro, tiene un feo golpe – Contestó ceñudo el menor.


- Cómo paso esto – Kushina volvió con un espejo de mano sin poder creer lo que sus ojos veían, cuando se refrescó el rostro no se fijo en su reflejo.


- Déjame ver – Minato fue hasta ella para observar el golpe preocupado – No te duele –


- De hecho sí, pero pensé que era porque me dolía mucho la cabeza –


- Está muy feo, habrá que poner algún ungüento y deberás tomar un antiinflamatorio – Minato tocó delicadamente el rostro de su mujer – No recuerdas haberte golpeado con algo – La mujer negó con su cabeza – Que extraño – Musitó preocupado.


Naruto sirvió el té para los tres, mientras sus padres iban y venían buscando primero el ungüento y luego la medicina.


Se despidieron alrededor de una hora más tarde, para ir cada uno a dormir a su habitación, todos preocupados de cierta forma por el golpe en el rostro de Kushina.


Naruto abrió un poco el Shoji para que entrase un poco de fresco, hacía mucho calor y humedad en el lugar, prendió una lámpara de Totoro que tenía un paragua, se cargaba a beterías, y era su espanta cucús, tenía la suficiente luz para alumbrar todo el lugar, pero no lo suficientemente invasiva para no dejarlo dormir.


Buscó entre su cajita de audífonos, porque tenía varios, los especiales para  dormir, unos Bluetooth Huawei, que no se caían de su canal auditivos, los conectó a su teléfono también Huawei, busco una de sus tantas listas de reproducción en Spotify para dormir. Sabía que no debía hacerlo, pero más descansaba si tenía playlist depresivas.


Se quitó la yukata, su papá le dijo que podía dormir con ella, pero él prefería, un pijama, fue su armario que estaba casi escondido en la habitación porque las  puertas corredizas no eran invasivas y eran del mismo tono de las paredes, de un verde musgo pastel muy suave.


Su pijama era unos pantalones de franela con estampados de ranitas y sapitos, y una camiseta de algodón blanca, se acostó en el futon y cerró los ojos, había leído que si uno se quedaba unos minutos sin cambiar de posición el sueño vendría pronto y desde que lo hacía pudo comprobar que era así.


Abrió los ojos de inmediato, recordando sin saber porqué el pequeño dije que su vecino le había regalado, se levantó y fue a buscarlo a su escritorio. Lo dejó sin prestarle mucha atención, pero en esos momentos se había acordado, al pensar en Kakemono  que colgaba en el comedor.


Eran la misma imagen, pero en el Kakemono eran una pareja, y él en sus manos tenía solo uno, sintió curiosidad, sino estuviese tan casando habría investigado en google, seguramente encontraría mucha información. Se quedó dormido con el dije en las manos mientras la música, de Tom Odell “Heal” sonaba.


 


Sasuke observó desde su habitación, hacía la casa de sus vecinos, pudo ver como la habitación de Naruto, lo había visto durante la tarde en ese lugar con los shoji abiertos. Estaba curioso pasaba de la medianoche pero el chico seguía despierto, tenía las luces encendidas, podría ser normal en lo jóvenes de hoy en día trasnochar, pero él, Sasuke, calculaba que debían de estar agotados por el viaje y el acomodar cosas.


Salió de su habitación, iría a ver a Naruto, quizás le daría la misma excusa que no podía dormir y que pensó en hacerle una visita. En cosa de segundos llegó a la casa de Naruto. Ogimi no tenía nada de seguridad porque rara vez habían robos u asaltos.


Toco con suavidad el shoji de la habitación de Naruto para hacerse notar, pero obtuvo respuesta, como estaba corrido, lo corrió más para ver el interior de la habitación. Entró en ella sin emitir un ruido, sonrió viendo como Naruto estaba dormido rocando suavemente, con los audífonos puestos, la luz de un espanta cucús prendido, y en las manos tenía el shija que le regalo.


Sasuke no era un santo ni por asomo, era un ente maldito y lleno de maldad si le preguntaban a alguno de sus conocidos, pero se le hizo tan impuro estar invadiendo la privacidad del rubio, por lo cual salió rápidamente de ahí.


Pero antes de irse susurró “No se metan con él” con voz amanazante, para volver a su casa.


- Qué pasó, el zorro fue descubierto en el gallinero, y volvió con la cola entre las patas – Molestó Madara que fumaba tranquilamente sentado en el engawa.


- El pollito estaba profundamente dormido, el zorro si quisiera se lo hubiese comido – Siseó Sasuke, sentándose al lado de su tío.


- Es increíble que en siglos aparezca no uno, sino dos hombres con la sangre de un Senju – Susurró Madara pensativo.


- Que llegaran sanos y salvos a Ogimi, simplemente increíble – Otra voz se unió a ellos, igual de cabellos y ojos negros como la misma oscuridad, de piel nívea, vestido con una yukata negra.


- Eso es lo que me tiene más sorprendido Itachi – Nombró a su hermano mayor Sasuke  aún pensando en Naruto – Pero no sé si tan sanos y salvos, ese rubio chico debió pasar por algo, duerme con la luz encendida y con música –


- Bien señores, tengo cosas que hacer – Madara soltó la colilla del cigarrillo dejándola sobre un cenicero de cemento del jardín de su propiedad.


- Buen festín – Desearon los hermanos a su tío.


- Ni que lo digan – Sonrió desapareciendo junto a la noche…


Minato despertó porque sintió mucho frío, se incorporó desorientado, afirmando sus manos en el suelo, enarcó una ceja al no sentir la suavidad de su cama debajo de sus manos, sino que tierra y pasto, se levantó con rapidez, sintiendo un dolor en sus caderas.


Sus ojos azules trataron de ubicarse, al tiempo que su cabeza trataba de calmarse, escuchó el sonido del mar a pocos metros de él.


- Qué demonios – Musito sin saber por qué había despertado en un lugar que no era su cama.


- Hola, estás bien – Madara apareció desde un costado caminado, mientras bostezaba, observó al rubio, todo el cabello revuelto, la Yukata apenas puesta – Vaya nochecita verdad – Lo molestó.


- De qué habla, lo conozco – Preguntó angustiado.


- Soy Madara Uchiha, su vecino, usted debe ser uno de los nuevos vecinos, verdad – El rubio asintió – Le decía lo de la nochecita, porque se nota que lo disfruto – Lo apuntó de arriba abajo con una sonrisa picarona – Vaya que son audaces con su esposa, tener sexo en la intemperie – Dijo divertido.


- Qué – Minato se observó a si mismo aterrado, estaba todo desarreglado pero lo que más le llamo la atención fue ver sus brazos con hematomas, trató de caminar pero sus piernas temblaron, y el dolor en su cadera, le decía que obviamente no había tenido sexo con su mujer,, la pregunta era con quién.

Notas finales:

Diablos Señorito Minato, que hizo esa noche ???????? y con quién ????


En fin chicas, nos vemos pronto en otro fic, no se me preocupen que habrá actualización de todos. 


 


Goodbye!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).