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Será... por Emmyllie

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Notas del fanfic:

Dragon Ball es propiedad de Akira Toriyama. Sólo es mía la historia que leerán a continuación.

Inspirada en la canción "Será" de "Sin Bandera".

Notas del capitulo:

Esto vendría siendo como el final oficial de mi fic "Tal vez en Otra Vida..."

Siento la caricia del viento sobre mi rostro; apenas ha despuntado el alba y mis pies me han llevado hasta este puente que ha sido testigo de todos y cada uno de mis quiebres emocionales. Subo con calma, mis pasos retumban sobre la madera en un resonar suave y constante. Noto una fatiga física impresionante, como si el peso de mis sentimientos me dificultara avanzar. Camino con la vista al frente, aunque ciertamente mis ojos no ven nada ahora mismo; mi cerebro no procesa imágenes, estoy en uno de esos momentos en que el mundo a mi alrededor no tiene importancia alguna. Llego al final y apoyo mis manos, que están frías como las de un cadáver, sobre la metálica baranda que delimita la seguridad del abismo. Miro hacia abajo; muchos vehículos transitan, mucha gente ajena a mí que ni siquiera dimensiona lo fatal que me siento.

La brisa helada, otoñal, revuelve mis cabellos. La sudadera de tela fina que llevo puesta no me aísla del frío que hace a estas horas, aunque ciertamente a estas alturas de mi vida me da exactamente igual. He estado tantas veces enfrentado cara a cara a los escenarios más inverosímiles, que morir por algún tipo extraño de hipotermia parece una opción incluso creíble.

Y me quedé soñando con la ilusión a cuestas,

con la esperanza guardada en el bolsillo roto de un pantalón,

en el baúl sin fondo de mis decepciones…

Mis ojos escocen, es desagradable. Puede ser por sueño, no he dormido nada desde hace dos días. O tal vez, y más probablemente, sea por el cúmulo de lágrimas que me he negado a dejar escapar. Sea como sea, es incómodo el ardor, por lo que pestañeo varias veces para calmarlo al menos un poco. Suelto en un suspiro largo e inaudible el aire retenido en mis pulmones, entrecerrando los párpados unos segundos en otro intento de apaciguar el escozor en mis pupilas.

Es tan estúpido, tan ridículo, tan patético. Estar aquí, prácticamente en medio de la nada, lamentándome por perder a alguien que realmente nunca estuvo al cien porciento a mi lado. De un tiempo a esta parte me he vuelto tan malditamente blando emocionalmente, y es todo culpa de su infame influencia. Desde que él apareció en mi vida, desde que tuve ese par de orbes expresivos y tan malditamente hermosos mirándome fijamente, mi carácter frío se fue al demonio y en su lugar me convertí en una versión asquerosamente melodramática de mí mismo.

Aletargado en el tiempo, obsesionado con verte;

se enrojecieron mis ojos, se marchitaba mi mente…

¡Y es que yo no soy así, maldición! Éste idiota me cambió de la peor manera; transformó mi personalidad al punto de estar aquí sufriendo porque no lo volveré a ver nunca más en mi vida.

Maldito imbécil, cuánto deseo jamás haberlo conocido, cuánto deseo jamás haberme enamorado de su sonrisa encantadora… ¡Agh! ¡Cuánto deseo jamás haberle permitido entrar en mi corazón!

Será que aún no se llenaba la luna,

será que el tiempo fue menguando nuestras ganas.

Será, será, será la luna;

serán, serán, serán las ganas…

Me dejo caer sobre la tableada superficie del puente, apegando mis piernas al pecho y abrazando mis rodillas. Oculto la cabeza entre mis brazos y así, con los ojos cerrados con fuerza, dejo fluir las lágrimas de impotencia, frustración, dolor… ahí en la desértica soledad de un sitio que, como dije antes, me ha visto en mis lapsos más denigrantes, dramáticos y emocionalmente inestables.

–¿Por qué, Kakarotto?– mascullo entre dientes, mordiéndome los labios para no gritar. –¡¿Por qué diablos te fuiste y me dejaste así?! ¡¿Por qué no me avisaste que nunca más te volvería a ver?!

Sé que jamás te perdonaré, y no por el hecho de irte a otro país, sino por no despedirte de mí.

Y me quedé en suspenso con una historia breve,

en los niveles más bajos de mis latidos del corazón,

entre lo inverosímil de mis frustraciones…

¿Tan difícil era para ti verme a los ojos y decirme que te ibas para no volver? ¿Tan poco valgo para ti, Son Goku? Soy un idiota, el mayor de todos, porque simplemente no puedo hacer como si nada pasara. Porque me duele tanto que mi pecho se contrae cada vez que te pienso, porque mi estómago se aprieta horriblemente cada vez que recuerdo la última vez que estuviste junto a mí.

–Te amo, Veg– dijiste, tras romperse la unión entre nuestros labios. –Te amo y te amaré siempre.

–Y yo a ti– musito con la voz ahogada, viendo hacia la nada con la expresión vacía. –Siempre…

Será la luna, serán las ganas;

Será…

Notas finales:

De antemano muchas gracias por leer.


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