Amor cruzado
Episodio piloto: “Prestigiosa boda.”
Mira profundamente a su hijo mientras él está viendo hacia afuera desde su ventana, en la comodidad de los almohadones. Danae comprende que de todos sus vástagos, Ilse es quién se parece más a su padre.
Danaé Biltmore es viudo de Emil Biltmore, un lord que carecía de lo necesario para ser un buen líder. Apacible y de suma bondad, podría ser un buen marido y padre (dando el cariño que muy pocos patriarcas se permiten) sin embargo eso no cambia el hecho de que es recordado por su debilidad. Bien se sabe que el de los pantalones era Danaé.
Su regencia como señor de Cavalieri duró poco, no obstante muchos se atreven a decir que fueron los mejores años para la familia Biltmore. Sin lugar a dudas, comprar la mano de Danaé Belmont ha sido una de sus más beneficiosas inversiones. Como se esperaba, la mayoría de sus hijos son una copia decente de su madre, a excepción del menor.
Lord Daemil es un hombre severo y sabio, como todo sabio sabe que es bueno siempre escuchar y no ser reacio, por ello su madre es un excelente consejero a comparación de su señora esposa. El dúo de madre e hijo es bastante temido y respetado, las bocas nunca callan y exclaman qué lord Daemil es la cabeza y Danaé el tronco.
— ¿Porqué estáis triste hijo mío? ¿no es reconfortante la decisión de vuestro hermano? —cuestionó, tratando de sonar como una madre comprensible pero acepta que ese papel era de Emil, el mimaba a sus hijos mientras que el se encargaba de la parte dura.
— Yo.. —esconde el rostro en el regazo de sus piernas, las cuales abraza— n-no deseo casarme con Caleb Hedstrom..
Danaé suelta un pequeño suspiro, comprende los miedos de su hijo. Qué entreguen tu mano a un desconocido, pero para su suerte Emil fue una buena persona que le trató con amabilidad aunque le desesperaba su falta de liderazgo. Sin duda alguna, no podrá amar nunca más a otra persona, Emil es el dueño de su corazón y así será por la eternidad.
Y por lo que se sabe de las malas lenguas, Caleb no es el hombre más fiel y paciente. Pero así sucedieron las cosas, la casa Lothbrok rechazó su oferta por la mano de su posible heredero y recibieron un rotundo no, como todos los lores que intentaron en vano casar a sus vástagos con el prestigioso Rawson Lothbrok. Para mala fortuna, Ilse está perdidamente ilusionado de éste.
¿Quién es el susodicho? sir Rawson Lothbrok, el alpha vástago de Aris Lothbrok y nieto de Belicar Lothbrok, legendarios caballeros. En sí, el linaje Lothbrok está lleno de grandes nombres por recordar. Una casta ancestral tan antigua como la vida o muerte misma, o eso es lo que dicen.
Es la mejor espada del reino. Perteneciente a la segunda casa más importante. Pese ser un bastardo legitimado, a demostrado ser un verdadero caballero y hecho de prestigio, a tal grado que es considerado la primera opción para suceder a lord Aris Lothbrok.
Llamado caballero negro por la armadura-esmaltada-como el carbón en la cual esconde su apariencia, nadie conoce su físico a excepción de familiares e íntimos amigos, y son contadas esas personas. Aunque es mejor conocido como el hereje por su carencia de fe en cualquier dios. Es portador de la espada perjurio, y se sabe que es el único Lothbrok en manejar la oscuridad a su antojo después de cien años de no tener un Lothbrok con magia de esa magnitud.
Muchos hablan de la gloria destinada a tan querido caballero, no obstante.. eso no excluye que ciertas religiones le tengan desprecio, más que nada por su bastardía y herejía.
Desde hacía tiempo los lores fijaron sus ojos en el hijo favorito de lord Aris, deseando casar a sus vástagos con tan acaudalado y honrado caballero. Pero lord Aris siempre negó su mano, y sir Rawson no mostró interés alguno en desposarse. En cierto banquete lord Aris, en su ebriedad, confesó que si un dote desean pagar tiene otros hijos e hijas en edad, dando entender que su bastardo legitimado es inalcanzable.
Es impresionante como el dote de un alpha rebasa el de omegas, siendo muy cotizado.
Fue en el torneo de Overton, en el cual se celebró el florecimiento del príncipe, que sir Rawson volvió a lucirse derribando a todos los contrincantes sin esfuerzo. Por alguna razón se esperaba que pidiera como premio la mano del florecido príncipe Areth (quien dejó en claro con su constante mirada estar más que interesado en el hereje) sin embargo, no lo hizo.
Pero esa no es la escena que protagonizó el torneo, en el banquete sir Rawson ( se tiene conocimiento que pocas veces asiste a eventos y desea compañía) sacó a bailar al hermano menor de lord Biltmore. Fue un espectáculo de una pieza que dejó a todos los donceles y doncellas muertos de envidia.
La familia Biltmore tomó la iniciativa de ofrecer un exquisito dote, sin embargo, lord Lothbrok volvió a dar por sentencia un rotundo no.
Se tenía creído que sir Rawson moriría sin descendencia pero sí con ser una leyenda como legado. Pero los Lothbrok dieron el mayor escándalo, yendo en persona lord Aris a acompañar a sir Rawson para pedir la mano de nada más ni menos que el hijo menor de los Crowley, una familia noble de baja cuna y muy desprestigiada.
Sir Rawson entregó un dote increíble por Jaime Crowley, un omega horrendo y carente de las virtudes de un grato procreador. Pero sir Rawson no vió a nadie más que Jaime, pudo elegir entre la larga lista de vástagos de lord Crowley, sin embargo se decidió firmemente por él.
¿Un Lothbrok y un Crowley? un escándalo que indignó a los jóvenes rechazados y los padres de estos. Habrían entendido si hubiese desposado a un integrante de la familia real o al omega más hermoso, Arian Belmont; pero tuvo que ser él desgraciado Jaime Crowley.
La boda fue sencilla, celebrada entre la familia de los novios y sus allegados. Unos cuentan que Jaime fue tímido en el encamamiento, otros que sus gemidos sonaban con descaro por las paredes del palacio.
— Debéis olvidar a sir Rawson, tiene a ese fenómeno a su lado. Bendito sea dios con las criaturas que dé a luz, que no se parezcan a su madre —aunque tampoco se sabe si sir Rawson es agraciado.
— Bebés.. —murmuró para sí mismo, pensando que dará a luz los hijos de Caleb Hedstrom y no del hombre que ama. Cuanto envidia a Jaime Lothbrok. La familia Crowley se debe estar regocijando por la unión.
Los chismes vuelan y escuchó que el embarazo de Jaime ha sido complicado, pasando el día entero postrado en cama en el torreón de Avalon. Y que sir Rawson no se separa de él por nada del mundo.
— Pero vos, hijo mío, tendrás los niños más hermosos.
¿Y eso de que le sirve de consuelo? se limpia con rapidez la lágrima que derramó. Danaé perdió la poca paciencia y endureció su voz, por algo los niños pasaban de largo las reglas de Emil y no las suyas.
— Te casarás con Caleb Hedstrom, vas engendrar hijos y vuestros hijos más hijos. Dependerá de vos ser feliz o infeliz, se que te crié bien —o eso quiere creer— sólo recuerda las reglas y todo estará bien.
El silencio de Ilse le molesta, alza un poco su pesada voz.
— ¿Cuáles son las reglas? —exige saber.
Ilse despega la faz de sus piernas y con cierto miedo deja la mirada en el suelo— Calla, escucha y se complaciente.. —respondió al borde del llanto.
— Han pagado una ridícula suma por vos y no aceptaremos devoluciones, cumple bien con vuestro deber.
— S-Si.. madre —se escuchó el portazo, avisando que su progenitor ya ha salido de la alcoba. Sus labios tiemblan al igual que su cuerpo entero, arruga sus bellas facciones al no poder más y entregarse al sollozo. Si su padre estuviese aquí.. el sin dudas le escucharía.
Lord Daemil posa los faroles oscuros en los documentos sobre su escritorio, tratando de no pensar en él rechazo de la casa Lothbrok, no puede negarlo, su orgullo se siente herido. ¿Prefirió a un Crowley por encima de su hermano? hay que ser ciegos y tontos para hacer eso. Aunque puede decir que un Crowley tiene más personalidad que su hermano, tímido y chillón, se podría asustar hasta con su misma sombra. ¿Porqué le saco a bailar entonces? las razones de sir Rawson son siempre un enigma. Escuchó la puerta abrirse después de ser tocada dos veces y no tuvo duda sobre quién se trata, su madre.
— ¿Cómo se lo ha tomado? —preguntó.
— Pudo ser peor, —suelta un pequeño suspiro— pero también tengo mis dudas, Caleb es.. todo menos un caballero.
— Guerreros, eso es la casta Hedstrom.
— Le sugerí la casa vasalla de los Lothbrok, los Knight podrán ser los leales guardianes de los Lothbrok pero son nobles con buena posición.
— Me sugirió, —remarcó— no iba a entregar a Ilse con los perros falderos de los cuervos.
— ¿Y creéis qué Ilse es bueno para un Hedstrom? —guardio un breve silencio, en el cual evade la mirada filosa de su madre.
— No es mi, ni su incumbencia. Han pagado por un Biltmore, que lidien con ello.
Danaé frunce ligeramente los labios, un Belmont pudo ser mejor que un Hedstrom. La puerta se abre de manera discreta, asomando la melena rubia del redondo rostro perteneciente a lady Elizabeth Biltmore. El omega mayor se despidió de su hijo y retiró sus aposentos, dejando a solas a la pareja.
— ¿Problemas con el arreglo nupcial, mi señor? —preguntó curiosa, dispuesta ayudar en lo que pudiera mientras estuviese a su alcance.
— Beth —dibuja una delgada sonrisa en sus labios, su prima y esposa siempre sabe levantarle el ánimo con su sola presencia— ¿podrías dialogar con vuestro primo?
— ¿De? —es despistada o muy tonta, eso no le importa. Es complaciente, bella y fértil, no hay porqué fijarse en lo demás si cumple bien con esos puntos.
— Que se tome bien el compromiso arreglado, habladle de los niños que podrá tener o el amor que puede nacer entre su futuro marido y él. Cosas de omegas ¿comprendéis?
— Mi señor.. si me permite decidle..
— Ahorra las palabras para mi hermano, ahora, retírate.
Elizabeth asiente con cierta tristeza en el rostro, ella sólo quería darle su opinión pero que estupidez la suya, Daemil no la pidió— Como usted diga, mi señor..
Se dirigió al torreón del palacio, donde se encuentran los aposentos de su primo y cuñado. Ilse estuvo a punto de no dejarla entrar pero por la insistencia de Elizabeth tuvo que ceder. La cachetona mujer toma asiento en el banquillo, observando a Ilse en el mismo lugar en el que siempre se encuentra, sentado junto a la ventana.
— El matrimonio es lo más bello que se puede tener, es tener un compañero de por vida. Sabías qué en algún momento esto pasaría, no tenéis porque estar asustado.
— No lo amo.. ¿amabas desde antes a mi hermano acaso? —la señora de Cavalieri baja la mirada, descolocada por la pregunta de Ilse.
— Aprendí hacerlo.. —respondió.
— No creo llegar amar a Caleb.. —por lo que ha escuchado de él, se le da bien visitar los burdeles y emborracharse en las cantinas de más baja cuna. Que es un alpha déspota y orgulloso, todo lo contrario de sir Rawson. El si es un caballero, uno muy gentil y bondadoso pese a sus grandes habilidades con la espada y su fuerza. Recuerda esa pieza que bailaron como si fuese ayer, absorto de la realidad, parecía que estuviese volando entre las nubes. Perdido en esas gemas amatista que brillaban en la oscuridad del casco completo. Esos exóticos faroles que no son característicos de un Lothbrok.
— Lo harás, y tendrás una enorme familia. Mimaras y darás mucho amor a vuestros hijos, los verás crecer y convertirse en personas de bien. ¿No es maravilloso?
— Ya lo creo.. —contestó sin ánimos.
— Dadle una oportunidad, tal vez sea más de lo que creéis.
— Pero.. ¿como puedo amar alguien más si mi corazón ya le pertenece a otra persona? —su prima esboza una pequeña sonrisa que marca sus hoyuelos y deposita un beso en su mejilla.
— Es difícil.. pero cómo una vez me dijo vuestra madre, se elige ser feliz o infeliz, es el deber que se te ha confiado.. ser esposo del heredero Caleb Hedstrom.
— S-Si.. —se le educó para servir de consorte al hombre que le desposara, sólo que el amor perturba su firmeza. No hay nada que hacer al respecto, su hermano ha decidido y no flaquea en sus decisiones.
Los días siguieron pasando, Beth traía de un lado a otro a Ilse, pasando momentos con los herederos de Cavalieri, enseñando lo bonitos que resultan los niños, aunque el mayor ya tiene catorce años y el menor tres. Ilse reía de ser perseguido por sus sobrinas, corriendo por el patio como caballos desbocados. Mientras que su madre se tomaba cierta parte de su día para hablar en privado temas íntimos, dejando en claro que no puede llorar en ningún momento de la ceremonia nupcial o encamamiento, con quién se casará es un Hedstrom y no son conocidos por su amabilidad. “Recuerda las tres reglas y no le harás enojar”.
No tendría que hablar de eso con su hijo pero este es muy “frágil”. Razón principal por la cual ella desaprueba el matrimonio de Ilse con un Hedstrom como podrán haber visto.
Lord Biltmore mandó a traer un grupo de omegas y betas de compañía para qué avivaran cualquier atisbo de deseo o cooperación de Ilse para la boda, hablándole maravillas de Caleb y sus grandes hazañas. Lo guapo y varonil que es. Entre la escolta se encontró la prima cercana de Ilse, Liana, quién tuvo mayor influencia en el omega. Dándose por satisfecho Lord Biltmore, viendo la pizca de ilusión en su hermano. Todo parecía ir bien, hasta qué una noticia llegó desde Avalon y fue imposible ocultarla de Ilse. Jaime Lothbrok dio a luz a cinco vástagos y sigue con vida, aunque en recuperación por el pesado alumbramiento. El reino entero está impresionado por el parto de quintillizos, la casa Crowley se pavonea por su linaje fértil, y los Lothbrok se sienten llenos de orgullo. Cinco herederos para sir Rawson, cinco nietos para lord Aris Lothbrok. Los omegas envidian más a Jaime, puesto que sus lores o prometidos hablan sobre la gracia de tener tantos herederos de un solo alumbramiento, alabando la fertilidad de Jaime Lothbrok, nacido de la casa Crowley.
— Cinco niños.. —repite Ilse frente al espejo del tocador, siendo peinado por su madre. Danaé puede ver la tristeza en el rostro de su niño, oh Emil, cuanta falta le haces aquí. No tiene el mismo tacto cálido con el cuál podía su marido entrar al corazón de los niños.
— Le darás muchos más hijos a Caleb. —dijo e Ilse asintió con escasa emoción— Ilse —los orbes ámbar se fijan en el reflejo de su madre.
— ¿Si? —se queda observando a su hijo por unos breves segundos, pensando que muy pronto ya no podrá cepillarle.
— ¿Sabéis.. ? mis amistades y primos no paraban de decirme lo patético que era vuestro padre, no sabes cuan preocupado estaba.. ansioso por saber si esos rumores eran verdad.
— Mi padre no era patético.. —Danaé sonríe de oreja a oreja con genuinidad, es muy raro verle sonreír y por ello los pelos se le pusieron de punta a Ilse.
— Lo se.. —en verdad Emil es un tatuaje en su piel, como también en su corazón y alma. Nunca le levantó la mano, le escuchaba y trataba con mucho amor. Tenían sus discusiones, por supuesto, pero siempre había una solución.
— Madre.. ¿puedo ser feliz? —preguntó con un peculiar gesto, como si una chispa de esperanza paseara por su fino rostro.
— Si, podéis serlo, —acaricia la cabeza de su niño, enredando los dedos entre las hebras cobrizas— supera ese amor no recíproco y abridle el corazón a vuestro prometido. Vos sois un omega virtuoso, demostrad que venís de la casa Biltmore.
— Sí, madre.. —que desilusión la suya al ver que su madre vuelve hablar de responsabilidad, creyó poder abrirse por unos breves momentos.
Ya ha pasado casi año y medio desde el torneo de Overton, palacio ancestral de los Carrington, quienes ofrecieron su humilde hogar para celebrar el cumpleaños del príncipe. En Valenstone la servidumbre agiliza sus articulaciones para moverse con mayor rapidez y ser eficaces en el labor. Después de todo es el día en que los Biltmore arriban roca Valen, y mañana se celebrará la ceremonia. Llegaran con retraso, sufrieron algunos inconvenientes en el camino. Así que sólo se quedarán tres días en Valenstone, al día siguiente de la boda los Biltmore se marcharán e Ilse Hedstrom se quedará en su nuevo hogar.
— ¿¡Dónde está mi hijo?! —vociferó la señora de Valenstone, por ningún lado puede encontrarle y es primordial que se arregle para el recibimiento de los Biltmore. Nadie supo responderle con exactitud, frunció ligeramente su facciones y tronó los dedos para que sus hijos menores le siguieran. Analiza las vestiduras de sus vástagos, dos doncellas y un doncelle (solo el chico es omega), se espera que el día de mañana puedan encontrar interesados o que algún noble capte la suya. Son los tres últimos hijos que le quedan, y Caleb el único varón.
Es su tercer vástago y heredero de Valenstone, sus dos primeros hijos murieron como hombres de las mareas, uno peleando ferozmente contra piratas y el otro en una tormenta. Por supuesto que se sintieron devastados, no obstante morir en altamar es un honor para los hombres de los mares. Los Hedstrom del estandarte del navío, dedican sus vidas a ser excelentes guerreros y navegantes.
— Val, —pronunció el nombre de su único omega, ya ha cumplido las quince primaveras y luce tan bello como cualquier omega de Valenstone. Nombrado en honor de su ancestro, Valen, justo como roca Valen. Eso es otra historia aparte, una donde se cuentan varias versiones sobre el bautizo de la fortaleza por el hombre que la erigió— mañana será un día importante, ya has cumplido los quince y vuestro padre no va aplazar más el buscarte un buen marido.
La razón por la cuál no se comprometió a Val cumplidos los doce es lord Hedstrom, el omega es la luz de sus ojos y como todo padre se preocupa y es celoso, quiso que su hijo siguiera disfrutando de la poca niñez que permite esta época. Pero si llega a los dieciséis o dieciocho sin un compromiso o matrimonio, será la deshonra. A los quince una doncella o doncelle ya deben tener uno o dos hijos.
— Karliene, Danira, —posa los faroles encima de sus hijas de trece y doce años— daréis su mejor esfuerzo para deslumbrar a los solteros y viudos.
— Si mi señora —contestaron al unísono, obedientes como toda buena hija. Todos sus hijos parecen más Craiger qué Hedstrom, a excepción de Val. El si parece un hijo de los mares. Por el rabillo del ojo vieron cómo el lord de Valenstone desciende por las escaleras principales, para su edad sigue siendo un hombre de apetito voraz por la caza y el sexo, lleno de vigor.
— Querido —lady Erika sonríe al ver a su señor marido, y éste le devuelve la calidez con un beso en la frente. Para los tres vástagos el matrimonio de sus padres es un modelo a seguir, una historia de amor que contar y envidiar. Lord Biker Hedstrom es el vivo ejemplo de que no todos los matrimonios son arreglados (aunque claro que tuvo que pagar el dote de Erika) y son fruto de un amor que se peleó para estar juntos.
— Mi hermoso corazón —le tomó de la cintura de forma posesiva y dirigió la mirada a sus hijos. Si está triste no lo demuestra, da cierta nostalgia.. recordar los días donde sólo eran unos bebés en sus brazos y mírenlos ahora, flores preciosas. Y mañana.. tendrá que cooperar para establecer tratos de matrimonio. Se busca recibir dotes, no pagarlos, esa ya es última opción.
— ¡Se acercan! —gritó el pequeño sirviente, corriendo dentro del palacio con la canasta de manzanas frescas hasta el tope. Biker endurece las facciones y busca con la mirada a su hijo.
— ¿Y Caleb? —salieron al portón, tomando sus respectivos lugares y mirando en todo momento al frente, específicamente a la carroza de los Biltmore, con una escolta pequeña de caballeros. Biker respira profundo, tremendas ganas tiene de arremeter un puñetazo a su hijo, le dio estrictas órdenes y las pasa por alto. Los caballos se detuvieron, Erika sonríe de oreja a oreja y discretamente dice a su marido e hijos.
— Sonrian.. —y hacen caso omiso, manteniendo sus facciones duras como el roble, bueno, en eso coinciden.. todos sus hijos sacaron el carácter y personalidad de Biker. La puertecilla es abierta por el mozo, dando la mano a su señor Danaé Biltmore, seguido del esperado Ilse Biltmore. Por último, Daemil.
— Lord Biltmore —el señor de Valenstone mantiene su porte firme y rudo, alzando la ceja mientras desciende los escalones para apretar la mano del invitado.
— Lord Hedstrom —no es la primera vez que le ve, pero si donde tiene honor de tenerlo tan cerca e interactuar. Las anécdotas sobre el rompedor de tormentas son tanto como emocionantes que temidas. Su complexión delgada es muy opacada por la robusta de lord Biker, aunque sería exagerado llamarlo gigante. Es sólo un hombre y ya, un hombre con prestigio, títulos, fortuna y legado.
— Lord Danaé —el hombre saludó con cortesía al omega mayor, ha escuchado bastante de este par de madre e hijo, sabe que son de cuidado. Acaudalados y nobles de alta cuna desesperados por casar al último omega del antiguo señor Emil.
Posa los orbes marrón en el muchacho, trece años recién cumplidos.. acepto el compromiso por influencia de su señora, duda que este niño pueda complacer a su hijo. Es bello, no lo niega, pero se nota al instante su gran timidez. Algo que puede entorpecer sus actos y cometer faltas por consiguiente. Tratará de restarle importancia, mientras le de un hijo a Caleb se dan por servidos. El último varón y su heredero legítimo necesita sentar cabeza, los rumores de bastardos son exasperantes.
Biker reacciona, los lores Biltmore muestran discretamente su disgusto por no ser recibidos por el “interesado”, y el pequeño no deja de juguetear con los dedos a espaldas de su madre, ocultando el rostro con pena y nervios.
Estuvo a punto de hablar para poner un pretexto sin embargo el relincho del negro caballo le hizo sentir verdadero alivio, el exquisito espécimen trotó hasta quedar a distancia prudente, bajando sin problemas de la montura el famoso Caleb, sostiene flores recién cortadas. Lord Danaé forzó una sonrisa, al menos es tan apuesto como dicen los rumores, que fortuna la de su hijo. Por el rabillo del ojo analiza la reacción de su vástago, pela los orbes al ver cómo éste se esconde descaradamente detrás suyo.
— ¿Tengo pinta de lobo? —cuestionó con una radiante sonrisa, curioso por la tímida reacción de quién parece ser su prometido, aunque no puede verle bien. Debe admitir.. emite un olor exquisito a flores frescas.
— Como podrán ver.. nervios —trató de excusarse lord Daemil.
— Y mi hijo tiene su impuntualidad —contestó Biker, si sus palabras y ojos fueran golpes, Caleb ya sería carne molida.
— Mis lores, —da pasos cautelosos, asintiendo como muestra decente de reverencia, Daemil permite que se acerque más y puede llegar hasta ese cuerpo temeroso que se aferra a las telas de su madre. Caleb arquea la ceja y pone su más encantador y conciliador gesto, extendiendo el ramillete con cuidado. Piensa que ese cabello parecen hilos de oro, y esa piel tan blanca como la leche. Está muy interesado en su prometido, tal parece es tan hermoso como le aseguró su madre— doncelle, ¿no os gustáis de las flores?
Ilse tensó su mandíbula, teniendo rígido el cuerpo por la cercanía de su prometido. Solo tiene que girar la cabeza para verle por primera vez, no obstante tiene miedo todavía aunque debe admitir que tiene una voz profunda y encantadora. Pero solo recordar como es su madre y hermano molestos se fuerza así mismo para girar el mentón, levantando la vista ámbar.
Ambas partes se sorprendieron bastante, pero cabe decir que Caleb quedó más que satisfecho. Ese rostro de chico con sus rasgos finos y sus bellas cejas gruesas, los faroles ámbar y esa complextura delgada que se puede notar pese a las telas. Le gusta que se vea como un chico con sus aires afeminados, muy pocos la verdad.
Por su parte, Ilse confirma la veracidad de las palabras que le soltaron las damas y donceles de compañía como su propia madre y cuñada. Caleb sí que es muy guapo, una barba prominente y sus marcados rasgos masculinos, los ojos miel tan claros que hipnotizan, y su melena rebelde es muy curiosa. Es de cuerpo grande y atlético, de anchos hombros y espalda que dan mucho que desear.
— M-Me gustan.. —dijo aún con cierta desconfianza. Caleb insistió con la mirada e Ilse captó el mensaje, extendió con torpeza la mano y tomó el ramo de flores— muchas gracias, mi señor..
— Son de la costa, florecen cada día mas hermosas, le llevaré siendo marido y esposo.. —sonríe de oreja a oreja con picardía— y con mucho gusto —remarcó.
Ilse bajo la mirada, captando el doble sentido de su prometido como todo aquel que le escuchó. Si, es un cínico, piensan los lores Biltmore como el propio padre de Caleb. La forma hambrienta en que posa los ojos sobre Ilse es indecorosa, ni siquiera se toma la molestia de disimular.
— Mi señora les mostrará sus habitaciones, —interrumpe Biker— les esperamos para la cena, descanséis que el camino ha sido largo.
Lady Erika guió a los huéspedes a sus respectivas habitaciones, mientras que Biker se quedó a reprender a su hijo. Caleb ignoró cada palabra, sus ojos no dejaron de ver a Ilse hasta que su figura desapareció ya dentro del palacio. El mayor le soltó una buena bofetada en la cara, y gruño con autoridad— Más te vale no ponerle un dedo encima hasta el encamamiento ¿entendido? los guardias estarán vigilando sus puertas.
Pero qué poca confianza le tiene.
— Y a la próxima acata mis órdenes si no queréis un puñetazo. —no le correspondió con la misma intensidad, simplemente sonrió y contestó:
— Lo tendré en mente.
— Si es que tienes —dicho esto lord Biker pasó a retirarse. Las doncellas suspiraron y siguieron los pasos de su padre, mientras que Val se quedó quieto, observando fijo a su hermano mayor.
— Te vais a casar —recordó el omega.
— Nada del otro mundo —respondió Caleb, sonríe como un niño encantado de pensar en la esbelta figura de su prometido, Ilse.. un nombre bonito que le hace justicia.
— Y nosotros seremos comprometidos, o eso es lo que se espera —refiriéndose a sus hermanas y él.
— Algo que debía pasar tarde o temprano.
— Claro, —fuerza una sonrisa y guarda silencio por breves segundos. La relación entre los hermanos Hedstrom es decente, más no unida— no le hagáis gritar tanto, arruinaría la comida de mañana.
— No prometo nada —contestó.
— Porsupuesto, —se da la media y vuelta— no hagáis enojar mucho a padre, no goza de la misma paciencia y sería preocupante que sufra consecuencias por los enojos que le causas.
— Eres exagerado ¿lo sabías?
— Y vos muy despreocupado, hermano mío.
Danaé reprendió a Ilse por esconderse detrás de él, repitiendo una y otra vez que debe comportarse como un omega de la casa Biltmore y digno de la casa Hedstrom. El chico asintió repetidamente, queriendo que acabase pronto el regaño. Tras quedarse a solas en la habitación, se deshizo de cada incómoda prenda, recostandose en la cómoda cama y disfrutando de la ventisca que entró por las ventanas abiertas. Pensó mucho en el atractivo del joven Caleb, pero duda si eso es suficiente para no sentir miedo y asco en el coito. Fue despertado por las mozas, quienes le ayudaron a vestirse lo más presentable. Telas ligeras y joyas no muy ostentosas, perfumaron su piel con una fragancia dulce pero suave para no calar el olfato. Se sentó en medio de su madre y hermano, guardando silencio como la raza inferior presenté mientras que los hombres hablan. Sin embargo Ilse se siente incomodado por la constante mirada de Caleb.
— Navíos escarlata se cruzaron en el camino de Randell, por fortuna la frontera evitó un enfrentamiento —comentó Biker sobre su hermano menor, Randell Hedstrom apodado la furia de Valenstone. No por nada es el consejero naval del rey, un beta que deja poco que desear pues cumple con las altas expectativas. De no ser por Caleb, Randell sería el digno heredero de Valenstone.
— ¿Lo habéis oído? dicen que Crimson tiene una hechicera formidable.. una omega de talento nato, que ha convocado como sirvientes a las grandes bestias de la vida. Se trata de la princesa Joanne de la casa real Scarlethryer —bien saben que el reino enemigo goza en abundancia de la codiciada magia, de no ser por los Lothbrok y otras casas bendecidas con la gracia de los dioses ya hubiesen sido invadidos por los otros reinos. Ni cincuenta hombres son tan estúpidos como para meterse con un solo Knight, ni cien con un solo Lothbrok, o así dice el dicho.
— ¿Una omega manejando magia tan poderosa? me intriga.. aquí en Hedstrom somos dependientes de nuestra propia fuerza, no necesitamos de favores celestiales para ganar una batalla ni romper tormentas.
— Me siento orgulloso de afirmarlo, —dice Caleb a lord Daemil. El noble asiente, no duda de ello. Los Hedstrom son tan fieros como las tormentas— aunque comparto la misma intriga de mi padre.. una pelea entre sir Rawson Lothbrok y Joanne Scarlethryer, pagaría por ver eso.
— Concuerdo con mi hijo, ¿quién sería el mejor? —Biker ríe entre dientes, gusta de ver buenas batallas y la que sugiere su hijo es por mucho de su interés.— apostaría Valenstone al hereje.
— Una magia vulgar como la oscura contra la divina.. discrepo.
Respondió lord Daemil. Comenzaron a lanzarse mofas contra la persona de sir Rawson Lothbrok, unas que otras alabando su señoría y otras a poner en duda su credibilidad. Ilse frunce los labios y hace para atrás su silla.
— Lo siento.. sigo cansado por el viaje —el simple hecho de levantarse sin permiso ya es una ofensa, el comedor se volvió silencioso y Caleb se levantó de su asiento.
— Si me permiten, mis lores, escoltaré a mi prometido a su habitación.
Las miradas hacen juego con el silencio, lord Daemil niega con la cabeza como rotundo no, disgustado por la osadía. Caleb se resgina y suelta un pequeño suspiro, volviendo a su asiento mientras que lord Danaé se levanta y ofrece su brazo a su hijo. Biker carraspea la garganta y Caleb dedica una sonrisa a su cuñado.
— ¿Y que tal Valenstone? —una cena incómoda se ha formado. Biker corta la carne conteniendo la ira, su hijo siempre sabe como faltar al respeto.
— Una fortaleza impresionante —respondió lord Daemil.
Llegada la hora de dormir, Danaé salió de los aposentos donde se queda su hijo, fastidiado por los lloriqueos de éste. Se excusa con que no soporta que hablen mal de sir Rawson, que es un hombre honorable y mucho mejor que los tres en el comedor. ¿Como puede ser tan ciego? sir Rawson eligió Jaime Crowley, mejor dicho, Jaime Lothbrok. Danae no comprende como todos los niñatos están tan encaprichados con un bastardo legitimado, un hereje. Caleb paso toda la noche pensando el dulce aroma que desprende su omega, su bello rostro y la timidez que hace buen juego con sus rasgos. Rezo a los dioses para que las promesas de su madre fuesen verdad, asustado por si su prometido sería feo o decente pero ha quedado complacido. Es más de lo que esperaba, desposara a uno de los más hermosos del reino. El miembro se le desperto de imaginar tenerlo entre sus brazos, degustar cada parte de su cuerpo. No soltó sus feromonas para no ofender a los lores de Biltmore pero le hubiese gustado ver la reacción del chico. Sin embargo, pensó en el encamamiento, teniendo como objetivo hacer un desastre del chico. Desea ahogarlo en placer y deleitarse con sus gemidos y gestos, ¿que tan lascivo puede llegar a ser?
Arian Belmont es el omega más hermoso de todo el reino, todo alfa y beta desea desposar al joven de recién cumplidos catorce años. Se desviven por la gracia y donaire que caracterizan al chico. Los faroles turquesa observan el camino que van dejando atrás, los frondosos y grandes árboles que adornan el camino. La casta Belmont asiste a la boda por parte de la familia del novio omega, Arian es el primo de Ilse Biltmore pero no son muy unidos, ambos comparten amor por la misma persona y eso volvió rígida su relación. Comprende el dolor por el cual debe estar pasando Ilse, tener el corazón destrozado por la elección de sir Rawson. Y ahora irá por la misma dirección de su primo.. buscan entregar su mano a un acaudalado viudo que asistirá a la boda por ser íntimo amigo de Biker Hedstrom. Su madre le jala del hombro y hace que meta la cabeza, comienza arreglarle el largo cabello castaño. Se nota molesta a contrario de su padre, lord Belmont no cambia mucho su faz seria, como si estuviese petrificada. Una característica que heredó de su progenitor para bien o mal.
— No dudo de vuestra capacidad para impresionar a lord Harrington, pero nunca está de más estar prevenidos. Está claro que muchos lores vendrán para ofrecerle manos que considerar.
Advirtió su madre.
— Comprendo —asiente mostrando obediencia. Por un momento piensa en Jaime Lothbrok, se pregunta cómo sucedieron las cosas entre sir Rawson y él. Seguramente es uno de los pocos que conoce la apariencia del hereje, que envidia.
Su padre aclara la garganta y gira a verlo.
— Te veis precioso, si lord Harrington declina.. descuida, hay hombres más jóvenes que se desviven por vuestra mano —dice, dando ánimos aún si tiene esa cara de mal genio.
— Gracias, padre —para lady Elena es exasperante tener que lidiar con su familia tan poco expresiva, es como si fuesen muñecos de madera. Que tetrico, pero bueno, siguen siendo su familia y les ama mucho.
— Vos tenéis razón querido, no obstante debemos recalcar la importancia de la unión entre Arian y lord Harrington. Sois el omega más hermoso, mereces lo mejor..
— Y eso es lord Harrington..—contestó Arian con la mirada a sus manos.
No sabe con exactitud la razón de la viudez de lord Harrington, paso por dos matrimonios. Por lo que escuchó el primer cónyuge falleció en el alumbramiento, y el segundo matrimonio fue anulado, unos dicen por falta de fertilidad y otro por infidelidad. No tiene heredero, nadie más que una hija mayor. Se corre el rumor de que busca un nuevo matrimonio antes que dejarle a su hija todo, ya que pasaría a manos de su marido. Sin hermanos, ni sobrinos, lord Harrington rehúsa a que un primo u otro familiar tome el liderazgo, o eso da entender con su hostilidad cuando de tema de sucesión se trata.
Cambiemos de carreta, una donde viene el susodicho lord Harrington. Mira pesadamente al sir que tiene frente suyo, su viejo amigo de encrucijadas le convenció de venir y dejar al vizconde a cargo de Warminster— Se atreven a llamarle mi sucesor —masculló entre dientes.
— Es el siguiente en la línea, sin un heredero vuestro primo tiene derecho a reclamar Warminster el día que ya no estéis más en este mundo —reafirma sir Joffrey.
— Es un libertino lleno de deudas, dejará a Warminster en la ruina —en verdad que se siente furioso.
— Entonces respeta el derecho de vuestra primogénita, entregarle Warminster a los Hudgens —el conde niega con la cabeza y se soba la frente por el repentino dolor de una punzada. Está contra la espada y la pared, si no encuentra un nuevo matrimonio pronto.. está acabado.
A sus casi sesenta años ya siente que el mundo se le viene encima, su hija como perra ladrando y el vizconde Carl lamiendo botas por el otro lado. Ya no conserva el mismo vigor de antaño como para soportarles, cada día se vuelven mas y mas insoportables. Sarah le dio nietos, el primogénito un varón, sin embargo llevan el apellido Hudgens, que desgracia. Su nieto tiene la pinta de ser un digno sucesor de la casa Harrington, sin embargo nació en la casta equivocada.
— Christopher, —sir Joffrey capta su atención— ¿no has pensado en los hijos menores de lord Biker?
— ¿Qué? ¡no, insensato! ¡son como mis sobrinos! ¡jamás le pediría eso a Biker! —que desagradable sugerencia.
— ¿Y Arian Belmont no pasó por su cabeza? —le mira consternado y va relajando sus facciones conforme va recordando de quién habla su viejo amigo.
— ¿El despampanante omega? ¿que acaso no ha cumplido recién los catorce?
— La familia Belmont debe estar desesperada por desposarlo, casi llega a la dieciseis primaveras. Sois un viejo cascarrabias con su encanto y riqueza de respaldo, nadie te negaría una mano, —esboza una sonrisa y continúa hablando con burla— a excepción de que gustes por los Alfas y vayas tras sir Rawson, aunque pensándolo bien ya no se puede.
— En verdad que no entiendo a ese muchacho.. tampoco comprendo la obsesión de la juventud por su persona. Literalmente no le conocen ni de físico ni como persona, pero tiene a doncellas y doncelles comiendo de su mano.
— Hijo de lord Aris tenía que ser, —bufa, tiene que admitirlo era todo un caso el lord de lo cuervos. Hace un corto silencio y vuelve a retomar la palabra— podéis desposar a un cortesano, o buscar en alguna casa hogar de renombre.. los educan como a un noble, nadie objetará nada.
— Carl y Sarah si.. —el nombre de Arian Belmont no sale de su cabeza, siente dudas por su edad, es un niño apenas pero es muy difícil encontrar un omega maduro ya sea viudo o de castidad intacta.
— ¡Jodete! ¡Que te jodan! —padre e hijo ven como madre e hija se lanzan leperadas en medio del camino, tuvieron que detener su carreta por la repentina parada de la segunda carroza. En verdad una hija no debería hablarle así a su madre pero ambas tienen el mismo jodido carácter.
— ¡Te vas casar quieras o no! —la doncella vuelve a levantar los dedos de enmedio mientras esquiva los manotazos de su madre— ¡no te muevas que te irá peor!
— ¡Vamos a una maldita boda no a buscarme compromiso!
— ¿¡Y para qué creéis son la bodas?! —son el evento indicado al igual que los torneos para arreglar compromisos.
La muchacha detiene el paso lejos de su madre y se queda pensativa— Bueno.. para comer ¿no?
— ¡Eres una.. —furiosa se abalanza contra su hija pero está la vuelve a esquivar— comes, cagas y duermes, es lo único que haces! ¡Casate y vete de la casa, haz algo bien en vuestra vida!
— ¡Ah! ¿me está diciendo fiasco?
—¡¿Y apenas os dais cuenta?!
— ¡Como madre debes de apoyarme!
— ¡Y lo hago, os busco un marido para que os largues del palacio!
Si comparan las peleas de ellas con las suyas, verbalmente ganan ellas. Ellos son más de contacto físico, ya saben unos buenos puñetazos. La casta Shanks es bastante conocida por ser un linaje espléndido de cazadores de dragones, en su castillo tienen cráneos colgados como trofeos, cada uno con una historia que contar. Gregor es el heredero de dicha casta, primogénito de Gunther y Daniella. Las expectativas sobre su persona son altas, representará en un futuro una de las casas más importantes del reino. Los Shanks tienen un gran deseo de ser la segunda casa más importante-como toda casa noble- sin embargo los Lothbrok son inalcanzables. Ese objetivo recaerá sobre sus hombros, tal como también el de acabar con los dragones. Bestias indomables y sin razonamiento, hijos de las tinieblas y el fuego.
— Gregor, nunca tengas hijas, son peor que un dragón —bufo su padre dándole una palmada en la espalda, ambos agradecen que lady Daniella no tuviese más mininas, sería un caos que Grecia tuviera hermanas con las cual pelear. Pero deben admitir que ese tipo de carácter explosivo y reacio es muy de una mujer Shanks. Inclusive Gunther lleva a Grecia a los días de caza, y deja en claro que tiene más talento con el arco que su hermano.
— ¿Hace falta que me case tan pronto? —sabe que también buscan comprometerle.
— Si, eres mi heredero y ya debes ir asegurando un legado —Gunther huele ciertas feromonas en el aire y mira incrédulo a su hijo.
— ¿Habéis estado tomando la medicina? —asiente su hijo confundido, la medicina no puede fallar ¿o si? de ser así, sería un caos que durante la boda alguien reaccionará.
En Valenstone los novios son arreglados con los respectivos atuendos en base a la religión de los dioses que alaban, es muy raro encontrar creyentes de un sólo dios. Las criadas deslizan la seda por la tersa piel del omega, y en la otra habitación abotonan con broches de oro la prenda superior del alfa. Cada uno nervioso a su manera, pero es algo que debía pasar tarde o temprano, sentar cabeza y formar una familia. Cumplir con el deber de preservar un legado, y realizarse mediante una familia.
Es el momento de ser valientes e intercambiar votos en la capilla del palacio. Ambos jóvenes miran al frente, cada uno con el miedo reflejado a su manera.
Ilse piensa en el tipo de hombre con el que se va casar, uno que seguramente le será infiel cada vez que pueda, que le hará saber donde es su lugar y le tomará cada vez que quiera hasta que barriga esté arrugada de alumbrar tantos hijos. Mientras que su corazón le pertenece a otro.
Caleb piensa en lo frágil y tímido que es Ilse, algo que seguramente será chocante en algún punto debido a sus deseos sexuales. No le gustan las vírgenes, tienen a sentirse por si dices o haces algo mal.
Y lo curioso es, que ambos ven lo superficial, hacen caso de lo que escuchan de los demás. Y uno cree que puede estar enamorado de una sola persona para siempre, no es que no sea posible.. pero sabemos que pasará con el corazón de Ilse. ¿Queréis saber el camino para enamorarse del cretino?
¿Queréis saber del omega más hermoso destinado al viudo enfocado en su legado?
¿Del cazador de dragones que causará un borlote en el banquete?
O quien sabe.. tal vez deseen conocer más sobre sir Rawson Lothbrok, el último héroe.