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Dulce Locura por Etsuko Kagayaku

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Notas del fanfic:

Por fin despues de tantos meses de inactividad comenzare a escribir nuevamente, que puedo decir, mas que pedir perdon por todo el tiempo que no he escrito, para ser sincera prefiero no escribir nada a escribir algo super mediocre que no cause atención alguna. Pero por fin he salido de ese gran bache mental en el que me encontraba. Espero puedan disfrutar esta nueva historia que constara de varios capítulos y sigan disfrutando de mis otros fanfics que aun se encuentran sin terminar, tratare de empezar a actualizar todas las semanas para acabar esos fanfics inconclusos. Y desde ya agradezco a las que aún me lean sin remordimiento.

Notas del capitulo:

Hora de leer

Estaba nerviosa, era la primera entrevista que haría, y para empeorar las cosas, a un hombre acusado de asesinato, o mejor dicho a un niño. Todavía recordaba las palabras de aliento que le habíá dado su profesor de facultad. " Créeme, de todos los que estan aquí, tú tienes el mejor tema periodístico para tu tésis, no dejes que te gane el miedo. Si lo haces bien, se te abriran grandes puertas". El sonido de la puerta de metal cerrándose tras ella la devolvió a la realidad, su mejor amigo Richard acomodó su cámara y ella se sentó en la silla frente al escritorio, junto a una pequeña libreta con preguntas...suspiró nerviosa.

El chirrido de la puerta volvió a escucharse y miró con pena y asombro al niño que entraba con las manos esposadas. Frente a ella se encontraba Ciel Phantomhive, hiijo y heredero del difunto Vincent Phantomhive. Un niño de complexión pequeña que aparentaba menos edad de la que tenía, con unos ojos azules oscuros y desafiantes, junto a su cabello haciendo juego, y una actitud que al caminar denotaba cansancio pero tranquilidad.

Ciel se sentó frente a la aspirante a periodista y sonrió suspicasmente, ya se imaginaba su rostro en la pantalla grande, siendo abucheado por unos, amado por otros, y tomado como ejemplo a seguir por una minoría, casi todos adolescentes en busca de saciar alguna tonta venganza referida al bullying o también contra sus padres.

Mirando a la chica a los ojos dio pie para empezar la entrevista.

—Un gusto conocerte Ciel, soy Rosemary, he venido el día de hoy para entrevistarte acerca de la causa penal por la que te encuentras aquí adentro.—

Ciel notó que la joven muchacha se encontraba nerviosa así que trató de hablar lo mas calmado posible.

Tranquila, si tienes miedo puedo asegurarte que no voy a hacerte nada, no le hago daño a quien no lo merece. En cuanto a la entrevista, ya me han avisado que vienes aquí por tu tésis y te han elegido para seguir de cerca mi caso en el ambiente periodístico.

Rosemary se sorprendió por la voz tranquila con la que le hablaba el pequeño y no solamente eso sino por la elocuencia que tenía al pronunciar cada palabra.

—De hecho no te tengo miedo...

Ciel sonrió nuevamente, sabía que lo que rosemary le decía era mentira, la pequeña castaña temblaba junto con su libreta en mano.

—Entonces creo que deberíamos empezar de una vez con todo esto.—Le refutó Ciel con ironía.

Perdón no sabía que estabas con el tiempo contado, debes volver a tu celda en dos horas, asi que comenzare.—

Eso si que le borró la sonrisa al peliazul, con una mueca de desprecio puso sus manos sobre su mentón y esperó a que la estudiante comenzara.

Bueno ante todo empezaremos hablando del por qué estas aquí hace ya un año y medio...—

Bueno...fueron muchos los hechos por los cuales hoy me encuentro encarcelado. De todos ellos dime tú por donde quieres comenzar.

—¿Que te parece desde el principio?, tu enfermedad...—

Ciel sonrió amargamente.

—Preparate para escuchar una historia bastante trágica.—

...

Como todos los días, se encontraba frente al espejo de su habitación, con una pequeña crema entre manos trataba de tapar las ojeras que le habían quedado a causa de desvelarse toda la noche leyendo en la computadora. Tenía la mente apagada y el día recién comenzaba. Estaba tan cansado que ni la alarma de su celular, totalmente carente de importancia, había tratado de apagar. El sol se colaba por la ventana de su habitación iluminándo las paredes blancas con un par de dibujos que él mismo había hecho para decorarla. Con extremada flojera se ató los cordones de sus zapatillas y se dispuso a bajar las escaleras.

Una vez llegó a la cocina vio a su padre leyendo el periódico y quejandose de las compañías rivales que habían aumentado sus ventas.

Cabe aclarar que su estado era de clase alta, su padre dirigía orgullosamente una gran compañía de juguetes y golosinas. La compañía "Funtom" había hecho furor justo el día de su nacimiento y hasta entonces se había mantenido en la nómina mas alta.

Como a la mayoría de chicos adinerados, no le había hecho falta nada, excepto una cosa muy importante que era la atención necesaria de sus padres. Su padre al ser dueño total y su madre siendo la secretaria exclusiva de su esposo, mucho tiempo para él o tan solo siquiera una hora a la semana para hablar se les era imposible de pedir.

El único con el que pasaba medianamente el tiempo era con su hermano menor Ronald, con quien difería la mayoría de las veces, era un niño malcriado y maleducado que todo el tiempo lo trataba como basura. Podría ser su hermano, pero igual lo odiaba con el alma.

Una vez sentado en la mesa, la sirvienta puso el desayuno, el cual de forma compulsiva comenzó a degustar. Obviamente no hubo conversación en el medio con sus padres ni con su hermano que se encontraba del otro lado de la mesa sin dejar de textear con el celular.

Se levantó y como si de un fantasma se tratase, salió hacia el colegio, sin ser visto, ni saludado siquiera.

Caminaba lento, con los auriculares puestos, escuchando rock viejo y sintiéndose ajeno al mundo. Cada tanto el viento despeinaba su cabello rebelde el cual acomodaba de inmediato. Podía escuchar la campana del colegio sonando a lo lejos. Emprendió rápido su caminata porque llegaría tarde y llegar tarde significaba no solamente un castigo sino una molestia.

Llegó y le cerraron las puertas en la cara, luego de discutir con el guardia por diez minutos solo le mostró el dedo medio y se fue enojado. Fue entonces que divisó abierta la cancha de futbol, fue corriendo sin parar y logró entrar por detrás del colegio, solo hacían falta unos pasos para llegar al salón pero antes de lograrlo alguien lo tomó del cuello de su playera y lo tiró contra los casilleros.

—Mmm Ciel, que bonito vienes hoy.—

Ciel se asqueó.

—¿Podrías dejar de hacerme esto siempre Grell?

El pelirrojo sonrió.

No me contestaste los mensajes ayer, ¿Qué sucede?, dijiste que lo pensarías—Preguntó con el rostro enardecido.

—Ya no se como decírtelo, no me gustas, no quiero salir contigo ni ahora ni nunca, maldito maniático.—

Grell mas que enojado pero medianamente excitado por ese "desacato" lo besó violentamente.

Ciel se retorció a mas no poder y logró safarse del beso para entrar corriendo al aula.

Seras mío quieras o no Phantomhive.—Gritó Grell a lo lejos mientras lo veía entrar a su salón.

Con la mirada de su profesor encima entendió que ya era demasiado tarde para su clase, sin embargo al ser el mejor del salón, cada tanto podía safarse del castigo. Aunque no siempre funcionaba.

Se sentó donde siempre y comenzó a copiar lo del pizarrón, bastó tan solo veinte minutos para que la campana sonara avisando que era hora del receso.

—Ciel ven aquí un momento.—

El peliazul se asombró al ser llamado, ya se veía en el salón de castigo.

—Dígame profesor Lauren.—

—Como sabrás tenemos un nuevo alumno—Comentó el profesor señalando detrás de él.—Quisiera que le mostraras las intalaciones.—

Ciel se dió la vuelta y vió a un azabache de ojos rojos que lo dejó sin aliento. Por demás está decir que era un chico demasiado guapo. Se notaba que estaba un poco perdido ya que era su primer día y no conocía nada ni a nadie.

—Claro profesor, con gusto le mostrare el colegio.—

El profesor le dedicó una sonrisa y dejó a ambos chicos solos.

—Hola, me llamo Ciel , ¿tu eres...?

—Sebastian Michaelis.—Respondió con nerviosismo el pelinegro.

Vamos Sebastian te haré un pequeño tour por el colegio.—

Dedicándole una sonrisa comenzaron a caminar por el enorme edificio. Terminaron ambos en la azotea con una gran vista. Ciel le había mostrado cada lugar del colegio sin embargo el azabache no había ni abierto la boca.

Mira, se que es tu primer día y estás un poco nervioso, pero si sigues así, te tomaran de tonto y créeme no quieres eso en este lugar, todos son unos agrandados.—Sonrió escasamente.—Si quieres juntate conmigo para empezar, yo como mi almuerzo solo aquí en la azotea, me deja pensar libremente y me aleja del buliicio que es el comedor lleno.—

Luego de un rato ambos comenzaron a hablar como si se conocieran de toda la vida. Ciel se dió cuenta que Sebastian compartía muchos gustos parecidos con los suyos y denotaba ser alguien interesante.

¿Que se siente ser el hijo de un prestigioso empresario?—Le pregunto el azabache intrtigado.

Ah, no es la gran cosa, si tiene sus lujos, pero realmente somos una familia como cualquier otra, bastante aburrida.—

—Entonces estas "aburrido", se nota que lo cotidiano no es lo tuyo.—Sonrió Sebastian de lado.—Espero yo no serte aburrido de ahora en adelante.—

—Estoy seguro que no me aburriras Michaelis.—Dijo Ciel guiñándole un ojo

...

Ciel se quedó mirando de forma abrumadora la pared que se encontraba detrás de Rosemary. Un silencio incómodo inundó la habitación y la castaña se quedó esperando una respuesta. Al no tenerla comenzó a hablar.

—¿Entonces todo empezó ese día en el colegio?—

Ciel volvió a la realidad y la miró con la sangre helada y los ojos ardientes.

—Todo empezó con él, todo empezó por ese maldito hijo de perra...

Notas finales:

Espero que les haya gustado esta pequeña introducción a la historia

 

Hasta luego mis lectoras :3


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