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Decidas lo que decidas siempre estaré aquí por LaylaPotterMalfoy

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Notas del fanfic:

-Esta historia ocurre en Hogwarts, a finales del 6º año de los chicos.

-Lily, Frank y Alice tendrán 17 años y Narcissa, 22.

-Haré unos pequeños cambios conforme a la distribución de las clases, estando los alumnos distribuidos en estas al azar, sin importar casa o, en caso de repetir asignaturas de cursos anteriores o cursarlas de posteriores, edad.

17 años antes

P.O.V. Omnisciente

-Narcissa, Lucius-llamó un muy joven Abraxas Malfoy a unos pequeños niños de 5 años que jugaban delante de la chimenea-, venid a comer una galleta, Ted y yo tenemos que contaros algo.

Los dos niños se miraron y el pequeño Luc respondió:

-De acuerdo, padre.

Se levantaron del suelo y se dirigieron al comedor de la mansión Malfoy. Una vez entraron se sorprendieron de ver a Druella y Cygnus Black, los padres de Cissa, y esta preguntó:

-Padre, madre-dijo Cissa con voz infantil-, ¿no iban a venir a buscarme en unas horas?

-Sí, querida, pero queremos deciros una cosa muy importante-dijo Druella cogiéndola y sentándola en su regazo.

-¿Qué es lo que quieren decirnos, padre?-Preguntó Lucius, siendo cogido por su querido papá Ted.

-Ambos sabéis que por norma las familias más poderosas sangre pura deben comprometer a sus hijos antes de los 10 años con otro de su mismo rango social, ¿verdad?

Ambos niños asintieron con el ceño fruncido a lo dicho por Cygnus, quién había comenzado a hablar tras una larga mirada con su querido amigo Abraxas.

-¿Sabéis por qué se hace esto?-Abraxas, al ver que los niños negaban, sonrió y procedió con la explicación-. Los sangre pura tenemos como tradición que todos nuestros descendientes se casen antes de los 25, por temas de continuar con el apellido familiar que vosotros aún sois muy jóvenes para entender, así que, en diciembre de 1977, dentro de 17 años, cuando cumpláis los 22 años, os enlazareis en matrimonio.

Los niños se miraron entre si con cara de asco, no podían entender como sus padres los habían comprometido entre si a sabiendas de que se querían como si fueran hermanos.

-Pero padre, Cissa es como mi hermana, casarme con ella sería asqueroso-dijo mientras un pequeño escalofrío le recorría el cuerpo, haciendo que Ted se riera.

-Tranquilo, hijo, no os habríamos prometido si no supiéramos que podríais romper el enlace. Tú, querido hijo, lo único que tienes que hacer es buscar a tu pareja destinada-le dijo su padre.

-Mi... Mi... ¿Qué?

-Querido hijo mío-comenzó Ted-, tienes parte de veela, por lo que a los 17 encontrarás a la única persona a la que podrás amar de forma romántica por toda tu vida. A eso se le llama pareja destinada.

-Entonces si encuentro a esa persona no tendré que casarme con mi hermanita-dijo mientras posaba los ojos en una llena de esperanza Cissa.

-No todo es tan fácil-habló Druella-, tú también tendrás que encontrar a alguien que ames y te ame para poder romper el enlace y, antes de eso, tú y la persona a la que encuentres tendréis que pasar por una prueba para saber que no estáis mintiendo y que de verdad os amáis.

-¿Solo mi pareja y yo?-Habló por primera vez Cissa-¿Por qué Luc y la suya no?

-Querida hija, al ser Luc mitad veela, el no puede mentir a cerca de los sentimientos que alberga hacia su pareja, solo lo podría ocultar, pero unos pequeños hilos de magia, solo vistos gracias a un hechizo, los unen, por eso ellos no necesitan de la prueba.

Ambos niños se quedaron pensativos durante unos momentos y, cuando se les pasó, se levantaron del regazo de su papá y su mamá y se marcharon a jugar de nuevo.

***

5 años antes (finales de 1º de Lily y 6º de Cissa)

P.O.V. Narcissa

Mierda, mierda, mierda, mierda, ¿en que momento me pareció buena idea seguir el jueguito de Lucius? Puede ser que fuera el hombre más atractivo de todo el colegio, pero ¿acostarme con él solo para saber lo que nos perderíamos si no nos casábamos? ¿En serio, Cissa, en serio? Aparte, donde estuviesen unas buenas tetas que se aparten las pollas, ¿por qué habría sido tan estúpida?

Tan concentrada iba en mis pensamientos, dirigiéndome a la clase de Runas Antiguas, a la cual seguramente llegaría tarde, intentando hacer el nudo de mi corbata y llevando mis libros levitando a mi lado, que no vi a la pequeña niña con la que choqué.

El primer pensamiento que se me pasó por la cabeza fue estirar mis brazos y coger a la pequeña figura para que cayera sobre mí y que así no se hiciera daño.

Sentí un dolor punzante en mi culo cuando este chocó contra el suelo y se me escaparon un par de lágrimas.

Rápidamente me olvidé de eso y miré hacia abajo encontrándome con una maraña de preciosos cabellos rojos delante de una pequeña cara.

-Lo siento muchísimo-se escuchó una dulce voz de niña tras aquellos preciosos cabellos.

-No te preocupes, pelirroja, iba con prisa, haciendo varias cosas a la vez y no te vi-dije apartandole los mechones de pelo de delante de la cara.

Lo que vi me dejó embobada, me había chocado, ni más ni menos, con la niña más linda que había en Hogwarts, una pequeña belleza Gryffindor de 1º, pelirroja y con penetrantes ojos verde escarlata.

-¡Lily!-Escuché que la llamaba alguien a mis espaldas.

La chiquilla vió sobre mi hombro y le sonrió a quién acababa de llamarla.

-Hola, Sev, lamento la tardanza-dijo levantándose.

Una vez estuvo en pie me tendió la mano y me ayudó a levantarme, poniendo, con un toque de varita, todos nuestros libros en orden.

-Muchísimas gracias, Black-me agradeció, sorprendiéndome de que supiera cómo me llamaba.

-No hay de que y, por favor, llámame Cissa-le respondí con una sonrisa-. Por cierto, buenas tardes, Severus.

-Buenas tardes, Narcissa-me respondió con una sonrisa mientras se fijaba en mi corbata-, ¿por qué llevas el nudo deshecho?

- Mierda, se me había olvidado... Lucius me lo deshizo y no soy capaz de volver a hacerlo, ¿cómo mierda lo haceis los hombres?

Escuché una pequeña risa que sonaba a campanitas y me giré para ver a Lily.

-Ven aquí, Cissa, yo te lo hago, a no ser que te sientas incómoda al lado de una hija de muggles, como muchos de tú casa-dijo con la mirada gacha.

-Me importa un rábano y medio la sangre de las personas con tal de que puedan hacer magia, aparte, ¿de quién descienden los magos si no es de los primeros muggles con magia?-Le dije dándole una sonrisa que Lily devolvió mientras me hacía el dichoso nudo.

Menos de 2 minutos después Lily se separó, dejándome anonadada mientras veía a mi corbata.

-Muchísimas gracias-dije dándole un beso en la mejilla-, ahora me voy que ya llego tarde a clase, hasta otro día.

-Hasta otro día-dijeron los dos a sus espaldas.

***

P.O.V. Lily

-¿Qué acaba de ser eso?

-¿Qué dices, Sev?

-Nunca había visto a Narcissa de ese modo, parecía que quisiera comerte enterita.

-Sev, por favor-dije poniéndome del color de mi pelo-, no digas esas cosas.

-¿Qué cosas?-Preguntó Frank llegando acompañada de una niña de su misma edad Hufflepuff de cabellos rubios y ojos grisáceos.

-Nada, amigo, solo que nuestra querida pelirroja se chocó con Narcissa Black, una de las prefectas de Slytherin, y esta casi se la come en el pasillo y no de la forma en que se come en una mesa.
Cuándo Severus dijo eso Frank se echó a reír y la rubia se puso tan roja como mi pelo, haciendo que, cuando el pelimarrón la miró, se quedara embobado.

Sonreí malignamente y le dije:

-Querido, ¿no nos presentas a tu amiga?

-Oh, claro-dijo despertando de su ensoñación-. Ella es Alice McKingley, va en mi grupo de Defensa de las Artes Oscuras. El aprendiz Riddle nos mandó hacer un trabajo de los centauros por parejas asignadas por él.

-Oh, que coincidencia, Sev y yo también estamos haciendo eso, ¿queréis uniros?

Frank y Alice se miraron entre si y asintieron para comenzar a hacer el trabajo los 4 juntos.

***

Tres años antes

P.O.V. Frank

-Venga, Frank, díselo de una vez, llevas 2 años enamorado de tu encantadora amiga Hufflepuff, creo que va siendo hora de dejar de lado lo que tus padres dirán al enterarse de qué caíste rendido a los pies de una encantadora McKingley y seguir lo que de verdad quieres.

-Creo que la pelirrojita tiene razón. Frank, deberías decirle de una vez lo que sientes por ella, si no lo haces tú, otro lo hará. Ayer vi a Brown muy cerca de ella y la semana pasada McLaggen y Goyle se la comían con los ojos.

Al escuchar las palabras de Lily y Jam, los más próximos a mi en la biblioteca abrí los ojos al máximo.

-Pero... ¿Tan obvio soy?

-A ver, querido, somos tus amigos y te conocemos como la palma de nuestra mano.

-Y eso lo dice Evans que solo te conoce de hace tres años, imagínate Cornamenta y yo quienes llevamos toda la vida contigo.

-Sirius, ¿desde cuándo estás escuchando?

-Desde el principio, querido Frank, desde el principio, aunque que te gusta la pequeñita y perfecta Alice ya lo sabía, tengo ojos en la cara para ver como fulminas con la mirada a todo aquel que se le acerca.

-Desde luego que tontos no somos, y menos yo que lo descubrí en cuanto pusiste la primera sonrisa gilipollas mientras la veías, por algo tengo instintos de lobo.

-Rem tiene toda la razón.

-Lunático, Colagusano... ¿Vosotros también?-Pregunté horrorizado-. Al paso que vamos todo Hogwarts se enterará antes que ella.

Mi hermosa y perfecta Hufflepuff: Alice McKingley.

-No pongas esa cara de horror, hombre, todos te están viendo, y cierra la boca que te van a entrar moscas.

Cerré la boca por recomendación de Lily y presté atención a lo que James decía:

-Querido amigo, si quieres demostrar que eres un buen Gryffindor, algo patoso pero bueno, al fin y al cabo, lánzate a la piscina con la pequeña McKingley, sabes que el pasado en el pasado está y, aunque vuestras familias se hicieran daño entre si es pasado y, si de verdad os quieren, tarde o temprano tendrán que aceptarlo.

Me quedé en silencio pensando durante un buen rato lo dicho por James cuando, de repente, Sirius me sacó de mis cavilaciones.

-¡Prima!-Exclamó, ganándose una mirada de reproche de la bibliotecaria.

Me giré y vi a la bellísima Narcissa Black dirigirse a nosotros con una espléndida sonrisa posada en sus labios. Cualquiera querría tener a esa despampanante mujer a su lado, específicamente en su cama, pero ese derecho se lo había ganado mi querida amiga pelirroja, cosa de la que al parecer ella no se daba cuenta.

-Hola, queridos.

-Hola, prima-dijo Jam-, ¿qué haces por aquí? Pensé que una vez que acabaras en Hogwarts no aparecerías más por la escuela.

-Queridos compañeros y primos, aparte de Lily-dijo viéndola y haciendo que esta se sonrojara, aunque, ¿quién no se sonrojaría por la mirada que Cissa le acababa de enviar a mi amiga?-, respondiéndo a tu pregunta, Jam, parece que olvidas que nuestra familia es propietaria de parte de Hogwarts, al igual que los Malfoy, los Potter y los Riddle y puedo aparecerme aquí cuando me venga en gana. Aparte de eso tengo unas cuantas cosas que resolver con cierta persona-miró de soslayo a la pelirroja, sin que ella se diese cuenta-, y creo que es mejor resolverla poco a poco, no quiero que se asuste de todo lo que tengo guardado para ella.

-Interesante-sonrió nuestro querido lobito con maldad-, bueno, yo me tengo que ir a hacer el dichoso trabajo de pociones con Snape, un gusto verte, Cissa, como siempre-dijo Remus sin sacar su sonrisa mientras se daba cuenta de cómo lo había mirado Sirius, mirada de la cual solo Lily, Cissa, Rem y yo nos dimos cuenta.

Si es que de verdad... Cuando los niños estos se dejen de tonterías y acepten lo que sienten... Otro gallo cantará.

***

Un año antes (Primavera de 1976)

P.O.V. Alice

-Chicos-dije entrando en la sala común roja por la vergüenza-, Frank Longbottom me ha pedido que vaya con él a la próxima salida a Hogsmade.

Todos mis amigos se voltearon a verme, agrandando sus ojos y convirtiendo sus bocas en una o perfecta.

-¿Y que le has respondido?-Preguntó su mejor amigo, Diggory, sentado junto a su novio Abbot, la verdad es que no sabía cómo mierda eses dos habían acabado juntos, eran como el agua y el aceite, pero bueno, el amor es raro y los polos opuestos se atraen.

Solté un suspiro y respondí a la pregunta de Amos.

-Le dije que no sabía si sería buena idea.

Mis 6 amigos me miraron con cara de reproche camo si hubiese cometido la mayor estupidez de mi vida.

-Ali, querida, llevas enamorada de él ¿Cuánto? ¿3, 4 años? ¿Puedes lanzarte a la piscina de una vez?-Me preguntó mi mejor amiga, Martha Scamander.

-Mary tiene razón-habló esa vez Meredith Bones-, no puedes estar toda la vida huyendo de tus sentimientos porque a tus abuelos les parecería mal, ya que se de sobra que tus padres lo aceptarían perfectamente, aparte, sabes que todos los tejones tenemos algo de valientes, si no yo no estaría con mi hermosa águila ahora mismo.

-Lo sé, Mere, lo sé, pero no me puedo arriesgar a confiar en él otra vez como si nada... Si bien es cierto que lo amo no quiero que me rompa el corazón de nuevo-dije mientras agachaba mi cara y la ocultaba con el gorro de la capa.

-Hey-sentí como alguien me tomaba del mentón y me hacía levantar la cabeza para encontrarme con los ojos de Álex Abbot-, nadie te está obligando a hacer nada, solo te damos nuestra opinión.

-Lo se, chicos-dije suspirando-... Me voy a descansar...

Subí as escaleras hacia la habitación, que compartíamos Mere, Martha y yo, y me tumbé en mi cama.

Después de un rato pensando me decidí a decirle que no, que en otro momento sería, no quería arriesgarme y que me rompiera el corazón por segunda vez.

***

Septiembre de 1976

P.O.V. Lily

-¿¡Que me estás pidiendo qué!?-Grité escandalizada-No, Cissa, no puedo hacer eso.

-Venga, Lily, por favor... Solo serán unos pocos meses, hasta que Lucius se atreva a decirle a sus padres que está loco por Remus y así podamos acabar con la gilipollez de este compromiso.

La miré con el ceño fruncido y ella siguió hablando:

-Sabes que no te lo pediría si no fuese extremadamente necesario.

-¿Por qué yo, Black? Tienes a miles de chicas tiradas a tus pies y me eliges a mí, ¿por qué?

-Porque eres la chica más hermosa que conozco y a la que quiero cortejar hasta que se enamore locamente de mí, así que, querida Lily, ¿te atreverías a pasar las Navidades en la mansión Black?

-¡Narcissa Black! Aún estamos en septiembre y tú pensando ya en Navidades... No hay nada que hacer contigo-suspiré resignada-... Acepto ser tu novia falsa hasta que tu querido y estúpido amigo Malfoy se de cuenta de que mi tonto amigo también está loco por él.

-Bien, muchísimas gracias, querida-dijo acercándose peligrosamene a mí.

-Cissa... ¿Qu...Qué haces?

-Voy a besar a mi querida novia, ¿te parece mal?

Una sonrisa socarrona asomó a sus labios justo antes de besarme.

Me sorprendí por un instante pero rápidamente luché con ella para obtener el control del beso. No era una puritana en este sentido, más de una vez James y yo nos habíamos dejado llevar por nuestros instintos, pero esto... Esto no tenía nada que ver, deseaba desde hacía años probar esos labios y, aunque esa relación fuera una farsa, no iba a dejar pasar la oportunidad de hacerlo.

Mi espalda chocó contra el poste de mi cama mientras rodeaba su cuello con mis brazos y ella bajaba sus manos a mis muslos para que rodeara su cadera con mis piernas. Deshice el peinado horroroso que llevaba ese día e introduje mis manos en su cabello, suave y perfecto, mientras sentía como ella sonreía en medio del beso. Tendría que decirle que, cuando fuera a visitarme, lo llevara suelto.

Cuando sus manos comenzaron a subir por mis costados dirigiéndose a mis pechos, la puerta de la habitación se abrió.

-Bueno, bueno, bueno... Querida prima, me esperaba muchas cosas de ti pero que entraras a la casa de los leones y encontrarte morreándote con mi querida pelirrojita... Nunca me lo hubiera imaginado.

Mientras Cissa se separaba de mi y me dejaba en el suelo, nos giramos hacia James Potter, quien se encontraba en el hueco de la puerta, dejando asomar por sus lados a Remus, Peter y Sirius, quienes llevaban una sonrisa socarrona en sus labios, y Frank, el cual seguía apagado por la negación de McKingley a salir con él la primavera pasada.

-Queridos amigos... ¿No os han dicho nunca que las puertas cerradas significan no entrar sin permiso?-Pregunté, fulminándoles con la mirada, haciendo que se estremecieran.

Escuché una risilla detrás de mí y me giré hacia Narcissa que me sonrió y se acercó para decir:

-Bueno, me tengo que ir, padre quiere que lo acompañe junto con Andy a una reunión de negocios-me dio un beso en la mejilla y, antes de que se marchara, dije:

-Cissa, si quieres volver a besarme más vale que no vuelva a ver tú hermoso cabello rubio en uno de esos horrendos recogidos que te hacen en casa.

-A sus órdenes, mi damisela-dijo yéndose por la puerta mientras agitaba su mano para despedirse.

-Querida amiga, creo que tienes mucho que contarnos-dijo Frank recuperando un poco del brillo de sus ojos.

Yo me reí y les señalé mi cama, dispuesta a contarles todo y cuanto había pasado.

***

Navidades de 1976

P.O.V. Narcissa

-Querida Lily-dijo mi madre llegando hasta ella, quién tenía una mirada de asombro, y abrazándola-, no sabes lo que hemos escuchado hablar de ti. Supongo que ya conocerás a mi segunda hija, Andrómeda.

-Mucho gusto, Andrómeda-dijo, dándole dos besos.

-El gusto en mío, Lily, y, por favor, llámame Andy.

-Madre, padre-escuché la voz de mi hermana mayor a mis espaldas y bufé. Bella era algo... Cómo decirlo... Purista de sangre.

-Oh, querida, justo quién faltaba, aparte de tu padre-mi madre le extendió la mano para que se uniera a ella y así presentarle a Lily-, esta es Lily Evans, la pareja de tu hermana Narcissa. Lily, esta el Bellatrix Lestrange, mi hija mayor.

Vi como Bella recorría a Lily de arriba abajo con una mueca de asco en sus labios.

-Ya me parecía que olía a sangre sucia-soltó, dejándonos a mi madre, a Andy y a mi asombradas y, a Lily, con una mueca de pena-, avisadme cuando se vaya, entonces vendré a visitaros, mientras tanto sabeis donde encontrarme.

Dicho esto se dirigió a la chimenea y se fue.

En cuanto noté que su presencia mágica desaparecía me giré hacia Lily, la cual tenía los ojos anegados de lágrimas, y le cogí la cara entre mis manos.

-Lily, cariño, mírame-Lily giró sus ojos hacia mi y, en ese miso instante, supe que nada me importaba a parte de ella en ese momento-, no le hagas caso, Bellatrix es algo... Cómo describirlo... Especial. Ninguno de nosotros pensamos así, si no no estarías aquí. Que lo que piensen algunos entre muchos no te ofenda, aparte, en Hogwarts te has ganado el respecto de todos tus compañeros poco a poco, ¿verdad? Pues eso lo que debería preocuparte.

Lily me miró y asintió dándome una espléndida sonrisa.

-¿Pero que es lo que pasa aquí? ¿Hay una reunión familiar y no me avisaron?

-¡Padre!-Gritamos Andy y yo, haciendo reir a los otros tres presentes en la sala.

-Nunca pensé que una persona tan Slytherin como tú hiciera esta clase de cosas, querida Cissa.

-Pues tendrás que acostumbrarte, todo lo que ves en el colegio es una siempre máscara-respondí mientras me acercaba a ella-. Padre, me gustaría presentarte a mi novia, Liliane Evans. Lily, Cygnus Black, mi padre.

-Mucho gusto, señor Black-dijo Lily tendiéndole la mano.

-Oh, por favor, déjate de formalidades y llámame Cygnus, no soy tan mayor, Lily-dijo acercándose a ella y dándole dos besos.

-De acuerdo, señ... Cygnus.

-Bueno, ahora que estamos todos, pasemos al comedor a cenar.

-¿Todos? ¿Hoy no venía Bella a cenar?

-Bella está rara, querido, creo que fue mala idea casarla con un Lestrange.

***

3 de enero de 1977

P.O.V. Lily

-No me puedo creer que mañana tenga que volver a Hogwarts... Estas vacaciones se me han pasado volando.

-A mí también, querida Lily, pero antes de que te vayas necesito que me hagas otro pequeñito favor para que, por mi parte, el compromiso quede anulado completamente.

-Tus padres quieren la prueba del amortentia, ¿verdad?

-Sí...

Su voz sonaba arrepentida, seguramente no se acordaba hasta que se lo dijeron. Yo me lo temía desde el principio. Había estudiado la historia tras los compromisos sangre pura y estaba casi al 100% segura de que yo la pasaría, pero... ¿Y ella?

-Chicas, ¿estáis listas?-Preguntó Druella desde el otro lado de la puerta.

Cissa me miró de arriba a abajo y, con un movimiento de barita me recogió el pelo y me vistió formalmente.

-Sí, madre, ahora vamos.

Se levantó de la cama con un suspiro, me cogió la mano y nos encaminamos al ministerio.

***

Al día siguiente, ya en Hogwarts

No me lo podía creer... Ambas habíamos pasado las pruebas, pero estaba casi completamente segura de que Narcissa había falseado la suya.

-Lily, ¿estás bien?

-Claro que si, Black, todo lo bien que se puede estar. Ahora que conseguiste lo que querías esto se terminó. Tú sigue con tus amantes y yo seguiré con los míos.

Vi como fruncía el ceño enfadada, sabe Merlín por qué.

-¿Amantes? ¿Te has estado acostando con otros mientras estabas conmigo?

-Oh, ¿era una relación seria? Yo pensé que era algo asi como un... Cómo decirlo... Engaño para que tus padres rompieran tu compromiso. Aparte, no puedes decirme que no te has estado viendo con otras personas.

-No me he estado viendo con nadie más que no fueras tú. Lily, cariño, yo te amo desde aquella vez en la que chocamos hace 5 años, no se por qué te cuesta tanto aceparlo si tú también has pasado la amortentia y el veritaserum-suspiró cansada-, pero si lo que quieres es acabar con esto por alguien de una noche y no quieres a aquella que estará fija para toda la vida... No me voy a interponer. Voy a luchar por ti, Lily, te conquistaré.

Me quedé muda por su declaración así que no pude decir nada cuando se acercó a mi, me dio un corto beso y, finalmente, se fue.

Hasta cerca de 20 minutos después no desperté de mi desconcierto.

-Mierda, pero que mierda acabo de hacer.

***

Mayo de 1977

P.O.V. Frank

-¿Frank? ¿Qué te pasa?

Me sobresalté y me giré a mi izquierda, secando mis lágrimas, encarando a la suave voz que me acababa de hablar.

-Alice... Pensé que después de aquella tonta petición no querrías volver a verme.

-Entonces es que poco me conoces... Sabes que no podría dejar al que fue uno de mis mejores amigos durante años tirado en la estocada.

Se sentó a mi lado y me cogió la mano.

-¿Por qué dijiste que no?-Solté la pregunta que me había rondado miles de veces en la cabeza durante el año.

Ella se quedó callada durante unos momentos y dijo:

-Supongo que recordarás el día que te dije que no podíamos seguir siendo amigos-yo asentí y ella siguió-, estaba casi al 100% segura de que estabas saliendo con el menor de los hermanos Lestrange y no podía seguir a tu lado sabiendo que tú nunca me verías como yo estaba comenzando a verte a ti, así que me alejé y no quise volver a saber más de ti, con que me rompieran el corazón una vez me llegaba.

-Alice... Los Lestrange son mis primos, mi madre es Amy Longbottom, Lestrange de soltera. ¿Tus padres te contaron el por qué del odio que tus abuelos tienen hacia nosotros, los Longbottom?-Al ver como ella negaba suspiré y me decidí a contar la historia-En la época de nuestros padres, y aún muchas familias actuales lo siguen haciendo, había una tradición sangre pura que obligaba a comprometer a los niños antes de los 10 años. Los Longbottom y los McKingley decidieron hacer una alianza así que comprometieron a mi padre, Frank Longbottom, con el tuyo, Elías McKingley, aunque ambos niños, que eran como hermanos, etuvieran en contra. Conforme los niños fueron creciendo la inconformidad de tu padre fue bajando y se enamoró de mi padre. Mi padre solo lo quería como amigo y no sentía nada más por él, estaba enamorado de la pequeña de los Lestrange. Amy y Frank comenzaron a verse en secreto y, un día, tu padre los descubrió. Elías lo aceptó e intentó encontrar pareja para así poder anular la boda, sin encontrarla, por lo que, para no dejar a la familia en mal lugar, tus abuelos no dejaron que se llevara a cabo la prueba de anulación de mi padre. Tú padre, al ser amigo de los dos, no soportó la miseria en la que se sumieron Amy, quién ya había roto su compromiso con Abraxas Malfoy, y Frank, así que, reuniendo todos los ahorros que tenían los tres, prepararon una boda secreta. Al enterarse tus abuelos ya era demasiado tarde y montaron en cólera para echar a tu padre de casa hasta que, por lo menos, tuviera un digno heredero. Mi padre lo refugió en su casa y, gracias a todas las visitas que hacían al mundo muggle, tu padre conoció a tu encantadora madre.

Una vez acabada la historia vi a Alice, la cual se encontraba callada.

-Frank-dijo levantando la cabeza para verme a los ojos-, creo que voy a aceptar esa cita que te negué el año pasado.

Sonreí y la abracé muy fuerte para susurrarle al oído:

-Muchísimas gracias, Alice.

***

P.O.V. Narcissa

-Hola, Sirius.

-Cissa, ya han pasado 4 meses, ¿aún sigues así?

-La amo, primo, no soporto estar separada de ella y lo sabes... Me devuelve cada regalo, me evita...

Se sentó a mi lado y me abrazó.

-Te ayudaré, piensa algo y acomoda la casa de los gritos. Yo la llevaré, ya se acabaron los exámenes así que no tendrá problema pensando en que será una broma para James.

-Muchísimas gracias, primo, te amo-me lancé a él y lo abracé.

-Menos empalagosamientos, Cissa-dije riéndome.

***

P.O.V. Lily

-Lily, querida, tengo que hablar contigo de algo sumamente importante.

Bajé el libro que cubría mi rostro y encaré a Sirius.

-¿Qué quieres?

-Tranquila, fiera, desde que dejaste a mi prima estás insoportable.

-¿Cuántas veces te tengo que decir que no estábamos juntas?-Dije, tapándome los ojos con una de mis manos.

-Bueno, lo que sea-dijo agitando una de sus manos frente a su cara-... ¿Qué te parece si le hacemos una broma a James?

Le vi con interés.

-¿A qué clase de broma te refieres?

-La casa de los gritos, alguno de los dos transformado en Riddle y una cama... Mmm-dijo pensativo-... Creo que estaría bien...

-No digas más, me apunto-dije, mostrándole una sonrisa pícara.

Me levanté y nos dirigimos a la casa de los gritos.

Una vez dentro me sorprendió el cambio que tenía el sitio: Las paredes sin filtraciones de aire, el suelo limpio, una alfombra nueva, una gran cama en la esquina opuesta a donde me encontraba y un gran sillón delante de la chimenea, donde se encontraba sentada Narcissa.

-Sirius, ¿por qué está ella aquí?-Pegunté tensa bajo la atenta mirada de Cissa.

-Puede ser que te haya engañado un poquitito-dijo con cara de arrepentimiento, caminando hacia atrás y apuntándome con su varita-. Accio varita.

En ese instante mi varita salió volando hacia él y, segundo después, lanzó un hechizo de bloqueo en la puerta.

Sentí unos brazos rodeando mi cintura mientras un cuerpo se pegaba a mi espalda.

-¿Qué es lo que quieres, Narcissa?

-Te quiero a ti, mi pequeña pelirroja. Pensé que después de lo que te había dicho en enero lo tendrías lo suficientemente claro pero parece que no... El compromiso está roto. Lucius y Remus están teniendo encuentros furtivos por lo que pasó cuando solo eran unos niños, Lucius quiere esperar a que Remus sea mayor de edad para que su padre no vuelva a interferir en su vida. Y yo te quiero a ti de vuelta a mi vida, con mi hermana y mis padres... Ver como estábamos los 5 juntos en una habitación riéndonos por nada. Te quiero en mi vida y quiero estar en la tuya. Ahora mismo solo te pido una cosa... Déjame hacerte mía y mañana, decidas lo que decidas, siempre estaré a tu lado...

Me lo pensé durante unos instantes y, en medio de un suspiro, dije:

-Está bien...

Entonces me giró y me besó.

***

P.O.V. Narcissa

Había pasado toda la noche viéndola dormir abrazada a mi. Sus cabellos, rojos como el fuego, esparcidos por la cama, mezclándose con los míos casi plateados.

Estaba amaneciendo y sentía como ella comenzaba a moverse en la cama por los rayos de sol que entraban por la ventana.

-Lily... Venga, dormilona, ya es hora de despertarse, no querrás perderte el desayuno.

-El desayuno me da igual, Cissa-dijo con voz de dormida-, yo solo quiero estar aquí, pegadita a ti.

-Aún no me has respondido a lo de ayer... ¿Quieres estar en mi vida, Lily? ¿Querrías casarte conmigo en un futuro?

-Creía que con lo de anoche dejaba claro que sí que quería pasar mi vida contigo y, que por lo tanto, una vez acabe Hogwarts, no me importaría irme a vivir contigo, lo de casarse más adelante, por favor-dijo viéndome a los ojos con su barbilla apoyada en mi pecho.

-Te amo, Lily.

-Y yo te amo a ti, querida Cissa.

En ese momento miles de recuerdos entraron en mi mente como un remolino y todo encajó: La desaparición de mi hermana, el no haber vuelto a ver a Peter, mi niña Aurora...

-Cissa... ¿Acabas de ver lo mismo que yo?-Me preguntó Lily asombrada con los ojos anegados de lágrimas.

-Aurora Black Evans, nuestra pequeña-ella me sonrió y asintió para después besarme.

***

Mediados de julio de 1977

P.O.V. Alice

-¿Preparado?-Le pregunté a mi novio.

-Completamente, cariño.

Dicho esto entramos en la casa de mis abuelos. Una semana antes habíamos visitado a los suyos, quienes no pusieron ninguna pega a nuestra relación, pero ahora venía el hueso duro de roer. Mi abuela le tenía especial... Manía a cualquier Longbottom después de lo que había ocurrido con mi padre, pero si mi relación no le gustaba bien podría irse a la mierda y más cuando mis padres la habían aprobado.

-Querida Alice-dijo mi abuela cuando entré en su casa, abrazándome-, ¿quién es tu compa...? ¿Qué hace un Longbottom en mi casa?

-Abuela, él es Frank Longbottom ,mi pareja, deberías estar contenta, después de tantos años por fin podrás tener el enlace que tanto habías deseado entre los McKingley y los Longbottom-sabía que eso era jugar sucio, pero sabía que con ella no se podría hablar de otra manera.

La cara de mi abuela cambió, a peor.

-¿Por qué tendría que aceptar que el hijo del hombre que dejó a tu padre por una vulgar Lestrange sea tu pareja?

Y no pude contener a Frank.

-Mire, señora, que usted no sepa lo que es el amor no significa que su hijo sea un ciego respecto a sus sentimientos. Él vio como mis padres se miraban, de una forma en la que nunca podría mirar mi padre a su hijo y lo aceptó, ¿sabe por qué? Porque era mucho más maduro que usted con 23 años menos. Si es eso de lo que usted está tan orgullosa estelo, pero yo no voy a permitir que una vieja inmadura que quiso separar a mis padres hable mal de ellos y, mucho menos, me separe de la persona a la que amo. Debería aprender de mis abuelos y aceptar las cosas por las buenas. Le mandaremos una lechuza con la hora y fecha de nuestra boda, hasta entonces... Que tenga un bonito día, señora McKingley.

Me cogió de la mano y nos sacó de allí, dejándome asombrada por todo lo que dijo.

***

P.O.V. Frank

Una vez llegamos a mi casa saludamos a mis padres y subimos a mi habitación, poniendo un hechizo de silencio y otro de bloqueo.

-Frank, cariño, ¿estás bien?

-Sí, Alice, siento haberle hablado así a tu abuela.

-No pasa nada, ahora... Solo bésame.

***

Se podría decir que ese beso se quedó en solo un beso, pero mentiría. Se podría decir que cada día no amaba más a la pequeña tejona que ahora mismo dormía entre mis brazos, pero también mentiría.

Escuché que llamaban a la puerta así que me levanté cuidadosamente, intentando no despertarla, me puse un pantalón de pijama y abrí, encontrándome con mi madre, quién sonrió feliz.

-Al final parece que os habéis dicho te amo.

-No, solo me dijo bésame y puede que se me fuera un poquito de las manos.

-¿Protección?

-Sí, mamá, ¿cuál es la verdadera razón por la que estás aquí?

-Nunca te puedo engañar-dijo con una sonrisa-. Quería deciros que la cena está lista.

-De acuerdo, la voy a despertar.

Cerré la puerta y me giré, encontrándome con la sorpresa de que Alice ya estaba despierta, así que me dirigí a la cama y me senté a su lado mientras besaba uno de sus hombros.

-Frank, te amo.

Sonreí feliz y la besé.

-Y yo te amo a ti, mi pequeño tejón.

De repente unos recuerdos aparecieron en mi mente.

-Neville y Meera-escuché que susurraba.

-Nuestros bebés-le dije, a lo que ella asintió y me besó feliz.


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