Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Estoy contigo por Na Na

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Inspirado en la canción homónima de SHINee

Notas del capitulo:

Por favor, tengan precaución al leer.

Las luces estaban apagadas cuando abrió la puerta, y eso le pareció extraño. JongHyun siempre las dejaba encendidas hasta que él llegara, sin importar la hora. Dejó sus zapatos en su lugar y se adentró en el departamento, presionando los interruptores. Contuvo la respiración tan pronto la luz iluminó la estancia.

El lugar era un desastre.

Avanzó por el pasillo del recibidor, llegando a la cocina, a su izquierda. Había pedazos de vasos y platos rotos en el suelo, comida tirada y esparcida junto a ellos; el florero con lirios estaba quebrado en la barra, el agua de éste esparcida en ella y el suelo, junto con las flores, todas maltratadas. JinKi se adentró un poco solo para constatar que no hubiera sangre. Estaba temiendo que alguien hubiese entrado y hubiese herido al menor. O, peor aún, que él mismo se hubiese lastimado.

Lo llamó preocupado, pero solo se escuchaba el sonido del reloj en medio de ese silencio.

JinKi fue hacia la sala encontrando un escenario similar: cojines, flores, portarretratos, libros, adornos, todos en el suelo, muchos de ellos rotos o rasgados. En medio de ese desastre el alto pudo vislumbrar una mancha roja en la alfombra. Temía tener razón de lo que era, y con la esperanza de que fuera lo contrario, se acercó con cuidado y la miró de cerca: sangre.

Todo el aire que contenía lo expulsó despacio, un vacío creándose en su pecho, y siendo velozmente reemplazado por la preocupación y el temor. Miró alrededor, a las ventanas y a las paredes, pero todas estaban impolutas.

—¿JongHyun? —Su voz salió temerosa y trémula.

Más preocupado que antes, se apresuró hacia la habitación que compartía con el menor y abrió la puerta de prisa. Las cortinas de las ventanas estaban recogidas, por lo que la noche era visible desde ellas, y la poca luz que entraba gracias al alumbrado era suficiente para iluminar el lugar y permitir ver que solo la cama se hallaba deshecha.

Todo lo demás estaba intacto.

—¿Amor?

JinKi respiraba de prisa, la presión en su pecho era más de lo que podía soportar, y el miedo junto con la preocupación lo estaban acabando. Entró en la habitación despacio, sus pisadas resonando. Esperaba escuchar algo, una respiración, un sollozo tal vez, pero no lograba oír nada.

Llamó una vez más, y continuó buscando alrededor, esperando encontrar a su novio, pero no estaba. La habitación era pequeña, era imposible que JongHyun se ocultara en algún rincón, hasta que recordó que el armario que habían comprado hacía unas semanas era espacioso. Tal vez, el menor se encontraba en él.

Sin perder más tiempo fue hacia el mueble y abrió de un tirón las dos puertas. JongHyun estaba ahí.

Dejó escapar el aire que mantenía y murmuró su nombre con el corazón arrugado.

Se agachó de prisa, viéndolo: JongHyun estaba con las rodillas pegadas a su pecho, sus manos cubriendo sus orejas, murmurando algo inentendible y meciéndose de atrás hacia adelante de manera suave; tenía las mejillas empapadas y el cabello completamente revuelto, que caía sobre su frente. El ceño de JinKi se arrugó de preocupación al ver a su novio en ese estado; no había tenido de esas crisis desde hacía mucho, y le preocupaba que éstas regresaran.

Sobre todo, por esa venda en la parte interna de su antebrazo.

—Amor —murmuró, arrodillándose frente a él y poniendo sus manos en las rodillas del menor. Eso pareció hacerlo reaccionar, porque solo entonces levantó la cabeza y lo miró.

JinKi se preocupó aún más al verlo: sus ojos se veían vacíos.

—Las voces no se van —murmuró JongHyun, con sus ojos llenándose de lágrimas—. Han estado aquí desde la tarde, y he intentado de todo para que se marchen, pero aquí siguen. No se van —se quejó con un llanto lastimero seguido de lágrimas y apretando sus orejas. El corazón de JinKi se partió al verlo en ese estado.

Se acercó más e intentó colocar sus manos sobre las del menor, pero él se removió hacia atrás, como si quisiera, o pudiera, huir. La acción asustó a JinKi; JongHyun nunca había rechazado su tacto.

—Amor...

—Aléjate —pidió con miedo en la mirada—, podría lastimarte.

El mayor negó con la cabeza y se acercó un poco más, ignorando cómo JongHyun se removía, esperando que no lo tocara. Luchó un poco, pero cuando finalmente puso sus manos sobre las del menor, éste se quedó quieto y apretó fuerte los ojos, su ceño arrugándose al máximo, murmurando.

"Basta, basta, basta" era lo que repetía, una vez tras otra, rápido, con las lágrimas recorriendo su rostro. JinKi tenía que hacer algo, no podía dejar a JongHyun en ese estado. Intentó quitar las manos de sus orejas, pero el menor puso resistencia haciendo a su novio desistir; no quería abrumarlo más, pero era necesario descubrir sus orejas.

—Amor, solo concéntrate en mi voz —pidió JinKi, acariciando las manos de JongHyun con sus pulgares, ignorando el conocido escozor que nacía en sus ojos.

—No puedo —contestó, en medio de un sollozo—. Hay muchas voces, no puedo.

El alto se desesperó.

Sin saber muy bien qué hacer, y obedeciendo al impulso que lo atacó, comenzó a cantar. Una canción suave, la primera que le pasó por la mente. Normalmente la solía cantar cuando estaba a solas, porque le daba vergüenza que alguien, así fuese JongHyun, lo escuchara. Pero en ese momento, viendo a la persona que más amaba siendo atacada por las voces que habitan en su mente, le pareció correcto.

Cantó un verso, tratando de sonar comprensivo y cariñoso.

—Solo concéntrate en mi voz —murmuró para continuar con su canto.

JongHyun, en medio de todas las voces que escuchaba, pudo reconocer la de JinKi. Mientras todas las demás le decían que todo estaba mal, que él era un desastre que no merecía nada bueno, que no merecía ser amado ni que le tuvieran paciencia, la de JinKi, en cambio, le cantaba, le susurraba de manera dulce que estaba a su lado, que permitiera a su voz llegar hasta él. Le pedía que no llorara más, que no estaba solo.

Le estaba demostrando su apoyo y su amor.

Con cada palabra que JinKi decía, las voces iban menguando, una a una. Se estaban marchando, o tal vez la voz del mayor las estaba sacando de su cabeza, como si tuviera el poder de acabar con ellas. Por supuesto, se resistieron. Habían estado mucho tiempo con él, no se irían fácil, pero JinKi cantó la misma canción, las veces que fueron necesarias, haciendo un esfuerzo por modular su voz y asegurarse de que tuviera la cantidad necesaria de amor impregnada. No podía dejar que JongHyun se perdiera en medio de las voces, porque entonces regresarlo sería más difícil.

Las voces se fueron apagando, hasta volverse un eco, y al final no quedó nada de ellas. Habían sido reemplazadas por la voz dulce de su novio, que era ya la única que escuchaba.

Solo entonces, cuando el rostro de JongHyun se veía en paz, JinKi se permitió finalizar la canción.

I'm with you...

Esa fue la última frase que cantó JinKi. Aunque el menor seguía con los ojos cerrados, ya no había lágrimas, ni murmullos y eso le calmó el corazón.

—JongHyunnie...

El alto continuaba con las caricias en las manos de su novio, esperando paciente que abriera los ojos y lo viera. Cuando lo hizo, y levantó la cabeza para mirarlo, estaba lúcido y tranquilo. Bajó de a poco sus manos, y las dejó sobre sus rodillas, y el mayor apartó las suyas.

—¿Mejor? —JinKi acercó su mano a la cabeza del menor y acarició unos mechones revueltos, y los acomodó un poco entre los demás.

JongHyun lo miró a los ojos; se sentía en paz. Se sentía seguro.

Llevaba luchando contra las voces en su cabeza durante mucho tiempo, y aunque lo había hecho bien al inicio, ese día no había podido contra ellas. No encontraba su medicina, y la situación empeoraba con cada segundo que pasaba, volviéndose incontrolable.

Hasta que JinKi llegó.

Asintió en silencio, sus labios curveados de manera imperceptible hacia arriba. El mayor le sonrió de vuelta, sus ojos perdiéndose y su rostro completamente iluminado.

JongHyun tuvo una sensación de calidez en su pecho, con la certeza de que, mientras JinKi estuviera a su lado, todo iría bien.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).