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Amor accidental por Akatsuki333

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Notas del capitulo:

Aquí está el capítulo 3, ya nuestros personajes se van acercando, espero que les guste y gracias por sus ánimos.

El molesto ruido de la puerta lo despertó, sin dudas Luffy era puntual. Se levantó a duras penas y con cara de pocos amigos abrió la puerta.

- buenos días, lo siento te desperté.- desde cuando su mejor amigo era tan educado normalmente entraba como dueño por su casa exigiendo su desayuno.

- entra, prepararé el desayuno.

- no es necesario de camino aquí pasé por la cafetería y te compré el desayuno.- dicho esto le extendió una caja de donas y un café latte.- ante la mirada perpleja de su amigo el pequeño hizo un puchero- vale me comí algunas y me tome la mitad del café pero aún hay suficiente.

- gracias.

Se sentaron en la mesa y el peliverde comenzó a desayunar, después de tantos años como era posible que Luffy siempre olvidara que odiaba el dulce. Para colmo el moreno miraba las rosquillas mientras un hilo de saliva escurría por su boca.

Zoro suspiró- me tomaré el café y esta rosquilla, puedes comer las demás.

- de que hablas son tuyas, yo no tengo hambre- pero el sonido de su estómago gritaba lo contrario.

Luffy enrojeció y a Zoro se le antojo adorable.- Baka no tienes que hacer esto ya te dije que no estoy molesto contigo, solo estoy preocupado, ese hombre no me agrada.

- ya te expliqué que Shanks solo jugaba, si le dieras otra oportunidad. Por favorrrrrr

- Luffy, en serio ese pelirrojo nunca te ha hecho hacer ese tipo de cosas?- el tono de seriedad de la pregunta estremeció al pelinegro.

- cuantas veces tengo que decírtelo, era solo una broma.

- no estoy hablando de ayer, lo ha hecho o no?

- no

- si te lo pidiera de verdad lo harías?

Luffy empalideció- creo que no.- balbuceo

- crees?

- no lo sé Zoro, pero eso no va a pasar ya deja ese tema por favor.

- está bien, pero si se atreve a hacerte daño quiero que me prometas que me lo dirás.

- de acuerdo, gracias Zoro te quiero mucho.- se lanzó sobre el peliverde y lo abrazó- no quiero perderte, eres mi mejor amigo.

Si las palabras fueran cuchillos su corazón estaría peor que un colador. No sabía cómo una persona podía hacerlo tan feliz y a la vez tan desgraciado.

El resto del día lo pasaron en casa del peliverde jugando videojuegos hasta la noche. Luffy se quedó a dormir y así pasaron el fin de semana juntos.

El lunes en la mañana Zoro se dirigió a la universidad. Era estudiante de cuarto año de ingeniería en telecomunicaciones y muy pronto tendría los exámenes parciales así que debía de ponerse las pilas. Después de un día duro de luchar contra sus ganas de quedarse dormido mientras la profesora Nojiko, les explicaba el diseño básico de una antena de microcinta recibió un mensaje de Luffy para encontrarse en la cafetería Wiskey Peak.

Allí estaba su círculo de amigos reunidos como siempre, su amiga de la infancia Robin y su novio Franky que eran estudiantes de 5to año de arqueología e ingeniería mecánica respectivamente, Nami, la bruja usurera como él le llamaba que estudiaba licenciatura en economía, Usopp el mentiroso del grupo que cursaba periodismo y por supuesta Luffy que batallaba por graduarse de ingeniería civil, estos tres igual que él cursaban el 4to año. A estos tres los conocía desde la primaria ya que por obra del destino siempre habían compartido el mismo salón de clases hasta que cada cual decidió su carrera, pero aunque estaban en diferentes facultades asistían a la universidad Grand Line y se veían prácticamente a diario. El único que asistía a otra universidad era el primo de Ussop, Chopper que era menor que ellos pero como siempre estaba pegado al de nariz larga, formaba parte del grupo y todos lo querían mucho. El pequeño cursaba el 1er año de medicina en la universidad de Thriller Bark, pero siempre hacia un tiempo para reunirse con sus amigos como el día de hoy.

- hola- saludó secamente el peliverde.

- llegas tarde- se quejó Nami

- lo siento pero algunos de nosotros estudiamos carreras que si dan clases.

-que estas insinuando idiota.- se quejó la pelirroja

- tranquilos chicos no es hora de pelear. Mejor disfrutemos nuestro súper tiempo juntos- se interpuso Franky haciendo una pose vergonzosa.

- está bien, está bien pero deja de hacer eso, nos avergüenzas- se quejó Nami.

- Franky tiene razón, vamos a lo importante, Zoro es cierto que conociste al famoso novio de Luffy- pregunto Usopp.

- si por qué- respondió secamente el peliverde.

- como que por que baka, cuenta, cuenta cómo es?- exigió la bruja según Zoro

- pues como va ser normal, tiene cabeza tronco y extremidades.

El puño de la muchacha le provocó un gran chichón- no te pases de listo, tu sabes lo que quiero decir, como luce y sobre todo tiene dinero- rugió la muchacha con dientes de sierra y un símbolo de dólar en los ojos.

- si tanta curiosidad tienes, ve y conócelo tú- pero el puño en alto de Nami lo hizo reflexionar y rápidamente con tal de evitar otro golpe respondió- pues no está mal, es bastante guapo para ser un abuelo y si está forrado, contenta.

Todos empezaron a hacer bromas y Nami maldecía su suerte por no encontrarse ella un sugar daddy como el de Luffy. Zoro se sentía muy triste sus amigos sin proponérselo lo herían una y otra vez. Ellos no tenían como saberlo pero el peliverde solo quería salir de ahí y gritar toda su frustración, así que eso hizo inventó una excusa de tener que entregar un trabajo escolar y se retiró.

Caminó rumbo a su casa pero, no quería encerrarse en su cuarto a llorar así que una idea estúpida surgió en su cabeza. Tal vez podría llamar a Mihawk para contarle sus desgracias, pero enseguida desechó la idea. De seguro ese hombre tan ocupado no tendría tiempo para él. Es más estaba seguro que solo le había dado su número por cortesía. Entonces otra idea se le ocurrió tal vez si iba al bar del mayor se lo encontraría por casualidad y entonces tal vez podrían conversar. Así que sin pensarlo mucho una vez más su dirigió al bar Kuraigana.

Se sentó en la barra y pidió nuevamente un trago, al ser lunes el lugar estaba bastante vacío. Pasaron las horas y Zoro seguía tomando pero ni rastro del ojidorado.

- Oye, yo me acuerdo de ti, eres el chico que puso en su lugar a Crocodile.

Zoro levantó la vista y se encontró con el bartender, un chico pálido con el cabello rojo peinado en puntas y bastante musculoso- te conozco.- preguntó

- no lo creo solamente me pediste una bebida y luego tu vista se fue para Cavendish, y no te culpo ese rubio está como quiere.

Zoro entendió que hablaba del chico con el que había bailado- lo siento.

- no te disculpes, casi nadie repara en la persona detrás de la barra por cierto me parece haberte visto antes. Por casualidad vas a la universidad Grand Line.

- si estudio telecomunicaciones.

- ya sabía yo que me resultabas conocido, yo estudio mecánica. Me llamo Eustass Kid.

- yo soy Roronoa Zoro, por casualidad conoces a Franky, tiene el cabello azul y viste como pervertido.

- claro que lo conozco vamos en la misma clase. Su novia es toda una belleza.

- oye estás hablando de una de mis mejores amigas, no me hagas ponerme en plan hermano celoso

- jajaja tranquilo, solo decía lo obvio, no me meto con las parejas de mis amigos y menos con sus hermanas.

Se pasaron un buen rato charlando mientras Zoro seguía bebiendo. Ya daban las 11 cuando el peliverde estaba bastante tomado.

- valla, valla, valla que tenemos aquí.

Se giró y se encontró con la enorme sonrisa del novio de su mejor amigo. Rayos de todas las personas en el mundo por qué tenía que encontrarse justo con ese hombre.

- hola- dijo secamente

- sabes si no te conociera diría que no te da gusto verme

- usted no me conoce y para su información nada me haría más feliz que no volver a ver su cara.

- auch eso dolió, no deberías de ser así, se lo importante que eres para Luffy y tú sabes que yo soy importante para él. No crees que deberíamos de llevarnos bien.

Touché definitivamente ese era el día de jugar tiro al blanco con el corazón de Zoro. - supongo que puedo intentar que me desagrade menos.

- sabes me encanta lo honesto que eres- Zoro lo miró con mala cara- solo era un halago inocente no estoy coqueteando ni nada. Además ya Luffy me explicó que estas de novio con su hermano.

- Ace y yo solo somos AMIGOS, voy a tener que tatuármelo en la frente a ver si ese idiota entiende.- y dicho esto se tomó de golpe todo lo que le quedaba en el vaso, que era más de la mitad.

- está bien, está bien, solo repito lo que él me dijo, entonces de verdad no tienes novio- dicho esto agarró la cara del muchacho- es una verdadera lástima, me encantaría haberte conocido antes.

No sabía si era por el alcohol en su sangre pero en ese momento no tuvo fuerza para apartarse, el pelirrojo paso su dedo por sus labios y comenzó a acercarse peligrosamente.

- Akagami que demonios haces- esa voz en otro momento lo habría hecho reaccionar pero en ese momento tenía problemas más graves definitivamente su recién adquirido amigo bartender le había dado mezclas bastante peligrosas así que sin previo aviso comenzó a vomitar. Shanks se quedó de piedra cuando todo su regazo quedo cubierto con el contenido del estómago del chico.

Kid no podía aguantar la risa, Zoro estaba rojo cual tomate y Mihawk pese a su mejor intento de permanecer estoico también comenzó a reír.

- eso te pasa por tatar de aprovecharte del chico cuando está borracho- le recriminaba el ojidorado a su amigo.

- pero si yo solo estaba jugando- se quejaba Shanks.

En el asiento trasero del coche un joven peliverde descansaba.

- ahora que hacemos con él, se ve tan lindo cuando duerme parece un angel aunque bueno en su modo fiera también me gusta- decía Shanks.

- en serio donde rayos se quedó tu cerebro, todavía tienes encima las consecuencias de tu último intento con él y ya vuelves a pensar esas cosas.- le regañó el pelinegro

- está bien mamá, pero en serio que haremos con él.

- tu no harás nada, te dejaré en tu casa y luego lo llevaré a la suya.

- pero si tú no sabes donde vive.

Mihawk recordó que Shanks no estaba enterado de la extraña noche que había compartido con Zoro. No es que tuviera nada de malo pero en ese momento no le apetecía dar explicaciones.

- revisaré su cartera y veré su dirección.

- que buena idea, yo la busco -dijo el pelirrojo y se dispuso a hurgar entre la ropa del chico.

- acaso eres un animal en celo, saca tus manos de ahí y baja del auto que ya llegamos.

- no es justo, por qué te quedas con toda la diversión- dijo haciendo un puchero que Mihawk encontró adorable. Pero volvió en sí y arrancó el coche dejando al pelirrojo hablando solo.

Una vez afuera del apartamento de Zoro el mayor trató sin éxito de despertarlo. Ese chico una vez que se dormía no se inmutaba por nada. Salió del coche y tocó la puerta con la esperanza de que hubiera alguien en casa pero después del 5to intento desistió. Sus únicas opciones eran llevarse el chico a su casa o tratar de encontrar la llave de su apartamento. La segunda le pareció más adecuada así que comenzó a hurgar en los bolsillos de Zoro hasta que encontró lo que buscaba.

Una vez dentro llevó al muchacho cargado cual princesa hasta la única habitación de la casa y lo arrojó a la cama. No se sentía cómodo invadiendo la privacidad de otra persona pero era necesario por lo menos limpiar los restos de vómito de su cara y cambiarle la camisa así que comenzó a revisar la casa. Esta consistía en una pequeña pero acogedora sala, la cocina y el comedor, un baño bastante amplio y una habitación algo desordenada. La decoración era simple pero Mihawk se sintió extrañamente cómodo.

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Se despertó con un dolor de cabeza tal que ni siquiera podía abrir los ojos. No recordaba cuando había sido la última vez que había tomado tanto. Nunca más mezclaría sake con wiski y tequila, sin dudas Kid se habría divertido a expensas suyas. Fue en ese momento que recordó al otro pelirrojo que había visto esa noche y una pregunta surcó su cabeza, como había llegado a casa. En ese momento escuchó la puerta abrirse y al girarse se encontró con la última persona que pensó ver.

- Hasta que despertaste, ya me empezaba a preocupar.

- que..?, Como..?- balbuceó tratando de formar una oración en su adolorida cabeza

- pues ayer se emborrachó en mi bar mientras bebía con Akagami, por cierto le dejó un lindo recuerdo en su regazo, luego se desmayó así que lo traje aquí.

Zoro se puso rojo como un tomate y bajó la vista. Entonces se percató de que no traía la misma ropa. Rápidamente levantó la vista con el horror dibujado en su cara, pero el ojidorado como si adivinara sus pensamientos le aclaró la situación.

- como le decía no sólo Shanks terminó hecho un asco usted también arruinó su ropa así que me tomé la libertad de cambiársela, pero no se preocupe que solo fue la camisa.

- gracias- dijo un muy sonrojado Zoro.

- por cierto no es que sea mi problema pero no creo correcto que un estudiante se valla de borrachera un lunes.

- esa no era mi intensión- se defendió el chico, no sabía por qué pero no quería que el mayor pensara que era un irresponsable.

- en serio?, Con que otra intensión se va a un bar?

- quería verlo- dijo en un tono un poco más bajo

La sorpresa de Mihawk fue evidente- A mí.

- si es que tuve un día pésimo y la verdad necesitaba hablar con alguien o iba a explotar.

- tiene mi número podía haberme llamado.

- pensé que estaría ocupado y me daba vergüenza molestar.

- entonces fue a mi bar para ver si me encontrabas de casualidad?

Zoro movió la cabeza en un gesto afirmativo.

- sabe, le dije que podía llamarme así que no tiene por qué avergonzarse, así que la próxima vez que quiera hablar conmigo no haga de tonterías y llámeme. No quiero que se emborraches por mi culpa.

Zoro estaba muriéndose de la vergüenza pero a la vez estaba feliz, después de ese circo pensó que el mayor no querría saber nada más de él- entonces aún puedo llamarlo

- claro que sí, usted mismo lo dijo, somos amigos. Así que aprovechemos que ya estoy aquí y cuénteme de que quería hablarme.

- ahora?

- no, si quiere me voy a casa y luego me llama.

- pensé que era de las personas que no hacen chistes.

- no lo soy, esto es nuevo para mí. Vamos me tome la libertad de preparar el desayuno. Conversemos en la cocina.

Así se pasaron el resto de la mañana platicando. Zoro le contó todo lo sucedido y el otro lo escuchó pacientemente. Hablaron de algunos temas que tenían en común y comenzaron a conocerse mejor.


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