No había pegado un ojo en toda la noche, no podía creerlo en verdad se casaría con Law. No es que la idea de pasar el resto de su vida con el ojeroso no hubiera pasado por su cabeza con anterioridad, pero de ahí a que fuera una realidad todavía no se acostumbraba.
Se despertó con el olor del café recién hecho, sería un milagro y por primera vez los tristes intentos en la cocina de Law habrían sido exitosos? La curiosidad pudo ms que el sin embargo la comida que había en la mesa aún estaba en los empaques.
- Buenos días amor, no quise que nuestro primer día comprometidos comenzara con olor a quemado así que pedí el desayuno. Espero que no te moleste.
- no te preocupes, estoy bien con cualquier cosa.- respondió, era idiota de su parte tomar eso como una señal.
Terminó su desayuno que por alguna razón le supo más amargo que si hubiera sido calcinado por el médico. En el camino se perdió tres veces, un auto le dió un baño de lodo y lo había perseguido un perro. Sin dudas no era su día. Para colmo no más llegar a la escuela tuvo que cubrir las clases del profesor Akagami que no había asistido. Era la sexta clase del día cuando pensaba que la corbata que llevaba en el cuello lo asfixiaría en cualquier momento, sus puños estaban apretados y su atención en la pizarra cuando sintió un grito de Perona.
- que ha pasado?- preguntó.
- el idita de Bellamy me ha tirado del cabello.- acusó la pelirrosa
- claro que no- se defendió el rubio con una risa que dejaba ver su culpabilidad.
- que sí
-que no
- que sí
-que no
- que sí
-que no
- CALLENSE- el grito le salió más fuerte de lo que había planeado- me tienen hasta los cojones con sus estupideces que acaso no están muy grandecitos para comportarse como niñitas de primaria. Me importa un carajo si son unos niñatos inmaduros, pero en mi clase se comportan, ENTENDIDO?
El timbre que anunciaba el fin de las clases rompió el silencio que se había creado. Los chicos salieron en silencio mientras Zoro se dejaba caer en la silla- mierda- murmuró.
- creo que se pasó un poco.
- despídame entonces- dijo secamente, habia reconocido esa voz sin siquiera mirarlo.
El subdirector se acercó y se recostó a la mesa del profesor quedando de frente al peliverde que miraba ensimismado el techo.- le pasó algo malo?- dijo con verdadera preocupación.
- valla así que hoy toca policía bueno- se burló- no, estoy perfecto o es que no ve como irradio felicidad.
Mihawk ignoró el ataque - tal vez si me cuenta que le pasa lo pueda ayudar.
El muchacho rió- nadie me puede ayudar, a menos que tenga una máquina del tiempo. La tiene?
- no
-lo ve, es inútil. Soy un caso perdido.
- no diga eso. Usted es lo suficientemente fuerte como para salir de cualquier situación, por lo menos eso es lo que Sanji kun piensa y yo también.
- ustedes no saben nada- se tapó los ojos con su brazo- soy de lo peor, soy débil, ya no puedo más, siento que me ahogo.
- si no puede solo entonces pida ayuda tiene a su amigos, a su novio- esa última palabra le supo amarga-, no está solo.
- no ellos no se merecen cargar con mis errores, tengo que tratar de hacerlos felices aunque me destroce en el proceso.
- me tiene a mí, y si le sirve de consuelo, soy una horrible persona, así que puedo ayudarlo a cargar con sus errores.- dijo mientras le retiraba el brazo de su cara para verlo a los ojos.- Déjame ayudarte
Zoro sonrió cansado mientras unas lágrimas se deslizaban por sus mejillas- Puedes acaso ayudarme a respirar.
- puedo compartir mi aire contigo.
Esta vez no hubo acercamiento en cámara lenta o miradas profundas a los ojos. Esta vez solo se fundieron en un profundo beso, ese que estaban deseando desde el momento en que se conocieron. Era irónico como a pesar de que cada vez les faltara más el aire se sintieran tan vivos.
Zoro que hasta ese momento se había aferrado a la fuerte espalda del peli negro como si la vida le fuera en eso, se separó alarmado al percatarse de lo que estaba haciendo.
-N..no, esto no está bien....usted y yo....por qué.- trató de hablar.
Mihawk solo lo miraba en silencio. Ya se lo temía ese beso le había encantado, no podía seguir negando que la atracción que sentía por Zoro no era soloamente física, deseaba estar con el peliverde, abrazarlo, consolarlo y protegerlo.- tiene razón disculpe, lo arreglaré.- dijo dándole la espalda al muchacho y saliendo de la habitación.
Zoro se quedó parado, bajó la mirada y se mordió el labio. De todas las reacciones que se esperó esa había sido la peor, por un momento se visualizó en los brazos del subdirector y la sola idea hizo que todas sus angustias se esfumaran. Que idiota era, ese hombre ya le había dicho que solo le atraía su físico, de seguro solo quería acostarse con él para romper un poco la monotonía con el pelirrojo y después hacer como si nada hubiera pasado. Se reprendió a sí mismo por pensar que no sería tan malo pasar aunque fuera una noche con esos hermosos ojos devorándolo. No, él se casaría con Law, debía de enterrar esas sensaciones en lo más profundo de su alma.
Llegó a su casa y se dejó caer en la cama. Ya eran las nueve cuando los ruidos en la cocina lo despertaron. A pesar de que tenía hambre no hizo nada por levantarse, unos minutos más tarde Law hizo acto de presencia cargando una bandeja con comida.
- te preparé la cena.
- no tengo hambre.
- como médico te digo, que no puedes pasarte la noche sin comer y como tu prometido te ordeno que abras la boca.
Solo de escuchar la palabra prometido se le crisparon los nervios. Abrió la boca con desgana.
- si hubieras visto lo felíz que se pusieron mis padres y Lami cuando se los conté.- Zoro se atragantó.
- QUE!!!! SE LO CONTASTE A TUS PADRES?
- algún problema con eso.
- es que es muy pronto, debiste de consultarme.
- que pasa Zoro-ya, te arrepentiste o solo lo hiciste por lástima y ahora te lo pensaste mejor- la mirada de Law era fría como el hielo.
- no, pero es que me sorprendiste.
El médico dibujó una sonrisa en su cara- entonces aun te quieres casar conmigo?
Zoro dudó - cla..claro.
El ojeroso lo abrazó con fuerza y el peliverde sintió como una vez más el oxigeno le faltaba, no pudo evitar cerrar los ojos y pensar que eran otros brazos los que lo rodeaban.
Al otro día, las clases transcurrieron normal a excepción de Shanks que por algún motivo parecía un cadáver, no estaba seguro de que enfermedad había azotado al pelirrojo pero sin duda se había llevado hasta su habitual sonrisa.
Recogía sus cosas para marcharse cuando fue interceptado por Mihawk.
- Roronoa necesito hablar con usted
Zoro lo miró dolido, había tomado una decisión sacaría a ese hombre de su sistema si o si.- es de trabajo?
- no
- entonces no tengo nada que hablar con usted.
El de ojos dorados iba a replicar pero fueron interrumpidos por Kid.
- menos mal que los encuentro, solo faltan ustedes, vamos.- les recriminó el pelirrojo.
- a donde?- preguntó Zoro.
- no me digan que lo olvidaron, Garp sensei ha invitado a todos a comer para celebrar el éxito del baile de primavera y de paso su ascenso a director.
- nadie dijo que fuera hoy? - se quejó el mayor
- tampoco se dijo que no lo sería, hoy todos tenemos tiempo así que vamos.- insistió Kid.
Zoro aprovechó la oportunidad de seguir al pelirrojo para apartarse de Mihawk, no le hacía ilusión irse de fiesta, pero lo prefería a tener que enfrentar esos ojos dorados.
Como Sanji había sido parte del éxito Kid propuso ir a celebrar a su restaurante. Todos estaban muy animados excepto por Akagami, que aún se veía cansado y había sido prácticamente arrastrado por Garp. Pero el que lo tenía completamente sorprendido era Eustass. No eran grandes amigos, de hecho habían hablado en contadas ocasiones, pero la conclusión a la que había llegado era que el pelirrojo era un cascarrabias, brabucón y con muy mal genio. Así que verlo tan emocionado por una salida de colegas lo dejó un poco descolocado.
Zoroooooooo!!!!!!!!!!!- gritó Luffy que al parecer estaba cenando con Vivi.
El peliverde se acercó y lo saludó removiéndole el pelo, era la primera vez que se veían después de su confesión, Luffy pareció adivinar sus pensamientos por lo que se lanzó sobre él y lo abrazó fuertemente. El peliverde correspondió, era como si se dijeran que todo estaba bien.
Juntaron varias mesas, Luffy y Vivi se unieron a ellos a petición de Garp, esta última saludó educadamente a Mihawk que le correspondió. Shanks se levantó y pidió disculpas, para luego retirarse al baño.
Decir que la cena era normal no sería lo correcto pero el ambiente estaba bastante relajado. Bueno hasta que un grupo de personas en batas blancas entraron al local.
Los ceños de Mihawk, Luffy, Sanji y Vivi no tardaron en fruncirse.
- Zoro- ya que coincidencia encontrarte aquí.
- Law que...?- no pudo terminar la pregunta pues fue abrazado por la cintura.
- hola Zoro, felicidades. Invitamos a Law sensei a comer para darle la enhorabuena, parece que tus compañeros hicieron lo mismo.
Zoro empalideció, mientras algunos de los compañeros de Law se acercaban y lo felicitaban.
- Chopper por qué todos felicitan a Zoro, preguntó Luffy confundido.
- que acaso no lo sabes, Zoro y Law sensei se van a casar.
Luffy escupió toda la comida que tenía en la boca, Mihawk que de por si portaba una tez blanca empalideció aún más, Sanji le lanzó una mirada asesina al ojeroso que le respondió con una de suficiencia, Shanks por primera vez en todo el día denotaba una expresión de vida y los demás permanecieron en silencio. Bueno todos menos Kid.
- QUE MIERDA!!!!!!!!!!!- gritó el pelirrojo
- No seas así Eustass-ya, acaso no sabes que el matrimonio entre hombres ya es legal. No me digas que eres homofóbico.
- No yo....solo....- el pelirrojo fristrado e inexplicablemente molesto se levantó y salió del lugar.- que sean muy felices- dijo antes de irse, pero parecía mas una amenaza que una felicitación.
Todos parecieron refuperarse del shock inicial y comenzaron a felicitar a la pareja, unos más felices que otros, y así el grupo de médicos y el de maestros se unieron en una cena que si antes era algo rara ahora rozaba el límite de lo bizarro.
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Llegaron a la casa y entraron en silencio, un silencio incomodo que había comenzado cuando salieron del restaurant y que si fuera por Zoro hibiera durado toda la noche, pero Law tenía otros planes.
- pues que casualidad habernos encontrado, viste al final no fue tan malo que todos lo supieran.
- Law, en serio fue una coincidencia?- preguntó Zoro seriamente.
- pues claro, como si no hubiera podido saber que estabas ahí con todos tus compañeros, no te confundas Zoro-ya, te amo pero no soy un acosador.
La mirada decepcionada de Law lo hizo disculparse.- Lo siento, es que todo fue tan repentino que me sentí emboscado.
El abrazo contrario lo sorprendió- Solo tienes que confiar en mi y dejarte llevar. Yo te protegeré y te haré feliz por el resto de nuestras vidas.
Zoro suspiró, a veces pensaba que no merecía tanto amor, lo único que pudo hacer fue corresponder al abrazo y prometerse a sí mismo intentar hacer feliz a Law.