No había dormido nada en toda la noche, llegó a la escuela después de haber consumido una excesiva cantidad de café y esperó que el día pasara lo más rápido posible. Aunque a decir verdad tampoco quería estar en casa. No se sorprendió por los múltiples mensajes de Luffy o las insistentes llamadas de Nami que solo ignoraba. Pero recibir una petición del cocinerucho para verlo y que lo llamara por su nombre en vez de uno de los múltiples apodos que le ponía le sorprendió. Se apresuró a responderle y quedaron en verse a la hora del almuerzo. Así de paso evitaba las felicitaciones y preguntas de sus colegas y sobre todo a cierto ojidorado.
Al entrar al restaurante fue abordado por sus amigos que no paraban de hablar al mismo tiempo.
- Acaso te volviste idiota, siempre has sido medio tonto pero esto supera todos los límites- se quejaba Nami.
- No puedes casarte con Torao, tu no lo amas- gritaba Luffy mientras lo sacudía.
- No crees que es muy pronto, deberías pensarlo con más calma- reflexionaba Vivi
- creo que estoy sufriendo un ataque de ni enfermedad de nopuedosoportaraLawparasiempre.- se quejaba Usopp.
- CALLENSE.
Todos miraron a Zoro que era la personificación de la rabia. - les agradezco que se preocupen por mí, pero es mi vida, si no les gusta nadie los obliga a permanecer a mi lado. Les enviaré una invitación tírenla o asistan es su decisión, yo ya tomé la mía.
Salió del lugar a toda velocidad pero un agarre lo detuvo, no se esperaba que Sanji fuera tras él, de hecho creía que sería Luffy.
- Valla, cuando recibí tu mensaje no me esperaba una emboscada.
- me disculpo por eso, pero Luffy revisó mi teléfono y les dijo a los demás. No los culpes solo están tratando de ayudar
- si, su apoyo es reconfortante.
- no te pueden apoyar, cuando vas a cometer un error, te han visto demasiado lastimado como para quedarse de brazos cruzados mientras arruinas tu vida. Y yo estoy de acuerdo con ellos.
- que sorpresa.
- sabes que no es así. Hasta ahora te he dejado por tu cuenta porque pensé que era lo correcto, pero ahora no puedo mirar para otro lado mientras te haces esto a ti mismo.
- rayos no es como si me fuera a la guerra, solo me caso con alguien que me ama.
- no, te conformas con ser infeliz el resto de tu vida al lado de un hombre que tiene una obsesión loca por ti, te miente, te traiciona.
- eso era antes.
-no.
- que estás insinuando
- Trafalgar nunca te hará feliz, ambos lo sabemos, no iba a decirte nada pero ya me cansé de solo mirar como arruinas tu vida. En la fiesta del colegio lo vi en el baño con uno de tus colegas.
Zoro lo miró serio- lo sé, me contó que alguien se le había insinuado.
- valla es más cínico de lo que pensaba. Zoro se pasaron 30 minutos en el baño, quien necesita tanto tiempo para rechazar a un desconocido.
- ya te dije que no pasó nada. El mismo me lo contó.
- te contó esa vil mentira porque yo lo confronte, el muy listo se adelantó en caso que yo te lo contara.
- Basta Sanji, yo confío en él. Me prometió que se reforzará en su relación con ustedes, puedo esperar lo mismo por su parte.
- No, lo siento. Pero nunca me perdonaré si dejo que cometas este error y creo que Ace tampoco lo haría.
Zoro enfureció - no tienes derecho, tú no sabes nada. Así que no te atrevas a especular sobre lo que Ace pensaría.
- lo conocí lo suficiente como para saber que le entristecería que te condenaras a la infelicidad solo porque te sientes culpable.
- Cállate.
- Zoro, ya sé que él no está aquí y probablemente no soy el más indicado para decirte esto pero tienes que entenderlo de una buena vez. No fue tu culpa.
Las lágrimas surcaron el ojo del peliverde- si lo fue.- fue lo que dijo antes de alejarse como un zombi.
El resto del día pasó como si fuera una película y el un simple espectador. Ya era la hora de salida cuando se encontró con el subdirector.
- buenas tardes- saludo casi por inercia.
-buenas tardes, se encuentra bien?
- perfectamente
Se dispuso a marcharse pero el fuerte agarre del moreno lo detuvo- Roronoa acompáñeme- fue más una orden que una petición, iba a quejarse pero ese hombre casi que lo arrastraba por los pasillos. No tardaron mucho en llegar al gimnasio.
- que hacemos aquí? – Pregunto el menor.
- un duelo
- no estoy de humor
- es una pena- dijo el de mirada aurea mientras tomaba un bokken y lanzaba un ataque al muchacho, que apenas pudo esquivarlo.
- que mierda, un poco más y ..- no pudo germinar de quejarse pues el subdirector se lanzaba una vez más a por él.
Como pudo tomo un arma y comenzó a defenderse. Era increíble pero con cada estocada era como si sus problemas y angustias desaparecieran. Se sentía ligero, extasiado, vivo sobre todo vivo.
- Que pasa es lo mejor que puedes hacer- reto al mayor.
Los ojos de Mihawk brillaron- apenas estoy comenzando.
El duelo se alargó por unos minutos hasta que finalmente el mayor desarmó al chico.
- Perdí- dijo casi en un susurro.
- No, yo lo hice- replicó Mihawk mientras soltaba su espada y acortaba las distancias entre ellos. Lo besó, lo besó como si fuera lo último que fuera a hacer en la vida
No sería errado decir que parar ese beso había sido una de las cosas más difíciles que el peliverde había hecho en su vida.
- basta...es...esto no está bien. Si quiere romper la monotonía de su relación con Akagami no me meta en eso.
- Akagami y yo terminamos
- QUE....PE..PE..RO... Porq, como, cuándo?
- respondiendo de atrás hacia adelante sería: antes de ayer, le dije que no quería seguir con nuestra relación y la razón sería que me di cuenta que no dejo de pensar en ti.
Zoro enrojeció, se sentía tan feliz pero a la vez tan culpable. - yo, yo estoy con Law
- soy consciente de eso, pero algo dentro de mí me grita que me arrepentiré toda mi vida si no intento incluirte en ella.
- Basta no diga esas cosas
- por qué tanto así te desagrada conocer mis sentimientos o acaso te hace replantearte los tuyos.
- Usted no sabe nada
- Sé que todo tu cuerpo tiembla cuando me acerco.- dijo mientras se acercaba y observaba las manos de peliverde temblar- sé que te sonrojas cuando te toco- continuo hablando mientras pasaba el dorso de su mano sobre la mejilla ajena que se tornó carmesí- y sé que ahora mismo tienes tantas ganas como yo de que nos besemos.
Y así una vez más sus labios se juntaron, sus lenguas jugaron la una con la otra y sus salivas se mezclaron. Por un momento el resto del mundo desapareció, solo eran ellos dos y la sensación era mágica. Quien sabe cuánto tiempo más podrían haberse quedado así, sin embargo el sonido de unos papeles cayendo al suelo los hizo reaccionar.
Ambos miraron hacia la puerta donde un atónito Garp movía la boca tratando de decir algo sin conseguirlo.
- Garp sensei no es lo que parece.- era un cliché pero al chico no se le ocurrió nada más.
- Este yo... Estaba... Mihawk necesito verte en mi oficina.- reacciono el mayor de los tres.
- claro en un rato estoy con usted.
- no hay necesidad, yo ya me iba. Hasta mañana.- escapó el peliverde.
Salió de la escuela casi corriendo. No sabía qué hacer, es cierto que esos 5 minutos de cielo con el subdirector habían sido algo mágico, pero al volver a la realidad y pensar en Law sintió como el agujero de su pecho se hacía más grande.
Necesitaba verlo, hablar con él así que tomo rumbo al hospital donde trabajaba el ojeroso. Nada más entrar agradeció mentalmente reconocer a Chopper pues con su orientación ya le había tomado 2 horas llegar al hospital, así que calculaba que demoraría por lo menos una hora más en encontrar la oficina de su novio sin ayuda
El renito le acompañó sonriente. - Law sensei se alegrará mucho de verte. Penguin me dijo que está atendiendo a tu amigo.
- mi amigo?
- si es uno de tus compañeros de trabajo. El pelirrojo enorme que da miedo, Law sensei lo atiende todos los días a esta hora. Parece que necesita una cirugía bastante compleja porque Law sensei no acostumbra atender a los pacientes tantas veces.
Llegaron frente a la puerta del ojeroso y el renito abrió la puerta, - Law sensei mire quien vino a ver...lo.- Chopper se quedó mudo
En la habitación el médico embestía fuertemente a Kid que no paraba de gemir sobre el escritorio.
- Tony Tony-ya que acaso no sabes tocar.- dijo Law molesto mientras se arreglaba la ropa, sin embargo su cara perdió todo el color cuando vio a su novio que lo miraba con los ojos abiertos como platos.- Zoro-ya no es lo que parece, yo...
No pudo terminar la oración ya que el peliverde dio media vuelta y comenzó a caminar. No supo de qué forma pero no se perdió en todo el camino a casa. Por raro que sonara su cabeza estaba en paz, comenzó a recoger todas sus pertenencias, mientras las lágrimas caían por sus mejillas. Sería hipócrita decir que todo había sido culpa de Law, al fin y al cabo él también había cruzado la línea con el subdirector, pero no pudo evitar pensar desde cuando su novio veía al pelirrojo.
No tenía idea de a dónde ir, no podía pedirle a Luffy que lo acogiera por mucho que ya todo estuviera claro entre ellos la situación seguía siendo un tanto rara. Así que sacó su teléfono y marcó un número que conocía de memoria.
Miró el apartamento y por un momento se sintió tentado a regresar todo a su sitio, pero la mano de aquel hombre al que consideraba su padre y su gentil "nos vamos" fueron todo el ánimo que necesitó para cerrar la puerta y lanzar la llave por debajo de esta.
Rayleigh lo ayudó a poner todo dentro de su auto, iba a entrar cuando oyó un grito desesperado que reconoció al instante. - ZORO-YA ESPERA!!!!.
Zoro miró a Rayleigh que puso la mano sobre su hombro- nos vamos?- preguntó nuevamente.
El peliverde cruzó su mirada seria con la gris del moreno- dame 5 minutos Ray sensei, por lo menos eso le debo.
- te espero en el auto.
Zoro se acercó a la acera donde un sofocado Law lo esperaba.
El médico tardó unos segundos en recuperar el aliento- vamos a casa y hablemos, te puedo explicar.
- Yo creo que todo está muy claro, y no te preocupes que ya saqué mis cosas del apartamento, originalmente era tuyo así que es lógico que te lo quedes, vendré por los libros otro día.
- Para de que estás hablando, vamos a conversar, yo te puedo explicar. Eustass-ya me sedujo y tú sabes que yo soy débil, pero solo fue esta vez, por favor Zoro nos vamos a casar, perdóname.
- no mientas más, fue con él con quién estuviste en el baño del colegio cierto?
- ya te dije que no fue así, déjame explicarte
- no mientas más Law, ya me cansé nada de lo que digas va a cambiar mi decisión, esto se acabó.
La cara del doctor se ensombreció - es por él cierto?
- de que estás hablando.
- del tipo con ojos de halcón. Quieres la verdad pues aquí te va. Si me acuesto con Eustass-ya desde la fiesta. Pero sabes por qué lo hago, porque él me informa de cada paso que das en el trabajo. El muy idiota incluso hizo que todos fueran a cenar al restaurante de Kurohashi-ya, y según me contó tú y el subdirector son bastante cercanos así que no te hagas el ofendido conmigo.- law se acercó y tomó su mano- no te preocupes, te perdono. Ya se nos iremos de la ciudad y comenzaremos de nuevo. Solo tú y yo, que dices?
Zoro lo miraba perplejo- Law estás enfermo, como puedes jugar así con las personas. No te reconozco.- apartó su mano de la contraria.
- Está bien vete, pero recuerda nadie nunca te va a amar como yo, nadie te va a aceptar y entonces volverás, y yo te estaré esperando.
A Zoro se le erizó la piel. Subió al auto y se fué con Rayleigh.
Trafalgar estuvo un rato más parado en la calle, cualquiera lo hubiera confundido con una estatua. Subió a su apartamento pero al ver la llave del peliverde en el suelo y ver como la mitad de su casa ya no estaba comenzó a romperlo todo. Lo último que alcanzó su puño fue el espejo que había en la sala, su mano comenzó a sangrar. Se quedó perdido mirando la sangre caer por sus dedos y deseó con todas sus fuerzas que alguien curara sus heridas.