Zoro llegó a casa y se tiró en la cama sin dudas el día hubiera sido perfecto de no ser por el incidente de la cafetería. Se reprendió mentalmente por darle importancia a lo que ese hombre pensara. Si quería pensar que era un depravado a él que más le daba.
No supo cuando se durmió pero el ruido de la televisión lo despertó, al parecer Law estaba en casa. Se revolvió en la cama, no tenía ganas de hablar con nadie. Pero como si tuviera un sensor el ojigris entró a la habitación y se acostó a su lado.
- traje pizza para la cena.
- no tengo hambre.
- paso algo?
- no, solo estoy cansado y no tengo ganas de conversar.
Law le dió la vuelta para que quedaran cara a cara, acarició su mejilla y besó su frente. Para luego abrazarlo contra su pecho.
- no te preocupes me quedaré en silencio.
Zoro le agradeció con una sonrisa y nuevamente cayó en los brazos de Morfeo.
Al día siguiente, pudo comprobar que la advertencia de Shanks no era errónea ese rubio llamado Bellamy era un dolor de cabeza. Sin embargo él era un experto en lidiar con gente molesta.
A la hora del almuerzo entró a la cafetería y para su desgracia no había mesas vacías. Sin embargo se dio cuenta que la hermosa profesora de historia le hacía señas para que se sentara.
- buenas tardes Roronoa sensei, puede sentarse si quiere.
- muchas gracias Nico sensei, pero puede llamarme Zoro
- en ese caso llámeme Robin, Nico sensei es mi madre.
- sabe cuando la conocí quise preguntarle pero no quise parecer grosero. Usted tendrá algún tipo de parentesco con Nico Olivia
- así que conoce a mi madre
- bueno yo estudie aquí y ella era la profesora de historia en ese tiempo, de verdad se parecen mucho. Como esta ella
- pues muy bien ahora da clases en la universidad de Ohara
Pese a lo que pensó en primera instancia, la morena le agradó mucho, se pasaron todo el almuerzo conversando hasta que fueron interrumpidos por el molesto pelirrojo.
- qué crees que estás haciendo mujer.- gritó mientras se ponía entre ambos- esmeraldita mía no puedes dejarte seducir por el enemigo, la gente de ese departamento solo quiere debilitarnos y adueñarse de nuestros secretos.
- no sé de qué habla Akagami sensei, yo solamente conversaba con Zoro
- ves lo que te digo, incluso te llama por tu nombre, menos mal que llegue a tiempo para salvarte.
- que rayos te pasa acaso tu no dices que te casaras con uno de ellos- replicó el peliverde
- es cierto Akagami sensei, es hipócrita de su parte no permitirle a Zoro ser mi amigo cuando usted comparte cama con el subdirector.
El pelirrojo estaba derrotado así que se marchó corriendo y llorando dramáticamente.
- ese no está bien de la cabeza- dijo el muchacho
- supongo que no pero a su manera es adorable, aún no sabemos cómo conquistó a Dracule sensei.... Hablando del diablo- dijo la morena
Zoro se volteó y vio como Mihawk se acercaba a ellos.
- señorita Nico, Doflamingo está haciendo de las suyas otra vez, sería tan amable de impedir que sir Crocodile lo asesine.
La chica le sonrió como muestra de asentimiento y se retiró. Zoro se dispuso a hacer lo mismo pero Mihawk lo detuvo.
- señor Roronoa según tengo entendido por su currículo, usted practicaba kendo.
- así es
- pues sucede que el club de kendo del cual me ocupaba está un poco desatendido ya que no tengo tiempo para dedicarle, así que quería saber si le interesa hacerse cargo.
Zoro estaba atónito, el hombre que no había hecho más que ofenderlo desde que se conocieron ahora le pedía ayuda. Tal vez esa era la forma del pelinegro de aceptarlo sin admitir su error. No tenía idea de que decir
- Señor Roronoa....
- Ah, si claro, claro
- bien, lo veo al terminar las clases en el gimnasio. Sea puntual
Sin más el mayor se marchó y el chico se quedó parado con cara de idiota como si lo hubieran pegado al piso. No entendía nada, en esa escuela todos estaban dementes
- oye Zoro ya terminó el almuerzo.
- Ray san puedes hacerme un favor
- de que se trata
- puedes llevarme al gimnasio al terminar las clases.
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Gracias a la ayuda de Rayleigh llegó puntual a la cita con el subdirector. Ambos caminaron hasta donde se encontraban los alumnos y luego de una explicación de parte de Mihawk de la situación todos comenzaron a presentarse aunque a algunos ya los conocía de las clases de matemáticas. Estaban Kuina y Tashigui las gemelas, un rubio que si no recordaba mal se llamaba Helmepo y la tal Perona que se quedaba mirándolo embobada durante las clases. Los demás no los conocía así que supuso que eran de otros años.
- no nos lo tome a mal profesor Roronoa pero entenderá que necesitamos una prueba de sus habilidades, antes de aceptar esto, después de todo no sabemos si es capaz de llenar los zapatos del mejor espadachín del mundo- dijo Kuina la mayor de la gemelas
-el mejor espadachín?- preguntó Zoro
- acaso no lo sabía, el profesor Dracule fue campeón mundial de esgrima, de hecho se retiró invicto y nunca ha sido derrotado en ninguna de las variantes de la lucha con espadas.
- no tenía idea- dijo el peliverde mientras miraba asombrado al mayor que no mostraba ninguna expresión en su cara.
- Ya se, ya se .. que tengan un duelo para ver qué tan bueno es- sugirió Perona.
- no es mala idea- secundó Kuina- si aguanta un minuto sin morder el polvo lo aceptaremos- pero ante la mirada seria de todos rectificó- bueno 30 segundos
- esto es ridículo, esta es una decisión tomada, no es necesario demostrar na ...
- está bien- dijo Zoro interrumpiendo el discurso de Taka no me
- qué crees que haces, no hay necesidad de divertir a estos mocosos ellos respetarán las decisiones de sus profesores.
- no pienso imponerme como un tirano si voy a ser su maestro me ganaré su respeto con mi propia fuerza, no necesito que nadie interceda por mí.
Esa mirada otra vez, que tenía ese chico que lo hipnotizaba. Se sentía como un idiota por haberlo juzgado tan duramente al principio
- está bien, no sé qué tan fuerte crees que seas, pero no pienso contenerme, mejor les pediré que te acepten si duras aunque sea diez segundos.
- no es necesario. Además si en serio eres el mejor no crees que sería ofensivo arreglar un duelo ante tus alumnos.
- tienes razón eso sería una vergüenza. Espero que seas tan bueno con la espada como con las palabras.
Ambos se despojaron de sus sacos y sus corbatas, provocando algún que otro suspiro en sus pupilos. Mihawk tomó un bokken de madera pero para su sorpresa Zoro tomó tres.
- no me importa si los tomas todos, pero eso no marcará ninguna diferencia.- dijo el pelinegro
- eso ya lo veremos.- y sin más el chico colocó una espada en cada mano y la tercera en su boca.
El duelo comenzó y para sorpresa de todos quien atacó fue Zoro que lanzó una estocada feroz contra el mayor que la detuvo si problema. El contrataque de Taka no me no se hizo esperar pero fue detenido por la espada que portaba el joven entre sus dientes. Así siguió el encuentro en el que se podía apreciar la superioridad de Mihawk, pero el peliverde sin duda le daba guerra. Después de 3 minutos de danza de espadas, el duelo terminó con Zoro en el suelo desarmado y Mihawk apuntándole con una espada en el cuello.
Zoro estaba feliz, ese duelo había sido genial, después de tanto tiempo aunque fuera por tres míseros minutos se había sentido vivo. Había vuelto a ser el de 5 años atrás. Una lágrima traicionera brotó de sus ojos pero fue secada antes de que los otros lo percibieran.
Por su parte Mihawk estaba igual de feliz o más. Hacía años que no tenía un duelo tan interesante. El chico estaba un poco oxidado, eso era evidente, pero ese espíritu, esa fiereza lo habían extasiado. Se acercó al chico y le tendió la mano para ayudarlo a levantarse. Sin embargo el muchacho se quedó mirandolo como si hubiera visto un fantasma y al mirar a sus estudiantes los vio igual de sorprendidos.
- qué pasa? – preguntó.
- D.. Dracule sen.. sensei, usted está sonriendo.- logró decir Perona
Solo en ese momento se dio cuenta que era verdad, el duelo había sido tan bueno que él, que presumía siempre de ser completamente inexpresivo estaba sonriendo como tonto. Recuperó su expresión habitual y dejó a sus alumnos con su nuevo entrenador, después de todo el peliverde había pasado la prueba.
- Buen duelo- fue lo único que dijo antes de marcharse
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Eran las 9 pm cuando Law llegó a casa. Se sorprendió al escuchar música y al percibir un agradable olor proveniente de la cocina. Al parecer Zoro estaba de buen humor.
- buenas noches Zoro-ya
-buenas noches Law, llegas temprano.
- y tu estas de muy buen humor. Puedo saber a qué se debe.
El peliverde sonrió y le contó cómo se había convertido en el entrenador del equipo de kendo y sobre su duelo con el mejor espadachín del mundo.
- me alegro mucho de que vuelvas a hacer lo que amas. Por cierto ese espadachín no te hizo daño verdad?
- claro que no solo fue un duelo de tres minutos
- bueno tendré que comprobarlo yo mismo- y dicho esto cargo al peliverde hasta su cuarto donde le hizo un "examen médico" muy minucioso.
Los días pasaban y Zoro cada vez se sentía mejor en su nuevo trabajo. Incluso su relación con Mihawk había mejorado. El pelinegro ya no lo atacaba e incluso cuando tenía tiempo se unía a él como co-entrenador del equipo de kendo.
Esa mañana cuando llegó a la escuela le informaron que no tenía que impartir la primera hora de clases así que decidió ir a ejercitarse un poco al gimnasio. Una vez había terminado se dispuso a tomar una ducha pero antes de dirigirse a los vestidores fue derribado por un pequeño conocido.
- Zoroooooooo!
- Luffy que haces aquí.
- llegue hoy así que le pedí al abuelo que me trajera para verte. Te extrañé mucho.- el pequeño que estaba sentado sobre él lo abrazó con fuerza y el peliverde le correspondió.
- Aham.., me pregunto Roronoa si piensa convertir esta escuela en su patio de juegos, si va a hacer ese tipo de cosas con los estudiantes, tenga la delicadeza de no hacerlo aquí.
Zoro se quitó a Luffy de encima y trató de explicarse.- no es lo que parece Dracule sensei Luffy no es un alumno, es un viejo amigo solo eso.
- y se pude saber cómo su "amigo" entró aquí.
- él es el nieto de Garp sensei, quiero decir del director Garp.
- ya veo ahora todo tiene sentido, es usted bastante selectivo con las personas que abraza. Eso tengo que admitirlo.
- Zoro quien es este, parece un vampiro- preguntó inocente Luffy
La mirada fría que le dirigió Mihawk fue suficiente para que el pequeño mono se escondiera detrás de Zoro abrazándose a su espalda.
- lamento, la interrupción, si me disculpan algunos si tenemos que trabajar.- dijo Taka no me mientras se retiraba hecho una furia. Estaba molesto, molesto con el mismo por haber dudado de sus instintos que le decían que ese peliverde era un aprovechado y molesto con ese desconocido que tocaba tan íntimamente a Zoro.
Y como por arte de magia todo regresó al principio, las miradas de desprecio, los comentarios hirientes y por supuesto el ojidorado no volvió a presentarse a las clases de kendo.