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Adiós, mi paraíso. por cherrymusic14

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Notas del fanfic:

¡Hola de nuevo!


Sí, este es mi segundo fanfic de estos dos tarados :'v pero todo fue culpa de Ushicornio por haberme hecho llorar con su fic de El club de los 5 (?)


Si bien la historia era meramente UshiTen, al momento de escribirla, me salió un poco el TenSemi/SemiTen xD. Literalmente no era lo que esperaba, pero estoy satisfecha ;;


¡Espero sea de su agrado y gracias por leer!

Paraíso. Su significado original hace referencia a un jardín extenso y bien arreglado, que se presenta como un lugar bello y agradable, donde los seres humanos (y otros seres vivos) conviven en paz. Sin preocupaciones, sin nada que los perturbe.

Mucha gente dice que cuando morimos, si nos portamos bien en la Tierra, vamos directo al paraíso, y si pecamos, nos vamos derecho y sin escalas al infierno, donde pagaremos caro todas nuestras fechorías.

Pero creo que la vida que llevamos mientras vivimos, es lo que se puede considerar infierno o paraíso. Y creo que duele más cuándo nuestro paraíso se viene abajo…

—     ¡Ushijima-san! — gritaba el setter titular de Shiratorizawa, haciéndole un buen pase al As del equipo de volley, para que después el nombrado hacía un excelente remate con su  poderosa mano zurda, marcando el último punto del partido de práctica contra una escuela invitada.

—     ¡Victoria! — festejaba el pelirrojo que fungía como bloqueador central del equipo alzando sus manos vivazmente.

El equipo se reunía hacia donde estaba su entrenador para discutir el juego e hidratarse un poco. Habían sido 3 sets bastante ajetreados.

—     Creo que fue un buen juego, quizás por algunos errores de Goshiki pero… no crees que pues… — comentaba el setter de 3er año.

—     No seas tan exigente, Semi, lo hizo bien. Sólo que, bueno…

—     ¡DOS HOME RUNS! ¡TSUTOMU EL AS DEL HOME RUN!  ¿Seguro que de chiquito no querías ser beisbolista?

—     ¡Deja de ponerme en ridículo, Tendo-san!

—     Si sigues gritando de esa manera, haces más el ridículo de lo que ya lo hiciste, Goshiki. — respondía con cierto fastidio Shirabu secándose el sudor de su frente.

—     Sólo fueron dos y en diferentes sets, así que califiquemos su rendimiento cómo bueno, ¿no lo creen? — decía Reon, uno de los atacantes laterales del equipo, no quería que empezaran una leve riña Goshiki y Shirabu, ya que ambos eran especialistas en empezar ese tipo de discusiones.

—     Debes de mejorar tus saques, Goshiki. — la voz profunda del capitán y As de Shiratorizawa hacía que todos se calmaran un poco, a excepción de Tendou.

—     Wakatoshi-kun ¿Qué no quedamos que ya no sería Goshiki, si no Sr. Rocket Tsutomu? Con eso de que saca volando los balones cuál cohete de la NASA.

—     Decídete Tendou, ¿es Tsutomu el As del Home run o Sr. Rocket Tsutomu? — decía bajito el otro bloqueador central.

—     ¿¡Tú también, Kawanishi-senpai!? ¡Sólo soy Tsutomu Goshiki, el futuro el as de Shiratorizawa!

—     ¿Entonces con cuál nos quedamos, eh Wakatoshi-kun? ¿Cuál suena más ad hoc para nuestro pequeño Tsutomu?

Atrás de ellos estaban Semi y Reon, observando la típica plática post entrenamiento que siempre tenían.

—     Je, voy a extrañar todo esto. — Reon se cruzaba de brazos y los miraba con un poco de nostalgia.

—     No vas a ser el único, todos vamos a extrañar esto, aunque creo que hay alguien que no sé si va a estar bien pasado mañana… — el peligris lanzaba una leve mirada de soslayo hacia el pelirrojo.

—     Pues no sólo es uno, son dos personitas que me preocupan pero bueno, yo sé que sabrán manejarlo.

—     ¿A quién más te refie…?

—     Por cierto, Ushijima-san, al ser el alumno más representativo del instituto, te encomendaron dar el discurso para la ceremonia de graduación que es pasado mañana, ¿no es así? — preguntaba el libero Yamagata bastante pensativo.

—     ¿Qué? ¿Eso es verdad, Wakatoshi-kun?

—     Si.

—     ¡¿Y qué va a decir?! — pensaban todos al mismo tiempo. Ushijima era un hombre de pocas palabras, así que se preocupaban un poco. No era cómo si toda la escuela quisiera escuchar un simple: den lo máximo en la Universidad, eso era algo que de antemano ya sabían, así que soltando un suspiro, todos le ponían una mano en el hombro al castaño.

—     Bueno, creo que no estaría mal que le preguntaras al entrenador si podría darte una ayudadita con ello. — proponía Reon.

—     Washijo-sensei me dijo que podía decir lo que quisiese, mientras sonara motivador.

—     Sí, está bien, pero debes de ser más… ¿profundo?

—     No entiendo a qué te refieres, Semi, ¿me debo de hundir en la fosa de clavados? Es lo más profundo de la escuela…

—     ¡HAHAHAHAHAHA! — Tendou soltaba una gran y sonora carcajada, mientras Shirabu y Kawanishi contenían sus ganas de reírse.

—     No me refería a eso, Ushijima-san…

—     Creo que necesitarás más ayuda de lo que imaginamos. — el más moreno del equipo palmeaba la espalda de Wakatoshi y entre risas y comentarios algo fuera de lugar, caminaban hacia los dormitorios de su escuela.

La noche estaba algo fresca, a pesar de que empezaba el florecimiento de cerezos, en Sendai apenas empezaban a brotar algunos capullos, y desde los dormitorios se podía apreciar un enorme árbol de cerezo el cual contrastaba bastante contra los colores negro, morado y azul navy del cielo. Después de una larga y graciosa plática, los chicos empezaban a entrar a sus respectivas habitaciones, a excepción de Reon, Semi, Ushijima y Tendou.

—     Si quieres podemos ayudarte, Ushijima, aunque quizás no sea el mejor en motivar a las personas.— decía Reon rascándose la cabeza un poco.

—     ¿Y qué tal yo?  Podría hacerlo con mucho gusto, pero primero necesito hacer mi discurso para el curso de Español, estoy pensando seriamente en cantar “Las Golondrinas” o algo así, he visto que en muchas novelas mexicanas la ponen cuando se gradúan los protagonistas. ¡Podemos hacer que cantes esa canción para tu discurso, Wakatoshi-kun!

—     Tendou, seriamente no creo que eso ayude, y sigo sin entender el porqué de tu gusto por ese idioma. — el peligris soltaba un pequeñísimo suspiro al mismo tiempo que sonreía levemente de lado.

—     ¡El español es un idioma muy bonito y sexy! Pero dejando eso, mañana les traigo la canción y verán que es perfecta para el discurso de Wakatoshi-kun.

—     ¿Qué tal si mejor buscamos ideas en nuestros libros de literatura? Creo que tengo unos poemas en mis libretas de 2do año. — Opinaba Semi recargándose en el barandal tomando un poco de jugo de naranja.

—     Y el mejor para ello ¡eres tú Eita! Siempre sacaste 100 en Literatura japonesa y moderna.

—     Tendou tiene razón, mañana nos vemos en el comedor para ver qué podemos hacer por ti, Ushijima-san. Por cierto, necesito que me ayudes a algo, Semi.

—     Oh, ok Reon-san, entonces, hasta mañana, chicos.

—     ¡Descansa SemiSemi! Pero van a ver que nada le ganará al hecho de que Wakatoshi cante “Las Golondrinas”

—     Ok, ok, mañana decidimos eso. Ya a dormir, no se desvelen. — Reon y Semi se iban alejando poco a poco, dejando al As y al bloqueador central a las afueras de sus dormitorios.

—     Ahorita te pongo la canción, Wakatoshi-kun, según lo que investigué, la cantan porque las golondrinas tienden a migrar justo cuando llega la primavera y pues…

—     Tendou, no creo que sea buena idea cantar acerca de unas aves.

—     Eso dices tú, a veces hay que hacer un poco de analogías o de metáforas, aunque cómo dije, Eita es el que sabe más de esas cosas de literatura. Pero cómo te decía, en sí la canción expresa un adiós, pero al mismo tiempo, dice que siempre habrá un lugar en tu corazón para esa golondrina que se va, es cómo nosotros, nos iremos de nuestro amado instituto Shiratorizawa, pero nos llevaremos los mejores 3 años de nuestra vida en el corazón. — decía Tendou recargándose en el barandal de seguridad. Aunque se veía algo sonriente, su mirada estaba clavada en el gimnasio escolar, como un gesto de melancolía.

—     Mn, ya veo.

—     Por cierto, ¿Cuándo te irás a Tokio, Wakatoshi-kun?

—     Terminando este mes.

—     Qué rápido ¿verdad? No cabe duda que las becas deportivas ayudan demasiado a entrar a buenas universidades.

—     Sí, seguiré jugando en la sub-19 y en el equipo de esa universidad.

—     Tienes un futuro tan brillante, tu paraíso se extenderá de forma brutal ¿eh?

—     ¿Paraíso? ¿Qué no se llega a eso cuando uno fallece? El irme a Tokio no significa que me vaya a morir.

—     ¡No, no! No me refiero a eso, me refiero a tu “Paraíso” es decir, amm, ¿Cómo decirlo?— quedándose algo callado, Satori hacía un leve puchero y decía: — Tu paraíso es el lugar donde serás feliz y sin preocupaciones. Imagínate, estarás en la selección juvenil de Volley; ¡tendrás un equipo de ensueño en la Universidad! Escuché que la Diva de Aoba Johsai, el capitán de los gatitos de Nekoma y el Búho loco de Fukurodani también obtuvieron una beca, ¡quizás hasta estés con ellos!, jugarás partidos súper importantísimos contra otros países, saldrás del país incontables veces y seguirás haciendo lo que más te gusta, quizás hasta logres que tu papá te vea en TV o tú viajes a Estados Unidos y lo veas de nuevo, un mundo de posibilidades, un espléndido paraíso… — el pelirrojo entrecerraba sus ojos sin dejar de sonreír.

—     Te has olvidado de que la universidad también tiene exámenes y otras cosas difíciles. Creo que la palabra paraíso es muy subjetiva.

—     Podría decirse que también es una forma bonita de decirle al área de confort pero tienes razón, depende mucho de los ojos con los que las personas vean su vida. Para mí, mi paraíso se quedará aquí. Mi paraíso fue disfrutar de estos 3 años jugando voleibol con todos ustedes, haber saboreado la victoria de cada uno de esos partidos, y claro, también sufrir la derrota cómo nos pasó contra esos pequeños monstruos de Karasuno, pero lo importante fue haber jugado el volley que a mi me gustaba… y haber encontrado otras cosas geniales, que nunca pensé encontrar.

El castaño miraba cómo el rostro de Tendou se mostraba más y más melancólico, pero de la nada el pelirrojo se erguía y le sonreía ampliamente.

—     Mejor me apuro a hacer mi propio discurso de despedida en español y mañana seguimos con el plan: Hacer que Wakatoshi-kun diga más de 3 palabras en su discurso de graduación. ¡Descansa!

—     Descansa, Tendou.

Satori iba canturreando hacia su cuarto aquella canción de despedida dejando a un pensativo Ushijima el cual dirigía su mirada hacia el gimnasio así cómo Tendou había hecho momentos atrás.

A las afueras del dormitorio de Reon, se veía a Eita con varios libros de literatura en sus manos.

—     ¿No estamos exagerando un poco, Reon?

—     Estamos hablando de Ushijima y de que Tendou le dijo que incluyera una canción en español para el discurso de graduación, no es para menos.

—     Hablando de ellos, pensé que Tendou estaría un poco más melancólico por la graduación.

—     Mmm, no es que me jacte de conocerlos cómo la palma de mi mano, pero creo que te falta ser un poco más perceptivo del ambiente, Semi-kun.

—     ¿A qué te refieres? No soy Tendou para estar de chismoso en las cosas que no me incumben, y tampoco tengo su rara pero increíble capacidad de adivinar lo que los demás piensan.

—     Espero que Tendou haya aprovechado ese pequeño momento con Ushijima. Ambos sabemos que esos dos necesitan hablar.

—     ¿Entonces por eso me dijiste que te acompañara por estos libros? — preguntaba el peligris fingiendo un poco de indignación.

—     Esperaba matar dos pájaros de un solo tiro.

—     Sabes que aunque Tendou sea muy elocuente, no es muy directo cuando debe de hablar en serio. Y luego está Ushijima-san que no es la mejor persona para entender indirectas.  Esos dos no llegarían a una resolución fácilmente.— el entrecejo de Eita se fruncía un poco.

—     ¿Y tú?  — preguntaba el más moreno en un tono algo desafiante.

—     ¿Yo qué? — alzaba una ceja ante la pregunta del más alto.

—     ¿Ya has pensando en decirle o no? Porque si de resoluciones hablamos, tú también necesitas hablar seriamente con Tendou. —

El chico de cabello gris miraba con algo de molestia al mayor. Su inconformidad se debía a dos cosas:  la primera era que Reon sabía de antemano que desde 3er año, Semi sentía algo por el pelirrojo pero no le había querido decir nada a su amigo por miedo o por afectar el desempeño del equipo; y la segunda era que odiaba sentirse débil ante ese tema.

—     ¿Y bien, Semi? ¿Le vas a decir o lo vas a dejar ir?

—     Ambos sabemos la respuesta, y más el porqué de ella, así que no me insistas.

—     Pero, ¿No te sentirías más liberado si le dices? Tendou no te va a dejar de hablar ni te juzgará por lo que le digas.

—     ¡Por el bien de Tendou y por el mío no diré nada, y se acabó! ¡No es tan fácil cómo lo piensa, Reon-san! — respondía bastante alterado el número 3 del equipo.

—     No es para que te alteres tanto, en fin, anda, ve a tu dormitorio, y lamento haberte hecho pasar por un mal momento, pero deberías de pensarlo bien.

—     Discúlpame por haber reaccionado así… todos dicen que yo era la mamá de Shiratorizawa, pero creo que eso te compete más a ti, Reon-san. Discúlpame de nuevo, nos vemos mañana.

Despidiéndose con una reverencia, Eita corría hacia su respectivo dormitorio, que estaba en el mismo piso del de Ushijima y Tendou. Necesitaba despejar un poco su mente, ya que si no lo hacía, Reon-san ganaría y terminaría entrando al dormitorio de Tendou para decirle todo lo que sentía. Sólo de pensarlo hacía que sus orejas y mejillas se pusieran de un fuerte color rojo, así que agitando su cabeza fuertemente, lograba quitar un poco esas ideas de su cabeza. Estaba por llegar a su cuarto cuándo veía al As del equipo, mirando seriamente el gimnasio de la escuela.

—     ¿Todo bien, Ushijima-san? Pensé que ya estarías dormido o que estarías platicando con Tendou, con eso de que estaba tan emocionado con su canción mexicana que pues…

—     Dime Semi, para ti, ¿Qué es el paraíso?

—     ¿Eh? ¿El paraíso? Mm… Pues es el lugar más deseado para ser humano, es cómo una utopía donde se goza de la felicidad completa.

—     Entonces ¿Considerarías tu paso por Shiratorizawa, cómo haber vivido en el paraíso?

—     Pues, si consideramos los entrenamientos infernales de Washijo-sensei, con el plus de haber llegado a las nacionales 2 veces y ser el mejor equipo de la región, lo pondría cómo en un intermedio.

—     Oh, ya veo. Gracias por tu opinión, Semi.

—     ¿De verdad todo bien, Ushijima-san?

—     Si, sólo tenía esa duda. — Mirando directamente a Semi, Ushijima agregaba con su típica voz profunda e imponente: — Descansa, mañana tenemos una última charla con Washijo-sensei, no se te olvide.

—     ¡Ossu!

Por algo Ushijima era el capitán del equipo, no necesitaba decir más de dos o tres palabras para que las personas a su alrededor reaccionaran rápidamente ante lo que él dijese. A veces el peligris deseaba tener aquella voz de mando y una presencia tan imponente del castaño, pero le tocó ser el chico simple del equipo. Ignorando un poco sus celos hacia Ushijima, Eita volteaba a ver también el gimnasio de su preparatoria.

—     Vaya fin de año escolar que tendremos…

Al siguiente día, aproximadamente a las 12 de la tarde, en el comedor de la academia, seguía la discusión de ayudar a Ushijima con su discurso.

—     ¿Entonces si empiezas diciendo algo cómo: Hoy es un día muy especial para todos los aquí presentes…?

—     Ya dijimos que así comenzará, pero lo importante es que no se quede a medio discurso y diga: gracias por venir a Shiratorizawa. — Kawanishi recordaba los pocos encuentros que tuvieron contra Aoba Johsai, y que el setter de aquella preparatoria odiaba aquella frase, así que le daba algo de risa que Ushijima lo intentara decir en la ceremonia.

—     Pues no es mala frase pero… — Shirabu era interrumpido por Goshiki, el cual tenía más de 5 hojas echas bolita en su asiento.

—     ¿Y por cierto, qué no Tendou tenía otra idea?

—     Una canción en Español, algo sobre unas golondrinas. — Decía Ushijima terminando de comer su almuerzo.

—     Ya es tarde y no ha hecho acto de presencia, ¿Estará enfermo?

—     Con la suerte que a veces se carga, es capaz.

Eita sospechaba que algo no estaba bien, Tendou siempre aparecía para comer algo a medio día. No quería verse muy obvio, pero al parecer, Reon tenía razón, tenía que hablar con Tendou a toda costa, y sin decir más, se levantaba del comedor y a paso rápido se dirigía hacia el dormitorio del pelirrojo.

Durante el trayecto Semi trataba de buscar las palabras correctas para hablar con Tendou, pero al mismo tiempo se bloqueaba. Nunca se le dio hablar de forma tan directa, pero era momento de hacerlo.

—     ¡Tendou! ¡Satori Tendou, abre la maldita puerta! — decía golpeando la puerta varias veces con su puño — ¡No te hagas el dormido o el que no estás ahí adentro, soy capaz de traer armamento pesado y sabes a quien me refiero con eso!— después de dos golpes más, la puerta se abría un poco.

—     Ya ni mi mamá me tocaba así la puerta de mi cuarto cuando vivía con ellos… — Tendou estaba enredado en una pequeña cobija con estampado de huellitas de perro.

—     Quítate eso, te ves demasiado demacrado y no es para tanto. — Semi se abría paso hacia adentro de la habitación del más alto, sentándose en la orilla de la cama.

—     Todavía ni sabes mis razones para estar así, y ya me estás diciendo dramático. — Satori se volvía a acostar en su cama y se hacía un pequeño ovillo del lado de la pared.

—     Es en serio Tendou, necesitamos hablar, ahora. — quitando de forma brusca la cobija que cubría a su amigo, Eita lograba que Tendou le prestara atención.

—     No ando de mucho humor, Eita, la verdad me deprimí demasiado ayer.

—     ¿Ushijima ya te rechazó?

—     ¿Q-qué? ¡Yo no me refería a eso! — el rostro del pelirrojo se tornaba rojo cómo un jitomate, así que de un solo brinco se sentaba junto a Semi, el cual le veía algo enojado.

—     ¿Entonces, qué es lo que te tiene en estado emo?

—     ¿Estás consciente de que es nuestro penúltimo día en la escuela? ¿Qué ya no volveremos a jugar volleyball y que tampoco volveremos a vernos quizás por mucho tiempo?

—     Sí, estoy consciente de cada uno de tus puntos, pero ¿por qué crees que todos estamos comiendo juntos en el comedor? ¿por qué crees que estamos haciendo el plan estúpido de ayudarle a Ushijima con su discurso?

—     Porque quieren pasar más tiempo juntos, yo también quiero hacerlo, pero…

—     ¿Te duele no? Te duele saber que no verás de nuevo a Wakatoshi.

—     A ti no te puedo ocultar nada, así que: sip, me duele saber que se irá bastante lejos, y que también, fue la primera persona que consideré parte de mi paraíso… y mañana todo esto se va a esfumar, junto con ustedes, mis primeros amigos. — Tendou se mordía un labio para tratar de no llorar pero sentía un golpe en su costado izquierdo. — ¿¡Por qué me pegas!?

—     Nos pones en segundo plano, ah pero qué egoísta eres.

—     ¡Ustedes también fueron parte de ese hermoso paraíso! Fueron mi segunda familia, Eita…

El peligris inhalaba profundamente y después de unos segundos, soltaba poco a poco el aire de sus pulmones.

—     Es normal sentirse triste, pero tampoco es cómo si nunca nos volviésemos a ver, a parte, creo que todos esos buenos momentos los tendremos grabados para siempre.

—     Lo sé, pero… en los siguientes días no estará Reon pareciendo la mamá gallina, cuidándonos a todos, tampoco estará Tsutomu haciendo sus geniales home runs en un set importante, junto con el gruñoman de Shirabu regañándolo; tampoco estará Taichi ayudándome a bloquear buenos remates; no estará Hayato quejándose de que no encuentra su celular, y tampoco estarás tú, aguantando mis dramas amorosos por Wakatoshi… y no estará él, escuchando mi parloteo sobre cualquier cosa a media comida, sin juzgarme, sin evadirme… en un futuro sólo tendré una mesa vacía a la hora del almuerzo.

Eita sentía un vuelco en su pecho. Escuchar así a su amigo y al chico que le gustaba era algo demasiado duro, quería abrazarlo y quizás besarlo, pero sólo atinaba a pegarle en la frente con sus dedos.

—     Y no olvides que tampoco leerá tus odiosas Shonen Jump, pobre Ushijima, ha de estar harto de leerlas.

—     ¡Wakatoshi-kun lee con bastante gusto las Shonen Jump! ¡Antier todavía le pregunté por el último capítulo de Shingeki no Kyojin y me dijo que se había muerto la chica patata!

—     Tendou, ¿no has pensado en decirle que te gusta? — el pelirrojo empezaba a negar con su cabeza varias veces y después abrazaba una almohada.

—     No, no creo poder decírselo, me va a mandar al diablo así como Tsutomu lo hace con sus saques.

—     No pierdes nada con decírselo, quizás la poca dignidad que te queda.

—     Es que no puedo… ¡me pongo estúpidamente nervioso cuando se trata de eso! O sea, ¡hablamos de Wakatoshi! ¿Recuerdas la primera vez que lo vi desnudo casi me da un derrame nasal? ¿o la primera vez que nos tocó compartir futón en el pasado campamento de entrenamiento no pude dormir porque el desgraciado se veía tan guapo dormido? ¿O la vez que me dio su chamarra el día que nos agarró el tifón regresando de un partido, ¡Y no pude evitar fantasear porque su chamarra olía bastante bien!? Odio que me guste tanto…

—     Tendou, es Ushijima, no es un Dios o algo parecido.

—     ¿Tú podrías confesártele a la persona que te super gusta? ¿se lo podrías decir, así como si nada?

Volviendo a inspirar profundamente, Eita tomaba la mano del pelirrojo y la apretaba un poco.

—     Satori, me gustas. Y no espero que me contestes, porque yo sé que mi sentir no es correspondido, pero… me gustas.

En aquella habitación se hacía un ligero silencio, no era un silencio incómodo, era sólo una pequeña pausa a su conversación. Obviamente el más impresionado era el chico de ojos rojizos, el cual nunca había esperado aquella súbita confesión por parte de su mejor amigo.

—     Oh vaya, esto sí no lo pude haber adivinado…

—     ¿Ves? Así de fácil es decirlo, y mira, no he perdido nada, quizás Reon esté revolcándose de emoción porque al fin me atreví a decírtelo, pero estoy bien…

—     ¡Pero bien rojo! ¡Deberías de ver tu cara y tus orejas! ¡Eres un jitomate! ¡Hahahahaha!

El escuchar la risa del pelirrojo le tranquilizaban, aunque por dentro estaba que moría y sus manos estuviesen temblando un poco.

—     Perdóname SemiSemi, de verdad perdóname por no poder corresponderte cómo es debido.

—     No digas nada, yo sólo debía de decírtelo, soltarlo así sin más. Bueno, yo ya lo hice, ahora te toca a ti.

—     ¡Yo no tengo el suficiente valor que tú tuviste! ¡Soy una gallina para esas cosas!

—     Si ni lo haces, ¿Vas a vivir por siempre con el por qué no lo hice? Es como cuando por dudar, no bloqueas algún remate y ¡bam! Punto para el equipo contrario. ¿Vas a permitir que el arrepentimiento de no haber hecho algo te carcoma todos los días?

—     Wakatoshi tiene un futuro muy brillante, y yo no sé ni a cual universidad ir, es más, no sé si realmente podré terminar una carrera universitaria.

—     ¿Y? ¿Eso qué tiene que ver con que le confieses tus sentimientos? De verdad Tendou, si no se lo dices mañana, ¿¡Cuándo carajos lo harás!? ¿¡Hasta que nuestro monigote de 1.89cm esté casado con una mujer que haya sido escogida por su estricta y cuadrada madre, después de que engendre 3 hijos y que tenga un Shiba Inu cómo mascota!? ¿¡Vas a esperarte hasta que todo eso pase!? — decía exaltadísimo el peligris.

—     ¿Ah? ¿Y qué tiene que ver el perro con el hecho de que me le confiese a Wakatoshi?

—     Que tú siempre quisiste tener un Shiba Inu y que siempre has querido a Ushijima, eso, tonto. Sólo díselo, si no, te vas a arrepentir, Satori idiota.

Era la primera vez que su amigo le decía su primer nombre de forma tan enojada y era la primera vez que lo sermoneaba cómo si fuese un clon de Shirabu. No sabía si eso le daba risa o miedo, pero la risa venía primero.

—     Vaya, me acabas de regañar de la mejor manera posible. Y sí, siempre he querido un Shiba Inu de mascota, y sí, desde hace mucho que me gusta nuestro monigote zurdo. — Tendou volvía a abrazar su almohada pero ahora con un poco más de sentimiento.

—     Ufff, casi me quedo sin aliento, pero espero haya servido de algo. Entonces, ¿Le dirás?

—     Mañana después de su fallido discurso, le citaré en el gimnasio.

—     Si no lo haces, quemaré todas tus Shonen Jump. — tomando la revista más cercana, Semi amenazaba al dueño de ese cuarto.

—     ¡Con eso no se juega, SemiSemi!

—     ¿Lo prometes?

—     Si, lo prometo.

Después de unos minutos, el armador secundario de Shiratorizawa, se disponía a salir de la habitación del bloqueador central, pero este le detenía un poco.

—     Oye, Eita…

—     ¿Si?

—     Si nos llegamos a topar en otra vida, asegúrate de hacer todo lo posible enamorarme primero, antes de que aparezca de nuevo Wakatoshi. Apuesto que serías un excelente novio.

Eita le sonreía un poco y sólo se despedía aventándole un cojín en la cara al mayor. El chico se sentía un poco mejor, un poco más liberado, pero al mismo tiempo, su pecho dolía.

Mientras tanto, en el comedor, los chicos sobrantes del equipo de volley, se resignaban a tener un discurso a base de monosílabos.

—     Ushijima-san, ¿en serio no se te ocurre otra cosa que no sea: Esfuércense al máximo en la universidad. Gracias por haber venido a Shiratorizawa? — volvía a rezongar el setter de 2do año.

—     ¿No suena muy motivador?

—     No es que no sea motivador pero…

—     Entonces, si me permiten poner la idea de Tendou.

—     ¡No, las golondrinas no! — decían todos al unísono.

—     No me refería a las golondrinas, me refiero al pa… — El capitán del equipo veía que Semi llegaba a la mesa del comedor con los ojos algo irritados — ¿Todo bien, Semi?

—     Si, sólo que al parecer me entró algo de polvo a mis ojos, ya saben, hay un poco de aire allá afuera.

—     Bueno, cómo decía, creo saber qué poner en el discurso, pero necesito estar a solas. Con su permiso, iré a la biblioteca. — sin decir más, el castaño partía dejando a sus amigos algo desconcertados.

—     Nos la pasamos casi 2 horas tratando de ayudarle, y el muy desconsiderado se va, así como si nada, ¡¿A ESCRIBIR DE GOLONDRINAS?! — Shirabu azotaba su cabeza en la mesa llena de papeles garabateados.

—     Te vas a quedar sin neuronas, Shirabu-san.

—     ¡Tú cállate, Goshiki!

—     Si no te cuidas, no habrá setter que me sustituya, Shirabu. — comentaba Semi sacudiéndole el cabello al castaño.

Con una mirada de soslayo, Reon notaba que esos ojos irritados de Semi no eran por el aire, habían sido por otra cosa, pero no forzaría al peligris a que le contara nada que no quisiese.

El último día para los chicos de 3er año de la academia Shiratorizawa llegaba más rápido de lo que pensaban, estos vestían su típico uniforme con el plus de bouquet de flores lilas, con detalles amarillos y azul cielo, el cual adornaba el lado izquierdo de su saco blanco. Todos estaban reunidos en el gimnasio del instituto, esperando ansiosos por su certificado de la escuela media, y también bastante melancólicos por dejar sus mejores días en aquella escuela.

—     ¿Tendou sigue sin aparecer? — comentaba algo preocupado Yamagata

—     Ayer el muy idiota tomó leche caduca y por eso no salió del baño por todo el día. — mencionaba Eita mientras se arreglaba su pequeño adorno floral.

—     Sí que tiene mala suerte, pero espero no tarde en lle…

—     ¡BOOM, BABY! — gritaba el pelirrojo mientras caminaba hacia donde estaban sus amigos.

—     ¡Shhh! ¡Cállate! Está por iniciar el discurso de Ushijima-san, y quizás escuchemos la canción de los pájaros esos que le comentaste.

—     ¿Las golondrinas?

En un pequeño escenario, estaba el súper As del equipo de volley, tan estoico cómo siempre, sosteniendo una hoja en sus manos.

—     Hoy es un día muy especial para todos los aquí presentes, ya que este día termina una etapa muy importante para la vida todos. Hemos finalizado nuestra educación media, y estamos a unos pasos de comenzar la Universidad, lo cual nos preparará un panorama algo incierto. Pero no es algo a lo que deban de temerle, deben de verlo como un reto. Así como afrontaron el cambio de secundaria a preparatoria, también lo harán cuando ingresen a sus correspondientes universidades. Y si todavía no tienen idea de qué carrera estudiar, o si su opción es que empezarán una vida laboral, no se menosprecien, cada uno escogió su camino cómo mejor les pareció, un camino que quizás puede estar lleno de espinas o un camino libre cualquier contratiempo, pero sea cual sea el rumbo que deseen tomar, tómenlo cómo su paraíso, aquel lugar donde serán feliz y sin preocupaciones, donde estarán haciendo lo que más les gusta, y aún con sus dificultades, sigan viendo esta vida cómo su propio paraíso. Nuevas amistades, nuevas experiencias, nuevas aventuras, nuevos problemas, nuevos retos; mientras ustedes lo vean de forma positiva, podrán salir adelante.

Pues bien, no me queda más que desearles lo mejor en esta nueva etapa, y que si bien, algunos estaremos tristes por abandonar nuestra amada Shiratorizawa, sólo nos queda recordarla cómo el paraíso que fue para nosotros. Agradezco haber pertenecido a esta institución, y citando a alguien bastante especial, gracias por dejarme disfrutar de estos 3 años jugando voleibol, haber saboreado la victoria de cada uno de esos partidos, y claro, también sufrir algunas derrotas, pero lo importante fue haber jugado el volley que a mi me gustaba… y haber encontrado otras cosas geniales, que nunca pensé encontrar.

Así que volemos, cómo golondrinas en búsqueda de nuestro nuevo hogar. —

Todos los presentes se quedaban boquiabiertos, ya habían escuchado a Ushijima decir algunas palabras, pero esta vez, el jugador de voleibol parecía bastante inspirado. Una lluvia de aplausos se escuchaba en todo el gimnasio, pero había una persona que en vez de aplaudir, estaba llorando. En un pequeño espacio, se veía a un Tendou derramando bastantes lágrimas junto a sus amigos.

—     Ok, no cantó en español, pero sí dijo algo de unas golondrinas…

—     Semi… ¡me citó, me citó de nuevo! — abrazaba efusivamente al peligris.

—     Si, y de qué forma.

Después de aquellos aplausos, Ushijima volvía a tomar el micrófono, y aclarando su garganta decía:

—     Gracias por haber venido a Shiratorizawa.

Todos los miembros del equipo de volley se empezaban a reír a carcajadas, preguntándose si al setter de Aoba Johsai no le habían zumbado los oídos.

Luego de que los chicos tuvieran una reunión con su entrenador y que les dieran un reconocimiento por haber estado en el equipo de voleibol, cada uno iba a despedirse de sus compañeros de clase.

—     Luego hacemos una fiesta de despedida por aquellos que se nos van a Tokio. — comentaba emocionado Reon.

—     Y para los que nos quedamos ¿qué? — decía Yamagata con un leve puchero.

—     Para todos entonces. Y bueno, ¿Quién me acompaña por los de segundo y primer año? Necesitamos tomarnos una foto antes de irnos. — Reon tomaba al libero de un brazo mientras que Eita le daba una palmada a Satori, animándolo a hacer lo que había prometido.

—     Yo los acompa…

—     Espera un poco, Wakatoshi-kun, necesito platicar contigo.

—     Oh, ok.

Ambos chicos se sentaban en la entrada del gimnasio apoyando sus codos en sus piernas.

—     Me debes una cantidad incontable de helado de chocolate.

—     ¿Por qué?

—     ¡Te salve de hacer el ridículo! Más bien, me debes derechos de autor.

—     Disculpa que no dijese tu nombre pero ayer no me contestaste ningún mensaje ni llamada, te quería pedir permiso para usar tu concepto de paraíso.

—     Perdóname, pero es que no sé si Eita te lo dijo, pero me enfermé y caí dormido por casi todo el día.

—     Ayer me preocupé bastante, nunca faltas a la hora del almuerzo. Después Eita nos comentó de tu accidente con la leche caduca, así que tampoco quise ir a interrumpirte, debiste de haber estado muy ocupado en el retrete. — Wakatoshi podía decir las cosas tan de golpe, que muchas veces daban risa. Tendou adoraba eso del castaño, así que tratando de tomar algo de aire, el pelirrojo tomaba la mano zurda del más alto y le decía.

—     Me gustas, Wakatoshi, me gustas desde 1er año. No quiero una respuesta, sólo quiero que lo sepas. Gracias por haber formado parte de mi paraíso estos 3 años. Gracias por haberme dejado sentarme junto a ti, y por nunca hartarte de mis pláticas sin sentido. Gracias por escucharme, por tomarte un poco de tu tiempo para leer mis estúpidas Shonen Jump, por ser mi primer amigo y por ser el chico que me gustara durante estos años. No te niego que me duele saber que te vas a Tokio, donde cómo ya te dije, vas a llevar una vida más hermosa de la que llevaste aquí, pero sólo quiero decirte que nunca voy a olvidarme de todo lo que me diste y me dieron: sentirme aceptado después de tantos años. Por eso seguiré diciendo que mi paraíso fue y será haber estado en el equipo de Voleibol del Instituto Shiratorizawa.

Pasados unos segundos, Ushijima sólo lograba parpadear varias veces seguidas, sin entender mucho de lo que había pasado.

—     Tendou, yo…

—     No te preocupes, igual y te gusta la chica que saludaste la otra vez, o quizás tu único amor sea el voleibol, pero creo que me siento un poco más liberado.

—     ¿Te gusto?

—     Sí, sí, del verbo me encantas física y mentalmente. Y bueno, eso era todo lo que quería decirte, así que vayamos a esperar a los otros chicos, ¡Necesitamos esa foto! — Tendou soltaba la mano de Ushijima y se levantaba de donde estaba sentado, pero el fuerte agarre de la mano zurda del castaño lo retenía un poco.

—     ¿Por qué nunca me habías dicho esto?

—     La lista es larga Wakatoshi-kun, pero todo se resume a que me daba miedo.

—     ¿Te doy miedo?

—     A veces, sólo cuando te enojas, pero en serio, me daba miedo decírtelo y resultar herido…

—     No sé bien cómo reaccionar ante esto, pero…—

A lo lejos se divisaban las siluetas de todos los chicos del equipo de voleibol masculino, algunos riendo y otros llorando por la partida de sus senpais. Ante esto, Satori corría a secundarles el desastre que estaban haciendo, mientras que Ushijima no dejaba de ver su mano zurda.

—     ¡Bien, nuestra última foto! — Reon colocaba su cámara en un tripié, activando el temporizador, para así correr a donde estaban acomodados sus amigos.

En aquella imagen, quedaban capturadas las caras llorosas pero con cierto enojo de Goshiki y Shirabu, los cuales estaban junto a un Yamagata y un Kawanishi llenos de lágrimas, a su lado derecho un Reon aventando felizmente su bouquet de flores mientras que Semi salía riéndose a carcajadas porque aquel adorno floral le caía en la cabeza de Shirabu, y del lado derecho, estaban Tendou y Ushijima, el pelirrojo tenía una expresión de felicidad al 120% al mismo tiempo que Ushijima hacía la seña de amor y paz con su mano derecha.

Si no fuese por la silueta de Reon se atravesaba en la siguiente foto, se podían ver las manos de Satori y Wakatoshi, unidas por unos leves segundos. El pelirrojo tenía un gesto de sorpresa y al mismo tiempo un leve toque de rubor en sus mejillas ya que en su mano sentía algo no más grande que una moneda de 100 yenes que el más alto le había dado, mientras que Wakatoshi se acomodaba su saco, al cual le faltaba el segundo botón.  

 

Notas finales:

¡Ahhh! :'v ayer me veían chille que chille, pero me dio el feel bcuz el tema de la graduación que sabemos en Haikyuu!! es súper doloroso :'v plus el hecho de que en Tumblr hay muchos headcanons de que mi Tendou bebé dice: Adiós, mi paraíso por que jugar volley en Shiratorizawa, de la forma que él quería, y haciendo amigos por primera vez, era su lugar ideal, donde no sufriría bullying y donde podría ser feliz y desenvolverse cómo el quería ;; (Chillanding) 

Bueno, creo que es todo C: espero que haya sido de su agrado y de nuevo, lamento demasiado haberle entrado al mame de esta ship (bueno, estas ships xD) muy tarde ;; 


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