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¡Pobre! por jotaceh

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Día 15: Estrategia 

 

 

Cuando bajaba la cabeza una vez, significaba que sí, cuando lo hacía dos veces era no. Así me comuniqué con mi mamá durante una semana.

 

-¿Quieres más torta? -

Bajó dos veces la cabeza, así es que no quería. Mejor para mí, más comida disponible.

 

Ahora que lo pienso, estaba tan ansioso por saber su verdadera reacción, que durante esos siete días comí como condenado. Me veo para abajo y creo que tengo un rollito en el abdomen. ¡Engordé!

 

-¿Me quieres tal como soy? -

No hizo nada, solo miró fijamente por la ventana como si no me hubiera escuchado.

 

Sé que Carmen no es la persona más inteligente del mundo, pero de ahí a quedar en shock por saber que tiene un hijo gay, ya es el colmo.

 

 

 

 

-Igual la entiendo, a mí me costó asumirlo y eso que solo somos amigos -

 

Le conté mi problema a mis amigos, a lo que Cristián me respondió esto.

 

-Ya, pero cualquier persona normal no se quedaría muda de la nada. Si se supone que me ama ¿o no? -

 

-Quizás lo que tienes que hacer es darle otro susto para contrarrestar - fue la solución del moreno.

 

-Eso no suena a una buena solución... - Joaquín daba su opinión.

 

Estábamos en recreo, sentados debajo de un árbol, platicando sobre mi sufrimiento cuando una idea pasó por mi cabeza.

 

-Le voy a decir que el sujeto del bar es mi sugar daddy y que me quiero ir a vivir con él -

 

Sí, Cristián tiene una buena idea, lo mejor que podía hacer era darle otro susto, para que así saliera del shock. Es como cuando alguien pierde la memoria por un golpe en la cabeza y para que la recobre tiene que sufrir otro accidente similar.

 

-No le veo un buen final a esto -

 

-Joaquín... Eres muy pesimista - no me agradaba el poco apoyo que tenía del muchacho.

 

-Después de clases te acompaño a buscarlo al bar - en cambio Cristian sí era un amigo de verdad.

 

-¿Lo vas a ayudar? ¿Acaso no ven lo peligroso que es? -

 

-¿Qué es lo peor que nos puede suceder? - pregunté escéptico.

 

-¿Como qué riesgo? Bueno, puede ser un violador que se aproveche de ti y termines descuartizado debajo de algún arroyo. ¿No has pensado que te coqueteó estando ebrio? ¡Es un pedófilo! -

 

-Creo que alguien está celoso - el moreno se burló de él.

 

-Si es tan tierno... -

 

Le acaricié la mejilla como si fuera un bebé. El muy lindo se colocó celoso de un viejo sucio y borracho.

 

 

 

La campana fue tocada, las clases acabaron y de inmediato fui hasta el puesto de Cristián para ir rápido hasta el bar. 

 

-Yo les advertí, recuerden siempre eso-

 

-Joaquín, ¿no vienes con nosotros? - 

 

-Claro que no, no voy a ser cómplice de este sinsentido - 

 

-Tú te lo pierdes - Cristián se rió antes de tomarme de la mano para que nos fuéramos. 

 

El castaño nos miró un tanto enfadado, y es que pareciera que me iba con mi amante, que me burlaba de él en su cara. 

 

-Oye, no vayas a creer que entre nosotros va a suceder algo - fui claro con el moreno. 

 

-No, guácala, si tienes verga, a mi me gusta solo la panocha, una bien gordita y de labios mojados, que tenga... - 

 

-Vale, vale... Ya entendí - tuve que detenerlo porque no podía soportar tanta heterosidad. ¡Qué deberían comportarse!

 

Con las reglas claras, salimos del colegio en rumbo a ese antro oscuro y maloliente. Ingresamos al local donde la gran mayoría era hombre y que ya a eso de las tres de la tarde, estaban fermentado como vinagre. 

 

-¿Estás seguro de esto? Creo que hasta a mí, con mi capacidad intelectual reducida, me está pareciendo una mala decisión - dijo el chico mientras veía a todos esos foráneos bebiendo vino y cerveza. 

 

-Estoy rodeado de gallinas, ya les voy a demostrar que siempre he tenido la razón - 

 

Seguí firme mi camino hasta la barra, aunque debo reconocer que tenía un poco de miedo. ¿Y si me violaba? Qué perdería mi virginidad con el pene de un viejo asqueroso y no con el delicioso palito nuevo, jugoso y húmedo de un joven. 

 

-Miren a quién tenemos aquí... ¡Al último gay que salió del closet! - 

 

Ahí estaba el hombre a quien estaba buscando. El mismo borracho que le reveló a mi mamá mi orientación, estaba en le barra mirándome con gracia, como si fuéramos amigos de toda la vida. 

 

-¿Tu vieja ya recordó cuando te encontró vestido de mujer y ya entendió que eras marica desde chica? - 

 

-¿Y tú cómo sabes eso? - 

 

-Por favor cariño, que todos hemos pasado por eso - 

 

¿En serio? Pensé que había sido el único niño que habían descubierto con un kilo de lápiz labial rojo en la boca, minifalda y tacones de quince centímetros. 

 

-En fin, no vengo a esto... Yo... Te quería pedir un favor - fui directo al grano. 

 

 

 

 

 

 

 

-Todavía estamos a tiempo de arrepentirnos- mencionó Exequiel. 

 

Finalmente, el borracho del bar aceptó ayudarme, tomó su última caja de vino barato, se subió los pantalones y caminó con nosotros hasta la casa. 

 

-No sé, quizás es porque estoy muy ebrio, pero me está pareciendo una mala idea - 

 

-Yo estoy sobrio y también me está pareciendo lo mismo-

 

-Se me calla el par de gallinas - tuve que detener a ambas aves tiritonas y es que no me estaban ayudando en nada. 

 

Abrí la puerta de la cocina e ingresamos al lugar donde debería estar mi mamá, si es que estaba trabajando y no viendo una teleserie en la tele de la pieza. 

 

-Hola mamá, tengo algo importante que decirte - 

 

Por suerte, la muda estaba lavando los platos. Me observó extrañada, más de lo normal, y es que iba acompañado de mis amigos. 

 

La mujer movió la cabeza una vez, para asentir y expresar que podía hablarle. 

 

-Te quería presentar a mi novio - y señalé a quien estaba a mi lado derecho. 

 

Carmen me miró más sorprendida aún, supuse que era por creer que tenía una relación sentimental con un viejo borracho. Y le afectó mucho, porque comenzó a llorar. 

 

¡Bien, lo logré! Pensé de inmediato, tan solo que mi mamá se acercó a mí para abrazarme. Lloró en mi hombro como si le hubiera informado sobre algún fallecimiento. 

 

-Yo siempre he tenido mala suerte en el amor, y tú vienes con tus quince años, siendo gay y todo, y tienes un novio bien guapo... ¿Qué hice yo para merecer tanta desgracia? - 

 

-¿Guapo? Mamá, si es un borracho asqueroso - ¿qué le veía a Exequiel? 

 

-¿Tan joven y ya es un bebedor? - 

 

-¿Tan joven? - ¿qué? ¿Aparte de muda había quedado ciega? 

 

Volteé para ver la reacción de mi nuevo amigo, ¿y con qué me encontré? Con Cristián a mi lado sin entender qué sucedía, con cara de perro con hambre, y ningún rastro del borracho que se suponía mi sugar daddy. 

 

¡Mierda! Que Carmen estaba creyendo que el moreno era mi novio. 

 

-Está bien, quizás te hiciste fletito por mi culpa. Supongo que tener una mamá tan puta como yo debe tener consecuencias... No te preocupes, te acepto y permitiré que seas tan puta como yo, solo te pido que siempre uses condón y que no te tragues la eyaculación. Créeme, parece leche, pero no... No lo es y sabe mal - ¿Se dan cuenta los consejos que da mi mamá? Si es tan normal. 

 

Lo bueno es que había aceptado, no me rechazaba, me quería tal cual era... Que eso se supone ser una puta, pero... Por algo se parte ¿no? 

 

-Y tú... Cuídalo mucho ¿ok? - se acercó a Cristián como si quisiera aceptarlo como su yerno. 

 

-Em... Sí, señora - mi amigo no sabía qué hacer, así que solo le siguió el juego. 

 

Carmen se fue de la cocina emocionada, ya no estaba en shock y había encontrado en su hijo un posible compañero para sus putivueltas. 

 

-¿Dónde está el viejo? - pregunté de inmediato al ver salir a Carmen. 

 

-Se desmayó en el patio - 

 

Y ahí estaba el sujeto, tirado en el suelo, roncando como morza. Al final no me ayudó en nada y es que solo contar con Cristián me bastó. Ahora mi mamá me acepta, todo salió mejor de lo que imaginaba ¿verdad? 

 

 

 

¡Joaquín me va a matar! 

 

 


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