Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Pobre! por jotaceh

[Reviews - 156]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Día 21: Villano

 

¿Por qué razón Rafael estaría con Julieta si no la quiere? Tiene que ser una razón muy fuerte y es que no cualquiera soporta a una chica tan desagradable como lo es ella. Esa noche me quedé pensando seriamente en el asunto, hasta que una pregunta llegó a mi mente. ¿Por qué me importa tanto?

Está bien, puedo considerar al rubio como mi primer amor, la primera persona por la cual he sentido cierta atracción, tan solo que se suponía que ahora último me estaba enamorando de Joaquín ¿o no? ¿Acaso nunca le quise y siempre estuve interesado en el hijo de los Eguiguren?

-Luces terrible – fue lo primero que me dijo Olivia al verme en la mañana.

-Tuve una mala noche –

-Solo es una noche, ¿por qué sería mala? –

-Me refería a que no pude dormir –

-¿Te dolía el estómago? –

-Me dolía la cabeza por pensar en asuntos que no me incumben –

-¿Qué asuntos? –

Me quedé callado un momento, y es que tal vez ella sabría algo que pudiera responder mi pregunta, tan solo que no tiene filtros y le contaría en cualquier momento a Rafael que estuve inmiscuyéndome. ¡A la mierda! La curiosidad mató al gato, pero se fue al cielo con un chisme de los más sabrosón.

-¿Tú sabes por qué tu hermano está con Julieta? –

-Porque él tiene pene y ella una vagina –no era la respuesta que quería. Me quedé mirándola un rato y es que eso era obvio, aunque claro, para ella es la respuesta indicada.

-Pero además de eso… ¿No existe alguna otra razón? –

-Bueno… quizás porque ella es de la familia De la Sota –

El pueblo es muy pequeño y uno conoce a todos quienes viven aquí, por lo que es fácil saber que la muchacha viene de una familia más rica que la de Olivia, que tiene un fundo enorme donde producen más exportaciones de fruta y verduras que cualquier otro predio. ¿Y a qué se dedican los Eguiguren? Pues, don José Miguel es ingeniero y presta servicios de logística y control de calidad a los agricultores de la comunidad. No es extraño pensar que su principal cliente sean los De la Sota ¿No? ¿Será todo por interés?

La curiosidad me mató, así es que dejé a mi amiga sola en la cocina y fui corriendo hasta la habitación del muchacho, necesitaba saber si todo eso que tenía en mi cabeza era verdad.

-Rafael, ¿estás con Julieta por interés? –

Abrí la puerta y fue lo primero que dije, sin percatarme que no estaba en el lugar. Había jurado que todavía no salía de casa.

-Siempre supe que estabas interesado en mi hijo –

Escuché a mi espalda, alguien en el pasillo del segundo piso me había escuchado y se había enterado de mi conjetura. Me volteé asustado y es que sabía perfectamente de quién se trataba.

-Señora… yo… solo era una broma que le estaba haciendo a…- pero no pude terminar mis palabras, porque Cecilia se acercó bruscamente.

-He visto cómo Rafael te busca, y especialmente cómo tú lo miras, pero… ¡Por favor! ¿Cómo puedes creer que mi hijo podría estar contigo? Eres un degenerado –

La mujer volvió a demostrar su homofobia y es que veía el desagrado que le producía saber toda la historia.

-Esa niña es lo mejor que nos pudo suceder, viene de una familia excelente, católica y profundamente enamorada de Rafael, pero por sobre todo… ¡Es mujer! Y no un maldito maricón como tú. Si me entero que sigues buscando a mi hijo, créeme que te echaré a la calle, ¿me entiendes? –

Era como si Julieta fuera hija de esta señora y es que eran igual de malvadas e hirientes. Tuve que asentir y es que eso se supone que hace la servidumbre, solo acata y se queda callado.

Cecilia siguió con su camino, iba a llegar a las escaleras, cuando decidí que, si me había humillado, por lo menos se merecía un poco de mi desquite también.

-Entonces es verdad, obligan a su hijo a estar con alguien que no le gusta solo por interés –

Pareció como si le hubiera colocado ají en la nariz, porque se dio vuelta ofuscada y me mató con la mirada. No me dijo nada más, solo continuó con su camino y es que la amenaza ya me la había hecho.

 

 

 

 

Caminé al colegio recordando las veces en que he escuchado a don José Miguel decirle a su hijo que debe comportarse como un adulto y pensar más en su familia. ¿A esto se referirá? ¿Su papá también le ve como una moneda de cambio? Me dio pena imaginar la frustración que debe tener el rubio por no poder ser libre y seguir los designios de sus padres.

-Ay cara de mono, cada día tienes una cara peor. ¿Qué pasó ahora? –

Cristián me volvió a encontrar en el camino de tierra, tan solo que esta vez no le tomé atención, estaba demasiado inmerso en mis conjeturas.

-Ya veo que te comieron la lengua los ratones… y yo que te tenía una noticia muy interesante –

Me miró detenidamente como un niño antes de cometer una travesura.

-Si pudiera te cosería la boca para que no pudieras decir nada más, es que eres incapaz de guardar un secreto –

-¿Debo entender que no quieres saber nada? Es algo que se relaciona con Joaquín – se hacía el interesante.

-Está bien… cuéntame –

-Bueno, no sé cómo, pero Emilia se enteró que a ti te gusta Rafael y adivina… Sí, como todos lo sabíamos, dejó al Joaco y ahora anda diciendo que va a enamorar a ese rubio sin gusto a nada, ¿puedes creerlo? –

¿Les ha pasado que su cerebro colapsa al llegar muchas ideas de golpe? Pues eso me sucedió en ese momento, porque tras escuchar la revelación de mi amigo llegaron a mi cabeza un sinnúmero de posibilidades. Primero fue pena por mi antiguo amigo, después un poco de rabia por Emilia, aunque también pena por creer que sería lo suficientemente atractiva como para llamar la atención del hijo mayor de los Eguiguren. Sin embargo, lo más importante, fue que una idea macabra se gestó con tal situación. ¿Y si usaba el odio de la castaña a mi favor? ¿Qué sucedería si Julieta se entera que Rafael le fue infiel con una simple campesina? Creo que se moriría de rabia.

Sonreí ampliamente, para luego caer en depresión y es que nunca me había sentido tan vil.

-¡Wow! ¡Qué miedo! ¿Qué fue eso? ¿Estás feliz o estás triste?... Pablo…. ¿estás bien? –

-¡A la mierda! Siempre me tratan mal, se merecen un poco de su propia medicina –

-¿Qué? –Cristián no entendía nada, aunque era mejor así, para que no anduviera revelando por ahí mi macabro plan.

Corrí hasta la escuela (Oh sí, corrí mucho esa mañana), entré a la sala para encontrar a Emilia en su puesto.

-Me dijeron que habías dejado a Joaquín, ¿es eso verdad? –

Como la vieja metiche del barrio, me senté al lado de la chica para saber lo sucedido.

-Sí, es verdad, me aburrió que fuera tan frío… Ahora me he enamorado de otro, de un hombre de verdad, le vi en la iglesia el domingo y fue amor a primera vista. Ah, creo que lo conoces, porque tu mamá trabaja en su casa –

La muy pécora se hacía la decente, como si no supiera que le interesó porque yo siento algo por él. Claro, ella en la iglesia, cuando eso suceda la virgencita va a comenzar a llorar al ver a tremenda puta (Ups, lo siento si fui muy grosero).

-¿Rafael? Claro que lo conozco, si soy su amante –

Vamos al grano bitch, que te voy a usar para lo que eres buena (Mierda, eso sonó a porno).

-¿Y no te da vergüenza aceptarlo? –

-Claro que no, estoy orgulloso de serlo…. Uf, si supieras lo que tiene entre las piernas, es el macho más macho que he conocido, querida… Pero no eres su tipo, así es que ni se te ocurra acercarte –

Decirle eso a la chica que te odia, es como contarle un secreto a Cristián y esperar que no se lo cuente a nadie.

-Eso lo veremos – Emilia frunció la boca antes de darme la espalda.

La trampa estaba puesta, ahora solo faltaba que Rafael cayera y Julieta se enterara de todo. Esperen, ahora que lo pienso, ¿esto me convierte en el villano de la historia?

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).