Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Pobre! por jotaceh

[Reviews - 156]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Día 30: Mejor no pensar

 

 

Sé que pueden pensar que soy estúpido, que al tener la oportunidad de estar con quien me gusta lo desaprovecho porque otra persona está sufriendo, pero... ¿Ustedes podrían seguir adelante con sus vidas sabiendo que alguien más es infeliz? Yo no puedo y por eso decidí quedarme con Joaquín.

-Y eso, ahora tengo que decirle a Rafael... - le conté todo a Olivia.

-Quieres hacer algo, tienes la posibilidad de lograrlo ¿y lo rechazas porque otro chico estaba llorando?  Suena imbécil -

-Es que me da mucha pena lo que está viviendo Joaco, él ha sido muy buena persona conmigo y me moriría si ahora le dejo solo en el peor momento -

-¿Y por qué te morirías? ¿Dejarías de comer o algo así? -

-Me refiero a que... Es complicado ¿ok? -

-Yo pienso que es fácil. Le dices la verdad a tu amigo y sigues con tu romance. Tú eres feliz, mi hermano es feliz y Joaquín no, pero ya pensará él qué hacer-

-Eso es muy cruel - en ese instante me dieron muchas ganas de llorar.

-¿Qué es tan cruel? - Rafael ingresó a la cocina y nos escuchó.

-Que el amigo de Pablo va a tener que trabajar en el campo porque es pobre y nadie lo quiere - Olivia... Simplemente es Olivia.

-¿Quién? ¿El que te acosa? -

Respiré profundo y es que era el momento para contarle la verdad al rubio. Debía ser sincero para no lastimar a nadie más.

-Rafael, tenemos que hablar -

-Ya lo están haciendo -

-Olivia, ¿nos puedes dejar solos? - intenté no sonar agresivo, pero estaba nervioso.

-Ah, ya entiendo, tienes que decirle que lo vas a dejar... Ok, me voy - y como es costumbre, arruinó todo y se fue.

-¿Cómo es eso que me vas a dejar? - Rafael estaba consternado.

-Es algo serio... Pero en pocas palabras, no puedo seguir contigo. Sé que no somos nada, que solo nos hemos besado en tu cama y esas cosas, tan solo que me gustaría ser sincero y decirte que ahora estoy con Joaquín -

-Ah, entiendo... Me usaste y ahora regresas con quien quieres en realidad. Muy bien ahí, Pablito... Muy buena persona - se cruzó de brazos enojado. Frunció el ceño mientras me observaba.

-No te usé... Yo... - y callé.

En ese momento me percaté que sería aún más egoísta si le dijera que terminábamos porque no quería hacer sufrir más a mi amigo. No, era preferible que Rafael tuviera rabia antes que pena, no quería más sufrimiento a mi alrededor.

-¿Tienes algo más que decirme? -

-No, nada... - bajé la mirada, me daba vergüenza que él imaginara que lo había utilizado.

Y después de ese día, el rubio trata de evitarme dentro de la casa, no hablamos y es que al parecer me ha borrado de raíz de su vida.

 

 

Joaquín comenzó a trabajar en una hacienda del pueblo, labrando la tierra y haciendo todo tipo de encomiendas que alguien ágil de su edad puede realizar. El sol es implacable y se ha tostado tanto que parece un cangrejo de lo rojo que está. Suelo ir en las tardes hasta su casa, nos sentamos bajo un Sauce que está al fondo de su casa y ahí conversamos hasta la hora de cenar. Es el momento que pasamos juntos y cuando él puede desahogar toda la frustración que acumula durante el día.

-Todos son muy rudos y gritan demasiado, lo peor es que no tengo tiempo para descansar y al finalizar la jornada termino muy cansado. Imagino que con el tiempo me iré acostumbrando, pero ahora es terrible...-

-Me da mucha pena escucharte... ¿Qué puedo hacer para ayudarte? -le pregunté acongojado.

-El solo hecho que estés a mi lado me reconforta... aunque ahora podrías darme un beso -

-¿Y si tus papás nos ven? -

-Estamos muy lejos... No pasará nada...- y se acercó para unir sus labios a los míos.

Aquel contacto fue diferente a lo vivido con Rafael, no estaba rodeado de toda la magia y pasión que experimenté con el rubio, pero en su lugar había ternura y delicadeza. Lentamente buscaba mi lengua con la suya, de una forma tan grácil que me hacía sentir delicado, como si pensara que debía tratarme con fineza para no lastimarme. Cerré los ojos y sentí su amor, que aunque no era el del chico que me gusta en realidad, sí me hizo sentir especial y querido.

Así comenzamos a salir, aunque no me lo pidió formalmente, nos vemos todos los días y nos besamos debajo de aquel sauce que se ha transformado en una guarida del mundo exterior, allí donde ambos somos todo el universo y no hay cabida para odios y resentimientos, solo nos queremos como dos jóvenes que están experimentando el amor por primera vez. Confundido me voy cada tarde antes que el sol se termine de esconder y transito por los caminos de tierra hasta la casona donde vivo, pensando que podría estar viviendo aquellas vivencias con el hijo mayor de los Eguiguren, tan solo que de ser así, me encontraría sumido en la miseria al recordar que Joaquín me necesitaba y no hice nada por él.

 

 

Los días transcurren entre clases en las cuales no aprendo nada porque divago en mis problemas, recreos en los que escucho a Cristián hablar de cuál chica tiene las tetas más grandes, tardes ayudando a mi mamá a hacer el aseo de la casa mientras veo a Rafael esconderse de mí como si quisiera castigarme con no volver a presenciar su imagen divina, para finalmente en las tardes, vivir el amor que no deseaba, pero que lentamente comienza a derretir mi corazón. 

Eso, hasta que el otro día después de clases me encontré con Julieta en la entrada de la mansión Eguiguren.

-Pensaba que éramos amigos y que nos contábamos todo...-

Ok, se notaba que la niña rica estaba enfadada porque fruncía la boca como si se hubiera inyectado bótox hace poco.

-¿Sucede algo?-

-Alguien me contó que estás enamorado de Rafael y que, de hecho, tuviste una aventura con él hace un par de semanas... ¿eso es verdad? -

-¿Quién te contó eso?.... Ay por Dios, claro que fue Olivia, si nadie más sabía... A menos que.... ¿fue mi mamá? -

-¿Eso ahora importa? Pensé que serías lo suficientemente sincero como para contarme la verdad... Y además te has escondido y hemos dejado de hablar durante todo este tiempo -

-Eso no es verdad, si no he hablado contigo no es por eso, sino que he estado muy ocupado con Joaquín -

-¿El chico castaño que te había besado antes? ¿El que le creyó a la maraca de Emilia? ¿Qué pasa con él? -

Respiré hondo y es que al parecer no le habían contado todo el chisme.

-Entonces dejaste al guapetón de Rafael, a quien amas, porque quieres ayudar a un chico que tiene que trabajar porque es pobre -concluyó Julieta después de escuchar mi historia.

-Sí, y no sé por qué te enojas, si al final hice lo que te hubiera gustado... Rafa sigue soltero y puedes reconquistarlo -

-¿Estás loco? Eso ya es el pasado y yo vivo en el presente, querido. Ya no me importa para nada ese sujeto, y para ser sincera... si me he enojado es porque no puedo creer que hayas sido tan estúpido como para hacer lo que decidiste... ¿Cómo se te ocurre dejar al amor de tu vida pasar? -

-Solo tengo quince, tampoco es que sea el amor de mi vida...-

-Siempre has estado enamorado de él, y ahora que sabes que le correspondes, intentas ser una "buena persona", engañando a un pobre que lo único que se merece es tener a su lado a alguien que realmente le ame y no un sujeto que le tiene lástima...-

-¡Jamás he sentido eso!- grité histérico.

-Supiste que estaba sufriendo y para no verle más miserable aún, decidiste mentirle y fingir que lo quieres... Eso, mi querido y estúpido amigo, es tener lástima y es mucho peor que haberle rechazado. ¿Qué piensas que va a creer cuando se entere? ¿No piensas que va a estar decepcionado al saber que todo lo que han vivido este tiempo fue mentira? -

Mierda, que la rubia será tonta en todo, pero en lo que respecta al amor, es toda una genio. Sus palabras me llegaron directamente al corazón, como las frases motivacionales de la Doctora Polo. Nah, es mentira, esa vieja es demasiado falsa.

-No lo voy a dejar... No le voy a hacer sufrir -insistí.

-Ay Pablito, seguiré a tu lado solo porque te he tomado cariño, pero no puedo creer que sea amiga de un tarado... Bueno, eso y que quiero ver la catástrofe que se formará cuando todo se sepa... -

Y así es como comencé a hacerme líos en mi cabeza, a no dejar de pensar en que estaba mal lo que estaba haciendo con Joaquín y sufrir en silencio, gracias a las palabras poco alentadoras de Julieta. Si no me hubiera dicho nada de eso, ahora seguiría tan a gusto en la ignorancia. ¡Malvada!

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).