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¡Pobre! por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!! cómo han estado? Se han cuidado? Espero que estén todos con buena salud a resguardo en sus casas!!

 

Aquí les traigo un nuevo cap, espero durante la semana poder actualizar para contarles qué sucedió en la fiesta :D

 

Nos leemos!

Día 54: Roberto me pasó a buscar

 

-Mamá, me invitaron a una fiesta y quería saber si…-

-Lleva condones –me dijo Carmen sin esperar a que terminara de hablar.

-Pero, quería pedirte permiso –

-No seas necio y lleva protección. Toma, a mí me quedan unos cuantos –sacó de su cartera cinco preservativos y los colocó en mi mano.

-Solo voy a bailar, no quiero tener sexo –

-Si supieras cuántas veces dije lo mismo a tu edad, y mira como me fue… te tuve a ti –

-Ok, los llevaré, aunque no creo que los necesite –

Tenía permiso y solo debía arreglarme. Me bañé esa tarde, me arreglé el cabello, me puse una camisa limpia y unos jeans apretados. No me esforcé demasiado y es que solo iba para comprobar que el Kevin era un buen chico. O lo suficientemente cuerdo como para no influir negativamente en Julieta.

Me acosté en mi cama a esperar. Roberto había quedado en pasar a buscarme, lo cual me convenía porque el lugar me quedaba lejos y debería caminar mucho.

Me fue inevitable no pensar en Rafael en ese momento. Por alguna razón me sentía mal por ir a la fiesta, como si le estuviera siendo infiel a mi ex. Y es estúpido, porque ya no somos pareja, y porque no iba a coquetear en la reunión, solo a pasar un rato agradable, me vendría temprano y no pasaría nada con ningún chico, mucho menos con el de ojos rasgados.

A las ocho sonó la bocina de un vehículo afuera. Me asomé a la ventana y vi una moto.

-¿Ese es el sujeto que te viene a buscar? –mi abuela apareció en mi habitación para enterarse.

-Creo que sí, tan solo que no sabía que andaba en moto –

-Se ve bastante rudo, como un chico malo. Igual a los gustos que tenía tu mamá de joven –

-Es solo un amigo que conocí en la iglesia, nada más –

-Yo no te he criticado Pablo, si quieres tener un nuevo novio está bien. Créeme que con Carmen ya quedé adiestrada a cualquier rebeldía juvenil. Y por lo menos tú no puedes quedar embarazado –

-Abuela, pero sí puedo contagiarme enfermedades –

-Estoy hablando de novios y fiestas, no de putería… Tampoco ando tan liberal. Tú con las piernas bien cerraditas hoy, ¿entendido? –

-Sí, abuela, si no tenía ganas tampoco…-

-Bien cerraditas dije… -recalcó la vieja antes que Roberto tocara a la puerta.

 

 

Quise abrir yo, pero Carmen me ganó corriendo y fue ella quien atendió a la visita.

-Buenas noches, ¿se encontrará Pablo? –

-Hola… ¿Qué tiene mi hijo que solo atrae a chicos guapos? Vaya suertudo parí, primero Rafael y ahora este bombón…- como siempre, la mujer no pudo contener la lengua y me dejó en ridículo en frente del tatuado.

-Gracias por decirme guapo. Siempre es lindo escucharlo –

-Sí, no le hagas mucho caso tampoco, si supieras con quien anda ahora entenderías que sus cánones son un tanto particulares- mencioné, y es que me cae muy bien Cristián, pero hay que ser sinceros y es que no es muy guapo.

-¿Cuántos años tienes? ¿Vas al colegio? ¿Por qué conduces una de esas cosas? ¿Tienes licencia? ¿No has sabido de todos los accidentes que se generan en la carretera por esas máquinas? No, no… irresponsables igual que los chicos que le gustaban a Carmen. De tal palo, tal astilla –mi abuela tenía que intervenir para hacerle una inspección.

-No les hagas caso, el humo de la cocina les hace mal y terminan hablando tonterías. Será mejor que nos vayamos. ¡Nos vemos! –preferí dejar el espectáculo hasta ahí e irme de una vez.

-Qué lindas son tu mamá y tu abuela –dijo Roberto no tan convencido.

-Sí, son unas entrometidas, pero es porque me quieren mucho –

-Está bien, igual voy a cuidarte hoy día, así que no te va a pasar nada -¿por qué habla así? Me hace sentir incómodo.

-No me habías dicho que conducías motos –cambié el tema.

-Sí, aprendí el año pasado. A veces se la pido a mi hermano, pero soy bastante tranquilo, no creas que vamos a ir rápido y esas cosas. Tengo que andar calmado, porque como no tengo el permiso, si me para la policía me puede quitar la moto –

-Eso espero –

Debo reconocer que me dio un tanto de miedo subirme a esa cosa, y es que nunca antes lo había hecho. Roberto me pasó unos de los cascos, se subió a la máquina y me dijo que lo abrazara para que no me cayera.

-¿Y no puedo afirmarme de otra cosa? – me daba vergüenza tocarlo.

-¿Te quieres caer? –

Me quedó claro, así que, aunque me moría de la pena, me subí y lo abracé por la espalda. Andaba con una chaqueta de cuero negro, que le hacía ver aún más rudo, como un metalero agresivo.

Al principio me dio miedo, recibir el viento en la cara y ver que las luces de las casas pasaban rápido, tan solo que después de un rato hasta me gustó. Se sentía liberador, como un viaje cósmico a través del campo. Y eso que todavía estaba sobrio a esa hora.

-Ok, llegamos – el muchacho se detuvo frente a una casa de dos pisos ubicada al otro lado del pueblo, ahí donde el gobierno construyó viviendas sociales, de esas que son todas iguales y están pegadas pared con pared.

No era el mejor barrio, de hecho, se trataba de aquel lugar donde siempre te dicen que no tienes que ir de noche porque es peligroso, donde venden drogas en las esquinas y de donde vienen los borrachos que se encuentran en la cantina de la plaza. Creo que un par de los novios de mi mamá vivían aquí.

Me convencí que nada malo me podría suceder, porque iba a estar en una casa y porque iba a estar acompañado de quienes moran ahí. Se supone que los criminales tienen un código ¿no? No se daña a los amigos ¿verdad?

-¿Te gustó el viaje? – Roberto sonreía, haciendo que sus ojos se hicieran aún más pequeños.

-Sí, pensé que sería peor, pero hasta estuvo bueno –

-No puedes decirme algo completamente bueno ¿verdad? – se rio antes de abrir la reja del patio y entrar. Tocó la puerta de entrada, mientras escuchábamos la música que provenía del interior.

Respiré profundo antes de entrar y es que estaba nervioso, lo único que esperaba era que esa fiesta fuera tranquila. Craso error, todo se salió de descontrol y yo estaba metido en medio, viendo todo y en un estado que hasta el hoy en la mañana no puedo olvidar.


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