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¡Pobre! por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!

Espero que estén muy bien y que todos sus sueños se estén cumpliendo. Hoy les traigo un nuevo capítulo, un tanto peculiar, pero espero les guste!!!

 

Nos leemos! :D

Día 58: Conmoción

 

Llegamos a la casa De la Sotta. Usualmente subía al segundo piso de inmediato para ir hasta el cuarto de Julieta, pero en esta ocasión caminamos hasta la sala, donde se encontraban sus dos padres esperando al lado de la chimenea. Supongo que querían parecer fríos, tan solo que afuera había treinta grados y era insoportable tener tanto calor allí.

-Mamá, estamos en verano… ¿por qué el fuego? –

-Tu padre tiene frío, y yo quiero sudar. ¿Algún problema? –

Todo aquello era irrisorio y es que la señora estaba a punto de botar todo el botox de su rostro a través de los poros.

-Así es que tú eres el famoso noviecito de mi hija. El desgraciado que le robó la flor ¿verdad? – el hombre se levantó de su asiento y me estrechó la mano para saludar, tan solo que fue tan fuerte que casi me la parte.

-Ho-Ho-La- estaba aterrado, que estaba seguro que me iba a matar por supuestamente quitarle la virginidad a su única hija. ¡Que también me gusta la polla!

-No te preocupes, hombre, que te entiendo, con todas esas hormonas, solo tienes ganas de comerte una concha ¿verdad? Una joven y delicada como la de Julietita –Mami, que ese hombre me estaba rompiendo la manita. ¡Casi me meo del miedo ahí en medio del salón!

-Ay cariño, creo que te estás equivocando. Nuestra niña hizo el bien y trajo a esta oveja descarriada al camino de Dios. Pablito creía que le gustaban los hombres antes, pero ahora se ha dado cuenta de su error –

-Ah… entonces no es que le gusten tanto las conchas, sino que una jugosa, dura, caliente y gruesa polla. Interesante… digo, interesante lo que nuestra niña ha podido lograr. Estoy orgulloso de ti –el hombre me soltó la mano, aunque estoy seguro que me rompió más de un huesito.

Nos sentamos a la mesa luego de la bienvenida. Comí sin decir palabra alguna, y no fue tan difícil porque el resto tampoco dijo algo, todos estábamos en silencio. Recién en el postre, a la mamá de mi amiga se le ocurrió abrir la boca.

-Y cuéntanos Pablito, ¿tú crees que tu madre acepte firmar los papeles de matrimonio? Sabrás que para que un menor de edad pueda casarse, necesita el consentimiento de su tutor legal –boté por la nariz el agua que estaba tomando.

-¿De qué hablas mamá? Nosotros solo somos novios – Julieta estaba igual de impresionada que yo.

Se supone que esto era para cubrir su romance con el Kevin y que la idea de casarnos sería a futuro, cuando ya todo pasara y ella pudiera vivir su noviazgo por mientras. Nunca imaginamos que los planes de esa operada mujer era hacer la boda ahora mismo.

-No vamos a permitir que la gente hable mal de ti cariño, debemos cerrarles la boca cuanto antes. Deben enterarse que eres una niña de bien –

-Yo… yo… no quiero casarme y es que… ¡Por Dios! Que ni siquiera he tenido relaciones con su hija. Todo esto es una farsa para encubrir que ella en realidad anda con un moreno que vive en la villa y que se llama Kevin –se me soltó la lengua y es que estaba muerto de miedo.

-¿Moreno? ¿Cuán moreno? ¿Tiene segundo nombre? Podemos llamarlo por ese. ¿Qué tan marginal es? Siempre podemos inventar que es indio o árabe, algún millonario del petróleo que se perdió en el pueblo –

-Ya se arruinó todo, sabía que esto sucedería. Gracias Pablo por intentar ayudarme, no sabía que sería tan complicado. Solo ve a casa, yo arreglo todo aquí –la muchacha parecía resignada ante la tragedia.

-Lo siento, Juli. Espero puedas seguir con tu novio después de todo –

Me despedí de ella, me levanté de la meza y me fui del lugar. Fue lejos la cena más extraña que había presenciado, tan solo que no duró mucho y eso me alegró. ¿Se imaginan hubiera tenido que casarme?

Bueno, de todos modos, los De la Sotta tienen bastante dinero y ella es su única hija, cuando sus padres mueran nos quedaríamos con toda la herencia, todas sus tierras. Tampoco sonaba tan descabellado, me hubiera hecho rico. Mierda, lo hubiera meditado bien antes de arruinar todo.

-Ey, espera –escuché a mi espalda cuando estaba abriendo la reja para salir.

Al voltear me encontré con el padre de mi amiga, quien corría hacia mí. Ay no, ahora qué iba a hacer este hombre. ¿Y si me daba una golpiza por mi orientación sexual? Intenté correr, tan solo que me alcanzó de inmediato.

-Pablo, no te vayas así, quería hablar contigo algo antes –me tocó el hombre, aunque esta vez no fue agresivo como la primera vez.

-Lo siento por lo que sucedió, yo solo quería ayudar a mi amiga –aunque ya no me miraba con odio, seguía dándome mucho miedo.

-Te ves muy lindo cuando te pones nervioso. ¿Acaso te cohíbo? –

-¿Qué? –me quedé en shock porque no entendía lo que sucedía, y mucho menos después que me tocara la mejilla con delicadeza. ¡Qué mierda!

-Hace mucho tiempo que no me sucedía esto, pero desde que te vi mi vida se iluminó. Creo que fue amor a primera vista –

Pasó una abejita sobre la enredadera. ¡Qué linda abejita! ¿Saben que no podríamos vivir sin esos bichitos? Son de lo más importante y hay gente que les tiene miedo, si al final son como todos nosotros, que cuando nos atacan nos defendemos, pero de no haber amenaza somos inofensivos.

Y mi mente comenzó a desvariar porque no podía procesar lo que estaba sucediendo. ¿Acaso el papá de Julieta me estaba coqueteando?

-Pero no te sientas presionado. Sé que soy demasiado mayor para ti y que eso te puede abrumar. Te daré el tiempo necesario, y mientras, te enamoraré poco a poco. Ya verás –

Una vez vi un perro montando a otro, supuse que se estaban reproduciendo, tan solo que a la semana siguiente vi al can que estaba debajo sobre otro. ¿Entonces era macho? Ahí me di cuenta que los animales también podían ser homosexuales. Qué loco ¿no?

Y seguía sin comprender lo que sucedía.

-Ok, llegamos a tu casa. Te daría un beso, pero es muy pronto, solo cuando estés seguro lo haremos. –se despidió con una sonrisa, antes de bajarme del auto.

Me quedé ahí parado frente a mi casa viendo cómo el vehículo se perdía en el horizonte del camino de tierra. No me acuerdo cómo, pero me subí al coche tras aceptar que me llevara. Es que les juro que no podía salir de la conmoción, bueno y aparte que no quería caminar. Lo más importante es que todo eso era tan extraño, creo que es la primera vez que alguien me acosa.

-Un sugar daddy con dinero, eso es nuevo en ti. Me saliste más zorra que yo –se rio mi mamá mientras se acababa su cigarro.

-Es el papá de Julieta –es todo lo que pude decir después de casi media hora de shock.

-Y con el papá de una amiga. Tú estás superando todos mis límites –

Y eso. Les juro que todavía no salgo de la impresión. Cuando pueda entender todo lo acontecido, les volveré a contar.

 

 


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