Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Pobre! por jotaceh

[Reviews - 156]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Día 75: Explorando

 

-Entonces, ¿tienen una relación abierta? –me preguntó Emilia después de contarle lo sucedido con Roberto.

-¿Qué? Después de todo lo que te conté, ¿entendiste eso? –

-Es que prácticamente su relación tiene fecha de vencimiento. Si es así, da igual lo que hagan, porque de todos modos todo se irá al carajo. Puedes serle infiel con su papá y aun así dará lo mismo –

-Emi, me das miedo –en serio, ¿qué le dieron de niña? La afectó mucho.

-Por dios Pablo, eres joven y no tan feo, deberías hacer cosas más alocadas. O sino, terminarás igual de aburrido que tu abuela –

-Perdóname niña, pero ella es influencer ¿ok? Creo que tiene una buena vejez –

-Pero está sola, no tiene un novio ni nada parecido –

En eso tiene razón. ¿Por qué estará sola? Sé que mi abuelo murió joven, pero ella pudo rehacer su vida perfectamente ¿no? ¿Por qué no lo habrá hecho?

-¿Crees que deba buscarle pareja? –

-¿A ella? Concéntrate en ti. Debemos buscarte en seguida un suplente para Roberto. Y también alguien para mí ¿entendido? Es de vida o muerte, estoy harta de estar sola –

-Emi, que no he terminado, sigo estando con él –

-Tú solo confía en mí, ¿entendido? –

Quise rebatirle, pero me di por vencido de inmediato, y es que sabía a la perfección que una vez entrara esa idea en su cabeza, no podría salir tan fácilmente.

Faltaba poco para entrar a las clases de la tarde, por lo que dejé a mi amiga y fui hasta el baño para tomar un poco de agua. Estaba en eso cuando entró Cristián.

-¡¡Hola!! ¿Cómo has estado? –me saludó con mucho entusiasmo, lo que me alegró porque estuvimos mucho tiempo alejados.

-Bien, con un poco de sed –

Conversamos un rato mientras le vi lavarse la cara. Había jugado a la pelota y estaba un tanto sudado, pero como suelen hacer mis compañeros, solo se mojó un poco creyendo que con eso se le iba a pasar el olor a mula.

-¿No te vas a echar desodorante? –

-¿Tú crees que deba? –dijo antes de sacarse la camiseta y olerse la axila –Uf mierda, huelo pésimo –

-Si quieres te presto un poco, ando con uno en mi mochila –

-¿Harías eso por mí? Si eres tan lindo –dijo justo antes de abrazarme, dejándome mojado.

-No te me acerques, me vas a pegar tu hedor –

Y justo en ese momento, cuando mi amigo de la infancia me abrazaba sin llevar una prenda encima, entró Roberto. Nos miró extrañado como si hubiera presenciado un asesinato.

-¿Qué sucede aquí? –

-¿Qué va a suceder? Me está abrazando porque le voy a prestar un desodorante –le expliqué extrañado por su malestar.

-Claro, es justo lo que se me había ocurrido –

-Te espero en la sala para que me lo pases –parece que Cristián entendió que estaba sobrando, por lo que se marchó, dejándonos a solas en el baño.

-Después de lo que hablamos ayer, ¿piensas que ya terminamos? –me preguntó serio.

-¿Qué? ¿Tú también piensas eso? Claro que no –

-¿Cómo que yo también? –

-Le conté todo a Emilia y me dijo lo mismo que tú, pero me pareció descabellado. Nosotros seguimos juntos, independientemente de lo que suceda a futuro –

-¿Estás seguro de eso? ¿No quieres terminar ahora mejor? Digo, para que no tengas que sufrir cuando me marche –

-¿No crees que estás siendo muy dramático? Solo disfrutemos lo que nos queda –intenté acercarme, pero fue él quien me alejó.

-Intento ser maduro ¿sabes? Ser comprensivo, pero a veces se me olvida que solo tengo diecisiete. En serio me dieron muchos celos de verte con ese tipo – admitió.

Y no entiendo por qué, pero una risa boba se apoderó de mi cara.

-Cristián es mi amigo desde el kínder, y además tuvo una relación con mi mamá. ¿No lo recuerdas? Obvio que no sucede nada entre nosotros… ¡Jamás! –y es que la sola idea hace que se me erice la piel.

-Vi sus ojos y sé que te estaba coqueteando. Solo tú no te diste cuenta –

-No seas tontito. Solo disfrutemos lo que nos queda ¿vale? – y lo besé en la boca para que dejara de pensar sandeces.

Entré al salón, le presté el desodorante a mi amigo y me sonreí durante toda la clase, en realidad la reacción de Roberto me pareció muy divertida. Como era de esperar, no puse atención al profe. Lo sé, debo tener buenas notas para poder estudiar después, pero es que no podía sacarme de la cabeza la expresión de mi novio. Es tan lindo, aunque todo vaya a acabar.

-Y se puso celoso por eso, ¿puedes creerlo? –

En la tarde, cuando llegó del trabajo, le conté a Julieta todo lo sucedido y nos reímos un buen rato.

-Es que ¿te imaginas él estuviera enamorado de ti? Primero estuvo con tu mejor amiga, luego con tu mamá y ahora iría por ti. Sería lo más loco que podría suceder –

-Lo sé, es que no he dejado de reír desde la tarde, porque es un chiste –

Ambos nos pasamos buenos minutos hablando al respecto. Creo que ayudé a mi amiga a despejarse, después de todo lo que ha estado pasando. Se cansa mucho al trabajar y se ha perdido varias clases. Se supone que en la escuela están tramitando su ingreso, pero se han demorado más de lo normal. Cuando pueda regresar a los estudios, comenzará a trabajar solo los fines de semana.

-Pablo, te buscan -llegó mi abuela al cuarto.

-¿Quién es? –

-Te lo diría, pero creo que es mejor que lo veas con tus propios ojos –

Mi corazón comenzó a latir a mil por hora y es que un solo rostro se me vino a la cabeza: Rafael. ¿Había regresado? ¿Ya no estaba enfadado y quería arreglar todo? Creo que nunca antes había corrido tanto.

Cuando llegué a la puerta me paré en seco y es que nada era lo que parecía. Fue tanta la desilusión que creo que hasta mis párpados se desmayaron por la apatía.

-Ah, eras tú…- comenté desanimado.

-¿Qué haces aquí? Pensé que me odiabas –mi mamá salió del baño y se encontró con una visita en la entrada.

Se trataba de Cristián, que había venido a visitarnos luego de todo lo sucedido con el embarazo de Carmen.

-No vengo a verte, quería hablar con Pablo –

Por el tono que usó, todos nos dimos cuenta que sigue un tanto sentido con mi mamá, y es que fue bastante despectivo al verla. Como a ella no le interesa, solo siguió de largo hasta el comedor.

Preferí cerrar la puerta y atender a mi amigo en el patio.

-¿Qué ocurre? –

-Toma, quería darte esto –me dijo antes de sacar de su mochila una cajita.

-¿Qué es esto? –

Al abrirla me di cuenta que se trataban de bombones, y eran unos bastante finos como para haberlos comprado el moreno.

-¿Y esto por qué? Todavía queda un mes para mi cumpleaños. ¿Te confundiste de fecha? ¿O son para mi mamá? –

-No… no son para ella… son para ti…-

-¿Quieres pedirme un favor? Debe ser algo bastante grande como para que me sobornes con algo tan caro –

-Pablo, seré sincero. No he tenido suerte en el amor y en todo este tiempo que he estado meditando, me di cuenta que la relación más estable que he tenido, ha sido contigo. Como amigos, claro. Entonces me dije, ¿y si en realidad estoy enamorado de él? Quizás por eso me costó tanto aceptar que era gay, tal vez era porque lo estaba reprimiendo. Así estuve varias semanas pensando, hasta que me di cuenta que era verdad, que en realidad te amo –

Me quedé un rato pensando, intentando darle lógica al pensamiento que había tenido mi amigo, pero no pude, desde todo ángulo parecía una estupidez. Por eso, al rato, comencé a reírme en su cara como si me hubiera contado el chiste más divertido oído jamás.

-¿Qué tú estás enamorado de mí? Cristián, no eres gay, en serio –

-¿Y qué vas a saber tú? – se enfadó. Sí, se enojó tanto que para comprobar que estaba diciendo la verdad me besó… en la boca… sentí su lengua hasta en mi garganta… Sí, como si fuera un pescado.

Y ahí me quedé yo, intentando entender lo que había sucedido, sorprendido de la misma manera como me ocurrió cuando Emilia me dio mi primer beso.

Solo una pregunta transitaba por mi cabeza: ¿por qué mierda me rodea gente tan rara?

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).