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¡Pobre! por jotaceh

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Día 79: Por fin

 

Me puse muy nervioso. ¿Entienden lo que significa? Rafael va a regresar y si me pidió que lo esperara, es porque ya no está enojado y quiere retomar nuestra relación. Al final del camino hay un pequeño atisbo de felicidad. ¿Puede ser que el amor regrese a mi vida en forma de remember?

-Penélope esperó a Ulises veinte años, ¿también te vas a poner a tejer? –me dijo Julieta la otra noche después de contarle que tenía planeado esperar al rubio.

-Si ahora que estás estudiando para los exámenes finales te has vuelto muy culta –

-Necesito tener buenas notas para no repetir curso y terminar la enseñanza. Después tengo a mi hijo, espero a que crezca un par de meses y postularé a la universidad –

-Ey, detente Barbie, creo que deberías ir más despacio – ¿qué se tomó ésta? Solo le faltó decir que correría dos kilómetros por día, que escribiría un libro y descubriría la cura para el cáncer.

-Es que tengo que tener los ojos puesto en la meta. Voy a salir adelante por mi cuenta y le demostraré a mis padres que no los necesito –

-Bueno, mientras no te vuelvas más loca de lo que ya estás –

-Tú mamá trabajaba y te cuidaba al mismo tiempo. De que es posible, lo es –

-¿Es broma? ¿Usas de ejemplo a la mujer de cuarenta que tuvo un trío con dos chicos de escuela? ¿Por qué crees que quedó así? –

Aunque mi amiga no me diera muchas esperanzas, de todos modos, estuve cerca de una semana tan feliz que podía ver flores en el cielo. Ah no, verdad que estamos en primavera. La cosa es que el mundo me parecía más hermoso y es que era cuestión de tiempo para estar nuevamente entre los brazos de mi amado Rafael.

¿Y saben por qué duró una semana? Porque Cristián estuvo con reposo en su casa luego que se fracturara una pierna jugando fútbol. Mis flores en el cielo se cayeron cuando le vi acercarse con un yeso y una muleta. ¿Pueden imaginarlo cojeando e intentando correr, pero tropezando con la muleta? Sí, era como ver a un pato bailando tap.

-Estuve cerca de la muerte y no me fuiste a ver. Pensé que nuestro amor era de verdad y me desilusionaste. Me dolió tu indiferencia, ni siquiera me enviaste un mensaje –

-Pero te veo vivo, eso es lo que cuenta ¿no? –

-Tu desinterés me parte el corazón – que melodramático.

-Sí, bueno… ¿qué te iba a decir? Ah sí, que recibí un mensaje de Rafael, que va a regresar pronto, así que lo nuestro no puede ser. Lo siento…-

No me vayan a criticar ahora, porque solo fui sincero con el cojo. Si finalmente solo somos amigos. Que él decida buscar amor donde no le conviene no es mi problema, debería ir a un psicólogo para ver qué le sucede, porque no es normal que le interese gente como Emilia, mi mamá o yo… Esperen, ¿tengo algo en común con ellas dos?

Pensé que, al rechazarlo, asumiría que no podemos ser pareja, que no me ama, que no es homosexual y todo volvería a la normalidad. Tan solo no fue así. Luego de ser franco, Cristián quedó muy afectado, tanto que en medio de la clase de religión se puso a llorar. ¡En la clase de religión! He visto a personas dormirse en esa asignatura, jamás ponerse a sollozar.

Así el rumor que soy una mala persona se propagó por todo el curso. Comenzaron a murmurar que no tenía corazón, que me gustaba utilizar a los chicos, como lo hice supuestamente con Roberto y ahora con el moreno.

¿Qué más esperaban? Me costó demasiado terminar mi relación con Joaquín, ahora no quería pasar por el mismo infierno, por lo que traté de hacer todo lo contrario: ser completamente sincero y directo. Y al parecer, eso tampoco funciona. ¡Por Dios! Que todo cuesta en esta vida.

Los rumores se hicieron cada vez más fuertes, ya no había clase ni recreo en que mis compañeros no me quedaran mirando como si le hubiera cortado un brazo a Cristián.

-¿Qué miran? Si ese tipo está realmente loco, ¿cómo le hacen caso? Además, la tiene chica, es de conocimiento público que los hombres con penes pequeños son mentirosos por naturaleza –  Emilia me suele defender, aunque creo que no lo está haciendo de la mejor manera.

-¿En serio la tiene chica? –

-Claro, pensé que se lo habías tocado –

-Sí, pero como no se le paraba, pensé que después crecería algo cuando tuviera una erección –

-Pues no, se queda así de chiquita… Hasta tú la tienes más grande – me sentí violado.

-¿Qué? ¿Y tú cómo sabes eso? –

-Es que con los pantalones de educación física se te marca el paquete –

-¿Me has visto el paquete? –ay, que me sentí como cuando a las mujeres le ven el escote.

-Ay Pablo, es deformación profesional. No veo hombres, solo penes ¿ok? No es que me gustes… tanto –

-¿Cómo es eso de tanto? –un sudor helado recorrió mi espalda.

-Es que no soy regodeona, si algún día quieres probar con una mujer, tenme presente. Encantada te enseñaría –

Creo que la idea original de dejar a Cristián con Emilia cada vez me suena más acertada, y es que están igual de locos.

Al final fue tanta la presión social, que tuve que acercarme a mi amigo para solucionar lo que habíamos hablado. Lo encontré sentado solo en una banca, viendo a lo lejos como si estuviera deprimido. Se estaba haciendo la víctima, quería dar pena, estoy seguro. Me senté a su lado. Él había ganado la guerra mediática.

-Está bien, haré lo que quieras, pero dile a todo el curso que no soy una mala persona –no podía verlo a los ojos, porque me daba algo de rabia y podía estrangularlo.

-El amor no es una guerra. No quería dañarte – Ay, es que en realidad tenía pena.

-Cristián, yo te quiero mucho, pero no como tú crees. Eres mi amigo desde que éramos muy pequeños y siempre te voy a apreciar. Tan solo que no me interesas como tú quieres –

-Si eso no es lo que me da pena. Nadie se fija en mí, todos terminan dejándome. ¿No habrá nadie indicado para mí? –

Y eso lo dijo tan acongojado que me derritió el alma. Todo el enojo desapareció y no pude más que abrazarlo. Pobre pequeño que ha debido sufrir tanto.

-Solo había visto videos de hombres haciendo sexo oral, me daba miedo ver uno de penetración, pero ayer lo hice… Y no, no soy gay, creo que no me gustaría darle por el culo a otro macho. Lo siento, pero lo nuestro es imposible… Imposible y aun así me rechazaste. Es que soy patético –

Ese momento fue extraño, porque no supe qué sentir. Por un lado, me sentía aliviado de que por fin comprendiera que no es homosexual. Tan solo, que no podía estar feliz porque él estaba sufriendo. Es verdad, no ha tenido buena suerte en el amor.

-Ya llegará la chica indicada para ti. Solo no te desesperes

Nos quedamos casi todo el recreo abrazados. Él porque sentía pena, y yo porque lo apoyaba. Y también porque quería demostrarle a los de mi curso que soy buena persona y para que me dejaran de criticar. Finalmente, el chico se levantó un poco más animado y mirándome a los ojos me preguntó:

-¿No tienes alguna prima o tía más o menos joven? –

-Cristián, deja de pensar en mi familia. Please -

 

 


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