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¡Pobre! por jotaceh

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Día 88: Descubiertas

 

Mi idea era quitarle el dinero a Emilia, quemar toda la comida de su casa y esperar a que bajara de peso, tan solo que los chicos me dijeron que eso configuraría un delito, porque es robo.

-Pero tú le diste el dinero. Ahora quítaselo - le respondí a Ruka.

-Y era para que dejara a Rafael, aunque ella nunca le interesó. La cuestión es que ya es su dinero y no podemos robárselo -

-¿Y si se lo pedimos? - propuso Cristián.

-Ay bebé, dudo que una chica pobre se desprenda de dinero. No creo que vaya a tener tal cantidad en su vida - quedé mirando al moreno porque también se sintió incómodo al escuchar que le decían bebé.

Durante estos días he logrado confirmar que el japonés está interesado en mi amigo, porque ya no se inmuta. Si solo falta que le toque el paquete y se lo lleve a su mansión como mascota sexual.

-Yo quedé un poco fofa después del parto, quizás podría hacer ejercicios con ella- apareció el comentario brillante de Julieta.

-Pero ustedes... ¿Se llevan bien? -

-No, pero tal vez es momento de acercarme a ella y darme cuenta que es una chica maravilloso - creo que eso de las hormonas y la maternidad le han cambiado.

Todos estuvimos de acuerdo y así le dijimos a Emilia que debía ir todas las tardes a mi casa para hacer ejercicios con Juli.

Imaginé que discutirían, que no podrían llevarse bien, que esto duraría dos días, tan solo que me equivoqué.

-¿Cómo van? - salí al patio la segunda tarde para ver cómo iban saltando la cuerda.

-Hemos sudado como no te imaginas. Saltar la cuerda es el mejor ejercicio, lo leí por ahí - Emi fue la primera en responder, un tanto agitada.

Parecía prometedor, aunque de todos modos las vigilé el resto de los días.

-Cómo van? - pregunté a la quinta jornada.

-Genial, hoy empezamos a hacer un circuito que vimos en YouTube. Estamos sudando mucho - Juli decía mientras se secaba el sudor de su frente.

Al parecer me había equivocado porque lo estaba logrando, hacían ejercicio todos los días y no escuchaba discusiones. Al contrario, a veces hasta podía distinguir un par de risas.

-Es difícil que dos mujeres de carácter fuerte se lleven bien. Estoy sorprendido - comentó Cristián una tarde al escuchar las risas de las chicas. Estábamos en mi cuarto usando Tinder.

-A mí siempre me han caído mal las mujeres, son vengativas e hirientes. Quizás por eso soy gay - Ruka no podía quedarse callado.

-Cuanta misoginia, pensé que por ser queer tenderías a ser más inclusivo-

 

-Qué va, creo que, al ser criado en una familia tan machista, terminé siendo homosexual porque odio a las mujeres -

-¿Y no te apena reconocerlo? Yo me llevo muy bien con las chicas -

-Allá tú, yo prefiero centrarme en los hombres - y aquello que había temido, sucedió.

Ruka estaba acostado en mi cama al igual que Cristián, tan solo que, en sentidos contrarios, por lo que estaban cara a cara. Yo los observaba desde el sillón al lado de la cuna y desde ahí vi claramente cómo el chino cochino deslizaba su mano sobre el muslo del pobre moreno. No llegó hasta el paquete, pero creo que solo porque Dios es grande y le hizo los brazos cortos.

-A mí... A mí me encantan las mujeres. Sus senos, sus caderas... Todo... ¡Amo a las mujeres! - mi amigo comentó intentando salirse de la cama y dejándole claro al japonés que no iba a caer en su provocación.

-Quizás es porque no has probado lo bueno de un hombre -

-No, si yo... Ya lo intenté con Pablo y no soy gay, cien por ciento seguro. No me gustan los chicos para nada, para nada…- pobre de Cristián, tenía la misma cara que coloca el perro de la vecina cada vez que le descubren con una cabeza de pollo en la boca.

-¡¿Qué?! ¡Pablo! ¡¿Tú otra vez?! ¿Por qué te metes con todos mis hombres? –se alteró la china gritando tan agudamente que por poco no se rompieron los vidrios de la ventana.

-Otra vez, que eso sucedió antes que llegaras al pueblo… Además, yo no hice nada si nunca me ha gustado éste –tuve que aclarar nuevamente el malentendido.

Podía ver como las fosas nasales de Ruka se abrían y cerraban como un toro agitado. Ay cabrito, creo que deberías tomarte alguna pastilla, lo tuyo no es normal.

-De todos modos, creo que Cristián ya te dejó bien en claro que no está interesado en ti. Deberías dejar de acosarlo. No cometas los mismos errores que con Rafael –terminé mi frase y me di cuenta de inmediato que, en vez de tranquilizarlo, empeoré aún más su malestar.

El japonés tomó sus cosas y caminó directamente hacia el patio, allí donde caminaría para ir hasta la calle y encontrarse con el chófer que lo espera todas las tardes hasta que decide regresara a casa. Escuché cómo cerró la puerta con fiereza. Fue un estruendo peor a una bomba atómica.

-¿Vas a dejar que se vaya enojado? –el moreno preguntó al rato.

-¿Qué? ¿Prefieres que se quede aquí y te viole? Déjalo, si no vuelve mañana, iremos a buscarlo a la mansión –

Tan solo que no fue necesario, porque el chico no alcanzó a llegar al coche, antes de eso se encontró con una escena que lo molestó más que el rechazo de mi amigo.

-¡Así las quería encontrar puercas! –escuché su grito.

¿Y ahora qué había sucedido? Salimos con Cristián para averiguarlo y ahí fue cuando nos encontramos con Ruka delante de las chicas, quienes se limpiaban el rostro mientras le miraban asustadas.

-¿Qué sucede?... ¿Juli? ¿Qué es eso que tienes en las manos? ¿Es una dona? –comprendí de inmediato qué había molestado al chino violador.

Las muchachas no estaban haciendo ejercicio, sino que, comiendo pasteles, y yo pensando que todo marchaba bien.

-Se los juro que intentamos hacer ejercicio, pero al segundo día se me ocurrió la idea que después de tanto ejercicio sería bueno una recompensa. Así que traje un pastel de mil hojas. Julieta aceptó, pero que fuera solo una vez. Pero la rutina de YouTube era peor que saltar la cuerda, así que pensé que sería bueno una recompensa a mitad del tiempo y otra al final. Ahí comimos panqueques con manjar. Y cada vez seguíamos videos más extenuantes, así que nos deteníamos por una recompensa cada vez más seguido. Ahora estos últimos días, hacemos dos abdominales y nos comemos un pastelito… Hoy traje dos tortas de selva negra y donas, ¿quieren un pedacito? –Sí, creo que fue mala idea dejar solas a este par.

-Fue mi culpa, a mí me dejaron a cargo y sucumbí ante la tentación. ¡Lo siento mucho! –Juli se sentía mal.

-Ahora entiendo por qué no se peleaban, si no tenían tiempo entre tragar tanto dulce. ¿Acaso no pensaste en Eugenia? Le estás dando pecho, a estas alturas tu hija te saldrá diabética –

-¡Deberían estar avergonzadas! La palabra que uno da es ley, si se comprometieron a hacer ejercicio todas las tardes, eso es lo que tienen que hacer. Además, mírense, si ahora están más gordas que cuando empezaron – no tuve tiempo de preguntar nada, porque Ruka comenzó a retarlas como si fuera su padre.

Viendo la escena se me vino a la cabeza la mejor solución a mis problemas.

-Lo que necesitan es motivación y disciplina, y quién mejor que Ruka para guiarlas. Él debería seguir sus rutinas para que la hagan sin trampas –

-¡¿Qué?! –escuché tres gritos desesperados.

-No lo voy a hacer, si apenas y conozcas a estas gordas –

-Es una buena forma para que hagas nuevos amigos y también para que superes tus prejuicios hacia las mujeres –

-¡No! ¡No lo haré! –

-¿Y ni siquiera por una foto de Cristián desnudo? –

El japonés se quedó mudo, como si intentara decidir qué era más importante, su honor o la calentura.

-Ok, mañana las quiero a las seis en punto en este patio para comenzar con nuestra rutina de ejercicio. Y cualquier pastel que traigan, lo botaré a la basura –sí, ganaron las hormonas porque el japonés aceptó.

Como las chicas habían sido descubiertas en su trampa, fueron incapaces de rechazar su castigo, por lo que aceptaron con pesar su destino. ¡Ahora sí cerdas! ¡A bajar las llantitas!

-¿Y de dónde sacaste una foto de mí desnudo? –se me acercó Cristián para susurrarme al oído, porque eso había sido el arma principal para convencer al chino pervertido.

-Todavía no la saco, así que ten cuidado cada vez que vayas al baño - ¿cuánto saldrá una cámara oculta?


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