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¡Pobre! por jotaceh

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Día 92: Por otro lado

Un niño se cayó del sofá porque intentó volar como Superman y no lo logró. Otro un poco más grande fue a la cocina y comenzó a llenarse la boca de harina, supongo que ése pobre muchacho será drogadicto en un futuro. No tengo pruebas, pero tampoco dudas. Y la mayor, se la pasa en el patio persiguiendo a las gallinas. A esa le veo cara de solterona, estoy seguro de que irá desesperada detrás de sus parejas y nadie la tomará en cuenta. Si es que el gallo en vez de picotearla salió desesperado. Algo tiene esa pobre criatura en el alma que repele a todos.

Veía todo ese caos mientras intentaba trabar la puerta de la habitación de mi abuela, y es que la muy cerda no le importaba que la casa estuviera llena de niños, solo llegó con su novio y se metió ahí a follar. Las paredes temblaban y ella gemía como sirena. ¿Alguien quiere pensar en los niños? Si hasta a mí me ha dejado traumatizado la vieja ésa.

No sé cómo llegué a ese punto, mientras veía el caos que se había gestado a mi alrededor me preguntaba qué había hecho yo para merecer ese calvario. Y no me respondan todavía, porque no les he contado cómo es que mi casa además de prostíbulo se transformó en guardería.

Todo ocurrió el sábado hace dos semanas, cuando planeé una cita entre mi mamá y el señor González. Él siempre ha estado enamorado de ella, así que era el hombre perfecto, la querría como se merece, no la vería como un trozo de carne que sirva para su deleite. Parecía un plan adecuado, no tendría por qué fracasar.

Lo primero que hice fue contarle a Carmen, y es que no tenía muchas mentiras que inventar si la llevaba directamente a la casa del inspector de mi colegio.

-Mamá, tú sabes que te amo ¿verdad? –

-¿Qué hiciste ahora? ¿Me buscaste un novio a mí? -mierda, ¿cómo lo supo?

-Sí, de hecho, sí… ¿cómo te enteraste? –

-Porque ya lo hiciste con Florencia y con tu abuela, y por lo que sé, le dices al chino ése que torture a la pobre de Emilia para que adelgace y después buscarle novio también. Supuse que también estaba en tu lista. ¿A qué estúpido engañaste para mí? -si hubiera querido, ahora sería detective. ¡Qué poder de deducción!

-El señor González, mi inspector –

-¿Ese ñoño? Pensé que era virgen. ¿Estás seguro de que quiere follar conmigo? – ay, mamá, ya nos delataste. ¡Compórtate por favor!

-Primero, no creo que sea virgen, tiene su encanto y estoy seguro de que las prostitutas del pueblo de al lado son bien baratas. Segundo, lo que he hecho es buscarte alguien que te ame, así que no esperes que haya sexo la primera cita, ¿de acuerdo? Si él aceptó una cena contigo, es porque ha estado enamorado de ti todos estos años. ¿No es romántico? Deberías darle una oportunidad –

-Espero que por lo menos cocine bien. Mira que una cita sin sexo es muy aburrida –

-¡Es amor es más importante! –

-Eso lo dices ahora que tienes dieciséis, cuando tengas mi edad te darás cuenta de que cualquier esfuerzo con otra persona sin que lleve consigo algo a cambio: dinero, sexo, un trago o un cigarro, no vale la pena –

Así fue como el sábado la mujer se bañó después de llegar del trabajo, se puso una falda que le llegaba por debajo de la rodilla, una blusa bien abotonada hasta el cuello, se peinó prolijamente y calzó zapatos bajos. Se veía decente, como la esposa de un inspector.

-Mierda, si parezco lesbiana reprimida-

-Te ves decente, que es muy distinto. Intenté que te vieras lo más parecido a la hermana del señor González, que se ve la quiere mucho –

 

 

Me quedé nervioso toda la tarde, veía constantemente por la ventana para enterarme si venía mi mamá, quería saber cómo le había ido.

-¿Qué haces? -me preguntó Federico cuando se sentó en el sofá. Esperaba a que Julieta se terminara de arreglar para salir a comer fuera.

-Veo si llega mi mamá –

-¿Estás controlándola? ¿No debería ser al revés? –

-Muchas cosas son distintas en esta casa, como el hecho que mi abuela con sesenta y cinco años tiene más sexo que su nieto adolescente, pero nadie habla de esas cosas aquí. Así que será mejor que cierres el pico –

-¿Y por qué no tienes novia? Si quieres te puedo ayudar a buscarte una -solo en ese momento despegué la mirada de la ventana y me quedé mirando fijamente al rubio pobre.

-¿Acaso me ves cara de heterosexual? ¿Acaso crees que este trasero es de heterosexual? ¿En serio? ¿En realidad piensas que este tono de voz es muy varonil? ¡Respóndeme! -creo que me alteré un poquito.

-Ok, eres gay… y necesitas mucho tener novio, porque al parecer no has descargado toda esa energía que tienes adentro –

-¿Energía? ¿Qué quieres decir con eso? ¿Te refieres al semen? ¿Tanto se me nota? ¿Tanto se nota que no he tenido sexo en meses? -lo miraba fijamente como solo lo hace un búho drogado.

-¡Julieta! ¡Te espero en el patio mejor! -gritó asustado, antes de salir corriendo en dirección a la puerta.

¿Quién se cree para devolverme a la realidad? Yo que estaba tan feliz viendo si regresaba alegre la futura señora González.

 

 

 

-Amor, mejor te dejo aquí, no quiero entrar a casa…-la voz de un hombre me despertó.

Esperé tanto tiempo a mi mamá, que terminé durmiendo hasta que aquellas palabras lograron devolverme a la vigilia. Deseaba que se tratara del inspector de mi colegio, pero solo era Federico que ahora me tomó miedo y no entra más a la casa cuando viene a ver a su novia.

Vi como mi amiga entraba feliz y se iba hasta su cuarto cargando a Eugenia, al parecer la cena había salido bien y su hija no había hecho alboroto. Seguí con la espera.

 

 

A eso de las tres de la mañana, Carmen se dignó a regresar.

-¿Crees que éstas son horas de llegar? -fue lo primero que le dije cuando entró.

-Lo siento, Pablo… es que me entretuve mucho –

-¿Por qué llegaste de a pie? ¿Por qué no te trajo el señor González? –

-Porque… no estaba con él –dijo un tanto avergonzada.

-¿Qué? ¿No fuiste a la cena al final? –

-Sí fui, hijo, te lo prometo –

-¿Entonces? –

-Entonces eres el mejor hijo que una madre soltera podría tener. Hoy me has hecho muy feliz, porque creo que finalmente, después de muchos años, he encontrado el amor de mi vida –

-¿Con el señor González? -no entendía nada.

-No, con él no –

-¿Entonces no fuiste a su casa? –

-Sí, si fui –

-¡No entiendo ni mierda! ¡Explícate, mujer! –

-Verás, cuando llegué a la cena me di cuenta de que el hombre no estaba solo, su hermana lo fue a visitar de sorpresa, así que la cena romántica al final la tuvimos que ampliar y comimos los tres. Al principio fue una comida bastante fastidiosa porque él solo hablaba de su colección de estampillas, y yo intentaba reírme de sus chistes aburridos, pero ya llega un punto en que no podía hacer nada más que bostezar. Tan solo que justo a la hora del postre, ocurrió un accidente que lo cambió todo. Macarena, su hermana, fue a la cocina para buscar el helado y yo me ofrecí a ayudarla. No dijimos ninguna palabra porque ella parecía una estirada frívola, así que solo atiné a tomar los pocillos mientras ella metía las bolitas de helado. Lo malo vino cuando se me resbaló una de las porciones y le ensucié toda la falda. Me puse nerviosa por lo ridícula que había sido, así que tomé un paño y comencé a limpiarle la falda…Y bueno, una cosa llevó a la otra, terminé bajándole los calzones y metiendo mi lengua en su cuca. No creerás lo fuerte que gime esa condenada. Su pobre hermano nos descubrió y quedó tan descolocado que se desmayó. Estuve toda la noche en urgencias esperando a que nos dijeran qué le había ocurrido al inspector. Bueno eso y corriendo cada cinco minutos al baño para continuar nuestro toqueteo con Macarena –

Me pasó lo mismo que en clases de matemáticas. Escuchaba que me hablaban, pero por más que intentaba unir las palabras en un contexto lógico para mí, no podía. ¿Qué me había dicho esta loca que había hecho?

-En resumen, la cita salió bien porque te garchaste a la hermana del inspector –

-Sí, creo que podríamos decir que eso ocurrió, aunque fue mucho más profundo. No sabría cómo explicártelo, pero no dejo de pensar en ella, estamos unidas por algo mucho más fuerte que la pasión… Es loco, pero nunca me había sentido así –

-¿Mamá? ¿Eres lesbiana? –

-Pero qué antiguo, Pablo. Me sorprende que alguien que se dice ser gay sea tan cerrado. Nacimos para amar, da igual qué tenga la otra persona entre las piernas, ¿comprendes? Ahora me iré a dormir que estoy exhausta –

No, si me da igual si le gusta ahora una mujer, total ya estuvo en un trío con Cristián y Emilia, tan solo que todo ocurrió de forma tan extraña que me costó procesar.

Y vaya que me sigue costando, porque resulta ser que la tal Macarena era efectivamente una lesbiana reprimida, pero tras conocer a mi mamá (bueno, su lengua) ha decidido liberarse. Dejó a su esposo, tomó a sus tres hijos y se instaló en nuestra casa para vivir su amor con Carmen. Ah, y también se cortó el pelo al ras y ahora viste como leñador.

Suspiro intentando mantener la puerta de la pieza de mi abuela cerrada. No es que me haya encariñado de los hijos demonio de Macarena, pero tampoco quiero que vean a ese par de vejestorios cogiendo como conejos, sus pobres mentes no lo comprenderían.

Vaya mierda, si todos me dijeron que esto de buscarle el amor al resto era una mala idea, pero no, yo seguí adelante y ahora estoy de guardia de motel, niñero, director de gimnasio, informático de Tinder, partero, y si no me detengo pronto, de puto.

 

 

 

 

 

 


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