Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Pobre! por jotaceh

[Reviews - 156]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Día 96: Soluciones

Intentamos tener a Olivia un par de días en la casa de mi abuela, pero fue imposible. Cuando las drogas dejaron de surtir efecto, mi amiga desarrolló ataques de ira muy fuertes y es que, si desde antes le molestaban los ruidos molestos, ahora se le hacían una verdadera tortura. Y entenderán que con tres niños en casa y una recién nacida, lo menos que había en casa era silencio.

-¿Qué vamos a hacer? No podemos seguir viviendo así…- me comentó afligido Rafael.

-No te preocupes, amor, ya encontraremos una solución -le respondí para luego besarlo.

Y sí, les prometo que lo echaba tanto de menos que ahora aprovecho cada ocasión para besarlo, tocarlo y hacer todo lo que podamos mientras estemos solos. Me siento con síndrome de abstinencia, pero en vez de drogas, es de amorsh.

-Espera, Pablo, no puedo… siento que las gallinas nos quedan mirando feo…-mencionó el rubio el otro día que lo llevé al gallinero.

-Son gallinas, no piensan nada… Tú solo relájate…-mencioné mientras intentaba acariciar su sexo, el que no podía remontar por culpa de la presión de esas aves.

-¿No hay un lugar mejor? –

-Claro que no, las piezas están ocupadas con niños o con mi abuela copulando con su novio anciano. En medio de los árboles no te lo recomiendo, porque hay cuentos en el pueblo de un sujeto que vio a una pareja teniendo sexo entre los limosneros. No sé cómo, pero siempre hay alguien vigilando en este pueblito. Así que la mejor opción es esta gallinero, que mi mamá traía aquí a Emilia y a Cristián, y nunca la descubrieron –

-No, no puedo. Lo siento -se levantó los pantalones y se fue avergonzado.

-Te juro que a ti te hago cazuela mañana -amenacé a la gallina que estaba parada sobre el último palo de la escalera.

No podíamos seguir así, ya éramos muchas personas en una casa tan pequeña, debíamos tomar medidas. Así es que me puse a pensar fríamente en nuestras posibilidades.

-¿No podrías pedirle perdón a tus papás y que nos den un poquito de dinero para ampliar la casa? -le pregunté a Julieta.

-¿Estás loco? Me echaron de casa, no me pienso humillar pidiéndoles dinero. Ni siquiera se han interesado por conocer a su nieta –

-En eso tienes razón, pero es que no se me ocurre cómo darle un espacio de tranquilidad a Olivia. Siento que cada vez está peor. Ya la ves ha estado dos días enteros escondida en la bodega de las verduras –

-¿Y por qué no regresan a la casona Eguiguren? –

-¿Quizás porque ahí vive Ruka? –

-Exacto, es tu amigo, podrías pedirle ese favor. Además, el pobre vive solo, creo que le vendría bien un poco de compañía-

-No, me rehúso, no quiero dejar a Rafael nuevamente a merced de ese psicópata –

-Dudo que lo vuelva a hacer, la primera vez fue solo porque nadie sabía que Rafael estaba ahí –

Juli tenía razón, en ese momento mi única salvación era el chino cochino ése. Se supone que era mi amigo, quizás debería convencerlo por ese motivo.

-Hola Ruka, has sido mala persona, por eso quiero que te redimas y me aceptes a mí y a mi familia en tu mansión. ¿Te parece buena idea? -iba practicando lo que le diría mientras caminaba a su mansión.

Sin embargo, no podía dejar de sentir que me estaba aprovechando. Está bien que tenga mucho dinero y que esté solo, pero no debería mantener a sus amigos ¿no? No quiero sentirme como un vil abusador, tan solo que no tengo otra opción viendo la forma en que estamos viviendo actualmente.

Toqué al timbre, pero nadie apareció. Tuve que volver a hacerlo para ver abrirse la puerta y encontrarme con un Ruka en traje de baño, mojado completamente.

-Qué bien, estás en la piscina -fue lo primero que comenté.

-No es agua, es sudor -dijo con la respiración entrecortada.

-¿Qué estás haciendo? – algo no me cuadraba.

-Una maratón de sexo -dijo sin tapujos.

-Ay no, ¿a quién secuestraste ahora? Por favor, entrégate a la policía, todavía eres capaz de rehabilitarte –

-Por favor, Pablo, esta vez no cometí ningún delito. Hace un par de días fui al mercado y mientras elegía las manzanas que compraría, mis manos chocaron con las de un hombre apuesto y considerado que terminó por enamorarme con su mirada penetrante –

-Dios, si hasta estas sonriendo. Parece que es verdad… porque le has tocado ¿cierto? ¿No es imaginario? –

-¡Rukita! Ven a la cama, que te echo de menos, bebé -fuimos interrumpidos por el llamado de un hombre que bajaba las escaleras buscando a su amado.

-No puede ser… ¿usted está con Ruka? –

Me quedé en shock varios minutos y es que no podía creer que esa pareja fuera posible. Era como ver a Trump y a Melania besándose, no ven que son esposos, pero se nota a leguas que no se quieren, pues así mismo, tan solo que estos sí se besaban y vaya que sí se querían, porque estaban todos sudados gracias a su “actividad de fin de semana”.

-Señor González, ¿usted no era hétero? -pregunté cuando salí de la impresión.

-El amor es amor, no existen las etiquetas… -

Ahora entendía por qué en los recreos el inspector se veía más alegre, si hasta se notaba en su piel que estaba más radiante. Probablemente ahora sí se baña a diario.

-Pues bueno… muchas felicidades. No me lo esperaba, pero si ambos son felices… creo que es una muy linda noticia –

-¿Verdad? Siento que ahora sí conocí al amor de mi vida -sentenció el chino antes de darle un beso tan profundo al inspector, que probablemente llegó hasta el esófago.

-¿Y a qué venías? -preguntó el hombre mayor.

-No, a nada especial… solo que hace tiempo no sabía de Ruka, pero ahora que veo que está tan bien, me puedo ir tranquilo –

No fui capaz de arruinar aquel momento tan bonito que estaban viviendo, así que me retracté. Me di media vuelta y me fui con mi problema a mi casa. Durante todo el camino intentaba buscar una solución razonable a nuestro hacinamiento, pero solo servía para darme cuenta de que no tenía opciones.

-¡Ya llegué! -grité al llegar a casa, suponiendo que Olivia no estaría adentro y no le molestaría.

-¡Pablo! ¡Te tengo muchos chismes qué contar! -se me acercó eufórica mi mamá.

-¿Sí? Yo también, a que no sabes quién es el nuevo novio del señor González –

-¡Ruka! Si lo sé, no se habla de otra cosa en el pueblo, todos hablan de los descarriados González. Viste que Macarena está conmigo y su hermano ahora con un hombre. Es todo un escándalo, hijo –

-Es que ambos romances fueron muy seguidos, pero ya verás cómo en un par de meses todos se habrán olvidado –

-Si a mí eso me da igual, si por lo que estoy feliz es que con mi Maca comenzaremos una nueva etapa en nuestra relación, viviendo solas con sus hijos -Carmen estaba dichosa.

-¿Qué? ¿Y dónde se van a ir? –

-Pues a la casa que dejó tu inspector, está tan enamorado que se va a mudar a la mansión Eguiguren con el japonés ése. Su casa quedará sola, así que nos iremos ahí –

-¿Yo también? –

-Eres menor de edad, se supone que deberías vivir conmigo, pero ya vemos el caso de Julieta, creo que, si quieres quedarte aquí, yo no tengo problemas –

-¡Genial!- me alegré mucho, porque al final la solución llegó a mí sin siquiera buscarla.

-Sí, aunque vas a tener que comenzar a trabajar, y Rafael igual, porque no tendrán el apoyo de tu abuela –

-¿Por qué no? ¿Ya se enojó de nuevo? –

-No, para nada, si te lo digo porque está haciendo sus maletas para mudarse a la casa de Octavio, que aquí siente que no pueden coger con tranquilidad y que ya se cansó de andar exhibiendo el trasero a media familia, así que simplemente deja la casa –

-¿Qué? ¿Y todos se van de pronto así tan fácil?-

-Bueno, es que todos entendemos que Olivia necesita su espacio, además que ya nadie quiere seguir durmiendo tan apretado. Como tú no dejas de traer gente –

-Son mis amigos y los invito porque les quiero ayudar –

-¡Pablo! ¡Te hice caso y me fue muy bien! – de la nada otra persona ingresó a la casa. Era Julieta que venía con Eugenia en brazos.

-No saltes tanto que se te va a caer la niña –le reproché.

-Es que estoy muy emocionada. Fui hasta la casa de mis papás porque tus palabras me quedaron grabadas, así que les llevé a que conocieran a su nieta. No tenía ninguna esperanza, después de lo mal que se portaron conmigo, pero tras conocer a mi hija se dieron cuenta de lo crueles que fueron y me pidieron disculpas. Me ofrecieron ayuda y que regrese a casa, que todo vuelva a ser como antes –

-¿Qué? ¿En serio? -no lo podía creer, especialmente porque lo único que se me venía a la cabeza era a su papá en cuatro patas enseñándome el trasero para que lo follara.

Y no sé cómo, sin hacer ningún esfuerzo, el universo se alineó de tal manera, que todos nuestros problemas de espacio se solucionaron. Tal vez, en ciertas ocasiones, puedo depender de la buena voluntad de quienes me quieren. Finalmente seríamos una familia de a tres, tres chicos jóvenes viviendo en una casa en medio del campo, pero en tranquilidad para cultivar nuestro amor, aunque lo más importante, en paz para recuperar a nuestra Olivia de siempre.

 

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).