Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Pobre! por jotaceh

[Reviews - 156]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a toditos....

Espero que estén muy bien.

No sé si se habrán dado cuenta, pero la historia ya está pasando a su étapa final, quedan poquitos caps, espero les gusten y puedan acompañarme en esta travesía...

 

De todos modos, si gustan, pueden pasar un ratito a leer mi nueva historia, que espero les pueda gustar, especialmente porque intento que sea lo más cómica posible.... aquí un link al primer cap: HOT AUSSIE BOYS

 

Les adoro!! y gracias por leerme :D

Día 97: A solas

 

-¿Pero por qué fue todo tan rápido? Es que me desconcierta – Le pregunté a mi mamá cuando le veía armar sus maletas junto con Macarena. Ambas se vieron un tanto cómplices y no sabían qué responder.

-¿Acaso no puedes solo aceptar que todo estará mejor para Olivia? -respondió finalmente Carmen.

-Sí, de hecho, estoy muy feliz por eso, tan solo que me llama mucho la atención que tanto tú como mi abuela y Juli se estén marchando al mismo tiempo. Que parece como si se hubieran puesto de acuerdo –

En ese momento comencé a comprender todo, y es que Macarena estaba tan espantada que en cualquier momento se desmayaría.

-Ya veo, que se han puesto de acuerdo ¿no? –

-Cariño, solo nos reunimos una noche para conversar y ver cómo podíamos ayudarte. Hemos visto el desorden que hemos causado en tu vida todos quienes vivimos en esta casa, y también recordamos lo mucho que nos has ayudado. Entiéndenos, en nuestra forma de ayudarte, no queremos seguir siendo una carga-

-Pero… eso significa que estaremos lejos… ya no nos veremos tanto y eso me da mucha pena –

-Ay mi vida, vivimos todos en un pueblo muy pequeño, créeme que nos veremos bastante seguido –

-Deberías aprender a desapegarte de las personas. No porque no les ayudes significa que van a destruir sus vidas, debes entender que cada uno debe valerse por sus propios medios y muchas veces si ayudas a tus seres queridos demasiado, terminas perjudicándolos…- Macarena no habla mucho, pero cuando lo hace, te quedas congelado.

Ese pensamiento rondó mi cabeza toda esa semana, mientras veía cómo mi mamá y su pareja se iban a vivir a su nueva casa, o cuando Julieta era ayudada por Federico para mudarse a la mansión de la Sotta, y cuando finalmente mi abuela se fue en una carreta con su novio llevándose sus gallinas, un cerdo y todas las ollas de la cocina.

-Total, ustedes ni cocinan caldos -dijo antes de marcharse, muy agradable como siempre.

Así, para el fin de semana, ya nos habíamos quedado solos en la casa.

-¿Y ahora qué? – me preguntó Rafael.

-¿Ahora?.... A follar -si Maca me había dicho que debía pensar más en mí, pues eso era algo que estaba esperando hace mucho.

-Pero… ¿y Olivia? –

-La vi caminando por el patio, viendo las plantitas. Tenemos un par de minutos, mientras no me hagas gemir demasiado… -dije un tanto apresurado, mientras le mordía la orejita a ver si le convencía.

Dicho y hecho, al segundo estábamos en la cama matrimonial que nos dejó mi abue, yo debajo y el encima, besándonos y restregándonos nuestras “espadas” como en película medieval.

-No sabes hace cuánto que quería tenerte así -me susurró al oído.

Le besé con pasión, con esa energía que solo conoce quien disfruta del cuerpo de su amado, que acelera tu corazón y a la vez te deja sin aliento por el movimiento de su piel. Mientras me besaba, su mano levantó mi polera para acariciar mi piel y juguetear con mis pezones.

-Ay para, que me da cosquilla -tuve que decirle en un momento, y es que me iba a hacer pipí.

Rafa solo sonrío, con esa carita de lujurioso que siempre coloca, y después decidió voltearme para restregar en mis nalgas su enorme erección. Me mordía el cuello mientras lentamente bajaba mi pantalón, dejándome desnudo y a merced de sus instintos, solo me dejaba guiar. Hace tanto tiempo que esperaba este momento, que les aseguro que una lágrima recorrió mi rostro al ver que mis sueños se volvían realidad.

-¿Estás listo? -preguntó, a lo que solo respondí con un movimiento de cabeza.

No sé cómo, pero encontró un preservativo y tras colocárselo, se montó sobre mí para introducir lentamente su pene en mí. En todo momento besaba mi espalda, como si quisiera resarcir el dolor que estaba sufriendo.  Era tierno, pero a la vez vehemente con sus incursiones, se movía con fuerza, estremeciéndome y haciendo que mis piernas sucumbieran ante su poder.

Pero cuando llegó el momento en que ya nada me dolía, unas cosquillitas me avisaron que lo estaba disfrutando, que sus embestidas me producían tanto placer que no podía parar de gemir. Y sí, aunque había dicho que no podía hacerlo, terminé gritando como un loco.

Rafael se detuvo, me tomó de las piernas y me volteó, las colocó sobre sus hombros y se dispuso a introducir nuevamente su erección en mí. Vi todo eso con expectación, su rostro perdido en el placer, gozando con el calor de mi cuerpo. Su energía aumentaba cada vez más, mientras mordía mis pies intentando contener lo que más podía.  Finalmente cayó rendido sobre mi pecho, tras haber llegado al clímax, el mismo que conseguí al rato mientras sentía su sudor cayendo sobre mi piel.

Desde ese momento, se nos volvió costumbre hacer el amor, éramos como dos recién casados que se sienten viciados por las pieles de su cónyuge. Y habiendo reparado nuestra relación, ahora solo nos quedaba solucionar dos cosas: conseguir dinero y ayudar a Olivia a recuperarse.

-Ya no hay ruido de niños molestos, ¿no te gusta eso? -Rafa le preguntaba constantemente, pero ella no respondía nada, es como si se hubiera quedado en las drogas, perdida en otra dimensión.

-No la presiones, de a poco irá recuperándose –

-¿Y qué hacemos mientras tanto? –

-Solo démosle amor, ¿sí? –

Y eso hicimos, porque tratábamos de sacarla a pasear por el pueblo, le comprábamos los mismo dulces que le gustaban de niña, veíamos los programas de variedades coreanos que siempre les gustó y poníamos todo el día canciones de kpop, claro, solo de los grupos de la SM, que son sus favoritos.

-Por lo menos ya no tiene ataques de ira, pero tampoco podemos continuar mucho tiempo así, el dinero se nos acaba -se quejaba Rafael.

-Si quieres puedo comenzar a trabajar en el campo –

-¿Qué? ¡No! Claro que no, tienes que terminar de estudiar. Soy yo quien tiene que ir a trabajar-

-Pero si lo intentaste antes de irte y te cargó –

-Sí, pero voy a tener que acostumbrarme –

Me sentí un poco triste por saber que tendrá que hacer algo que no quiere, así que, para distraerme un poco, decidí colocar un video en Youtube. No sé cómo, pero Olivia escuchó la canción desde el patio y entró corriendo para sentarse a mi lado en el sofá y contemplar el televisor.

-No entiendo por qué Jisung no aparece bailando – comenté mientras veía Work It.

-Es que se lesionó -y como el canto de los ángeles, escuché cómo mi amiga decía las primeras palabras en días.

No hice un escándalo porque no quería asustarla, pero la abracé con mucha fuerza. De a poco comenzaba a ser la misma de antes, y es que el amor por Jisung era más grande que cualquier internado psiquiátrica. ¡Es que te amo niño hermoso!

 

Pd: no tanto como a Rafael, pero le adoro.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).