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¡Pobre! por jotaceh

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Día 4: Posibilidades

 

Me quedé congelado tras la acción de Emilia. ¿Cómo se le ocurre hacerlo de esa manera? Me robó algo muy importante en la vida.

-¿Son novios? – Cristián parecía sorprendido.

-Sí, de hecho, Pablo acaba de pedírmelo

Mientras platicaban, yo seguía sin poder hablar y es que no podía sacar de mi cabeza la idea que mis sueños se habían acabado. Muchas veces imaginé que Rafael se enamoraba de mí y me besaba, o que Sehun viajaba por mi pueblo olvidado en el mapa y al verme, se daba cuenta que era el amor de su vida y me besaba. Ahora nada de eso se hará realidad, porque la muy desgraciada juntó sus feos labios con mi preciosa piel rosadita.

-Eres todo un galán eh, estoy muy orgulloso de eso. Yo le he enseñado todo –se vanagloriaba mi amigo, sin saber de qué hablaba.

-¿Y tú qué sientes con todo esto? –Emilia no iba a perder la oportunidad de indagar.

-Me alegra mucho. Bueno chicos, ahora tengo partido, nos vemos –

Solo recuerdo al muchacho corriendo hacia la cancha, mientras la chica apretaba muy fuerte la mano al darse cuenta que pasa de ella.

-¿Será que no le gusto? –

Me miró fijo, pero yo seguía en mis divagaciones.

-¿Qué sucede? ¿Estás bien? –

Y no pude contenerlo más, comencé a llorar. ¡Desgraciada! ¡Me quitaste mi firt Kiss!

-¿Es una broma? ¿Cómo iba a saberlo? Pensé que ya te habías besado con alguien –

-¿Con quién? Si solo hablo con mujeres y el único chico con quien converso, es Cristián, que ni me gusta-

-¿Ni un poquito? –

Bueno, ahora que lo pienso, tampoco está feo, pero comparado con Rafael, es un adefesio.

-Mierda, pero no te preocupes. Como tú me ayudas a sacarle celos a Cristián, yo te voy a conseguir un galán. Solo espera, porque no me voy a detener hasta conseguir a tu príncipe azul –

 

Claro, todo sonaba bien, tan solo que no me pude imaginar que Emilia hablaba en serio y que es muy obstinada cuando algo se le mete en la cabeza.

-Pablo, estuve viendo a todos los chicos del curso y me di cuenta que hay varios con formas raras. Mira, ese de ahí se sienta con las piernas muy juntas. Y el de allá, se saca las cejas. Y ni hablar de ese otro, que ocupa pantalones bien apretados, solo anda provocando a algún seme –llegó perspicaz una mañana a sentarse a mi lado en el pupitre.

-¿Seme? –

-Ay Pablo, no te hagas el tarado, si eres gay debes haber visto o leído yaoi, con todos esos papasotes dándose con todo. Un buen seme dotado y un inocente y frágil uke siendo dominado. Es lo más suculento del mundo. Yo escribo unos fanfics de EXO, y leo algunos otros de NCT –

Madre mía, está más loca que una cabra. Debo reconocer que con Olivia solemos leer historias sobre nuestros artistas, pero es un secreto, no andamos ventilando a los cuatro vientos que nos gusta el yaoi. Esta chica debería ser más recatada.

-No tienes pruebas que sean gais. Yo por lo menos lo dudo, así es que no hagas una tontería –

-¿Una tontería? ¿Encontrar a quien te quiera? Cuando todo resulte, me darás las gracias de rodillas –

-¿Sabes lo que eso significa, Emilia? –

-Que te vas a arrodillar por lo agradecido que estarás, obvio –

No quise romper la poca inocencia que le queda, así es que no le comenté que a eso se refieren cuando alguien le dará una felación a otro.

 

Y como era de esperar, ella no se detuvo y fue preguntando por ahí a qué chico le podrían gustar los hombres. Una tarde, después de clases, me citó detrás del kiosco para presentarme a su primer candidato.

-Me costó encontrar a alguien, pero aquí te presento a Jaimito, es un año mayor que nosotros y es un encanto –

Me presentó a un muchacho que todo el mundo conoce. ¡Por dios! Si es la diva del colegio, cualquier ser humano con dos neuronas sabe que es marica, si es que se pone brillo en los labios y tiene mochila de Barbie.

La muy altiva, me miró de pies a cabeza al verme, me saludó de beso en la mejilla haciendo una mueca de desaprobación.

-¿No conseguiste a nadie más varonil? Lo siento guapa, pero a mí me gustan los hombres de verdad, no los niñitos pasivos –Jaimito dijo de pronto, juzgándome por completo.

-¿No te gusta? –la chica no entendía.

-¡Claro que no! –gritó la reina del azúcar.

-Yo pensé que todos los gais se gustaban

Jaimito tomó su mochila rosada, se colocó sus lentes de sol y se fue cual actriz. Se sentía estafada, menospreciando a todos quienes veía. Qué tipo más desagradable.

-No te preocupes Pablo, ya encontraré al indicado –

-Por favor no sigas –le supliqué.

-Olvídalo, me necesitas –

Y como era de esperar, al otro día volvió a citarme detrás del kiosco. Esta vez tenía a un chico un año menor, uno que también todo el mundo conocía, pero porque era muy raro.

-Los presento, Pablo él es Teodocio, Teodocio él es Pablo –Emilia hizo los honores.

Lo malo, es que aquel muchacho es conocido porque no entiende nada del mundo, de hecho, creo que el año pasado se hizo pipí en la sala. Suele andar solo en el patio viendo las nubes y habla al aire cuando hace la fila para comer. Se ve simpático y podría ser mi amigo, pero no es alguien con quien quisiera tener una relación amorosa.

-¿Él sabe qué es ser homosexual? –

-Claro, ¿quién no sabe? –

Esto me parecía extraño, por lo que preferí acercarme al chico.

-¿A qué has venido? –

-Emilia me dijo que tú querías ser mi amigo especial, que pasaríamos mucho tiempo juntos y que te gusta jugar con la lengua. También me mencionó algo del pene y el trasero, pero eso no lo comprendí muy bien, porque pensaba que se metía en una vagina…-

Preferí tomar mis cosas e irme, obviamente el sujeto había ido engañado, si ni siquiera entiende cómo es el sexo.

-Lo siento, te juro que voy a conseguirte a alguien –

-¡No quiero que me busques nada! ¡Me gustan los hombres, pero tampoco estoy desesperado con eso! –

Estaba ofuscado y sin querer grité, para mi mala suerte justo había un compañero de clases sentado en la banca al lado del kiosco. El chico escuchó todo, especialmente el reconocimiento de mi homosexualidad. Me puse colorado y muy nervioso, por lo que preferí salir corriendo.

Lo peor es que se trataba de Joaquín, un amigo cercano de Cristián. Ahora es posible que él también se entere, que deje de hablarme, que todo el curso deje de hacerlo. Ay por Dios, estoy perdido, todos se van a burlar de mí.


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