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Club de los Cinco por yue-sama

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Leff era insoportable, no había parado de moverse de aquí para allá, mostrando su lindo cuerpo, y esparciendo sus feromonas de alfa de un lado al otro, Kenan de verdad estaba frustrado, su vientre se calentaba y se sentía incómodo.


Su omega comenzaba a inquietarse y no quería que nadie lo notara, Devon se había recostado en el escritorio, parecía que dormía, y los otros dos ni siquiera lo habían volteado a ver, estaba tan tieso en su asiento que apenas y quería moverse.


No quería que Leff pensara que al voltear hacia atrás lo hacía para verlo a él, agarró su lápiz de nueva cuenta mirando la hoja frente a él, y sinceramente no quería hacerlo, parecía que nadie lo estaba haciendo, ¿1000 palabras?


Bufó alejando el papel de él y se acomodó el cabello. Miró el reloj frente a él notando que apenas y había pasado el tiempo. Estaba ansioso por irse.


–Puedo apostar que eso es lo más rebelde que has hecho omega– dijo la voz ronca de Leff haciéndolo tensarse, no quiso voltear a verlo, pero fue inevitable, sus ojos grises brillaban divertidos.


–Oh sí, ¡parece que no tienes tu propia vida! Vas por ahí espiando a otros para ver si es interesante o no


Lo vio crisparse y se acercó a Kenan rápidamente poniéndose enfrente e intimidándolo.


–Vuélvelo a decir... atrévete– sus ojos grises brillaron peligrosamente.


–Aléjate de él-gruño Devon alzando su cuerpo del escritorio.


–¿qué? –Gruñó Leff– ¡¿Acaso eres su alfa?!


–¡Y eso a ti qué! –gruñó Devon.


–Si no eres su alfa no tienes por qué defenderlo.


–¡Con gusto lo defiendo de escorias como tú!


–¿Escorias como yo? –dijo cínico y se alejó de Kenan, acercándose con furia hacia Devon, ambos alfas se alzaron y se agarraron con furia, Kenan jadeó levantándose también, sin saber qué hacer, ¿por qué los alfas tendían a ser tan temperamentales.?


Y no dudó en ningún momento en acercarse, entonces vio al beta retroceder en su asiento, y le miró con miedo, señalando hacia la puerta.


–El maestro– susurró y Kenan volteó a ver hacia la puerta y maldijo.


Se interpuso y empujó a Leff jalando con fuerza a Devon hasta su asiento, ambos alfas le miraron sorprendidos, no es como que el omega fuera fuerte, pero se había atrevido a interferir en un pleito de alfas.


Devon se calmó lo mejor que pudo y apretó los puños mientras que Leff se tiraba de un salto cerca de su asiento, pero fue tarde porque el viejo alfa le vio.


–¿Acaso no entiende señor Green, el significado de no levantarse de su asiento?


–Como si fuera el único– murmuró


–¿Qué?


–Nada– le fulminó con la mirada– ¿Cree que es cómodo para mi trasero? Voy a quedar más plano de lo que soy.


–Maldición– gruñó el maestro– ¿Acaso es un omega para quejarse de eso?


Kenan se tensó por completo, y no pudo evitar voltear a verlo, Leff estaba furioso, las fuertes feromonas a alfa enojado le hicieron encogerse, quiso gimotear, pero trato de retenerlo, pero aun así un pequeño sonido salió de sus labios, haciendo que Devon le viera con sorpresa.


Pronto este gruñó poniéndose protector casi al instante, agarrando su mano, pero eso fue peor, todo el ambiente se tensó.


–A los omegas les gustan los traseros, quizá por eso usted nunca tuvo éxito– sonrió burlón.


–¡Se ganó una detención más! –dijo rabioso.


–Uy que miedo...


–Otro más


–Para lo que me importa– sentenció sin mucha preocupación


–¡Otra más!, Si sigue contestándome lo veré por mucho tiempo.


–¡Hago lo que yo quiera! –Se levantó del asiento gruñendo.


–¡¡Otra más señor Green!!


–Basta –susurró Kenan viéndolo, incrédulo, ¿cómo demonios aguantaría tantos días con ese viejo alfa?


–No tengo nada mejor que hacer que olerle el maldito trasero ¿no profesor? –dijo con sarcasmo


Kenan se encogió viendo el rojo subir por la cara del alfa mayor, tragó grueso, quizá lo golpearía... pero eso iría contra la ley, apartó la mirada tratando de tranquilizarse.


–¿Cuantas van? ¿4?


– 5–murmuró el beta– De hecho van 5.


–Bien, cinco fines de semanas lo veré conmigo señor Green.


Leff gruñó, pero al fin se calló, entonces el maestro sonrió con triunfo, casi con burla y crueldad, e hizo señas raras con las manos, su voz irritó a todos ahí.


–Nadie puede contra mí, siempre saldrán perdiendo, así que no me tienten, ¡¡¡ahora trabajen!!! No quiero volver a levantarme de mi asiento.


El viejo hombre salió de ahí con un andar burlón, casi felicitándose a sí mismo, Kenan bufó fastidiado, odiaba a ese alfa, era el típico hombre alfista, se soltó de la mano de Devon y volteó a ver a Leff este le miraba fijo y se estremeció.


–Estás loco– murmuro.


–Por lo menos yo no guardo mi voz.


Fue como recibir un golpe bajo, apartó la mirada suspirando, en definitiva, su día iba en peor, se quedó tan quieto como pudo y agarró su lápiz, y comenzó a escribir pocas palabras, casi sin sentido, sin poner realmente su esfuerzo.


Se concentró en sus pensamientos, poco después se dio cuenta que todos estaban en silencio, siguió pensando un poco, y así el tiempo pasó, cuando el sueño pudo más con él se dejó caer en el pupitre, buscando una forma cómoda de dormir.


Cuando al fin lo había conseguido, durmió por un rato, poco tiempo después despertó un poco incómodo, le faltaba algo... quizá Devon le prestara la chamarra que traía.


–D-Devon– tartamudeó somnoliento, sin abrir sus ojitos– Préstame tu chamarra...


Cuando no recibió respuestas gimoteó, estaba por abrir sus ojos cuando sintió la tela ser puesta cerca de él, no dudo en agarrarlo y ponerlo bajo su cabeza suspirando consentido al oler ese rico olor, gimoteó feliz y lo apretó contra sí, enterrando su cara y volviendo a dormir.


Un fuerte sonido lo medio despertó, pero cuando escucho la voz de su maestro se crispó levantándose de una sola vez.


–Es hora de comer... después regresan a lo que estaban haciendo y eso no es dormir verdad señorito Wolf.


Sintió toda su cara arder en vergüenza, se acomodó el cabello, que seguro estaba todo enmarañado, frotó sus ojos sin contestar, solo apartó la mirada y el maestro rodo los ojos, luego se fue de ahí dejándolos solos de nueva cuenta.


Apoyó de nueva cuenta su cabeza contra la tela y volvió a gimotear restregando un poco su cabeza.


–¿No comerás? –murmuró Devon.


–¿umh? –dijo saliendo de su burbuja viéndolo desde donde estaba.


–Que si no comerás pequitas– dijo con una sonrisa matadora.


–Um sí–murmuró– Muchas gracias por prestármelo.


Señaló la chaqueta que abrazaba, pero Devon negó con un poco de diversión, Kenan no lo entendió.


–No es mío...


Kenan se levantado de inmediato y miró... era la chaqueta de Leff, todos los colores se le subieron a la cara, y no pudo evitar ponerse nervioso, ¡¡¡oh dios!!! Volteó hacia atrás con disimulo, pero Leff no estaba, estaba con el beta poniéndole un brazo por los hombros.


–¡¿Entonces qué comeremos?!


–¿Qué? –preguntó incrédulo el beta.


–¿Qué es lo que tu mami preparo para nosotros? –dijo con una gran sonrisa y John sonrió nervioso.


–Sopa de arvejas...


–iUgh! –dijo Leff alejándose de inmediato– ¿Que tu mama es señora verdura o qué?


Leff se levantó del asiento y caminó hacia atrás, pero el omega literalmente le gruñó, Leff chisteó un poco, pero se alejó al ver como el omega sacaba una cosa muy rara para ser comida, entonces sus ojos se posaron en él y en Devon, caminó hacia ellos cuando Devon estaba sacando todo su arsenal de comida.


–Uhh amigo– celebró un poco– ¡¡¡Tú si tienes comida de verdad!!


Devon había sacado unos emparedados de pollo y jamón, varias frituras, una gaseosa y un cumbo con frutas frescas.


–Ni loco tocarás mi comida– rodó los ojos y Leff sonrió.


–Bueno...– desvió los ojos hacia él y Kenan alcanzó su comida abriendo el paquete de comida francesa, Leff arrugó el ceño acercándose a ver su delicada comida. – ¡¿Qué es eso?!


–Es paté de hígado– dijo tranquilo, entonces quiso sonreír al ver la cara de asco que hizo el alfa, claro que no era hígado, hasta él no lo aguantaba, pero era una buena forma de ahuyentarlo.


–Bien, no comeré, ¡¡así es mejor!! –dijo como un niño.


Entonces el omega recluido levantó la cabeza, y sacó de su mochila un pan.


–Leff –murmuró y tanto Kenan como Devon se sorprendieron al escuchar que era un poco ronco, Leff rio divertido cuando el pan le fue lanzado, le guiñó un ojo y se sentó a comer.


–Gracias Lucifer, nunca me fallas.


–Claro– dijo con una pequeña sonrisa.


Devon se acercó con incredulidad hacia Kenan –-¿De verdad se llama lucifer?


–No lo sé– murmuró.


–Me llamo Lusir –dijo el omega y Devon le miró fijamente por un largo rato.


–Bueno... parece que al fin nos conocemos todos– dijo John.


–No me he presentado– dijo Kenan– ni Devon.


–No hay necesidad –dijo Lusir– ¿Quién en la escuela no les conoce? Es como decir quién demonios no conoce a Leff.


–Wow...–Murmuró Devon sorprendido– ¡¡Hablas!! Parecías mudo.


–¡Oye abejita feliz! –Dijo Leff –- No te paces con Lucifer


Kenan frunció el ceño, más cuando escuchó como se gruñían, en definitiva, se iba a dormir de nueva cuenta para no tener que soportarlos, eran cinco personalidades tan diferentes.


Lusir, un omega raro, John un beta nerd, Leff el alfa brabucón, Devon el alfa súper dotado y él, un omega reina...

Notas finales:

Hola espero les llame la atención, si tienen alguna duda por favor hacerla.

nos vemos.

 


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