Era difícil para el entender como llegó a esta situación, lo único que sabía era que todo era culpa del ángel.
Esos eran los pensamientos que rondaban la mente del demonio Sword, el realmente no sabía que era aquello que lo había llevado a está situación lo que Iso iso no tenía la más mínima explicación pero bueno lo mejor es explicarles que sucede con este par.
Todo comenzó cuando el ángel Shekil bajo de los cielos para llevar de vuelta al Ios.
"Señor Ios por favor regrese al cielo, el arcángel Miguel tiene todo preparado para que pueda recuperar su poder" El rubio de pelo corto trataba se convencer al otro ángel presente en la azotea, no entendía el por que de la negativa de su superior, que era tan importante como para quedarse y desperdiciar la oportunidad de regresar a casa y librarse de una vez por todas del molesto demonio caído.
"Lo siento de verdad Shekil, pero no regresare al cielo tengo cosas de que ocuparme en la Tierra" el de cabello largo trataba de explicarle su decisión a su amigo, el tenía muchos motivos para quedarse, pero el más importante de todos, era que si se marchaba su pequeño y molesto demonio quedaría sólo y aunque este no lo admitiera jamás, indefenso, incluso con la semilla había seres con los que no podría combatir y esperar salir libre fácilmente, Dios lo perdonará pero no podía dejarle era mas fuerte que el la sola idea de verlo herido le hacía sentir mal." Entonces no me queda de otra que obligarlo, lo siento Señor Ios"
La cruz que lo ataba era para someter a los caídos, y con Kanna controlando en cuerpo que ambos compartían eso era, trato de luchar, lo intento con todas sus fuerzas y justo cuando era obligado a regresar al cielo el de cabellos negros salió a la azotea, no comprendía porque su corazón pareció detenerse cuando el trato de impedir que se lo llevarán.
Como el sabía, sus esfuerzos fueron inútiles y lo único que pude hacer fue ver como el era arrastrado de regreso.
Le costó mucho regresar a la Tierra, y lo hacía con la pena de haber destruido el alma de Kanna, pero, extrañamente la idea de no poder estar ahí para ayudar al demonio de pelo negro lo haria sentir peor de lo que jamás se sintió, llego justo a tiempo para poder salvar lo cosa que ir supuesto molesto al de ojos cobalto pero era algo que es se esperaba conociendo lo orgulloso que era este, más se conformaba con saber que el estaba sano y salvo.
"Podrías haber recuperado tus poderes, pero decidiste volver para ayudarme" le dijo el demonio cuando los dos se encontraron solos finalmente " ¿por que hiciste semejante estupidez? " era claro para el que Sword no entendía su decisión, es tampoco lo hacía sólo sabía que no podía dejarlo sólo era como instinto, si quieren llamarlo así, algo muy dentro de él le decía que debía proteger al demonio frente a él, además sabía que este no apreciaría el que lo quisiera proteger no importa en que situación.
Pero decidió ser sincero con este aunque esto trajera consecuencias nefastas " No podía dejarte desprotegido, se que puedes cuidarte sólo pero la idea de dejarte a merced de todos eso demonios que te buscan para llevarle a Satan tu cabeza y la semilla era algo que no podía permitir "
Sword no podía creer lo que oía como se atrevíae, ese malnacido a decir que necesitaba ser protegido quien se creia que era.
" ¡¿Quien te crees que eres mi ángel de la guarda o que ?!" el ángel sabía que esta sería la reacción de su amigo no llegaba llegaba a enterarse pero no podía evitar pensar que incluso enojado era lindo ' desde cuando creo que ese es lindo' miro detalladamente al demonio sus ojos azules que le recordaban al mar durante una tormenta, llenos de pasión y fiereza, su cabello negro y corto se disparaba en todas direcciones, tenia que reconocer que le gustaba más con el pelo largo, recordaba que en batalla este parecía moverse con voluntad propia, dotando de una elegancia felina a todos los movimientos del demono, tenia que dejar de pensar esas cosas sobre el pequeño diablo frente a él no ayudaban mucho a su situación.
" Responde maldita seas" si no lo podía negar Sword era adorable enojado, aunque el sabía que no era bueno para la salud de nadie que el se mantuviera en este estado.
" No Sword, no me creo tu ángel de la guarda ni nada es... es solo que no puedo dejarte aquí sin tus poderes después de todo, no me prometiste que cuando recuperemos nuestros cuerpos ¿terminaremos nuestra batalla?" Aunque dijera eso no quería acabar con la vida del otro, este se había vuelto de alguna manera muy importante para él.
" Así que esto es solo me ayudas para que puedas matarme tu ¿eh? Eso no es muy angelical de tu parte"
El sabia que lo mejor cuando se producían problemas así con el era la sinceridad, pero le costaba encontrar las palabras para expresar sus motivos además de que dudaba que el demonio los comprendiera.
"No, no es eso" el de pelo negro lo interrumpió "Entonces que mierda es?!" Parecía que el no se rendiría no importa que " No podía dejarte sólo por que no importa que deseo protegerte de todo" la reacción del menor de los dos fue algo que lo dejó perplejo, sus ojos estaban abiertos a más no poder, un suave sonrojo pintaba sus mejillas el abría y cerraba la boca "¿¡Pero... que... que dices !? No puedes decir semejante estupidez Ios" la risa que escapo de los pálidos labios del pelinegro era diferente a las que este daba, era una risa nerviosa.
El se acercó a su pequeño compañero " No. Lo digo todo en serio, no se que haría si algo te sucediera Sword" el demonio no sabia que hacer el sonrojo se extendió por su rostro.
Ni siquiera se dio cuenta de lo que hacia, en un segundo estaban uno frente al otro y al siguiente el demonio había juntado sus labios en un suave beso, no era un beso que se esperaba de un ser demoníaco, era suave como si este estuviera temeroso de profundizar el contacto entre ellos. Al no tener respuesta Sword se separo del ángel, pero antes de que pudiera alejarse de él totalmente este puso sus manos en las caderas del demonio" Todo esto es tu culpa" dijo el ángel mientras juntaba sus frentes "¿ que es mi culpa?"
Una de sus manos dejo sus posición en sus caderas y comenzó a acariciar su mejilla levantando el rostro de este sus rostros estaban a escasos centímetros uno del otro "Eres el pecado encarnado y ni por ser un ángel puedo evitar caer en tus garras... mi pequeño demonio" junto sus labios con suavidad dejándose llevar por el instinto, el mismo que le decía que protegiera al demonio, ahora le pedía que lo atrapará entre sus brazos y no lo dejara escapar.
Y eso seria lo que haría por nada de este mundo, lo dejaría ir, el cielo y el infierno podrían intentarlo pero el no abandonaría a su querido demonio. Por mucho que eso pudiera ser calificado como lo más estúpido que hizo, hace y haría en su vida, amaba al caído y no se rendirá ganará su corazón cueste lo que cueste.