Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aeropuertos por Nicole Prince

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El aeropuerto


Me gustan los aeropuertos.


Desde que era pequeño, me encantaba el momento de llegar al aeropuerto. Por aquel entonces ni me daba cuenta, pero siempre me quedaba embobado mirando a todas esas personas ir de un lado para otro, solas o en grupos, con prisa o sin prisa ¿dónde irán? ¿Habrá alguien esperándolas? ¿Dejarán a alguien atrás? Siempre fui un niño horriblemente curioso. Y pesado. Dios, si era pesado.


Pero es que ¿se cuantas historias habrán sido testigos esos enormes lugares?


Nunca he sabido por qué, ni cuándo me di cuenta, la verdad. Pero me gustan. A lo mejor es porque indican el comienzo de un viaje, de nuevas experiencias. O tal vez porque significa que estoy volviendo a casa; esté dónde esté en ese momento.


A lo mejor simplemente me gustan. Sin razón ni explicación aparente. Aunque pensándolo bien, creo que podría ser por el ambiente, los sentimientos a flor de piel. Porque, aunque todo el mundo tenga prisa, es inevitable dejarse llevar por la emoción. Tristeza, alegría, nostalgia, excitación, nervios. Tanta pasión.


Miles de personas, tantas culturas e idiomas. Todas esas historias aún por contar, todas esas historias a punto de acabar.


Tanto que me gustan los aeropuertos, y nunca imaginé que un día tú y yo estaríamos aquí. Todos esos besos, promesas, recuerdos, todo acaba aquí.


Aun recuerdo el día ¿Fatídico? ¿Maravilloso? No sé cómo describirlo. Acabábamos de cenar, dos pizzas con extra de queso del restaurante de la esquina. Nuestro preferido. Y, acurrucado en mis brazos, pusiste un capítulo de nuestra serie. Esa que ya nunca terminaremos. Porque sí, aunque nunca lo dijera en voz alta, interiormente siempre fue “nuestra serie”. Prometimos empezarla y acabarla juntos. Pero ya no estaremos juntos.


Entonces el teléfono sonó.


Tú, lo miraste, molesto. Número oculto.


Aún recuerdo cómo fue cambiando tu cara a medida que avanzaba la conversación. Creo que ni siquiera sabias cómo sentirte. Y sin embargo, antes incluso de que colgaras, antes de saber qué estaba ocurriendo, ya estaba asustado. Mejor dicho, aterrado. Porque en lo más profundo de mí ser, supe que esa noche nuestros caminos se separaban.


En aquel momento, lo único que iluminaba la habitación era la televisión con el capítulo en pausa. Colgaste, mirándome emocionado. Recuerdo perfectamente como tus ojos brillaban, incluso en la oscuridad.


Con palabras atropelladas, me lo contaste todo. Estabas tan ilusionado. Y a pesar de todo, mientras veía tus labios moverse, en lo único en lo que podía pensar era que ahí se acababa todo. Ahí acabábamos nosotros.


Me sentí tan egoísta. Joder. Era la oferta de trabajo perfecta. Un puesto importante, en una empresa que admirabas desde hacía años. Y sobre todo, era la oportunidad que te sacaría de esta ciudad que tanto odias.


Supe el segundo exacto en el que la realidad caló en ti. Tú también lo entendiste. Esa noche reímos, lloramos y disfrutamos de nuestro amor una última vez.


De forma que, y a pesar de todo, así es como hemos acabado aquí, en el aeropuerto. Una vez más, observo a la gente a mi alrededor, los controles, los trabajadores, las personas despidiéndose, yéndose, me resulta todo tan familiar.


Pero la verdad es que estoy aterrorizado, me gustaría tanto poder parar el tiempo.


Porque yo, el amante de los aeropuertos, no solo conozco las zonas, a las personas, sino también las escenas. Y temo, con todo el dolor de mi corazón, ese momento en el que al pasar por el control de pasaporte mires atrás por última vez.


Ese momento de película, en el que nuestros brazos ya no pueden tocarse, en el que tu voz ya no llega clara hasta mí. Cuando nuestras miradas se crucen por última vez.


Pero esto no es una película romántica. Esto no va a tener un final cliché. Y por eso quiero ser fuerte. Por favor, quiero desearte un buen viaje, que seas feliz, que tengas una vida plena. Y quiero hacerlo sonriendo, creyendo de verdad en mis palabras. No quiero dudar.


— Te quiero mucho, pequeño. — Te susurro por última vez mientras beso tu frente.


Y veo como te marchas, pasas el control de aduanas y ¡ah! Ahí está. Tus ojos, una última vez.


Puede que mi corazón esté roto, pero siempre atesoraré la última vez en la que nuestros ojos se cruzaron.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).