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Familia Feliz por Andy Riddle

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Notas del fanfic:

Título del capítulo: Familia Feliz

Resumen del capítulo: Mientras, aguantaría con dolor el teatro de su familia feliz.

Género del capítulo: Angustia/Drama/Family

Parejas del cap: Harco (Harry/Draco), mención de DaphPan (Daphne Greengrass/Pansy Parkinson).

Mpreg, Fempreg.

Harry!Dark.

 

AU, Voldemort si existió pero fue derrotado por James Potter. Los Potter y los Longbottom están muertos; Severus nunca fue mortífago. Albus Dumbledore está vivo.

Si no te gusta, te invito a darte la media vuelta.

Avisos: Este oneshot pertenece al universo de The Pieces of Our Lifesconjunto de fics que seguirán la vida de los personajes de Harry Potter tras años despues de la guerra que azotó sus vidas.

Draco Lucius Potter -de soltero Malfoy- miró por la ventana la nieve caer en el patio.

Navidad era la época que más le gustaba.

No había nada como esos días, sobre todo por el hecho de que las vacaciones en las que Scorpius estaba en casa.

Además era la única época en la que su marido se comportaba como su esposo, aunque Draco supiera que solo lo hacía para aparentar en frente de su hijo, para poder ser la perfecta familia de siempre.

Siempre supo que su matrimonio iba a tener muchos altibajos y que no siempre todo sería felicidad, aun así decidió comprometerse con Harry Potter, su antiguo enemigo en la época estudiantil.

La primera vez que decidieron salir, en ese entonces tenían dieciséis años, vio en el pelinegro una persona cortés, dedicada, alegre y divertida.

Muy distinto al Harry Potter que había conocido antes.

Los primeros años de noviazgo y luego de matrimonio fueron los mejores años de su vida. Harry era un amante muy preocupado y atento, haciendo cualquier cosa que le pidiese su amado rubio.

Sin embargo luego de que nacieran sus primogénitos, James Sirius y Scorpius Severus, él dio un gran cambio.

Toda la atención paso del joven a los bebés.

Draco pasó de ser el mimado de la casa a solamente 'la mujer' que cuidaba de sus hijos.

La intimidad fue cada vez más escasa hasta que lo veía salir por las noches y volver hasta altas horas de la madrugada.

No era estúpido, lo sabía, lo presentía, pero no era capaz de aceptarlo.

Harry lo ignoraba, casi olímpicamente, olvidándose de que el rubio tenía sentimientos o que merecía amor.

Las cosas no iban demasiado mal, por lo menos hasta que James contrajo una extraña enfermedad y una semana después falleció. Había sido un duro golpe, para todos, perder a una luz tan joven como lo era su pequeño Jamie, su bebé.

Quizá fue en ese momento, que la línea divisoria se había acentuado aún más que antes entre ellos.

Por lo general, Harry era cariñoso con él, si los niños estaban cerca, claro está.

Le besaba, abrazaba y le decía cosas hermosas procurando que sus dos hijos no notaran el amor que se tenían, lo más seguro era que Harry lo hacía para aparentar que eran una familia feliz, una familia perfecta.

No obstante solía darle cariño de manera sincera esporádicamente. Aquello, sin embargo, había cesado luego de la muerte de James.

Se levantó de la cama, que desde hace tres largos años ya no era la cama matrimonial.

No, esa era ocupada por Harry y sus amantes.

Ya se había acostumbrado a ver a chicas y a chicos de la edad de sus hijos, pasearse casi sin ropa como si fuesen propietarios de la Mansión Potter.

Tomó una ducha para aliviarse sus pensamientos, y aun así su cuerpo seguía frío como un pedazo de hielo.

"¿Por qué no abandonarlo y escapar?"

"¿Por qué no hablas con tus padres, o con tu padrino?"

Eran las preguntas que cruzaban por su cabeza mientras se vestía y peinaba su cabello frente al espejo.

Fácil.

No podía hacerlo.

Tenía la esperanza de que Harry fuera a recapacitar, y sería nuevamente el amante esposo que fue una vez.

Mientras esperaba eso, su hijo llegaría a la mañana siguiente por la tarde para poder celebrar navidad juntos.

Juntos.

Sonrió levemente, reconfortado por la idea.

Le compraría un regalo a su hijo, porque al fin y al cabo él se lo merecía.

Bajó al comedor en silencio, vestido con una túnica negra que le había comprado su esposo el año pasado y su cabello atado en una coleta de caballo.

Sus mejillas se sonrojaron al ver en una silla al deseo de su corazón.

Allí estaba su esposo con el dorso desnudo cubierto solo por unos bóxers de color negro, desayunando.

La visión le gustaba, extrañaba ver a su esposo semidesnudo, extrañaba sus besos, extrañaba sus abrazos, extrañaba… sentir cuando su esposo entraba en su interior, cuando le hacia el amor, cuando lo besaba, cuando le amaba. No al monstruo frio y de mirada vacía que le tocaba convivir.

Suavemente se sentó junto a él donde había un plato servido.

–Buenos días –dijo para aliviar el ambiente– ¿Por qué vas sin ropa?

Pero su pregunta se murió en sus labios cuando una chica, en bragas y una camisa mucho más grande de lo que él usaría, entró en la sala.

Reconoció enseguida la seda blanca con borde de oro, era la camisa que Harry le había regalado por su cumpleaños el año anterior.

No quería ver a la chica pero lo hizo.

Era de cabello negro largo, caderas anchas, piel tostada en un tono ideal para él su color de cabello, de piernas fijas y sus pechos se translucían por la seda dejando ver el color más oscuro de sus pezones; su cara era sensual, tenía el labio inferior más grande que el superior y los llevaba muy rojos al parecer de forma natural.

La chica sonrió al ojiverde y se sentó con descaro frente a Draco, ignorándole por completo, se acercó a su esposo y lo besó mientras él le respondía con la mayor naturalidad del mundo.

El rubio se levantó, sintiendo un nudo en el estómago, para luego irse a su cuarto con las lágrimas pulsando para salir.

Ya no era solo saber que le era infiel o escucharlas gemir como desquiciadas en la habitación continua sino que ahora también tendría que aguantar ver como se morreaban a su esposo en sus narices.

"Deberían morir"

"Eres un mago mucho más poderoso que Harry Potter, déjalo"

No, no podía hacer aquello.

–Malfoy, cambia tus cosas al cuarto matrimonial sabes que no quiero que Scorpius sospeche nada, ya deje disponible el espacio necesario.

Cerró los ojos, impotente.

Odiaba todo.

Odiaba ser tan débil.

Odiaba que lo llamase por su apellido, que lo tratase de esa manera tan cruel pero… aun así lo soportaba todo porque mañana su marido sería nuevamente el esposo ideal.

Abrió unos minutos después la puerta, para dirigirse al comedor. Al parecer Draco y la chica subieron al dormitorio porque ya no les veía.

Pasó de largo la mesa.

–Dobby–Llamó.

Con un chasquido, apareció un elfo domestico joven.

–¿Que desea, Amo?

El rubio sonrió, un poco reconfortado.

Iría a visitar a Daphne y Pansy para darles las felicidades por la llegada de la pequeña Pansy Astoria a la familia Greengrass-Parkinson, luego pasaría por la tienda de Blaise y finalmente daría un paseo por el Callejón Diagon.

–Ve y saca un poco de dinero de la bóveda de la mansión, voy a salir.

–Lo que quiera.

No podría huir ni hablar con nadie de aquel escabroso tema, claro que no. Solo era cuestión de esperar, de callarse y soñar que algún día las cosas cambiaran.

Amaba a Harry, y este, todavía en el fondo de su endurecido corazón, debería de quererle, pero la verdadera razón era porque quería mantener a su familia unida.

Scorpius estaba en la mejor época de su vida, tenía un futuro prometedor adelante esperándole. ¿Qué seria de su bebe si su vida se veía truncada al enterarse alguna vez de su desliz?

Harry no solo se divertía teniendo relaciones sexuales con otras personas, destruyendo los sentimientos de Draco, sino que también quería controlarle como a una muñeca, hacerle sentir poco, hacerle sentir que era su propiedad.

Mientras, se mordería el labio, y ahogaría las lágrimas por las noches, como cada vez que durmiesen en la misma habitación, Harry, borracho como una cuba, le hiciese el amor violentamente, sin amor.

Aguantaría sus ataques de celos demoníacos, los golpes que luego serian cubiertos con maquillaje, su posesividad absoluta, y la locura que envolvía cada día a Harry James Potter.

Mientras, aguantaría con dolor el teatro de su familia feliz.

Notas finales:

¿Que les pareció?

¿Quieren un oneshot de esta pareja? ¿Que hacemos con Harry? ¿Draco merece otra pareja (dejad el nombre de la persona que se les ocurra) o debe quedarse esperando hasta que las cosas cambien?

Espero sus comentarios,

besos,

Andy


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