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Entre amigos por Sady

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Notas del capitulo:

¿Qué pasa aquí?? Un fanfic de mi lista de “fics no usuales”! Había escrito hace AÑOS una parte, e incluso había planeado hacer un fic largo, pero al encontrarlo tan olvidado en mis archivos sentí que debía escribir un poco más y darle un final. 

Esto lo empecé cuando no se sabía que el hijo de Asuma y Kurenai era una chica (Mirai), y bueno, decidí dejarlo como lo escribí entonces (personaje nuevo creado). 

 

Lemmon, AU, referencia de relaciones hetero, personaje propio. Posible OoC.

 

 

El inicio del caos.

Es el colegio, último año para algunos estudiantes y se vive la semana del Festival escolar…

En medio del bullicio un estudiante le hace sexo oral a un profesor. No deberían hacerlo, incluso va en contra no sólo de las normas del colegio dentro de sus instalaciones, sino de lo que es correctamente moral. 

El adulto que es feliz de su profesión, que es trabajador, que ama educar… ha dejado de lado la razón. Contrario a su rostro serio que se está esforzando por mantener y no soltar ninguna especie de sonido que pudiera delatarlo, su cuerpo de cintura para abajo está en ascenso al éxtasis porque no pudo seguir resistiendo los pensamientos lascivos sobre su estudiante favorito. El perfecto profesor está un poco tomado, en su cabeza no del toda clara gracias a un poco de sake traído por otro colega a escondidas, lo suficiente para haber desabrochado sus pantalones y haber sacado su miembro ahora eguido debajo de una mesa que alguien puso por alguna de las esquinas del gimnasio. Dicha erección por supuesto oculta de miradas indiscretas gracias al mantel puesto allí.

Los demás del cuerpo estudiantil, profesores e invitados van de un lado a otro queriendo divertirse de una forma… más sana. Recorren a varios metros entre globos y afiches decorativos, ajenos de que el estudiante favorito tiene su boca ocupada, del estudiante de alto IC que oculto y arrodillado bajo la mesa y que a pesar del grave error que comete con sus labios, ha dejado que sus sabias neuronas se desconecten y den paso a sus deseos de adolescente chupando una polla por primera vez.

…pero ninguno puede ser gay…

Puede que Asuma haya tenido el mejor orgasmo de su vida dejando salir un varonil gemido que se amortiguó con la música del festival y puede que Shikamaru haya conseguido lo mismo por masturbarse mientras se comía un pene, pero debe ser el último encuentro de ese tipo y ambos así lo harán, van a aceptarlo, van a enfrentar su otra realidad…

Ha sido un  error la mamada, un absurdo momento ilógico dirigido por el más bajo instinto. 

Han hecho esta tontería para calmar los pensamientos que han tenido sobre el otro. Ya han caído en la tentación y ahora hay que vencerla. Es por el bien de todos. Es porque Asuma tiene familia y lo único anormal en la vida de Shikamaru debe ser su IC de 200.

 

***

 

—Cállate. Pensé que me habías dejado por otra —dijo la despampanante rubia desde su lugar en el sofá de la sala y lanzando un inofensivo dardo de juguete a quien trataba de darle mil excusas por la hora de llegada.

—Dios, problemático… —respondió Shikamaru a su prometida. 

Sólo se había demorado cinco horas en venir a casa… aunque si tenía en cuenta que no la había llamado, ni enviado un mensaje, ni mencionado antes que tenía otra cosa que hacer luego del trabajo… Además de aceptar que cinco horas no es un tiempo tan insignificante, entonces Shikamaru sí debía darle la razón a la frente ofendida de Temari.

Ella a manera de pesada broma iba a seguir lanzando uno que otro molesto dardo a manera de compensación, pero al ver a una persona entrar tras Shikamaru, Temari cerró la boca y volvió a concentrarse en su laptop aunque el gesto se viese maleducado. 

—Buenas noches… Temari-san —saludó el adolescente pelinegro desde la entrada del apartamento. 

Cuando ella sólo dio un monosílabo en respuesta al joven, Shikamaru sonrío para sus adentros por la escena que siempre daban aquellos dos. 

El chico era el ahijado de Shikamaru, un muchacho alto, guapo y amable… pero demasiado tímido y educado con ella y… demasiado adolescente cuando no lo miraban, según la opinión que ya Temari le había dado en algún momento a Shikamaru. Siendo ella maestra en Konoha High School, había visto más de una vez al Sarutobi en acción junto a sus camaradas, otros chicos que eran igual de problemáticos. Pero por más sarcásticos y explosivos que fueran, por alguna razón el joven no lo pensaba dos veces en ofrecerle cualquier tipo de ayuda a la rubia maestra, por mínima que fuera. 

Era lindo, sí, pero quizá demasiado molesto para Temari a veces, lo de tener a un —no tan secreto— admirador.

Shikamaru estaba seguro que si giraba a verlo lo encontraría ahora mismo con un rubor adornando sus mejillas, sobretodo porque su pareja sólo vestía unos cortos shorts y una amplia camiseta que se resbalaba por uno de sus bronceados hombros. 

Al entrar e invitar a su ahijado a hacer lo mismo, su sexy novia por supuesto quitó la mirada de su laptop y miró a Shikamaru.

La comunicación no verbal entre ellos estableció que estos pequeños detalles pasados por alto eran lo que principalmente obstaculizaban su relación.

—Asato va a quedarse por esta noche… y en las siguientes tres —dijo Shikamaru y sin esperar una respuesta de su pareja, empezó a dirigirse a su recamara. 

Lo mismo hizo el chico hacia la habitación de invitados, luego de una rápida reverencia. No era la primera vez que Asato se quedaba en esa casa con ellos, pero ya la situación había cambiado: ya no era un niño al que le gustaba ir allí para pasar tiempo con su padrino como si fuesen vacaciones. Asato ya era un joven de dieciseis años cuyos padres se estaban soportando cada vez menos y su hogar amenazaba con un divorcio.

Temari por carne propia sabía qué era ser un adolescente con unos padres divorciados, por lo que debería tener más comprensión por el chico… Pero tener a su lado al hijo de Asuma la hacía sentirse incómoda.

 

**

 

Shikamaru se metió al baño para lavarse los dientes y cuando hubo terminado se miró largamente al espejo. 

No quería lucir exactamente como su padre, pero era imposible desde cuando había pasado sus veinte años controlar los vellos de la barbilla. Optó por dejar descuidar la piel de allí por esa semana y molestar así a Temari cuando la besara.

Por lo menos no tenía una apariencia como la de Asuma…

Por atreverse a pensar ese nombre, Shikamaru se vio así mismo frunciendo el ceño y las manos que estaban sobre los azulejos del lavamanos se encogieron en puños que hicieron que una cuantas venas brotaran a lo largo de sus descubiertos brazos.

Él pertenecía a Temari y ella a él… Hacía dos años que habían decidido comprometerse y por fin dentro de seis meses estarían casados. En algún momento establecerían una familia y Shikamaru debía ser el futuro hombre de la casa…

¿Pero cómo iba a casarse con esa hermosa mujer cuando su maldito pene a veces ni quería funcionar con ella?

Ella se había conformado con pensar que sólo era un problema que con el paso del tiempo se iba a solucionar, a muchos hombres les pasaba y lo principal era que se querían… 

Pero ahora con la puerta cerrada del baño, una mano desconectada de la razón tocó superficialmente la tela de la entrepierna, el punto de encuentros de sensaciones deliciosas que Shikamaru sabía sí funcionaba perfectamente… Su miembro viril con mayor facilidad se erigía si imaginaba otras manos sobre su cuerpo…

Shikamaru sabía cómo su pene podía tener más vida…

Con su cabeza llena de un impulso que lo abrigó y acelerado por terminar en minutos lo que no debería hacer, imaginó el miembro morado y regordete que vibró en todo el interior de su boca cuando tenía diecisiete y estuvo oculto de miradas arrodillado bajo una mesa...

Sumado a esas imágenes, también recordó las de hace menos de un mes cuando Asuma y él estuvieron borrachos pesando que su encuentro no iba a pasar más allá de un viejo amigo apoyando al otro, pero en medio de la noche se hallaron metidos en un baño porque como ya había pasado una vez, los dos terminaban orbitando, atraídos por algo fuera de su control, eventualmente tropezando uno con el otro, más con la idea que no comentaban en alto pero que sabían estaba ahí en medio de los dos, de que Asuma era ahora más un hombre libre, con un hijo que ya no era un bebé que necesitaba de toda su atención y de una futura ex esposa que no quería tener sexo con él. 

—Eso… sigue así. Chúpamela toda; sigue mamándola… Nh…

Era solo la segunda vez en que Shikamaru le hizo una mamada a su ex profesor, pero no la segunda vez en que había mamado algo… Su lengua húmeda se había deslizado con la pericia de saber hacerlo, y entonces el mayor descargó su excitación en la boca de Shikamaru. No satisfecho y queriendo aprovechar más antes de que la puerta del baño se abriera, Asuma quiso que se volviera a abrir esa boca entonces más madura que la última vez… 

—Por favor… lámela de nuevo… Shikamaru.

Ahora, dentro del baño de su propia casa, la mano de Shikamaru estaba untada de viscosidad ante su obvio orgasmo, y viendo su imagen de nuevo en el espejo, la de un hombre joven con la respiración fatigada, supo que no podía hacerse el de la vista gorda.

—No otra vez… Ya habías superado esto, estúpido…  —dijo con lamento.

El último mes había sido a la misma vez el cielo y el infierno: Asuma y Shikamaru habían tenido cuatro encuentros sexuales, de los cuales el último había implicado usar más de un condón, escondidos nuevamente de miradas, ocultos entre las paredes de un lejano motel.

Sin embargo sabía que debía evitar seguir haciéndolo o Temari, Kurenai, Asato, sus padres y conocidos iban a terminar sabiéndolo. Ya no sólo un simple mantel era lo que impediría que su inmoralidad saliera a flote.  



**



Cualquier promesa que se hubiesen hecho así mismo había quedado destrozada en su siguiente encuentro, orquestado por cualquier excusa ya olvidada y sin importar el calor infernal que hacía ese día. 

Shikamaru se acercó una vez más, siguiendo con el juego que llevaban deliberadamente hasta ahora, sintiendo unas fuertes manos agarrarse a su suelto cabello negro.

El más joven gimió cuando por fin, con brusquedad, aquella otra boca se ubicó sobre la suya, presionando y provocando sus más recónditos deseos.

Asuma también hizo un sonido bastante gutural, cerrando los ojos mientras se abría paso en aquella deliciosa cavidad. Días antes habría mirado a sus lados, como esperando que alguien saliera de algún rincón oscuro y lo derribaran, tal cual alguien hubiese hecho años atrás ante la ofensa que había cometido con la boca del entonces adolescente. 

Pero Shikamaru ahora ya no era su estudiante y nada pasaría mientras no hicieran nada público…

No, no estaba del todo bien, lo sabía. Si bien Shikamaru era, notoriamente, ya un adulto, y Asuma era ahora más un hombre divorciado que casado, Shikamaru se encontraba en una seria relación y Asuma técnicamente aún estaba siendo infiel. 

Sus besos desesperados y pasionales no borraban del todo aquello, sin embargo Asuma siguió deslizando su lengua dentro, mezclándola jugosamente con la otra hasta quedarse sin respiración.

Entonces se miraron conscientes de lo que se estaban haciendo uno al otro. 

—Maldición —comentó el mayor mientras observó entonces al otro desabrochar sus pantalones y meter su mano hasta acariciar muy sugestivamente su polla.

Minutos después estaban siendo brutales, casi montados como animales mientras Asuma se hundía en la carne del otro, penetrándolo con desesperación, viendo aquella blanca y delgada espalda bajo él totalmente cubierta de sudor. Sus ojos velados en placer eran un signo de cuánto le encantaba tener su miembro siendo estrujado entre aquella cavidad, cada vez con más fuerza, consumiéndolo del todo. 

Shikamaru habría sido igual de exquisito en aquellos viejo tiempos, si luego del festival escolar lo hubiese llevado a alguna cama. 

Ahora, sin embargo, no podía estar más deleitado por la obvia habilidad que mostraba su compañero de cama. 

—Joder —murmuró Asuma antes de incrementar su ritmo, gruñendo mientras entraba repetidamente en antiguo alumno—. Oh, Shika… maldición, bebé. Joder.

—¡Corréte dentro! —exclamó un muy excitado Shikamaru quien ahora creía que era posible morirse de puro placer.

Asuma aumentó aún más sus embestidas, metiendo su polla con más vigor, gimiendo ruidosamente, sabiendo que no podría aguantar mucho.

—¿Quieres que termine dentro tuyo? —preguntó Asuma pegándose más a Shikamaru, su voz gutural estremeciendo aún más el cuerpo del joven al escucharlo tan cerca a su oreja. 

Como respuesta Shikamaru gimió mientras cerraba los ojos y llevaba una de sus manos a acariciar enérgicamente su propia entrepierna. El agarre en su pelvis se hizo exageradamente fuerte, dejando seguramente la impresión de unos varoniles dedos en su piel blanca, y entonces sintió a Asuma derramándose dentro de su cuerpo sudoroso. 

Su propio orgasmo fue tan brutal que Shikamaru supo que nunca había tenido uno igual antes, y no creía que pudiese encontrar algo mejor.

Los dos compartieron luego un cigarrillo, un poco antes de que Asuma murmurara contra la oreja de Shikamaru, mordisqueando el lóbulo sensible, provocando escalofríos en el más joven, queriendo no pensar en las consecuencias de haber dejado que Asuma se acercara demasiado.

 

**

 

No pasó mucho tiempo antes que el caos llegara de golpe, y la simple pregunta que Shikamaru había hecho de si simplemente alquilar un traje o mandar a hacer uno es lo que había llevado a más de un argumento consecutivo entre él y Temari, a no llegar a ningún acuerdo y eventualmente recaer en constantes peleas a diario.

Shikamaru sabía que algo así ocurriría, pero no había pensado en el momento en que se acabaría su compromiso, justo luego de regresar de una cena con Asato y Kurenai, intentando parecer ante aquellos dos una común pareja que no estaban fastidiándose uno al otro. 

Sí, todo lo que vendría después se lo merecía.

Quiso hablar pero el rostro de Temari por un momento se arrugó, un rápido gesto de querer llorar aunque sabía que ella no lo permitiría. Ella se apoyó contra el mesón de la cocina, sus manos entrecruzadas sobre su pecho y de nuevo, como siempre, entendió sin tener que escucharla que ella no quería pasar la noche allí.

—¿Qué ocurre? —preguntó.

—Sólo acabemos con esto también, Shikamaru —dijo ella ya sin un rastro de ojos llorosos, consciente de la gravedad de sus palabras pero inmutable en decirlas—. No tenemos porqué estar juntos cuando a ambos se no es tan difícil y no nos respetamos.

Shikamaru se acercó pero mantuvo una prudente distancia.

 —Temari, por favor...

 —Te fui infiel —afirmó ella con severidad.

Shikamaru no respondió ante aquello por un largo minuto, aún procesando lo que la boca de ella había dicho. No era mentira, al parecer, ni ningún mal chiste, no cuando sabía que la mujer con la que vivía se caracterizaba por su brutal honestidad. 

—¿Cuándo…? ¿C-cómo?

—Ayer. 

Ella entonces fue la que se acercó hasta tener una mínima distancia entre ellos, su nariz casi acariciando el cuello de él. Ella lo sabía, no había duda. Perspicaz como la conocía, debía haberse dado cuenta de cuántas veces él se había encerrado en el baño versus las veces en que había evitado intimidad con ella.

—Temari…

Y luego ella fue cruel, seguramente queriendo lastimarlo:

—El mejor sexo de mi vida —murmuró con casi deleite al decirlo. 

Luego ella simplemente se fue.

 

**



—...muévelo —gruñó Asuma.

No era algo de lo que estar orgullosos. 

Un montón de personas ya debían saberlo, si acaso el hematoma en el rostro de Shikamaru indicaba algo. 

Shikamaru cerró los ojos. Algo en él por supuesto que le hacía pensar que Asato lo había golpeado más como un acto de represalia y noble resarcimiento por Temari que por haber metido de alguna forma sus narices en medio de la ya desestabilizada situación de sus padres. 

Eran largos años queriendo ambos mostrarse ante todos como perfectos hombres y ahora Shikamaru tenía su cuerpo moviéndose de arriba hacia abajo sobre el cuerpo de Asuma. 

Quizá no se amaban pero era perfecto. No tenía que razonar ni entender algún gran significado detrás de todo aquello. Quizá solo... deseaba poseerlo. Solo eso. Sentirse tan libre como esa vez bajo la mesa, bebiendo del semen del mayor, apoderándose tan fácilmente de un adulto que dejó que de cintura para abajo Shikamaru hiciera lo que quisiera. 

Asuma siguió entrando y saliendo de él mientras lo sostenía con su duro agarre, ayudando a que esa gruesa polla llegara a partes que nunca antes le habían estimulado tan satisfactoriamente. 

—Dime lo mucho que amas mi polla —demandó el mayor obligando a Shikamaru ahora a mirarlo al llevar una de sus manos bajo su barbilla, sin perder el ritmo, observándolo temblar sobre él.

Shikmaru gimió incontrolablemente aferrándose a la amplia espalda del otro, sus frentes ahora pegadas. 

—A-amo tu polla... dentro... de mí —casi sollozó—. Tanto... Ah, Asuma.

Unas pocas embestidas más fueron suficientes para llevarlos al borde, para que el mayor llegara a su climax dentro de aquel maltratado ano, llenarlo de una insana cantidad de semen. Para que Shikamaru sintiera tocar el cielo.

Era demasiado.

Era perfecto. Era incapaz de pensar.

Y era como si por fin pudiera realmente respirar.



***

 

 

Con el básico equipaje para comenzar una nueva vida, Temari pagó un pasaje de tren de regreso a la tierra ardiente de su hogar… Sin embargo cuando el tren hacía su llegada también vio cómo desde la misma taquilla de boletos, un chico de mejillas rojas por haber corrido y que no llevaba maleta alguna, se acercaba a ella con otro pasaje de tren en la mano.

—Temari… —dijo él más que ahogado.

—Niño —saludó ella.

El joven Sarutobi que durante el camino se había estado convenciendo así mismo de decir todos los pensamientos que llenaban su cabeza cuando viera a Temari, estando frente a ella encontró que le era imposible. El tren paró y abrió las puertas para que subieran los nuevos pasajeros, entonces Temari sonrió y subió dispuesta a entrar, pero justo antes de dejar suficiente espacio para que aquel chico también subiera con ella, se detuvo girando su cuerpo hacia él.

—No voy a tener sexo contigo hasta que tengas 25 —dijo y comenzó a caminar hacia dentro de uno de los vagones.

Retomando confianza interior, Asato la siguió y habló por fin:

—¿Veinti… veinticinco? Querrás decir mayoría civil… Lo cual sería dentro de…

—Está bien. Si en ese tiempo aún te parezco bonita y no te interesa otra chica, está bien.

Asato pareció soltar un terrible peso sobre su espalda. Había llegado allí pensando que ella no quería saber más de Konoha, que nunca más volvería a verla. Había durado noches sin dormir sólo porque a su cobarde padrino le había llegado el momento de admitir que le gustaban más los hombre que las mujeres. Que le gustaba más su padre que Temari.

—Además tengo que olvidarme de él y eso tomará algún tiempo —continuó ella—. Bájate del tren, Asato, no preocupes a tu madre. Luego nos veremos.

El chico la miró resignado pero luego formó una tenue sonrisa.

—Al menos déjeme acompañarla y asegurarme que llegue bien a Suna.

Temari suspiró y admitiendo la derrota, tocó con sus labios la mejilla de él en agradecimiento.

Podría ser un testarudo joven, pero Temari sabía que la amaba.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer! Sé que es corto y no es un “vivieron felices por siempre”, pero había prometido una historia AsuxShika y aquí está. Esto dolió un poco porque amo el ShikaTema xD, pero quería una historia en donde Shikamaru, gay, hubiese decidido ocultar esa parte de su ser.

 Rw? 


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