Two shot
Había llevado a su novia a la casa para que su sobrina la pusiera a prueba, no podía negar que esa pequeña pulga tenía la misma intuición que su hermano, ya que parecía que olfateaba a kilómetros las malas intenciones de las personas. En varias ocasiones su hermano había llevado a su hija al trabajo y siempre que ella decía “ese hombre no me agrada” Seto se negaba a hacer cualquier tipo de negocios y siempre resultaba ser cierta la intuición de que era una mala persona.
Llevaba ya 3 meses con su novia y ella resultaba ser comprensiva y hasta cierto punto ingenua con respecto a él, casi parecía una relación de ensueño, pero eso le obligaba a sospechar de que ese amor que ella decía profesar hacia su persona, había aprendido a las malas que todas las mujeres por más buenas que fueran siempre se iban a dejar deslumbrar por la cantidad de dinero que tenía su familia y al final del día querrían vivir de su apellido, pero su sobrina era un detector infalible de malas personas.
Al llegar a su casa y ayudar a su novia a bajar del carro deportivo color gris mate vio que llegaba el auto que se encargaba de transportar a su cuñado, era un BMW X9 con blindaje nivel 5, con sistema de ubicación satelital en tiempo real conectado con la computadora de su hermano, con cámaras en los espejos que tenían vista periférica de todo el auto, un sistema de navegación de última generación y si había amenaza de ataque nuclear el auto se sellaba de manera automática convirtiéndolo en una habitación del pánico. A veces pensaba que su hermano exageraba en cuidar a su esposo, pero cuando pensaba en lo que Joey representaba en la familia se daba cuenta que nada era suficiente para su cuñado.
Joey había sido compañero de clases de su hermano por 3 años consecutivos, se habían llevado mal casi toda la preparatoria y aun así había logrado conquistar el corazón de hielo de su hermano, había logrado que dejara de trabajar tanto, que fuera un padre ejemplar para su sobrina, que la mansión fuera más hogareña e incluso que pudieran ser una familia normal, a pesar de que sabía que no lo eran por lo que implicaba ser un Kaiba. Lo espero para entrar los tres juntos a la casa, su sobrina había sacado la intuición de su hermano, pero de Joey había sacado la habilidad de leer los ojos de las personas, su cuñado sabía cuándo alguien le decía la verdad o una mentira, incluso su hermano el rey de la “póker face” no podía mentirle a su marido, ya que Joey solo tenía que verlo dos segundos a los ojos para decir “volveré cuando quieras decirme la verdad”, su cuñado en definitiva era increíble y para él era el modelo de persona.
- Hola Mokuba – saludo Joey de manera alegre y al ver a la chica abrió los ojos grandes, su novia era algo llamativa era a lo que se podía decir Barbie, ya que era alta de ojos color gris, cabello negro a la cintura, con piel blanca y de buenas proporciones.
- Hola Joey, te presentó a mi novia se llama Lucy – lo vi acercándose lentamente mientras veía a mi novia a los ojos y supe que estaba leyendo literalmente su alma.
- Mucho gusto, es un placer conocerlo – entonces vi que Joey arrugaba la nariz, era el mismo gesto que hacía cuando mi hermano le mentía descaradamente a la cara pensando que podía librarse de él fácilmente, no hubiera necesitado más pruebas de que esa chica no era la indicada, pero aun así siempre le llevaba gente a Musa para divertirse.
- Me imagino que sí – su sarcasmo se había agudizado gracias a Seto por lo cual solo podía sonreír pensando que Joey era una buena influencia para su hermano, pero su hermano era una mala influencia para Joey – me imagino que te quedaras a la cena – mi novia sonrió y asintió con la cabeza – perfecto, le diere a mi hija y a mi esposo que nos acompañen, espero te sientas cómoda.
Entramos los tres a la casa y guie a Lucy a la sala y le dije a Joey que le dijera a Musa que bajara para que se conocieran, para cualquier novia significaba que seguramente la relación se estaba tornando seria cuando vas a la casa del otro y es presentado oficialmente como la novia, pero en la familia Kaiba significaba que dentro de poco acabarías saliendo de la mansión frustrad@ por la actitud de los integrantes de la misma.
A penas nos habíamos sentado en la sala y ella me había abrazado para así poder besarme, no me sentía cómodo ya con esa situación, pero igual decidí seguirle el juego total era la última vez que nos veríamos, cuando terminamos el beso escuche los pequeños pasos de Musa por la escalera así que la separe de manera delicada y le sonreí para que entendiera que lo que se avecinaba era algo que amaba sobre cualquier cosa.
Entro Musa mostrando su cabello rubio largo totalmente desordenado, sus ojos azules tan penetrantes como los de mi hermano, con la única diferencia de que los de ella estaban llenos de energía, tenía puesto un pantalón de mezclilla clara, una playera blanca con un dragón de ojos azules en la parte delantera como estampado y traía sus pantuflas con los cuales ella decía que podía patinar por la casa sin que su padre la regañara.
- Musa, ven quiero presentarte a alguien – corrió a toda velocidad y saltó desde la parte de atrás del sofá y calló sobre el mismo alborotando más su cabello y mostrando la destreza, hiperactividad y energía que Joey le había heredado.
- Holis – sonrió hacía mi novia y le enseño que le faltaban 2 dientes de la parte de arriba de su pequeña dentadura y los sobrantes de panque de moras que seguro se había robado de la cocina.
- Vaya que tienes mucha energía – mi novia parecía hasta cierto punto algo molesta, ya que al momento de que su sobrina había caído en el sofá la había espantado y por poco cae en el piso, pero al parecer esa acción no había logrado que sacara aún su verdadera personalidad.
- Mi pa dice que él era como yo de pequeño y que siempre saltaba por todos lados, aunque mi padre dice que no es correcto que lo haga – a pesar de sus 8 años de vida mi sobrina era más lista que cualquier niño promedio, él no le podía ganar en el ajedrez y eso que había practicado por años con Seto y tenía varios títulos, además de que hablaba 3 idiomas diferentes, sabía hacer ecuaciones de primer grado y era capaz de hacer que mi hermano hiciera cualquier cosa que ella le pidiera.
- Te pareces mucho a tu pa – mi novia mostro cierta curiosidad por mi sobrina y Musa parecía que un no evaluaba al 100% a la mujer delante de ella, pero aun así le sonreía como si fuera una niña normal jugando con adultos, era aterrador como una niña de su edad podía manipular a todo el mundo a su alrededor.
- ¿Eres amiga de mi tío? – preguntó en tono inocente y mi novia empezó a contestar todas sus acosadoras preguntas, una cada vez más difícil que la anterior, mi novia empezaba a perder los estribos, ya que jamás se había sentido tan acosada y mucho menos pensó que una niña de 8 años la podría contra las cuerdas con una sonrisa que parecía que se burlaba de ella a cada segundo.
- Musa deja de molestar a la señorita – la voz gruesa, varonil y autoritaria se hizo presente en la sala y mi novia volteó a ver a mi hermano, no creo que ella se hubiera imaginado conocer al CEO de Kaiba Corp. En la primera noche que pasaba a cenar a mi casa, la chica se paró de golpe y empezó a tartamudear sin saber qué hacer, justo la clase de actitud que mi hermano odiaba de cualquier persona – espero que las últimas oraciones no hayan quemado sus neuronas, sería difícil explicarle a su familia que no se puede reparar el retraso mental – a mí novia se le pusieron las orejas rojas del coraje, ya que el comentario de mi hermano le había causado mucha molestia – sino es un esfuerzo sobre humano para su coordinación motora podríamos pasar al comedor.
- Seto – Joey lo “regaño” por detrás, pero la verdad iba viendo su teléfono sin prestarle mucha atención – pasa Lucy, siéntete cómoda – le dijo sin siquiera verla a los ojos, cosa que empezaba a molestar a mi novia, ya que nadie parecía tener mayor interés en ella y para su mala suerte mi sobrina la abrazo y subió sus pies en sus zapatos, casi logrando que mi novia soltara un grito, pues esos eran sus zapatos más caros y los cuidaba como si fueran oro.
- Llévame cargando – no era una pregunta Musa le había ordenado a mí novia que la llevara de esa manera al comedor, me volteó a ver como pidiendo ayuda, pero solo fingí una cara de amor absoluto por lo que hacía con mi hermosa sobrina, lo cual solo hizo que ella sonriera de manera forzada para así empezar a caminar lo más lento posible para causar el menor daño posible a sus preciados zapatos y quedar bien con todos los integrantes de la casa.
En la cena Musa acaparó la atención de mi novia que parecía ya harta de ver como la niña comía con la boca abierta se metía la comida a la boca con las manos y cuando quería llamar su atención le embarraba la comida en el vestido nuevo que había decidido ocupar para la ocasión, sólo la observaba de reojo para ver cuanto más aguantaría antes de gritar, para mi sorpresa había sobre llevado muy bien la cena, hasta que a la hora del postre Musa le había tirado el pudin sobre el cabello por la inquietud de querérselo quitar al mayordomo que nos estaba sirviendo.
Y así la paciencia de mi novia, ahora exnovia, se fue al caño literal aventó a mi sobrina y le grito hasta de lo que se iba a morir al voltear a verme yo imaginó pensando que la iba a reconfortar y ayudarle solo se encontró con la mirada azul de mi hermano extremadamente molesto por lo que le había dicho a su hija y mi novia me volteo a ver y yo solo negué con la cabeza como indicando que lo que había hecho era sentencia de muerte, si bien mi hermano sabía que su hija lo había hecho a propósito jamás permitiría que de broma le hablaran mal a su hija, así que tomo a mi novia y la saco de la casa cerrando la puerta en su cara y ordenando que apagaran todo el alumbrado del jardín y sólo se mantuviera encendida la luz de la salida, voltee a ver a Musa y ella estaba tirada de la risa, ya que si bien era un ángel de persona tenía un humor negro que la hacía sentirse feliz de que Lucy caminara sola en la obscuridad a merced de los monstruos y se la comieran viva, vaya que era malvada la pulga rubia.
- Mokuba – Seto entró y me vio comiendo tranquilo.
- Lo sé, no debo traer esa clase de mujeres a la casa – le di la mitad de mi postre a Musa en compensación por su excelente actuación y vi a mi hermano a los ojos – no volverá a pasar, me voy a dormir.
Así me retire de la mesa, ya que de cierta manera me sentía mal de que no hubiera nadie sobre la faz de la tierra que fuera honesta, amable y desinteresada para que me amara como quería, mi sueño era encontrar a una persona tan importante que ninguno de los dos pudiéramos vivir sin el otro, justo como la relación que tenía mi hermano con Joey. De cierta manera sentía que acabaría muriendo sólo, ya que al mencionar mi apellido cualquier chica se convertiría en gallina de ser necesario para salir con él, sólo le quedaba seguir intentando y esperar que su corazón aguantara cada una de las decepciones que sufriría en el camino.
A la mañana siguiente.
- Musa, vamos al parque a jugar – la niña vio a su tío con emoción y corrió a cambiarse por ropa apropiada, sino su pa la regañaría por ensuciar sus vestidos.
Fin.