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El héroe y el fundador por LulaPiruja

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Notas del fanfic:

Un one shot que tenía pensado publicar antes que mi fic largo, pero bueno, lo hecho hecho está dicen xD.

 

Esto fue lo primero que escribí sobre el pendulumshipping incluso antes de plasmarlo en "La gran crisis" espero que les guste, nunca está mal darse a conocer mediante algunos one shots xD.

Notas del capitulo:

Disfrútenlo, hay leeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeemoon no sé si del bueno, pero lemon xD

Por fin, Reiji estaba en donde quería estar: con el bicolor tomate de ojos carmín, ese adorable ser de pura luz, hermoso como un cristal, como un campo de flores o como todo lo bonito que se te ocurra…

Desde que la guerra dimensional había terminado, habían pasado muchas cosas:

-       Yuya, Yuto, Yugo y Yuri fueron separados usando la tecnología de Leo Corporation, aunque fueran la misma persona antes eso no quería decir que Yuya quisiera que todos fueran “condenados” a vivir dentro de él sin poder salir más que de a ratos.

-       Yuya había empezado a padecer los traumas generados por la guerra, un fuerte trastorno de estrés post traumático le impidió continuar con su sueño de ser un duelista pro. Después de todo, aunque Zarc ya no estuviera allí para joderles la vida a todos, Yuya y sus homólogos seguían teniendo mucho poder como partes de él.

-       Como consecuencia de su trastorno, Yuya fue a rogarle a su oficina que lo encerrara después de que el estado berseker volviera a hacerse presente a lo que él respondió poniéndolo en una cómoda habitación de una clínica de Leo Corporation; al estar involucrados en la guerra dimensional obviamente tenían equipos especializados en tratar psicológica y psiquiátricamente a los ex combatientes.

-       Reiji se dio cuenta de que guardaba desde la formación del equipo de los lance defense soldiers un profundo sentimiento de amor por el duelista de entretenimiento que antes había creído que se trataba de simple compasión, compasión que creyó generada al ver todo lo que había pasado.

Sí, el albino presidente de Leo Corporation estaba enamorado del pelitomate, le llevó mucho tiempo darse cuenta y aún más admitirlo. Había creído que solamente lo estimaba por su personalidad desinteresadamente heroica y su deseo puro de hacer sonreír a todos, pero se equivocó.

A Reiji simplemente le fascinaba todo del pelitomate: su personalidad tan pura y brillante como un diamante, sus cabellos que siempre estaban suaves al tacto, sus ojos llenos de luz y fuego, su hermosa sonrisa, su piel suave, su cuerpo delgado de caderas levemente anchas que podrían hacer que lo confundieras con una chica y su fortaleza interna para haber soportado por tanto tiempo todo lo que le tocó vivir a tan temprana edad.

Sin embargo, desde que Yuya había sido internado en la clínica de rehabilitación mental de Leo Corporation, Reiji no podía visitarlo tan seguido dado que siempre que quería hacerlo se encontraba con demasiada gente para su propia comodidad y lo que él necesitaba era privacidad, privacidad con la que pudiera contemplar al ojicarmín y confesarle sus sentimientos pese a lo difíciles que esas cosas resultaban para él.

A quienes más se encontraba por allí era a esos seres con el mismo rostro que su amado, y físicos sorprendentemente similares pero que ninguno conseguía atraerlo como Yuya lo hacía, incluso Yuri había ido a visitarlo un montón y Reiji sospechaba que sería rechazado en su declaración hacia el duelista de entretenimiento. De todos sus homólogos Yuto era al que más se encontraba, esos dos estaban más unidos de lo que cualquiera pudo haber imaginado y estaba obvio para el albino que Yuya amaba al duelista oscuro de XYZ, pero eso no iba a impedir que él le dijera sobre sus sentimientos, tenía que ser honesto con Yuya así como Yuya lo había sido con él; no quería mentirle ni ocultarle nada a su amado subordinado lancer ahora que su mente estaba vulnerable y que el tratamiento tardaría en hacer efecto.

 

Cerró la puerta de la habitación de Yuya con suavidad ante la sonrisa que recibió de éste último por ser visitado. Reiji le dedicó una pequeña sonrisa también, no podía evitarlo dado que también le gustaba de Yuya que siempre sonriera por recibir visitas pese a que era visitado casi todos los días por alguien, el duelista de entretenimiento tenía muchos amigos e incluso muchos fans.

 

Reiji: hola Yuya, veo que estás solo hoy – Se acercó a la cama en la que estaba recostado el bicolor tomate cuando no estaba en sus sesiones de terapia o realizando el entrenamiento físico que era parte del programa de rehabilitación

Yuya: es que hoy Yugo empezará a ir al colegio, todos fueron a apoyarle en su primer día -  Yuya no se veía molesto por no ser visitado sino al contrario, se veía muy feliz por su homólogo de syncro – Aunque… Me alegra que vinieras, llevaba tiempo sin verte.

 

Había una luz especial en los ojos de Yuya que le transmitió a Reiji toda la felicidad genuina que tenía de que hubiera ido a verlo, Reiji se paró a pensar un poco al respecto y acomodó sus gafas antes de buscar en el bolso que llevaba un pequeño regalo para el ojicarmín.

 

Reiji: es para ti – Dijo extendiéndole un par de googles similares a los que solía tener – Sé que los rompiste durante una crisis, así que pensé en comprarte unas nuevas.

 

Yuya se las puso sólo para probarlas, se veía muy feliz de recibir un regalo aunque para el gusto de Reiji fuera un regalo demasiado simple, Yuya merecía los mejores regalos, le bajaría la luna si quisiera.

 

Yuya: gracias Reiji, son perfectas – Estaba inusualmente feliz, abrazó al albino de forma repentina, relajando su respiración al contacto

Reiji: de nada – Dijo mirando atentamente cómo se relajaba en sus brazos y abrazándolo de vuelta

 

Se quedaron así, en silencio durante varios minutos, Reiji aprovechó para acariciar un poco la espalda de Yuya, éste último respondió separándose un poco del abrazo y mirándolo con leve sorpresa. Reiji volvió a acomodar sus gafas.

 

Reiji: el motivo por el cual no venía a verte es porque tenía que aclarar algunos asuntos dentro de mi mente – Dijo con su característica personal de ser siempre directo en sus conversaciones

Yuya: ¿puedo ayudarte en algo?

Reiji: sí, escuchando atentamente lo que te voy a decir – Dijo sentándose en la cama, a los pies de Yuya mientras este lo miraba apoyando su espalda en la pared – Hace mucho tiempo que quiero decirte esto Yuya: tú me gustas – Y lo soltó, directo y sin rodeos, a Yuya le costó un poco procesar la información – No me refiero a que me gustes como duelista, o como amigo, me gustas como gustarías de una pareja – Su tono era suave, hablaba despacio, tomando pausas en espera de no introducir una avalancha de información que abrumara demasiado la mente de Yuya cuando menos lo necesitaba – Siento esto por ti desde que fundé al equipo de los lancers: ver como te esforzaste por querer salvar a Yuzu, como protegías a Reira incluso si tu vida peligrara por eso, como resististe toda la tortura y la oscuridad que había dentro de ti, tu pureza, tu bondad, todo eso llegó hasta mí… Me enamoré de ti, Yuya. Sé que suena repentino, y que amas a Yuto y eso está bien, no te molestaré y trataré de no interferir, simplemente no quería hacerte daño ni ocultarte información ahora que estás vulnerable, no te mereces eso de mi parte.

 

Reiji hizo silencio buscando una reacción de parte de Yuya, quien sólo se sonrojó mirando hacia las blancas sábanas de la cama de la clínica sin saber cómo responder. No es como si no le gustara la confesión, al fin y al cabo sentía lo mismo.

¿Desde cuándo? No lo sabía, el empeño que tuvo Reiji de defenderlo cuando lo acusaron de atacar y herir a Shingo Sawatari confundiéndolo con Yuto, de defender que su estilo de duelo era correcto y que debía llevarle sonrisas a todos, de defenderlo cuando lo acusaron de ser un demonio y querían sellarlo. Reiji siempre lo había protegido con todas sus fuerzas y le había ayudado pese a la relación extraña que tenían, con el pasar del tiempo la admiración que tuvo Yuya hacia Reiji se convirtió en amor. ¿O quizás siempre fue amor?

Sin embargo, Yuya era más bien tímido para esas cosas y no sabía cómo responderle adecuadamente así que solo decidió responderle sin palabras, de una forma que pudiera dejarle en claro al albino lo mucho que lo quería pese a que las palabras no querían salir en ese momento: se acercó lentamente al albino y lo besó.

Era un beso tierno, dulce, puro, como todo lo que Yuya era y para Reiji se sintió como tocar el cielo. Había anhelado mucho el confesarse al duelista de entretenimiento, pero jamás pensó que fuera a corresponderle y menos de esa forma, el corazón de Reiji se estremeció y decidió tomar ese beso como una forma de transmitir todo lo que sentía.

Intensificando el beso, Reiji introdujo su lengua en la boca de Yuya, entrelazándolas en un hermoso baile que ambos disfrutaban, todo mientras llevaba sus manos a la cintura del pelitomate y se recostaba en la cama encima de él. Yuya llevó sus manos a la espalda del albino dueño de Leo Corporation, estaba visiblemente sonrojado, en cualquier momento podría competir con su cabello o sus ojos.

 

Yuya: yo también te quiero, Reiji – Moduló cuando se separó del beso – Sí quiero a Yuto, pero no de esta manera… - Respiró hondo intentando encontrar las palabras correctas mientras que Reiji abría sus piernas y se acomodaba entre ellas, alargando una mano hacia su mejilla derecha acariciándola suavemente – Siempre hiciste tanto por mí, me defendiste, velaste por mi seguridad, por mi libertad, por mi salud, justo como lo haces ahora. Incluso como parte de los lancers, tú sólo buscabas que yo fuera mejor duelista para terminar con la guerra, siempre quisiste lo mejor para mí, creo que al final eso llegó a mi corazón – Sonrió ampliamente, con una de esas hermosas sonrisas, ver a Reiji a los ojos era difícil, le daba vergüenza por la posición en la que estaban – Iba a decírtelo después de terminar la guerra, tenía que, pero después pasó todo esto muy rápido y no tuve tiempo para nada – Obviamente se refería a su salud mental – Menos mal que pudiste hallar un día en el cual pudieras venir tú solo, de lo contrario no podríamos estar así ahora – Yuya sacó una de sus manos de la espalda del albino, recorriendo el hombro de éste con ella

 

Reiji no dijo una palabra más, no las necesitaba ahora, sólo volvió a besar a Yuya, esta vez iniciando con más intensidad mientras sus manos pasaban a acariciar las delgadas piernas del chico por encima de ese pantalón de pijama negro. Reiji era más bien intenso para esas cosas, había tenido un par de parejas sexuales antes, pero nunca un hombre y menos uno tan particular.

Apoyó sus manos en la cama a los lados de la cabeza del pelitomate y lo miró a los ojos, demostrando la intensidad de sus sentimientos. Quizás era muy rápido, pero Yuya no lo estaba rechazando y Reiji sabía que no lo haría, quería sentirlo tanto como él.

Removió el sweater gris oscuro de su pijama, dejándolo con el torso desnudo y listo para ser asaltado por los labios del albino que repartía besos por toda la zona provocando que Yuya se retorciera por esas nuevas sensaciones que lo invadían y que se sentían tan bien. Gemía bajo, pero Reiji lo escuchaba y no podía evitar excitarse más.

Yuya, en un arranque de osadía tremendo, introdujo sus manos por debajo del sweater del albino, ese que siempre llevaba, tanteando su blanca piel y su marcado torso por debajo de éste. Reiji dejó de besarlo y lo miró expectante.

 

Yuya: lo siento, ¿fui demasiado rápido? – Usaba un tono de voz que reflejaba su inocencia y pureza interior, Reiji negó sonriendo tiernamente

 

Reiji removió él mismo su sweater y esa molesta bufanda roja y volvió a besar al pelitomate en los labios, cada vez con más intensidad y más caricias de por medio, en más lugares y con más excitación.

Yuya no hacía nada por ocultar esas reacciones que estaba teniendo y Reiji se sentía a punto de explotar a medida que simulaba embestirlo por encima de la ropa. El volumen de los gemidos de Yuya aumentó, lo que causó que tapara su propia boca para impedir que se escuchara desde afuera y pensaran que estaba teniendo otro ataque.

No había oportunidad de que Yuya tuviera un ataque de nada más que placer, el albino era muy bueno en esas cosas y lo hacía sentirse muy, muy bien. Reiji removió su pantalón y su ropa interior de golpe, avergonzándolo un poco.

 

Reiji: ¿estás seguro de que estás listo para esto, Yuya? – A pesar de su excitación, el albino no iba a proceder si pensaba que Yuya no estaba seguro, quería que su primera vez fuera especial para ser recordado como un recuerdo hermoso en la mente del pelitomate. Invirtió las posiciones poniendo a Yuya encima suyo, viendo lo hermoso que se veía en esa posición – Si no te sientes seguro no pasa nada, podemos hacerlo otro día – Habló suavemente, llevando su mano a la mejilla izquierda de Yuya para acariciarla suavemente mientras que la derecha la llevó para acariciar su espalda baja y su cintura

Yuya: estoy nervioso, pero sí quiero esto, Reiji – Nuevamente tomó la iniciativa de besarle, esta vez con más intensidad

 

Respondiendo a los sentimientos de Yuya, Reiji profundizó aún más el beso mientras sus manos abandonaban el cuerpo del otro para pasar a desabrochar sus propios pantalones. Al separarse, Reiji apartó a Yuya un poco hacia el costado para poder terminar de quitarse la ropa bajo la mirada de excitación del pelitomate.

Cuando terminó de sacarse la ropa, volvió a besar a Yuya mientras se atrevía a tocar esa extensión de carne que ambos tenían, acariciándola suavemente para ver que reacción provocaba en el duelista de entretenimiento. Obviamente Yuya arqueó su espalda y arañó un poco la de Reiji, tal y como el albino había pensado: Yuya era bastante sensible.

Una vez que se separaron del beso, la boca y lengua de Reiji fueron reemplazadas por dos dedos, Yuya entendió lo que Reiji quería; podía ser inocente para esas cosas, pero no era estúpido, había buscado suficiente información en internet como para saber lo que debía hacer.

Al cabo de un rato un primer intruso entró en el trasero de nuestro protagonista ojicarmín, no le dolió puesto que sólo era un dedo y estaba bastante excitado pero aún así se sintió extraño. Todo hasta que Reiji metió el segundo, ese sí dolió, dolió bastante, sobre todo cuando empezó a embestirlo con ellos y a moverlos en forma de tijeras.

Al ver que le había causado algo de dolor, Reiji volvió a usar su mano libre para masturbar el miembro de Yuya y sonrió al ver el esfuerzo que éste último estaba haciendo por relajarse ya que quería entregarse, entregarse a él…

Cuando Reiji creyó que lo había dilatado lo suficiente, volvió a acostar a Yuya encima suyo y lo miró con mucha ternura y excitación mezcladas.

 

Reiji: es tu primera vez, tú controlarás la penetración, ¿de acuerdo? No te preocupes, si te duele para, no quiero lastimarte – Yuya asintió, entendiendo la orden de Reiji, pero no pararía por nada del mundo, realmente quería entregarle ese momento tan especial y en el que había pensado tanto al albino

 

Acomodó el miembro de Reiji debajo de su entrada y empezó a descender despacio, lo más despacio que pudo, aún así dolía bastante, no tanto como otras cosas que había sufrido, pero sí que solía y el que arañaran suavemente su pecho le dijo a Reiji que le estaba doliendo.

 

Yuya: no es tanto, puedo con esto – Dijo con un tono de determinación, ahogado por la mezcla del dolor y la excitación. Reiji tomó de vuelta su erecto pene y volvió a masturbarlo como sólo él sabía - ¡a-ah! – Gimió con más fuerza esta vez, dejándose caer y terminando de penetrarse con el miembro de Reiji

 

Estuvo quieto unos escasos minutos mientras Reiji lo besaba y él le acariciaba la espalda, no fue casi nada hasta que Yuya empezó a moverse suavemente, inseguro al principio, pero al menos ya no le dolía.

Reiji soltó una maldición y arqueó su espalda al sentir que el pelitomate empezaba a moverse, Yuya era tremendamente ágil y flexible, era obvio que podría moverse muy bien en la cama y eso le encantaba. Yuya tenía movimientos suaves y elegantes, muy excitantes para el albino, tanto que él empezó a moverse también, embistiéndolo más profundo a la par del movimiento de las caderas de Yuya.

Yuya lo miraba a los ojos, su inhibición había desaparecido y había sido reemplazada por el deseo de sentir más y unirse más al fundador de los lancers. Empezó a moverse más rápido cuando se sintió más seguro

 

Yuya: a-ah Reiji, m-me gusta – Era difícil para su cerebro esbozar una frase coherente

Reiji: mm-mm estás muy es-estrecho – Llevó sus manos a las caderas de Yuya, esas caderas algo anchas pese a ser un chico y uno muy delgado, ayudándolo a moverse más rápido y tocando un punto muy sensible dentro del chico

Yuya: AAAAAH AAAAH R-REIJI – Era obvio que le había gustado un montón el roce de su pene caliente contra esa estructura glandular

 

Reiji decidió cambiar de posiciones para asegurarse de tener la posición correcta para alcanzar más veces ese punto, puso a Yuya debajo de él con sus piernas encima de sus hombros. Yuya tomó las sábanas con sus manos, apretándolas mientras ya no se esforzaba en ocultar sus gemidos, ¿y qué si los descubrían?

Tal y como pensaba Reiji alcanzó más veces ese punto tan sensible dentro de Yuya, provocándole espasmos al ojicarmín, ojos que estaban llorosos de tanta excitación. Eso le dijo a Reiji que pronto alcanzaría el clímax, por lo que decidió besarlo, fue un beso profundo, sexual, íntimo y que demostraba la gran unión que habían armado.

Con ese beso llegó el cúlmen, Reiji y Yuya tuvieron su orgasmo a la vez, mientras sus bocas estaban unidas, por lo que sus gritos fueron ahogados y qué suerte que era eso dado que era seguro que los escucharían de haberlo soltado. Reiji sintió las contracciones del interior de Yuya, mientras que éste sintió cómo era llenado por un líquido caliente, no le molestaba en absoluto ser llenado por Reiji, confiaba totalmente en él.

Después de llegar al orgasmo se quedaron en silencio por bastante tiempo mientras que Reiji aún no salía del interior de Yuya, se dedicaron a acariciarse y darse pequeños besos para calmarse mientras se miraban a los ojos transmitiendo ese sentimiento que por mucho tiempo llevaron dentro y que ahora podrían dejar salir con todo lo que ello significaba.

Yuya sintió desde lo profundo de su mente venir a alguien, pero antes de que pudiera hacer algo, la puerta se abrió, sorprendiéndolo y dándole una vergüenza tan grande como para querer meterse en un pozo y no salir nunca más.

Sin embargo, los intrusos no se veían avergonzados en absoluto, sobre todo el que solía ser un sádico amante de convertir a la gente en cartas.

 

Yuri: ¿ves? Te lo dije, ahora me debes 100 yenes – Le dijo a Yuto que tampoco se veía avergonzado en absoluto, estaba más con cara de “Yuri déjalos en paz”

Yuya: ¡no digas esas cosas! ¿No ves que me avergüenzas? – Gritando así se veía más como Yugo que como Yuya, Yuri sonrió y le sacó la lengua, pensando en que quizás debería ir a remediar lo que sentía con fusión

Yuri: eso lo hace más divertido – Sonrió triunfal ante la mirada de Yuto del estilo “¿nos vamos ya?” – Pero para la próxima asegúrate de no filtrar todas esas cosas a nuestras mentes, vas a corromper a fusión.

Yugo: QUE NO ES FUSIOOOOOOOOOOOON QUE ES YUUUUGGGGGOOOOOO – Se escuchó a lo lejos, se veía que acababa de llegar, Yuto cerró bruscamente la puerta llevándose a Yuri consigo

Yuya: ay… Ahora sí que quiero meterme en un pozo.

Reiji: lo sé, esos descarados…

 

FIN…

Notas finales:

Realmente quería publicar este one shot hace días considerando que lo publiqué antes en otra web, recién ahora se me ocurrió publicarlo. Espero que les haya gustado y que al menos haya servido de ensayo para cuando tenga que escribir lemon en "La gran crisis" (que sí lo va a haber xD).


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