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PAIN DROP por Ladyloveme

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Notas del fanfic:

Hola, este es el primer fic que escribo y realmente espero que les guste.

Notas del capitulo:

El primer capítulo se mueve algo lento pero les aseguro que va mejorando 7u7 en los siguientes capítulos.

Era un día como cualquier otro para Hiroki Kamijou, su trabajo en la cafetería transcurría con total normalidad, tomaba pedidos y los entregaba en su respectiva mesa, era simple. En su trabajo no había presión, después de todo  él era el propietario de esta pequeña cafetería de aspecto un poco simple pero acogedor.  

A veinte minutos de cerrar la cafetería, Hiroki se encontraba limpiando las mesas y recogiendo algunas tasas, cuando de repente la pequeña campana de la entrada tintineo anunciado la entrada de alguna persona. Hiroki volteo a ver a la persona, era una pequeña chica de cabello negro con ondas, llevaba puesto un gran suéter gris que le hacía ver aún más pequeña y frágil de lo que realmente debería ser. Él quiso mirar su rostro pero ella mantenía su mirada en el piso y su cabello lo cubría, ella se quedó parada en la entrada y aún Hiroki le dio la bienvenida ella no respondió. 

Un poco nervioso por el comportamiento de la chica, él se acercó a ella y le dijo que tomara asiento en cualquiera de las mesas. Aún con la mirada baja, ella fue a sentarse a una de las mesas que estaba más al fondo muy alejada de cualquier ventana. 

-Que te gustaría ordenar?- pregunto Hiroki amablemente. 

-N-no lo sé… -Respondió ella casi como un susurro. 

-Bueno… Que te parece si te traigo algo especial? -dijo esperando la respuesta de la chica pero ella solo asintió con la cabeza.  

Cinco minutos más tarde Hiroki regresaba con una bandeja y colocó la comida en la mesa frente a la chica. 

-Espero que te guste, es un té de moras y una tarta de chocolate con cerezas dijo con una sonrisa entonces  la muchacha levanto la mirada dándole las gracias y por fin pudo ver el rostro de la chica, pero quedó horrorizado al ver el rostro de la chica, no porque ella fuera fea; al contrario ella era realmente hermosa pero lo que lo horrorizó fue los moretones que tenía en el rostro y su labio partido e hinchado. 

-Te encuentras bien? Necesitas ayuda médica? -no pudo evitar preguntar Hiroki.

-Y-yo…-tartamudeo ella algo nerviosa para luego levantarse, dejar dinero sobre la mesa y salir corriendo. 

Todo fue tan rápido que  no tuvo tiempo para detener la, y después de procesar todo lo ocurrido él salió para ver si lograba detenerla pero ya era muy tarde, no había rastro de ella por ningún lado. 

Pasaron dos semanas y todo transcurrió con normalidad, no había vuelto a ver a la chica, pero se había qué dado totalmente preocupado por ella ya que a simple vista se notaba que era víctima de maltrato, no paraba de pensar en ella, hasta que un  viernes a quince minutos de cerrar la cafetería ella apareció. La chica volvió a sentarse en la misma mesa de aquel día y Hiroki se acercó, tenía tantas preguntas que quería hacerle a la chica pero se dijo a si mismo que no lo hiciera porque podría asustarla y de nuevo ella huiría, si quería ayudarla debía ser listo. 

-Es bueno verte por aquí de nuevo- dijo Hiroki con calma-Que te gustaría ordenar? 

Ella fijo su mirada en Hiroki, los moretones que había tenido ese día la chica habían desaparecido, pero ahora tenía un ojo morado.  

-¿Puedes traerme lo mismo que la última vez?-pronuncio ella tan bajo que casi no la hubiera escuchado. 

-En seguida -respondió y fue a traer lo solicitado. 

Está vez Hiroki se mantuvo callado, la chica bebió el té despacio y comió con gusto la tarta de cerezas. Al terminar un pequeño suspiro salió de ella y con su mirada busco a Hiroki, él por su parte fingió limpiar algunas cosas esperando que ella no notará que la había estado observando todo este tiempo. Ella se acercó a él y extendió la mano mostrando un billete, pero Hiroki se fijó más en la muñeca de la chica ya que tenía marcas rojas en forma de dedos. 

-Muchas gracias… señor?-dijo ella algo nerviosa.  

-Gracias a ti- Tomo el billete y le dio el cambio -Me llamo Hiroki Kamijou, por cierto, pero puedes llamarme solo Hiroki—dijo con una sonrisa. 

-Hiroki…-Pronuncio la chica muy bajito como probando como se oía. 

-Emm… puedo saber cuál es tu nombre?  

-Kumi -dijo la muchacha simplemente, después se dio vuelta y se marchó tan rápido como pronunció su nombre. 

Después de aquel día Kumi comenzó a venir todos los viernes a la misma hora, ella siempre pedía lo mismo, y siempre traía un nuevo golpe, eso en verdad le hacía sentirse mal a Hiroki, él quería ayudarla y por ello empezó a acercarse lentamente a ella, quería que ella tuviera la confianza de contarle quien la maltrataba de tal manera. Esa persona tenía que pagar caro, él se encargaría de eso. 

Al transcurrir un mes, Hiroki logro conocer varias cosas sobre Kumi; se enteró de que ella tiene 16 años, que es de nacionalidad China, es la cuarta de siete hermanos  y llego a Japón hace aproximadamente cinco meses, También logro que ella le contara con quién vivía, aunque simplemente le dijo que con un hombre, Hiroki intento averiguar qué era  ese hombre para ella y también le pregunto en varias ocasiones si ese hombre era el que la maltrataba, pero cuando esa pregunta surgía ella solo bajaba la mirada y cambiaba de tema. Era lógico que ese tipo era el que la golpeaba, no? Por ello un día se atrevió a preguntarle dónde vivía, pero ella simplemente se encogió de hombros y dijo que quedaba muy lejos de la zona en la que estaban. A veces Hiroki pensaba en seguirla para ver dónde vivía para poder saber quién era el sujeto que la maltrataba y poder ponerle un alto, pero temía que si lo hacía ella no tara su presencia y todo se arruinaría. 

Hoy era viernes, y el reloj marcaba las 9:45pm justo la hora en la que solía llegar Kumi, Hiroki estaba esperándola y tenía ya preparado todo para ella, pero el tiempo pasó y el reloj marcaba ahora las 11:30pm, era ya tan noche?  A partir de cuándo conoció a Kumi empezó a serrar a las 10:30pm todos los viernes, algunos vecinos de otros negocios lo habían notado y en varias ocasiones le habían dicho que tuviera mucho cuidado ya que esta zona era un tanto peligrosa a altas horas de la noche.

Al ver que Kumi ya no vendría decidió cerrar la cafetería; al estar terminando de bajar la puerta de seguridad, sintió que alguien lo observaba y regreso a ver hacia atrás para encontrase con Kumi parada tras él. 

-Hola, creí que ya no vendrías -dijo mientras terminaba de asegurar la puerta. 

Ella solo se quedó parada y luego comenzó a llorar. Hiroki no sabía qué hacer así que solo se le ocurrió acercarse a ella con cuidado y abrazarla. 

-P-por favor ayúdame Hiroki, y-ya no quiero que me lastimen, por favor ayúdame…. -dijo ella entre sollozos, y al él verdad se le rompió el corazón con el llanto de la niña. 

-Yo te ayudaré y te protegeré Kumi, lo haré así sea lo último que haga -en verdad quería matar al hijo de puta que lastimaba tomaba a esta pequeña niña -Mi casa queda a tres calles de aquí, que te parece si vamos allí y vemos cómo resolver esto, de acuerdo?-Ella asintió y entonces Hiroki la toma de la mano para comenzar a guiarla a su casa.  

Ya en la casa, él preparo un té para Kumi y se sentó frete a ella para comenzar a conversar. 

-Entiendo que esto es difícil para ti  -comenzó él -pero es muy necesario que me cuentes que te está ocurriendo para poder saber cómo empezar a ayudarte. 

Ella dejo el té sobre le mesa y dio una respiración profunda antes de comenzar a hablar.-Hace aproximadamente seis meses, yo vivía en China en un pequeño pueblo rural, mi familia es muy pobre y padecíamos de muchas necesidades y un día una mujer le ofreció a mi madre llevarme a Tokio a trabajar con ella en una fábrica textil. Mi madre es muy desconfiada y le dijo que no dejaría ir a su hija con  una extraña bajo ninguna circunstancia, aquella mujer se molestó mucho pero solo dijo que entendía las razones de mi madre y que no insistiría, y antes de marcharse nos dijo que si cambiábamos de opinión la buscáramos en el único hotel que había en el pueblo -bebió un sorbo de Té y volvió con su relato. 

-Dos días después de  la visita de aquella mujer, mi padre enfermo gravemente y ahora más que nunca nos hacía falta dinero, así que yo decidí buscar a la mujer y aceptar su propuesta— comenzó a llorar -Fui tan torpe… 

Hiroki se acercó a ella y la abrazó para calmarla y entonces ella continúo hablando. 

-Al llegar a Tokio, ella me llevo a su departamento y me encerró en un cuarto, me tuvo ahí por tres días sin comida y agua. Yo intenté buscar la forma de salir de ahí y pedir ayuda pero todo fue inútil. Mientras dormía ella volvió y me patio para que despertará, luego dijo que ya había conseguido un dueño para mí; yo no entendí a qué se refería, pero de repente ella se abalanzó sobre mí, sentí algo en mi cuello y todo se volvió negro. Al despertar me encontraba recostada sobre una gran cama dentro de una amplia habitación, sentí mucho miedo y no me atreví a moverme de allí hasta que un hombre muy alto y de mirada fría entró y se acercó a mí, me hizo una seña para que me acercara pero yo estaba petrificada del miedo, él se molestó y luego me arrastro del cabello y me sentó sobre sus piernas, me acarició el rostro y dijo que me había comprado por una enorme cantidad de dinero y que yo ahora era de su propiedad. -A Hiroki le invadía la ira con lo que escuchaba pero no se atrevió a decir nada hasta que Kumi terminara de hablar -Yo le respondí que ninguna persona le puede pertenecer a otra, el me abofeteó y  me dijo que quien tenía dinero y poder era el dueño de lo que sea que quisiera, después de eso él abuso de mi-Termino de decir y su llanto empeoró.

Lagrimas comenzaron a escaparse de Hiroki entonces solo fue capaz de abrazarla más fuerte y comenzar a secar sus lágrimas. 

-S-siento tanto todo lo has tenido que pasar, esto no debería pasarle a nadie…Dios! Tú solo eres una niña, y esto están horrible. 

-Siempre eh temido escapar de Haruhiko porque él me dijo que siempre me encontraría, yo sé que el si lo puede hacer porque es de la Yakuza. 

-De la Yakuza? 

-S-siento haberte metido en mis problemas, y en verdad entiendo que después de haber escuchado esto quieres que me vaya. 

-Kumi… yo solo puedo decirte que intentaré hacer todo para que ese maldito pague por lo que te ha hecho, no le temo y en verdad quiero ayudarte. 

Luego de aquella conversación, Hiroki le dijo a Kumi que sería mejor que descansará un rato, así que ella fue a dormir a su cama y él se quedó a dormir en la sala, ya mañana con más calma pensaría en lo que puede hacer para ayudar a la chica. Talvez podría hablar con su primo Misaki ya que él era amigo de un chico que trabajaba en la policía o algo así, en fin, mañana vería que hacer. 

Una semana pasó, Kumi ahora estaba más tranquila, aún que aún permanecía en alerta porque temía que la encontrarán y por ello no salía de casa, mientras esperaba que Hiroki regresará de su trabajo, ella pasaba el tiempo mirando la televisión o leyendo el libro que  le había obsequiado; por  su parte Hiroki había intentado hablar con Misaki pero resultó que se había ido a pasar dos semanas con sus padres que vivían en el campo, y como allí no había señal de teléfono no podía contactarlo.  

 

Al terminar su trabajo, Hiroki regreso a casa y comenzó a preparar la cena, todo estaba tranquilo hasta que de repente hubo un gran estruendo seguido por un grito estremecedor provenientes de la sala; dejo lo que estaba haciendo y se apresuró a ir a allí para ver qué ocurrirá, pero al llegar fue recibido por un golpe y cayó al suelo, al intentar recuperarse y levantarse, alguien lo jalo de los brazo y lo puso de pie, en ese momento pudo notar que había cinco hombres en su casa y uno de ellos sostenía a Kumi y le tapaba la boca con la mano. 

-Que es lo que quieren? – pregunto Hiroki, intentado no mostrar miedo. 

-¿Qué es lo que quiero, preguntas? -dijo el hombre que sostenía a la niña -La respuesta están simple -El hombre sonrió de lado – He venido a llevarme a esta zorrita, ella es de mi propiedad. 

-¡Ella no te pertenece! -grito Hiroki, el sujeto se puso molesto y dejo caer a la chica al suelo. 

-No debiste meter tu nariz en lo que no te incumbe -dijo el hombre para luego hacer una señal a sus hombres, entonces dos ellos agarraron a Hiroki de los brazos y el hombre golpeó lo golpeó en el rostro y el estómago. 

-¡¡Ya no lastimes a Hiroki!! -Grito Kumi entre sollozos, el hombre se detuvo abruptamente y puso su mirada en la chica. 

-¿No quieres que las time Hiroki? -pregunto el hombre con tono de burla. 

-P-por favor no lo lastimes… -respondió la chica. 

El hombre se dirigió hacia donde Kumi estaba de rodillas y la hizo ponerse de pie, luego él tomó asiento en uno de los sillones y sentó a la chica sobré sus piernas, acarició su rostro con ternura y luego le pregunto con voz suave. 

-¿Quieres a Hiroki? -La chica tenía miedo de responder y se quedó en silencio. 

-¿Por qué no respondes cariño?-pregunto él, otra vez hubo solo silencio -Has sido una chica muy mala Kumi… Te eh dado todo y tú solo me ha menospreciado. 

El hombre arrogó bruscamente a Kumi al suelo, se puso de pie y comenzó a patearla. 

-¡¡Ya detente monstruo!! -grito Hiroki -¡Es sólo una niña, ya para! 

El hombre ignoro a Hiroki, jalo del cabello a la chica y la arrogó sobre la mesa de centro de la sala, le levantó la falda y bajo su ropa interior. 

-Te recordaré a quien perteneces mocosa -dijo el hombre mientras habría sus pantalones y se acomodaba sobre la chica para abusar de ella. 

-¡¡Maldito enfermó, déjala!! -Gritaba desesperado Hiroki mientras luchaba por soltarse, pero todo era inútil, los hombres lo sostenían con más fuerza. -¡¡Para ya cerdo!! 

-¡Te palé le boca, Tsumori! -ordeno el hombre. 

 Un tipo de cabello rubio se paró detrás de Hiroki y le cubrió la boca con una mordaza. 

Hiroki no podía soportar el repugnante acto que se realizaba frente a él, sus ojos estaban llenos de lágrimas y una terrible sensación de náuseas lo invadía. Todo pasaba en como en cámara lenta y su estómago se revolvía más con cada segundo. 

El hombre violó sin piedad a la chica, cuando terminó salió de ella se acomodó la ropa y arreglo su negro cabello hacia atrás. 

-Espero que eso te haya recordado tu lugar perra -dijo el hombre agarrándola del rostro con fuerza y mirándola a los ojos. 

-P-por favor, por favor… -murmuro bajito la chica. 

-¿Qué ocurre cariño? -pregunto con ternura el hombre y le acarició el rostro con las puntas de los dedos. 

-Por favor deja ir a Hiroki, él no tiene nada que ver con esto, déjalo ir. 

Las palabras de Kumi estremecieron el corazón de Hiroki, y por otro lado enfurecieron al hombre de cabello negro que rápidamente se abalanzó sobre ella y comenzó a asfixiarla con sus propias manos. 

-¡Pare señor, la va a matar! -se atrevió a decir el hombre llamado Tsumori. 

-¡¡Cállate Imbécil!! -grito su jefe haciendo que todos se estremeciera y que Tsumori retrocediera. 

El hombre apretó el cuello de la chica hasta que paró de luchar, la vida había abandonado el cuerpo de la chica y sus ojos permanecieron abiertos de manera aterradora. El hombre se alejó sin ningún arrepentimiento del cuerpo de la chica y se paró frente a Hiroki, saco una pistola de su abrigo y le apuntó. 

Hiroki ni se inmutó ante el arma con la que le apuntó, el solo se quedó en shock mirando el cuerpo sin vida Kumi.  

-Suéltenlo -dijo el jefe, y en cuanto sus hombres soltaron de los brazos a Hiroki, este cayó de rodillas al suelo. 

El hombre agarró a Hiroki del cabello para levantar su rostro y le retiró la mordaza de la boca. 

-¿Por qué me ignoras a ahora que tengo tiempo para ti? -pregunto él hombre en tono burlón. 

-Solo mátame ya, no soporto respirar el mismo iré que una criatura tan repulsiva como tú -Los ojos de Hiroki estaban húmedos de lágrimas pero reflejaban todo el odio y asco que sentía por el hombre que había matado a Kumi. El hombre solo comenzó a reír. 

-Lo siento, pero la muerte es un regalo que no estoy dispuesto a darte en este momento, tengo otros planes para ti. 

-¡¿Qué?!  

De repente el hombre lo golpeó con su arma en la cabeza y perdió la conciencia. 

-Súbelo al auto Tsumori -Ordeno el hombre mientras guardaba su arma. 

-Pero señor… -dijo Tsumori antes de ser interrumpido. 

-Deja de cuestionarme y haz lo que te digo. 

Tsumori no protesto y empezó a sacar a Hiroki de la casa. 

-Prendan fuego a este lugar, quiero que solo quede cenizas -Ordeno al resto de sus hombres. 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, espero que les haya gustado y no se olviden de comentar, les juro que si comentan actualizare súper rápido XD (Si les gustó no olviden comentar ya que sus comentarios me ayudan a mejorar así que si son críticas lo me dejan también les agradecería mucho)


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