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Entre las cuerdas de tu violín por kiba25

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Notas del capitulo:

Holaaaa!! No me he muerto jajajaj 

Vaya, siento mucho haber tardado tanto pero con la Universidad y varias cosas más no daba a basto entonces escribía muy poquito y que para colmo perdí el capítulo y tuve que volver a escriibirlo...

Pero, la buena noticia es que he vuelto y que intentaré no tardar tanto <3

Disfruten :D

 

Zoro tragó saliva, seguía en la casa de sus padres, pero había huido a lo que una vez fue su habitación. No es como si hubiese cambiado mucho, la verdad, rebuscó en los cajones hasta dar con una antigua fotografía y al dejarse caer en la cama con ella en las manos sus pendientes chocaron entre ellos. La foto era familiar, algo simple en verdad, pero Zoro dirigió su vista a su padre quien le tenía cogido de la cintura mientras lo pegaba a su cara con una fuerte sonrisa, por otro lado, el Omega salía intentado apartarse de él también con una sonrisa y suspiró cuando dejo de verla. No conseguía entenderlo, seguía siendo el mismo... Escuchó la puerta y se reincorporó cuando Tashigi entró con una bandeja y galletas.

 

 

-Mamá las ha preparado

 

 

-Huele desde aquí...Es genial. - Tashigi sonrió y dejó la bandeja sobre la mesa para sentarse cerca de su hermano y mirarle de reojo.

 

 

- ¿Está todo bien?

 

 

- ¿Cómo va tu matrimonio? ¿Hay fecha ya? - Su hermana hizo un puchero al ver como evitaba la pregunta y el Omega se comió una galleta gimiendo de gusto por el sabor. - Me gustaría saberlo

 

 

-Va bien, nos casaremos en octubre

 

 

- ¿No es una fecha rara?

 

 

-Es cuando los padres de Smoker pueden venir

 

 

-Entiendo, bueno, supongo que mientras seas feliz todo estará bien. - Tashigi sonrió y Zoro respondió de la misma manera. - Tashigi...- La mujer le miró con curiosidad y Zoro meditó unos segundos. - Estoy saliendo con Mihwak

 

 

-Lo sabía. - Ambos soltaron una pequeña risa y la hermana decidió colocarse mejor mientras cogía una galleta para acribillar a su hermano pequeño por detalles.

 

 

-Quedemos con Kuina y os lo cuento. Sabes que será aterrador si se entera después...- Zoro puso cara de terror y Tashigi soltó una carcajada suave.

 

 

-Muy cierto. - Al rato el Omega dirigió la mirada a su móvil y meditó varios segundos. Tecleó con rapidez y lo dejó nuevamente en la cama hasta que sonase y volviese a mirarlo.

 

 

-Mihwak vendrá a buscarme luego

 

 

-Igual ahora mamá lo encierra

 

 

-No, gracias. - Tashigi soltó una risa y siguieron hablando tranquilamente. No iba a mentir, Tashigi tenía curiosidad, pero conocía de sobra a Zoro y presionarle no serviría de nada. Lo mejor era esperar a que el mismo decidiese contar lo que fuese. Zoro salió de la habitación con su hermana y ambos bajaron al salón, Zoro se golpeó mentalmente y se acercó a su madre quien leía cómodamente un libro sentada en el sofá. Caminó en silencio y al llegar, rebuscó un segundo en su mochila y al sacar unas entradas las colocó delante de la cara de su madre, taponando así la vista hacía el libro. La mujer movió la vista desde las entradas hacía la sonrisa de su hijo y volvió a hacer el mismo recorrido un par de veces.

 

 

- ¿Cómo las has conseguido? Espera, no me lo digas, sé cómo lo has hecho. - El omega rodó los ojos y Tashigi soltó una risa incomoda. La mujer cogió las entradas con la mano y cerró el libro mientras se daba la vuelta para mirar a su cachorro con estrellas en los ojos.

 

 

-Una es para Perona, ya sabes cómo es ese bicho rosa con la música. - Tashigi miró a su hermano con mala cara por el mote de la chica. - Una es para ti.

 

 

- ¿Y la otra? ¿Quién va a ser mi acompañante?

 

 

-Yo. - Tashigi abrió los ojos al igual que la madre. - ¿Qué? ¿No puedo ir a un concierto?

 

 

-El último concierto en familia, Kuina tuvo que sacarte de casa con una cuerda atada a la pierna...- Zoro resopló con fuerza.

 

 

-Mihwak me dijo que le haría ilusión verme ahí...- Su madre sonrió y el Omega se puso rojo. - Si, bueno, ese no es el punto. Es la semana que viene, creo. - Hizo movimientos extraños con la mano y Tashigi luchaba por aguantarse la risa.

 

 

-Bueno, yo quiero mi historia

 

 

- ¿Cómo que tú historia?

 

 

-Zoro, soy tu madre, quiero saberlo todo. - El Omega se mordisqueó los labios mirando al cielo y suspiró al darse cuenta que no podía evitarlo.

 

 

-No hay nada que contar, sólo eso, digamos que hemos empezado algo. Ni mucho menos es algo serio. Yo...Quiero intentarlo...- Su madre sonrió brevemente y asintió mientras acariciaba la mejilla de su cachorro.

 

 

-Tendrás que estar guapo para el concierto. - El Omega le devolvió la sonrisa y miró el móvil ansioso, MIhwak estaba llegando. Trago saliva y se mojó los labios. - No te preocupes, no voy a hacer algo como antes. - Zoro miró algo escéptico a su madre y la mujer hizo un puchero. - ¿Por quién me tomas?

 

 

-Por una bruja despiadada. - La mujer movió la cabeza pensativa y no negó las palabras de su hijo por lo que ambos rieron al mismo tiempo.

 

 

-Bueno, vete ya. - Le hizo un gesto con la mano y el Omega se agachó para abrazarla y darla un corto beso.- Nos vemos la semana que viene.- Zoro salió a trote del salón y enganchó a Tashigi en el camino para despedirse de ella, cambiarse de calzado y salir corriendo para llegar a la puerta. Mihwak estaba aparcando para cuándo salió del jardín y estiró el brazo sonriendo. El Alfa asomó la cabeza por la ventana e hizo un gesto breve con la cabeza. El Omega se adelantó y entró en el coche algo nervioso y sin saber muy bien que hacer, fue el mayor quien dio el paso estirando el brazo para acariciar la nuca del Omega.

 

 

- ¿Quieres ir directamente a casa? - Zoro le miró curioso. - Shanks dice que quiere preparar algo especial y podrías decírselo a la chica también, digo yo que querrás verla. - El Omega se puso pálido, Perona estaría algo molesta por desaparecer casi dos días y no verla, los mensajes no valían por lo que aceptó el plan con mucha efusividad. El viaje, aunque silencioso era cómodo, Mihwak sentía una curiosidad abrumadora dentro de él por saber cómo le había ido al Omega con su progenitor pero intuyó de alguna manera que no era el momento indicado, quería darle su espacio al chico y sería una buena oportunidad para que se despejase un poco pues ya mañana tenía que trabajar y retomar los estudios seriamente.

 

 

-Mi madre te da las gracias por las entradas. - Mihwak le miró de reojo y sonrió mientras giraba el coche buscando donde aparcar. - Se emocionó mucho, aunque tengo la sensación de que fue más porque yo iba a ir con ella que por el concierto en sí. - Zoro meditaba mientras hablaba y al Alfa le entró la risa, gruesa y baja, ganándose así una mirada llena de reproche por parte del peliverde. Cuando aparcaron Zoro fue el primero en bajar ya que Ace estaba en la puerta mirando al cielo algo despistado. El Omega llamó la atención del otro chico y Ace se giró con un gesto divertido en la cara.

 

 

- ¿Qué haces aquí? - Mihwak bajó del coche y lo cerró dejando que los dos Omegas hablasen tranquilamente.

 

 

-Marco me ha dicho que un amigo suyo cocinero nos ha invitado a cenar. - Zoro hizo una mueca extraña con la cara y el pecoso le imitó. - ¿A ti también te ha invitado Marco?

 

 

- ¿Acaso eres tonto? Vivo aquí- Zoro señaló su espalda y Ace, sin mucho cuidado levantó la cabeza gritando al ver la impotente figura de Mihwak apoyado sobre su coche, con los brazos cruzados y en silencio. El peliverde giró también la cabeza y esta vez se dirigió al Alfa. - ¿Shanks conoce a Marco?

 

 

- ¿Marco?

 

 

-Si, es un tío alto, moreno y con el pelo en forma de piña. - Zoro lo describió también con las manos y Ace soltó una carcajada. Mihwak frunció el ceño pensativo hasta que dio con la persona en cuestión.

 

 

-Ah, sí. Se conocieron por un catering de Shanks y digo yo que se hicieron amigos.

 

 

- ¿No lo sabes? - Mihwak levantó una ceja y Zoro le quitó importancia con la mano. Tenía sentido lo del catering ya que la cabeza de piña trabajaba para una empresa familiar hotelera. Golpeó la espalda del pecoso y entraron al portal, seguidos por Mihwak tranquilamente. A Zoro le hizo algo de gracia pasar por la puerta de su casa y fue Mihwak quien timbró la puerta del pelirrojo mientras Zoro llamaba la atención de Ace. - ¿Y Marco?

 

 

-Ya está dentro, estaba mirando el piso y eso ahí abajo. - Soltó una risa tonta y efectivamente fue el rubio quien abrió la puerta. Perona se encontraba detrás con los brazos cruzados y golpeando el suelo con el pie. Zoro sintió el peligro. Sonrió con algo de nervios y Mihwak se puso delante, saludó al rubio con la cabeza y metiendo la mano en su abrigo sacó una entrada y se la tendió a la pelirrosa.

 

 

-Zoro quiere invitarte a mi concierto de la semana que viene. - Ace se giró indignado hacia el Omega, Marco se apartó para dejar pasar a los tres hombres y a Perona se le fue la mandíbula al suelo mientras parpadeaba sin poder creérselo. ¿El mismismo Dracule Mihwak le estaba dando una entrada? ¿Gratis? Con manos temblorosas cogió la entrada y soltó una risilla mientras daba vueltas dejando pasar al resto dentro de la casa. Se detuvo de golpe y miró con recelo al Omega.

 

 

-Muchas gracias, pero con esto no logras que te perdone. Vas a pasarte una semana comiendo verdura. - Mihwak huyó de aquella conversación buscando al pelirrojo, que ni saludar había podido por estar ocupado en la cocina. Zoro fingió soltar una lágrima y la pelirrosa le dio un corto abrazo para después abalanzarse sobre el pecoso y que ambos se cogiesen de las manos para dar vueltas y cosas raras. El peliverde se acercó al rubio y le dio un leve codazo.

 

 

- ¿Qué te he dicho sobre no juntarlos? Se vuelven insoportables

 

 

-Necesitas más paciencia, chico

 

 

-Tú eres él que sale con Ace. - Marco soltó una carcajada y Shanks asomó por fin la cabeza para recibir alabanzas y saludos de los dos Omegas que iban a comer su comida sin decirle ni hola, ofendido se sentía el pelirrojo que entre risas rebuscó en un armario y sacó dos botellas de vino en cada mano. Mihwak se giró a mirarle claramente tenso.

 

 

- ¿Cuatro botellas?

 

 

-Adoras el vino y.… ¡Hoy es día de fiesta Mihi! - Levantó las botellas al aire y la casa entera soltó una risa corta. Shanks simplemente sabía crear ambiente. Zoro se acercó despacio al Alfa y tras darle una palmadita en el hombro logró que se relajase un poco. Se acercó un poco más y susurró en su oreja.

 

 

-Piensa que podría ser peor…

 

 

-Por supuesto…Esto no acabará bien. – El peliverde se mordió los labios y Perona apareció para agarrarle del brazo y alejarlo del pelinegro quien seguía manteniendo su semblante serio.

 

 

-Te lo robo un rato. Ya llevas mucho con él. – Miwahk notó claramente el tono de reproche que llevaban las palabras de la chica y Shanks le miró dándole la razón a la pelirrosa por lo que ahora era él quien miraba de mala manera al beta.

 

 

La mesa se colocó siguiendo el ambiente anterior, olía estupendamente. Shanks se había esmerado en preparar varios platos, alguno más pintoresco que otro, pero todos pasaban el notable con creces. Con el paso de la velada las botellas fueron disminuyendo y ahora solo quedaba una que no tenía ni la mitad del líquido. Aquello había provocado varios escenarios, Ace y Perona roncaban abrazados en el sofá, Marco y Shanks se encontraban en el salón dando saltos y haciendo básicamente el tonto mientras sujetaban cada uno una botella vacía y decían cosas sin sentido. Por último, Mihwak estaba sentado en la silla, con una pierna sobre la otra y mirando claramente avergonzado a su amigo mientras Zoro estaba sentado en frente suya, con su copa aún sin terminar y una sonrisa tontorrona en la cara.

No estaba tan mal como Marco o Shanks pero Mihwak prefirió estar atento por si acaso ya que por momentos las mejillas del Omega iban adquiriendo un sutil pero embriagador color rojo. El Alfa se puso tenso cuando quiso darse cuenta de a dónde se estaban moviendo sus pensamientos. Aquello estaba mal. Escuchó una risa aguda y fuera de tono, Zoro se tapó la boca con una mano mientras con la otra buscaba su copa para dar otro sorbo y cerrar los ojos al notar como el líquido bajaba por su garganta. Mihwak parpadeo hacía él y el Omega se revolvió en la silla. El Alfa lo miraba quizá con más intensidad de lo que de verdad quería hacerlo.

 

 

- ¿Mi-mihwak? – El Alfa se alejó levemente de la mesa y recuperó una postura algo más seria. - ¿Todo bien?

 

 

-Si, perdona. ¿Tú? Estás algo rojo. – Zoro sintió sus mejillas arder y bajó la cabeza de golpe. Los pendientes chocaron entre ellos y el Omega se mojó los labios nervioso. Segundos después se levantó algo dudoso sobre sus capacidades y cuando se tambaleó hacía la izquierda, Mihwak hizo el amago de levantarse él también, pero Zoro lo paró haciendo un gesto con la mano y negando con la cabeza.

 

 

-Voy al baño…  - Mihwak le miró moverse sin mucho equilibrio y volvió a la silla con el ceño más junto de lo normal. Zoro se movió entre las cosas despacio para no caerse y tuvo que esquivar al par de adultos que intentaron que se uniese él también a la pequeña fiesta que se habían montado. Marcó le gritó cuatro cosas que no entendió y Shanks se colgó de su hombro acercando la cabeza demasiado a su oreja.

 

 

-Mihi se pondrá celoso si me acercó más…- Estaba muy borracho pero el Omega no pudo evitar tambalearse con él otro encima y reírse un poco.

 

 

-Lo dudo

 

 

-Que sí, hazme caso… Mira…- Shanks intentó acercarse más y Mihwak apareció para cogerle literalmente del pescuezo y sacudirlo ahí mismo con cara de pocos amigos. Shansk levantó las manos pidiendo disculpas y miró al Omega. - ¿Te lo dije o no? – Zoro respondió con una risa y Mihwak le dedicó una mirada intrigante al pelirrojo que consiguió escapar de los brazos del Alfa y volver con Marco para seguir su fiesta particular. Zoro dejó escapar otra risilla tonta y pudo llegar al baño. Cerró la puerta con cuidado para no dar un portazo y se apoyó en el lavabo, se lavó la cara un par de veces y sonrió frente al espejo. Conocía sus límites y sabía que sería bueno que no bebiese más o las cosas se saldrían de las manos ¿Qué cosas? Movió la cabeza buscando despejarse y tras hacer sus necesidades salió del baño encontrándose a Marco sentado al lado de Ace también durmiendo y a Shanks sentado en lo que antes era su silla. Mihwak giró la cabeza cuando escuchó la puerta y torció los labios en una leve sonrisa. Zoro imitó el gesto y caminó despacio para coger asiento al lado de Alfa y dejar la cabeza apoyada en el hombro del pelinegro con un largo y sonoro suspiro.

 

 

- ¿Tienes sueño? -  El Omega asintió algo somnoliento y Shanks se levantó para dejarles algo de espacio. – Podemos irnos, si quieres. – Zoro tardo varios segundos en contestar y terminó por asentir de nuevo por lo que Mihwak palmeó sus rodillas y se levantó primero para ayudar al Omega.

 

 

-Tengo que coger algo de ropa…

 

 

-Tú casa está al lado

 

 

-Literalmente. - Mihwak dejó escapar una risa y el Omega soltó una como un tonto. Se despidieron del pelirrojo pues los demás andaban ya dormidos y caminaron fuera de la casa para ir a la del Omega. Zoro se peleó con las llaves alrededor de un minuto y cuando logró abrir soltó una maldición en algún idioma extraño. Mihwak entró después del Omega y Zoro señaló su cuarto con el dedo. Abrió su puerta y Mihwak asomó la cabeza curioso, para su mala suerte, la primera y última vez que estuvo en aquel cuarto no fue la más agradable por lo que ahora aprovechó para verlo con cuidado. Se notaba a la legua que era la habitación de un chaval joven, en la estantería había un par de libros, en la pared del fondo, encima de la cama se encontraba una espada colgada que a MIhwak le pareció preciosa. Siguió mirando y supuso que la cantidad de peluches que habían repartidos por toda la habitación eran de Perona lo cual le hizo bastante gracia. Pasó de un lado a otro y se quedó mirando al Omega quien estaba sacando ropa de su armario con cara pensativa.

 

 

- ¿Está todo bien?

 

-Perona siempre dice que no tengo estilo y que mi ropa es muy básica

 

 

-Lo es. – Zoro se giró con una camiseta en la mano y parpadeando lentamente pregunto con la mirada. Mihwak movió los ojos con lentitud y cuando quiso darse cuenta el Omega ya le había tirado la camiseta a la cara, dado de espaldas y cruzados de brazos indignado. El Alfa intentó no sonreír, pero fue imposible, caminó despacio y rodeo con el brazo la cintura del peliverde para darle la vuelta y que así pudiese mirarle a los ojos. - ¿Te ha ofendido? – Zoro endureció la mirada y apartó la cabeza mientras inflaba los mofletes. Ante el gesto, Mihwak se mordió el labio, aquel chico podía ser muy mono y cerrando los ojos negando con la cabeza se acercó con lentitud para rozarle el cuello con la punta de su nariz. – Lo siento, no era mi intención ofenderte. – Mihwak le encandiló con la mirada y el Omega movió la cabeza para devolverle la mirada y acercarse lentamente a sus labios buscando el contacto del mayor. Quizá fuese al alcohol, quizá fuese el hecho de tener al Alfa rodeándole la cintura, Zoro no lo sabía con exactitud, pero algo zumbaba dentro de su cabeza. Necesitaba esos labios. Mihwak tragó saliva al ver como el Omega se acercaba, inconscientemente endureció el agarre en la cintura del menor y acelerando su cuerpo cerró los ojos cuando rozó los labios del peliverde. Sintió como Zoro tembló, notó como el Omega perdía fuerza y Zoro solo pudo llevar una mano a la camisa del otro y tirarla con fuerza hacia abajo. Quería arrancarla y no sabía ni cual era el motivo. El Alfa pidió permiso con la lengua, no entraría a menos que el otro se lo permitiese y el Omega abrió la boca. Mihwak actuó con rapidez, movió sus piernas y apoyó al Omega en la pared más cercana. Volvieron a besarse, con más fuerza, el Alfa busco la cadera del peliverde con ambas manos y Zoro gimió por la sorpresa de aquel contacto. Mihwak se detuvo en seguida y separándose unos centímetros le acarició la nuca. - ¿Estás bien? – Zoro le miró sorprendido y confuso, no esperaba aquello y bajo la cabeza con el ceño algo junto. Mihwak se mojó los labios y busco la mirada del Omega, al encontrarla, sonrió curvando un poco los labios y le acarició la mejilla. – Iré a por agua, puede que nos hayamos adelantado un poco ¿No crees? – Zoro asintió en silencio y cuando el Alfa salió se giro para darse un leve cabezazo.

 

 

-Soy imbécil…

 

 

Mihwak paró de seco en la cocina y miró las palmas de sus manos, no quería agarrarle de aquella manera, pero no había podido evitarlo. Bajo la cabeza regañándose así mismo y tras encontrar el armario de los vasos sacó la botella de la nevera y lo llenó. Cuando se giró, el Omega estaba detrás suya con una mochila en la mano mientras con la otra se rascaba la nuca y miraba al suelo mordiéndose el labio algo avergonzado.

 

 

-Lo siento… No quise incomodarte… - Mihwak parpadeo incrédulo y suspirando, quizá con algo de alivio negó lentamente con la cabeza mientras le ofrecía el vaso de agua y ya de paso se servía uno para él.

 

 

-No te preocupes, fue culpa mía por cogerte sin más. – Zoro se rascó el puente de la nariz algo molesto consigo mismo y tras beberse el vaso de un solo trago lo dejo en la pila, se acercó al Alfa y le pidió un abrazo. Mihwak estiró ambos brazos y el Omega dejó la cabeza sobre su hombro. - ¿Nos vamos?

 

 

-Si… - Mihwak le mantuvo entre sus brazos un rato más y después de darle un ligero beso sobre la cabeza le cogió la mochila y salieron de la casa.

 

 

-Todo está bien. – Le sonrió y el Omega le devolvió la sonrisa algo más tranquilo.

Notas finales:

Gracias por todos vuestros comentarios y nos vemos dentro de poco :D


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