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Entre las cuerdas de tu violín por kiba25

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Notas del capitulo:

Holiii, siento el pequeño retraso. Me anime por fin a recuperar un proyecto que dejé parado y jo, me sentí bastante mal así que le di bastante atención estás ultimas semanas :/

¿Cómo se encuentran? Aquí en España las cosas están un poco feas, bueno, no sé de donde sois, pero espero que os cuideís mucho y a vuestros familiares también hasta que esta cosa pase :)

Bueno vamos a tener algo de drama y al mismo tiempo igual nos reimos un poquito, que eso también es necesario jajaja. No molesto más. disfruten y nos vemos :D

 
Durante la noche Zoro se levantó un par de veces, tampoco es que tuviese muchas horas para dormir. Había acostumbrado a su cuerpo a ello, las noches que trabajaba solía acostarse sobre las 5 de la madrugada y cerca de las diez se levantaba para aprovechar el día y ya después de comer se daba una señora siesta. Suspiró mirando el techo y tras una corta mirada de reojo a un dormido Mihwak cerró los ojos. Un noche más de trabajo y después su celo. Se sentía como una bomba a punto de estallar y aunque no procesaba del todo la situación cada vez que miraba a Mihwak podía sentirse más calmado. Todavía tenía muchas cosas que solucionar, no sólo internas, al fin y al cabo sabía de sobra que su padre podía ser un enorme problema para cualquier cosa.
 
 
 
 
Mihwak abrió los ojos con lentitud, un par veces notó que el aroma del Omega era algo pesado, pero le dejó su espacio por si acaso. Se sobó la cara tras un largo bostezo y giró la cabeza. Zoro dormía de lado, con un brazo debajo de la almohada y los pendientes un poco desparramados, sonrió al verlo dormir profundamente y con un suave beso en la frente salió de la cama para ir a darse un baño.
 
 
 
 
 
En el baño se lavó la cara un par de veces, estaba cansado y eso pasaba factura, se acercó a la puerta y la cerró sin hacer mucho ruido, no quería despertar al chico durmiente que roncaba ligeramente, lo cual, no reconocía nunca. Mihwak sonrió al recordar aquella conversación y  tontamente esperaba que la bañera se llenase con agua caliente. Suspiro cuando se sentó dentro y llevó la cabeza hacía tras. Clavó la mirada en el techo y apretó sus labios, debía mantener controlado a Doflamingo o saber en que problema podría volver a meterle. Sobándose la sien notaba como iba llevando el cuerpo más abajo, de forma despreocuada sacó ambos brazos por los lados de la bañera y metió la cabeza por completo para mojarse el pelo. Lo que no esperba al sacar la cabeza del agua era sentir como le arrebatan el aire de los pulmones y por un segundo el baño se sintió más pesado. Zoro había entrado en celo.
 
 
 
 
 
Mihwak tuvo que poner toda su fuerza en salir de la bañera sin partirse la crisma, en un segundo sus 43 años de vida no significaban una mierda, asustado se llevó las manos a la cabeza y tragó saliva. Cerró los ojos y olisqueó el aire. No debió hacer eso, no pudo evitarlo y notó como sus caninos empezaban a quemar, su lado Alfa empezaba a aparecer con fuerza y su erección creció con rápidez. Debía mantener la calma y el control, por él y por Zoro.
 
 
 
 
 
Zoro dio un par de vueltas, por alguna razón de un segundo a otro empezó a hacer mucho más calor de lo normal. Aún con los ojos cerrados se hizó un ovillo y gimió con fuerza. Le dolía el cuerpo, no era como cuando tienes agujetas o te habían dado una paliza. Era una sensación diferente, abrasadora y por desgracia ya conocida para el Omega. El olor de Mihwak, impregnado en toda la cama se notaba más que antes y una necesidad inmensa de buscarle se instaló en el cuerpo de Zoro, quien como pudo apretaba sus puños con las sábanas queriéndo ir hacía el baño. Sabía que estaba ahí. Su olfato se lo decía.
 
 
 
 
 
Mihwak se apoyó en la puerta, el aroma del Omega empezaba a adrentarse en el baño con más fuerza. Cerró los ojos y ahora que había podido colocarse la ropa interior le dolía aún más, pero para salir e intentar calmar a Zoro antes debía hacerlo.
 
 
 
 
 
-Mih...Mihwak...- El Alfa apretó los puños, el Omega debía estar detrás de la puerta. Zoro mantenía el equilibrio como podía, rozaba sus piernas queriendo controlar aquella horrible sensación. Araño la puerta, clavó las uñas en la madera y los dedos de los pies se doblaron cuando esuchó la voz del Alfa.
 
 
 
 
 
-Zoro...N-no puedo salir, ahora no...- Zoro apoyó la cabeza en la puerta y soltó un sollozo. Su cuerpo tembló, aunque estuviese ardiendo la ventana estaba abierta y entraba algo de aire, lo que provocó que la piel del Omega se erizase.
 
 
 
 
 
-P..Por favor...Mi...Mihwak...- Otro gemido y Zoro sentía como su mirada se nublaba. El Alfa respiró, de algún modo tenía que ayudarle. Se apartó de la puerta y respirando varias veces quitó el seguro y abrió la puerta. Lo primero que vió fue el rostro sonrojado del omega, como si la sexualidad de Zoro se hubiese múltiplicado por cien en un segundo Mihwak sintió su cuerpo temblar de arriba abajo.
 
 
 
 
El Omega se separó de la puerta cuando escuchó el cliq del seguro, cerró sus ojos y al sentir la fija e intensa mirada ambar de Mihwak se dobló por el placer, queriendo calmar aquella sensación que recorría desde el primer pelo hasta el meñique del pie.
 
 
 
 
-Zoro...- El Omega gimió de nuevo y tambaleándose entro en el baño, fue hasta Mihwak y el Alfa maldiciendo la vida entera lo recibió con los brazos abiertos. El roce de la piel era, por el momento suficiente, Zoro busco que aquel contacto fuese más profundo, quería que el Alfa le tocase por todos lados, el que fuese, quería una mano caliente sobre su piel. Mihwak arrastró las yemas de sus dedos por la espalda del Omega, trazando un mapa de fuego por ésta, al menos podía calmarlo con esto. O eso pensaba.
 
 
 
 
Zoro le rodeó el cuello con los brazos, cerró los ojos y movió la cabeza, dejando de aquella manera todo su cuello a la vista y Mihwak soltó un gruñido gutural en respuesta. Las venas del Omega le atraían, las pequeñas perlas de sudor que bajaban por esa zona estaban colmando todo su aguante y notar la dura erección de Zoro sobre su cuerpo no ayudaba en nada. 
 
 
 
 
-Vamos...Pruébalo...- Zoro le miró, le invitó con la mirada y Mihwak le devolvió el gesto con dureza. No iba a ceder. Como pudo colocó ambas manos en la cadera del Omega que gimió al sentir el contacto y lo sacó del baño.
 
 
 
 
 
-Vamos a terminar con esto.- Lo lanzó sobre la cama con algo de rudeza y rapidamente se subió él tambien. Le besó, estampó sus labios en los del Omega y al sentir como el cuerpo de Zoro se volvía una gelatina bajo su propio cuerpo su erección respondió. Le empezaba a doler seriamente. Con una mano aprovechó el espacio y giró uno de los pezones del Omega, Zoro dio un respingo y con los ojos bien abiertos gimió el nombre del Alfa. Mihwak iba a perder los nervios si no lo hacía rápido. Siguió jugando con el pezón izquierdo y con la otra mano surcó con rapidez el estómago de Zoro para llegar hasta su erección, tomarla y empezar a masturbarle con velocidad.
 
 
 
 
 
Zoro se volvió un amasijo de calambres, ruidos extraños, lágrimas y a veces podía hilar alguna palabra aunque no tuviese mucho sentido lo que decía. No duró mucho, Zoro dobló su espalda y casi tirando del brazo de Mihwak para que le soltase se corrió en la mano del Alfa y seguido se desplomó en el colchón. Mihwak sacó la mano manchada de semén del boxer del Omega y tras lamarse un par de dedos volvió a besarle y con una velocidad nunca vista se alejó de la cama, salió del cuarto y cerró la puerta con pestillo dejando al Omega encerrado dentro. Soltó nuevamente aire por la boca y apoyado sobre la pared se masturbó rapidamente, con fuerza hasta terminar y mancharse otra vez la mano y parte de la pared. Jodido desastre que había hecho.
 
 
 
 
 
-Señor...- Mihwak se giró hacia Thomas enfurecido y el mayordomo tan solo le entregó una toalla y una bata limpia.- Huele toda la casa al Señorito, no se preocupe, pero tiene visita.
 
 
 
 
 
-¡Fuera! ¡No quiero a nadie ahora mismo en casa!- Thomas asintió y se marcho en silencio suspirando por el camino. Mihwak quería reventarse la cabeza contra la pared, la cual, aún seguía manchada.- ¡Joder!
 
 
 
 
Cuando pudo relajarse cogió su móvil y tras hacer una corta y rápida llamada a Perona se acercó de nuevo a la puerta de su cuarto y sentándose en el suelo espero durante un buen rato.
 
 
 
 
 
Zoro se revolvía en la cama, daba vueltas y más vueltas, las sábanas que aún olían al pelinegro rodeaban todo su cuerpo y el Omega gemía cada vez que inhalaba la esencia de Mihwak. Pero no era suficiente, lo sabía, ese celo era diferente al resto. Su Alfa estaba cerca, quería que lo tocase, que le ayudase a terminar con aquello y que estuviese con él. Zoro era incapaz da razonar por el momento.
 
 
 
 
 
-Mihwak...- Lloriqueó su nombre un par más de veces y trató de darse atención el mismo. Algo inexperto en ese tema, la verdad, hizó todo lo que pudo por calmarse con Mihwak sentado fuera esperando a que Perona llegase con ropa limpia, unos supresores normales y quizá algún consejo o ayuda.
 
 
 
 
Mihwak se había movido al salón con la mano sobre la frente, empezaba a dolerle la cabeza seriamente y necesitaba una pastilla. Agradeció a todos los dioses cuando Perona entró seguida de Thomas con una pequeña bolsa deportiva llena de ropa y unos supresores normales.
 
 
 
 
-Ha sido derrepente, estaba en el baño y cuando saqué la cabeza del agua lo supe.- Perona le dejó la bolsa  en el suelo y al poco de darle las pastillas prefirió marcharse. Toda la casa tenía una esencia algo pesada y no quería que la cosa se pusiese más incómoda. Veía a Mihwak bastante alterado.
 
 
 
 
-No te preocupes, supuse que podría llegar a pasar...Ten cuidado.- Mihwak asintió en silencio y la chica se marchó con una sonrisa tranquila en el rostro.
 
 
 
 
 
-¿Quiere que prepare algo de comer? Si el señorito se relaja seguro que estará hambriento...- Mihwak asintió en silencio y antes de que Thomas saliese del salón le detuvo un segundo preguntando por la visita de antes.- Era el Sr.Vista, imagino que quería hablar sobre su agenda...
 
 
 
 
-Es raro que no llamé antes...-Thomas asintió y se marchó. Mihwak soltó un largo suspiro por su boca y se levantó para recoger la bolsa e ir hacía su habitación. Cuanto más se acercaba a la puerta más le costaba seguir adelante. El celo de Zoro era intenso y las ganas inmensas de reclamarlo golpeban todo su cuerpo, pero sabía que debía controlarse y apoyar al Omega. Tragó saliva y abrió la puerta asomando su cabeza para apretar su mandíbula con tanta fuerza que juró escuchar un pequeño crack.
 
 
 
 
Zoro seguía tumbado en la cama de Mihwak, quería mantener la mente despejada para intenar calmar la sensación abrasadora que recorría todo su cuerpo, pero no pensó lo difícil que sería aquello estando rodeado de la esencía del Alfa. Pequeñas gotas de sudor bajaban por sus brazos y su espalda, las sábanas se habían enredado entre sus piernas de nuevo  y estaba hecho un amasijo de lloriqueos y suplicas al aire hasta que escuchó como la puerta se abría y el aire se le escpaba de los pulmones.
 
 
 
 
-Por favor...
 
 
 
 
-Zoro tengo los supresores...No podemos hacer nada.- Zoro le miró angustiado, de alguna manera consiguió asentir con la cabeza y MIhwak se adentró por completo en la habitación. Por mucho que la ventana estuviese abierta olía demasiado fuerte y las feromonas del chico habían empapado la habitación. Se centró como pudo y dejó la bolsa en el suelo nuevamente, sacó el supresor de su bata y tras sentarse en el borde de la cama acarició la nuca de Zoro.
 
 
 
 
 
Zoro respondió de forma inmediata, jadeando cuando los dedos de Mihwak jugaron con su pelo, sintiendo aquel cosquilleo sobre su pecho. Rió por lo bajo y con la mano algo temblorosa se tragó la pastilla y cerró los ojos. Tardaría un rato en hacer efecto, pero al menos tener a Mihwak tan cerca lo mantenía relajado. El dolor de su cuerpo no se había ido y aún quería que el Alfa lo tocase, pero cuando lo vió marchar se sintió sólo y asustado. 
 
 
 
 
 
-Ven aquí...- Mihwak se subió por completo en la cama, abrió sus piernas cuando se apoyó sobre las almohadas y cuando tuvo a Zoro apoyado sobre su pecho lo rodeo con los brazos. El chico ardía bastante por lo que tuvo que deshacerse más o menos de su bata y escuchó al otro gemir cuando se tocaron piel contra piel.- Tranquilo...- Mihwak susurraba mientras le acariciaba la cabeza hasta que el chico se quedó dormido y Mihwak suspiró rendido. Aquello había sido difícil.
 
 
 
 
 
Zoro abrió los ojos media hora después, su cuerpo aún estaba caliente pero no tenía ni punto de comparación. Su cabeza ya no zumbaba del mismo modo y podía pensar claramente. Ronroneó un poco al sentir aire sobre su cabeza, Mihwak dormía detrás suyo y solo pudo morderse los labios algo avergonzado. Sabía que había pasado. El pelinegro notó a Zoro temblar un poco entre sus brazos y afianzó el agarre.
 
 
 
 
-Está bien...No pasa nada...- Habló bajito y Zoro asintió lentamente. Su estómago gruñó de forma ruidosa y Mihwak sonrió.- Te traeré comida
 
 
 
 
-No...No te vayas...Por favor.- Zoro agacho la cabeza, el bochorno que tenía encima era enorme, pero estar en aquella posición lo hacía sentir seguro. - Dame unos minutos...
 
 
 
 
-No me moveré.- Zoro se revolvió y cerró los ojos disfrutando el abdomen duro y bien formado de Mihwak donde estaba apoyado. Mihwak se dió cuenta de lo que el muchacho estaba haciendo y le dejó seguir mientras se entretenía con un mechón de pelo. Debía procurar no ponerse muy duro o sería complicado salir del momento. -¿Estás mejor?
 
 
 
 
-Me duele.- Mihwak le acarició debajo de la oreja.- Pero es soportable. Puedo pensar.- Zoro giró un poco el cuello para que el Alfa siguiese moviendo el dedo índice por una de sus venas.
 
 
 
 
-Perona te ha traido ropa
 
 
 
 
-¿Puedo ponerme la tuya...?- Mihwak iba a tener una erección.
 
 
 
 
 
-S-si...- Durante el celo algunos Omegas cambiaban un poco su actitutd y para sopresa de Mihwak, Zoro parecía una persona algo más infantil, la verdad es que no sabía como describirlo, pero si estaba bien le daba igual.- Thomas preparó mucha comida para ti.- Escuchó la risa del Omega y relajó su cuerpo. Por el momento todo parecía bien.
 
 
 
 
-¿Pudes ir a por ella?- Zoro se alejó con un puchero y Mihwak se acercó para besarle con cariño.
 
 
 
 
-Voy
 
 
 
 
Mihwak volvió con una bandeja cargada de cosas y se sentó de nuevo en la cama mientras el pozo infinito que era Zoro tragaba y tragaba. Precioso. Cuando terminó Zoro se rascó un brazo y siseo entre dientes mientras rebotaba algo incómodo sobre sus talones. Mihwak se fue para dejar la bandeja en la cocina y cuando volvió el Omega se había encerrado en el baño y al escuchar el agua del grifo empezó a sacar algo de ropa que Zoro pudiese vestir en casa.
 
 
 
 
El resto de la tarde Zoro estuvo paseandose por su habitación con una camisa azul eléctrico que cubría hasta la mitad de sus muslos y unos calzoncillos rosas que Perona le había traido. Mihwak iba perdiendo la cordura poco a poco. O Zoro no era del todo consciente de sus acciones, o el cambio que tenía el chico durante el celo era extremo. Mihwak lloriqueó sobre una pared y Thomas le dio una palmada en el hombro.
 
 
 
 
-Lo está haciendo bien Señor...Ahora solo debe aguantar un par de días más.- Mihwak miró su erección que empezaba a crecer de nuevo y bufó para no perder los nervios. Quizá si tocaba el violín un rato se relajaba. Que tu pareja entrase en celo era difícil para ambos. Mihwak sabía que no podía llegar y tener sexo con Zoro así sin más y mucho menos si el muchacho estaba en celo, debía tener cuidado por la salud mental de Zoro, pero tampoco es como si fuese a ser fácil para él.
 
 
 
 
-Necesito una copa de vino...
 
Notas finales:

Pobre Mihwak, más que una copa necesita un copazo ajajajaj

Bueno, vamos a tener un capítulo siguiente interesante y veré si no tardo mucho en subirlo. Nos vemos :D


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