Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Entre las cuerdas de tu violín por kiba25

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

He vueltooo jjajaj, no quería haber tardado tanto pero puff, he estado hasta arriba.

 

Disfruten

 
Zoro andaba de un lado a otro de la casa y Perona lo miraba con un tic nervioso en la ceja ya que estaba empezando a ponerla un poquito nerviosa también a ella, pero debía decir que no se lo estaba pasando mal, ver al peliverde así de nervioso era gracioso. Cogió aire por la nariz y frunció el ceño, otra vez.
 
 
 
-Zoro, maldita sea, huele a flores por toda la maldita casa.- Zoro se giró a verla con una sonrisa estúpida en la cara y se acarició la nariz.
 
 
 
-L-Lo siento...No me doy cuenta y...-Perona intentó aguantarse la risa, pero es que era imposible. Había pasado una semana desde que, bueno, Zoro y Mihwak se reconieron como pareja y aunque el peliverde todavía no lidiaba bien con ello se le notaba diferente, más feliz y la pelirrosa, a regañadientes lo aceptaba. Lo miro volver a pasearse de un lado a otro y dejo caer la cabeza negando en el proceso.
 
 
 
 
-Vaya tela...
 
 
 
Zoro estaba nervioso, llevaba toda la semana que no paraba quieto, no era capaz, desde que Mihwak se despidió de él la semana pasada algo había cambiado en él. Le faltaban justo 4 días para empezar los examenes y Tashigi había estado ayudándole y lo llevaba todo como la seda y hoy iba a ver al pelinegro, quien le había prometido que cuando tuviese un hueco libre iría a verle, no lo reconocía del todo, pero, estaba emocionado. Se metió en su cuarto y abrió el armario, lo miró unos segundos y avergonzado fue en busca de la chica.
 
 
 
 
-Perona...Necesito tu ayuda...- La chica sonrió socarrona y llena de orgullo se levantó del sofá y se metió en la habitación del peliverde y empezó a sacar ropa.
 
 
 
-¿A dónde vaís?
 
 
 
-No lo sé...Igual ni vamos a algún sitio...- Zoro bajó un poco la cabeza y Perona rodó los ojos. Mihwak estuvo toda la semana hablando con el pelirrojo y con la chica de vez en cuando para ver que tal iba el Omega y que comiese bien, igual se había vuelto un poco paranóico, pero era su pareja y estaba igual de nervioso que el peliverde. Viendo como las manecillas del reloj se movían con suma lentitud Zoro empezaba a morderse los nudillos.
 
 
 
-¿Te quieres calmar de una vez? Me agobias, estúpido.- El timbre sonó y al Omega le entró el miedo en el cuerpo, no quería abrir, estaba preparado para huir, por suerte, Perona estaba al lado de la puerta y la abrió sin miramientos de forma que el peliverde no pudiese detenerla.Mihwak estaba fuera de la puerta parpadeando lentamente y cuando asomó la cabeza Zoro se puso como un tomate ¿Qué mierdas? Mihwak iba demasiado guapo, demasiado arreglado...El Alfa era indrescriptible. Mihwak se había decantado por una camisa cuyo color era muy parecido al vino, conjuntada con unos pantalones negros ajustados y unos zapatos del mismo color que brillaban de lo limpio que estaban. Pidiendo permiso se adentró en la casa y la pelirrosa se fue a su cuarto riéndose por el camino.
 
 
 
 
-Hola...-Al Omega le temblaba la voz, inconscientemente buscaba el olor del Alfa y sintió un cosquilleo en el cuerpo. Mihwak sonrió levemente y se acercó al peliverde para encerrarlo en un abrazo y disfrutar aquel contacto.
 
 
 
-Me alegra verte con más energia.- Zoro sonrió y se rascó el puente de la nariz.- He pensado que podríamos ir a comer ¿te parece?- El Omega asintió y el Alfa, algo serio como siempre sonrió.- ¿Estás listo?- Zoro asintió y pasó por su lado un segundo para buscar sus zapatillas. Mihwak aprovecho y con la mirada recorrió el cuerpo del chico, si, en efecto se veía mucho mejor y eso lo calmaba. El Omega salió de su cuarto y después de que ambos se calzasen, se marcharón, despidíendose Zoro a gritos de la pelirrosa. Bajaron las escaleras hombro por hombro y fue Mihwak quién decidió iniciar la conversación.
 
 
 
-¿Cuándo dices que tienes los examenes?
 
 
 
-En cuatro días, no me preocupan demasiado, los llevo bien pero no puedo evitar ponerme nervioso.- Ante eso, Mihwak se acercó y con una mano le acarició la cabeza con suma lentitud, el Omega cerró los ojos y suspiro, se sentía renovado...
 
 
 
-Podrás con ellos.
 
 
 
Mihwak se adelantó y el Omega le siguió con una tonta sonrisa en la cara, al salir del portal a Zoro se le fue la mandíbula al darse cuenta de un lamborghini negro aparcado en frente de su puerta...Mihwak se sacó una llave del bolsillo y cuando lo encendió el Omega lo miró con las cejas levantadas.
 
 
 
-¿E-es tuyo...?- Mihwak asintió impasible, como si fuese algo muy normal en el mundo y el Omega se rascó la nuca.- Wuoh...
 
 
 
-Soy músico pero tengo otras aficiones
 
 
 
-¿Los coches de lujo son una afición?
 
 
 
-`Puede que sí ¿Cuáles son tus aficiones?
 
 
 
-El Kendo, el Sake y dormir.- Cuando el Alfa escuchó Kendo infló su pecho y el Omega lo miró curioso.- ¿Prácticas Kendo...?
 
 
 
-Podría barrer el suelo contigo.- El Omega recordó como había parado su puñetazo hace unas semanas y frunciendo el ceño, se acercó al Alfa y levantó su cabeza para mirarlo seriamente.
 
 
 
-Intentalo.- El Alfa lo miró desde arriba disfrutando de los cm que le sacaba al chico y algo socarrón, lo cual no era muy normal le abrió la puerta del coche y lo invitó a entrar.
 
 
 
-Un día de estos.- El Omega entró en el coche e intentó por todos los medios posibles no parecer un chiquillo entusiasmado pero ese coche era impresionante y Mihwak al volante...El Omega notó su cuerpo caliente y se mordió el labio con fuerza. El Alfa miró hacia delante y procuró esperar a que el otro se calmase un poco, durante aquella semana había tenido la oportunidad de quedar con Perona para hablar, necesitaba saber más, conocer la historia del Omega y al enterarse se sintió abrumado, ahora entendía el enfrentamiento que tenía ese jóven consigo mismo y no era fácil, pero Mihwak quería estar ahí para él, su cuerpo se lo exigía y aunque el lo sabía, lucharía, primero para conseguir que el omega estuviese bien, que se quisiese asi mismo y poder empezar a plantar los cimientos de algo nuevo y duradero...El resto del viaje se baso en conversaciones triviales, algunas preguntas queriendo conocerse más hasta que el Alfa aparcó en una esquina y el Omega asomó la cabeza fuera de la ventanilla.
 
 
 
-¿Iremos a comer ahí?- Mihwak asintió mientras subía la ventanilla y salía del coche, el Omega le salió.- Nunca he estado, pero mis hermanas me han hablado muy bien de él...
 
 
 
-Conozco a Kuina.- Zoro se giró con el ceño fruncido.- De Kendo, estuve en su Dojo un día.
 
 
 
-¿Qué? Nunca me ha dicho nada.- El Alfa se encogió de hombros y se rió al ver lo molesto que andaba el peliverde por lo que se acercó y lo empujó levemente por la espalda para que empezase a andar y así pudiesen entrar a comer. Quería que antes de los examenes tuviese un tiempo de relax y poder pasar algo de tiempo juntos. La comida fue de lo más agradable, el Omega pudo esplayarse contando sobre su vida, aunque reservado al principio se permitió soltarse y contar cosas que en verdad le daban verguenza.
 
 
 
-¿Entonces montaste una rabieta por no querer ir a uno de mis conciertos?
 
 
 
-Te pica que no me guste la música ¿verdad?- Mihwak rodó los ojos tras darle un sorbo a su copa de vino y el Omega rió suavemente.
 
 
 
-Cuando te lo pregunté en casa de Shanks te enfadaste...
 
 
 
-En realidad el motivo porque la odio es algo absurdo...-Zoro miró al techo y negó con la cabeza.- Se me da tan mal que una vez en clase, cuando era pequeño andaban repartiendo diferentes instrumentos y me dieron un maldito triángulo...Me sentí insultado.- Mihwak parpadeó varias veces algo impresionado, quería soltar una carcajada pero él no era así y mucho menos en público por lo que tan solo dejo la copa en la mesa y miró al Omega.- No es solo por eso, creo que es algo que viene de la relación que tengo con mi padre...A él le encanta y eso...-El Alfa asintió y se removió incomdo en la silla, odiaba a ese hombre y no lo conocía.- En cambio, a mi madre le encantas.- Mihwak observó como el rostro del chico había cambiado por completo y sus ojos tenían un brillo especial por lo que escuchó en silencio como hablaba de aquella mujer sin parar. En resumen, una velada tranquila y que ambos les había venido bien. Mihwak aparcó el coche y se bajó con el Omega para acompañarlo, lo haría hasta la puerta.
 
 
 
-Gracias...Lo de hoy ha estado genial.- Al Alfa asintió con la cabeza con su semblante serio, quería cortejarlo como se merece. El Omega algo incomodo se rascó el puente de la nariz por la intensa mirada que le daba el pelinegro y mordiendose los labios, se estiró un segundo y tras dejar un corto beso en su mejilla, cerca de los labios le cerró la puerta en la cara.- ¡Te veo cuando acabe los examenes!
 
 
 
Mihwak se quedó mirando la puerta soprendido y lo que le sacó de aquel mundo fue la estridante carcajada que había soltado el pelirrojo, lo había visto todo desde las escaleras y venía agarrandose el estomago por lo que Mihwak le dedicó una mirada llena de odio. Shanks no podía dejar de reirse.
 
 
 
-¿Puedes parar de reirte de mi?
 
 
 
-No, la verdad...Te ha cerrado, por poco más y te da en toda la cara.- Volvió a reirse y el Alfa quería estrangularlo ahí mismo, es decir, no le molestaba lo que el Omega había hecho pero debía decir que para sus 43 años había sido doloros e incluso algo humillante, pues no tenían 16 años y aún así el pelirrojo empezó a relatarle los fracasos amoros que había tenido sobre su juventud. Si pudiese, lo mataba pero si lo hacía se quedaba sin amigos. Dejó escapar una buena cantidad de aire por la boca y el pelirrojo dejo de reirse.- Ya que estás tan guapo vamos a tomar algo...
 
 
 
 
-Vale
 
 
 
Ambos se fueron y Zoro se dejó caer en el sofá mientras jugaba con sus dedos, ¿qué había hecho? Se rascó la nuca nervioso y suspiro yendo a la cocina para ponerse un vaso de agua, Perona no estaba, había salido, lo sabía por la nota en la nevera por lo que empezó a pensar en todo la mañana que había compartido con el Alfa, había estado bien, Mihwak era una buena persona, muy seria pero con sentimientos. El problema era él y sus propios sentimientos, después de tantas disputas con su padre Zoro había dejado de sentirse capaz de que alguien lo fuese a querer, a lo largo de su adolescencia había mantendido alguna que otra relación pero todas fueron cortas y pasajeras, ninguna con un Alfa y todo esto le daba miedo, se sentía de menos ante cualquier Omega, el claro ejemplo era Ace, en el fondo le tenía algo de envidia...Lo veía y se frustraba, a él lo amaban, Marco le miraba como si solo él estuviese en el mundo y era fascinante, para cualquier cosa, incluso la mayor tontería del mundo Marco estaba allí. Bajó la cabeza un poco apagado y se acarició el brazo recordando cuando, de forma inconsciente había llamado al pelinegro...Había sentido cosas que nunca había conocido y quería volver a tenerlas, quería con fuerza sentir algo por el pelinegro que no le dictase su condición Omega aunque fuese una ayuda pero solo pensar en eso lo abrumaba demasiado.
 
 
 
Cogió su móvil un segundo y tecleando con rápidez le contó a su madre quien contestó al segundo super emocionada, quedó con ella para verla cuando acabasen los examenes y miró el calendario, mañana por la noche trabajaba y después llegaba lo importante por lo que debía coger fuerzas, también debía ir a ver a sus hermanas para calmar un poco más la cosa y probablemente quedar con Sanji y Nami, sabía que ya habían vuelto del viaje que se habían dado y los echaba de menos, después de todo la chica era al igual que Perona una buena amiga de la infancia y el rubio, bueno, un estúpido cocinero pero que era la pareja de la chica y había que quererlo, no quedaba otra.
 
 
 
Perona llegó pasada una hora cargada de bolsas con telas y cosas suyas y el Omega ayudó a colocarlo todo mientras alegremente le contaba como había ido. La pelirrosa estaba feliz, veía a su amigo mucho mejor y aunque había mucho trabajo por delante y muchas piedras por quitar, tenía la esperanza de ver algo nuevo...Sonrió al ver al Omega sonrojarse y hacerse pequeño, para el carácter horrible que tenía en general verlo así era gracioso, le recordaba mucho a cuando era un mocoso con el pelo largo que se sonrojaba cada dos por tres e inflaba los mofletes molesto pero que luego te saltaba encima para gruñirte y hacerte cualquier broma de mal gusto. Perona se sentía calmada.
 
 
 
El resto del día el Omega se lo paso encerrado estudiando en su habitación mientras le pelirrosa cosía muñecos en el salón. Por la noche como solían hacer cenaron juntos y tras ver un rato la tele y entablar una conversación trivial cada uno se fue a descansar. Zoro tenía pensado entrenar un poco mañana para sacar el estrés de su cuerpo y Kuina lo esperaría con ansias por lo que procuró dormir cual gato gordo e ir a la mañana siguiente listo para ser él el que barriese el suelo con su hermana. No fue exactamente como lo había planeado pero se podría decir que el combate de aquel día había quedado en empate y el peliverde estaba satisfecho por lo que se fue con su hermana a tomar algo y volvió a casa para dormir un buen rato ya que aquella noche trabajaba en el pub.
Notas finales:

Se que el capítulo ha sido algo corto, quiero hacerlos más largos y no tardar tanto por lo que iran mejorando y eso, bueno, han entrado 3 personajes nuevos y las cosas empiezan a moverse, despacito pero lo hacen asi que nada, en menos de una semana estaré de vuelta

Un saludo y gracias.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).