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Entre las cuerdas de tu violín por kiba25

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Notas del capitulo:

Bu! I´m back jajaja y prontito, la verdad pero es que terminé el capítulo hace poco y de verdad tenía ganas de subirlo porque el motor arranca ahora, bueno, no digo más...Aqui os lo dejo :D

Mihwak siguió andando hasta detenerse de golpe y que el Omega chocase contra él algo soprendido por lo que movió la cabeza para mirar al Alfa quien había cerrado los ojos de golpe y se sujetaba el puente de la nariz.
 
 
 
-¿Estás bien?
 
 
 
-No sé como decir esto sin que te rias de mi.- Zoro frunció el ceño curioso y  escuchó como el otro soltaba un fuerte suspiro.- He venido sin coche.- El Omega parecía no entender y Mihwak sisio enfadado consigo mismo.- Vine corriendo...- Zoro parpadeo y procuro morderse los labios, estaba ahogando la risa en su garganta cuando Mihwak colocó ambas manos en su propia cintura mirando al cielo resignado por lo que se apartó la mano de la boca y soltó una risa.
 
 
 
-Podemos ir andando
 
 
 
-Por favor, vivo a dos horas de aqui.- Al Omega se le desencajó la mandibula y Mihwak apartó la mirada mientras cogía su móvil sabiendo que sería mucho peor. Tecleo con velocidad y esperó a que el otro contestase la llamada.- Shanks...
 
 
 
-¿Necesitas un chofer?- Miwhak gruñó tras escuchar la carcajada del pelirrojo y apretó los puños.
 
 
 
-Podemos coger un taxi...- Mihwak interrumpió al Omega con la mano, ni muerto pedía un taxi.
 
 
 
-Shanks, maldita sea, mueve tu culo y trae mi coche.
 
 
 
-Que si, que ya voy...Estaba saliendo de casa.- Colgó y Mihwak mantuvo la calma bajo la mirada graciosa de Zoro, por lo que levantado la cabeza le miro y cerró los ojos supirando de nuevo.
 
 
 
-Lo siento
 
 
 
-Esto ha sido divertido.- Mihwak levantó ambas cejas y sonrió cuando el Omega se dejo acariciar la nuca. Aquel gesto se estaba volviendo algo típico para ambos, siempre salía tan natural.- Dicen que yo soy un peligro con la moto, pero ¿Ese pelirrojo en tu Lamborghini? Me sorprende que dejes que alguien lo conduzca...- Zoro miro la expresión de espanto del Alfa y ahora si que no pudo aguantarse la risa. A Mihwak le entraron ganas de llorar por lo que apoyó su cabeza en el hombro del menor y Zoro se la acarció mientras seguía riéndose.- No le pasará nada...Al coche, claro.- Mihwak hizó un ruido extraño.
 
 
 
Pasado un rato su lamborghini se asomó por la calle y se paró en frente de ellos, Shanks iba dentro con una sonrisa de oreja a oreja y Mihwak le fulminó con la mirada.
 
 
 
-Tardaste demasiado
 
 
 
-¿Creías que no aprovecharía la oportunidad?- Shanks sonrió cuando el Alfa se acercaba para matarlo pero Zoro se puso en medio dipuesto a agradecer el favor.- Ya sabía yo que Zoro era un buen chico
 
 
 
-Shanks...-Había un tono asesino en aquella forma de decir su nombre y rodó los ojos bajándose del coche y dandóle las llaves al dueño que las arrebató con rapidez.
 
 
 
-¿Al menos me llevarás a casa?
 
 
 
-Pienso tirarte de una patada cuando lleguemos.- Zoro parpadeo curioso y Shanks soltó una carcajada dando una palmada en la espalda del pelinegro.
 
 
 
-Ese es mi MIhi.- El Omega frunció el ceño levemente y se sentó de copiloto, dejando de aquella forma a Shanks en el asiento de atrás con un puchero en la cara.- Yo quería ir delante...
 
 
 
Tras dejar al pelirrojo en su casa Mihwak volvió a arrancar con algo de fuerza para ponerse en marcha. Zoro giró la cabeza y clavo la mirada en la ventanilla, debía decir que estaba algo nervioso. Mihwak le miró un par de veces de reojo y giró el volante.
 
 
 
-Si estás nervioso podemos ir a otro sitio, creo que me precipité invitándote a mi casa.- El Omega se sorprendió un poco y bajando la cabeza negó lentamente.
 
 
 
-Quiero ir...- Era cierto, algo se removió en su interior cuando Mihwak se lo propuso, le hacía feliz. Mihwak sonrió antes la respuesta y se detuvo frente a una puerta de rejas. 
 
 
 
-¿Puedes bajar y pulsar el botón? Me deje el mando.- Zoro asinitó y bajo del coche, pulsó el botón y en un segundo ya estaba sentado otra vez.
 
 
 
-¿Otra de tus aficiones son las mansiones?-Mihwak soltó una risa algo fuerte y el Omega sonrió.
 
 
 
-Ni siquiera es una mansión, solo que mi jardin es muy grande.- Zoro hizo una 0 con la boca, claramente burlandose del Alfa quien tan solo rodó los ojos. Aparcó en su sitio y tras bajar se dirigió a la puerta, para abrirsela al Omega. Zoro se sonrojó y paso por su lado con los mofletes inflados. Mihwak adoraba esa parte del jóven.
 
 
 
Caminaron juntos y la puerta se abrió dejando ver a un señor algo mayor, vestido de negro y con guantes, un mayordomo. Zoro le dedció una mirada al Alfa, estaba claro que significaba ¨Acepta que esto es una mansión¨ pero Mihwak le ignoró.
 
 
 
-Buenas señor, me preocupe cuando salió está mañana corriendo asi sin más.
 
 
 
-Lo siento, tenía un compromiso.- El mayordomo se apartó y dejo que ambos hombres pasasen a la casa.- Él es Zoro, un invitado importante, por favor, tratele como a mi.- El hombre sintió solemnemente y a Zoro se le quedo una cara de estúpido digna de admiración.
 
 
 
-¿Qué van a querer comer?
 
 
 
-La verdad es que iba a cocinar yo.- El mayordomo se quedó algo estático y Zoro intuyó que aquello no solía suceder, por un segundo se sintió especial y sonrió escondiendo un poco su cara.
 
 
 
-Si necesitan algo estaré en la sala de atrás.- Mihwak asintió con la cabeza y un segundo después se quedaron solos por lo que Zoro, algo altanero se giró hacía el Alfa.
 
 
 
-Vives en una misión
 
 
 
-Viviré donde quiera.- Zoro sonrió con arrogancia y Mihwak se dió por vencido.- ¿Qué quieres comer?
 
 
 
-Cualquier cosa está bien, puedo ayudarte si quieres
 
 
 
-No hace falta, quiero que te sientas como en casa.- Zoro sonrió y fueron a la cocina.
 
 
 
-Demasiado grande.- Mihwak le miró a él y luego a su cocina encogiéndose de hombros.
 
 
 
-¿si?
 
 
 
-Es del tamaño de mi salón.- Mihwak se encogió de hombros otra vez  y empezó a sacar cosas de la nevera.
 
 
 
-Creo que haré un risoto ¿te gusta?- El Omega asintió, la verdad es que le importaba un pimiento el alimento en si, el quería ver a Mihwak cocinando para él, era lo único que le interesaba. Pasado un rato Mihwak se lavó las manos con un trapo y giró la cabeza hacía el Omega.- ¿Crees que podrías ayudarme un segundo?
 
 
 
-¿Qué tengo que hacer?
 
 
 
 
-Solo necesito que partas eso, por favor.- Zoro sonrió y tras lavarse las manos, pidió un cuchillo y segundos después se puso a ello bajo la atenta mirada de Mihwak, quien admiraba en silencio como Zoro movía los brazos, lo bien que le quedaban aquellos pendientes, el ligero movimiento de su cadera y todo en general. Sin ser muy consciente se colocó detras del Omega y le rodeo con los brazos, dejando su cabeza reposar en el hombro del menor, cerrando los ojos al aspirar con fuerza aquel olor que lo hacía más fuerte. Zoro tembló, no esperaba aquello y tardo varios segundos en que sus manos dejasen de temblar, tartamudeo alguna estúpidez y cuando sintió el cálido aliento del Alfa sobre su nuca suspiro.
 
 
 
-Mihwak...
 
 
 
-Lo siento...Tuve la necesidad de hacerlo...- El Alfa se apartó y Zoro se mordió los labios molesto consigo mismo. Todavía no habían aclarado nada, bueno, más bien Zoro no sabía si había que aclarar algo, tenía demasiadas dudas en su cabeza, no del Alfa, sino más bien suyas propias.Cerró los ojos y dejó el cuchillo para coger algo de fuerza.
 
 
 
 
-Yo...-Mihwak esperó paciente a que hablase y Zoro se rascó la nuca.- Desde que me enteré de mi condición, lo único que he oído es que soy un Omega defectuoso. Me siento como tal.- Mihwak parpadeo seriamente, el Omega aún le estaba dando la espalda y cuando fue a girarle, Zoro negó con la cabeza.- No tengo un carácter sumiso, en realidad, mi actitud es pésima...-Soltó una risa amarga y Mihwak frunció el ceño.- Entreno tanto para evitar que se note, pero por mucho que me esfuerze o gane músculo, nunca es suficiente, mi piel es suave y huele bien...Mi cadera es fina, gusta entre los Alfas, lo sé, me he dado cuenta y siento asco.- El Alfa abrió los ojos ante tal declaración y quiso abrazarlo, pero sintió que no era el momento.- Es absurdo, siento asco por hacer todo lo que hago y luego tengo envidia del resto de Omegas...Creo que estoy roto.- Zoro sonrió con amargura y Mihwak no soportó más, lo giró con algo de fuerza y lo envolivó en un abrazo. Zoro lo respondió por inecia y al notar el olor dulce que emanaba el Alfa empezó a llorar.- No sé que debería sentir, como actuar ante tí...Me siento abrumado, a veces quiero abrazarte y otras huír ¿Qué debería hacer? ¿Por qué soy así? Yo solo quiero...
 
 
 
 
-Quieres a alguien que te ame como eres...-Zoro lloró más fuerte y Mihwak hizó más presión en el abrazo ¿Cómo alguien tan jóven tenía tanto dolor dentro? El Alfa cerró los ojos y le acarció la nuca en muestra de cariño.- Ya está bien...No te preocupes...- Pasados unos segundos el Omega dejó de llorar y se apartó con suavidad.
 
 
 
 
-Lo siento...He estropeado el momento.- Mihwak curvó el labio hacia arriba y negó con la cabeza. Le tomó de la mano y le arrastró fuera de la cocina.- ¿Y la comida?
 
 
 
-Le pediré a Thomas que encarge algo, puedo cocinar para ti en otro momento.- Mihwak fue un segundo en busca de su mayordomo y volvió trotando, no quería dejar solo a Zoro ni por un segundo.- Ya está, no te preocupes.- Zoro se mordió los labios y el Alfa le acarició la nuca.- Ven, vamos a sentarnos y te relajas.
 
 
 
 
Fueron al salón y el Omega intentó despejar su mente. Suspiró cuando apoyó la espalda en el sofá y cerró los ojos un segundo. Mihwak apareció con un vaso de agua y se lo ofreció con una sonrisa.
 
 
 
 
-Gracias
 
 
 
 
-El combate estuvo increible. Tienes una habilidad muy buena. Kuina no mentía.- El Omega parpadeo algo curioso pero terminó sonriendo con algo de dulzura. Mihwak se sentó a su lado y apretó la mandíbula.- Zoro...
 
 
 
 
-Dime.- Mihwak le miró algo más serio y entralazo sus dedos con lentitud.
 
 
 
 
-¿Puedo saber de tus relaciones?- Zoro abrió algo la boca y pasados un segundos al ver que el Alfa iba a disculparse negó con la cabeza y accedió a contarle.
 
 
 
 
-Digamos que han sido todas un desastre. En el instituto tuve algunos rollos, lo normal...-Mihwak prestó mucha atención y acariciaba la rodilla del Omega haciendo círculos con los dedos.- Hubo una vez que unos Alfas de unos cursos mayores quisieron algo, les rechaze y no les sentó muy bien, pero por suerte Perona siempre estaba conmigo y me ayudaba...- Zoro puso una mueca de impotencia.- Odié mi cuerpo por verme sometido ante una simple voz.- Su voz estaba llena de apresión y Mihwak sintió algo removerse en su cuerpo.- No podía hacer nada, si intentaba negarme me intimidaban, cuando conseguían que me estuviese quieto yo decía una cosa y mi cuerpo otra, era frustrante...Fue asqueroso...-Mihwak se quedo pálido durante un segundo, ¿aquello estaba tomando el camino que él creía?
 
 
 
 
-¿Zoro...Te forzarón a...?- El Omega cerró los ojos asqueado y Mihwak soltó el aire de golpe seguido de un gruñido grueso.
 
 
 
 
-Fue después de mi primer celo...Me vino por sorpresa, a la salida de clase y...
 
 
 
 
-No digas más.- Zoro se giró a mirarle y trago saliva al ver la expresión rota del pelinegro. Mihwak estaba cerca de dejar escapar una lágrima.- Lo siento...- Zoro no entendió y se dejó abrazar. Parpadeo en silencio y aspiró aquel olor con fuerza.
 
 
 
 
-Mihwak...- El Alfa movió la cabeza como respuesta y Zoro tragó saliva.- ¿Crees que podría dormir aquí?- Mihwak abrió los ojos y cortó el abrazo para sujetar los hombros del Omega.
 
 
 
 
-Sólo si tú quieres
 
 
 
 
-Quiero
 
 
 
 
-Bien. Si cambias de opinión hazmelo saber.- Zoro sonrió y Mihwak imitó su gesto.- ¿Puedo decirte algo?
 
 
 
 
-Si
 
 
 
 
-Zoro, quiero que seas mi pareja, por encima de estos lazos, quiero que me veas con los mismos ojos que yo a ti ahora mismo, que te sientas seguro a mi lado. Quiero que puedas confiar en mi. Es cierto, soy un Alfa, pero tú me importas más. Quiero que seas tú mismo y que te quieras.- Zoro le miró algo abrumado, una sensación cálida le recorría todo el cuerpo y su glándula Omega, localizada debajo de la nuca ardió con fuerza. Su nariz se llenó de Mihwak y su cabeza solo podía pensar en una cosa...Necesitaba aquellas palabras, quería oír algo con fuerza.
 
 
 
 
-Roronoa Zoro...Te quiero.- Zoro ahogó un gemido en su garganta y asintió con la cabeza
 
 
 
-¿Me esperarás?
 
 
 
 
-Estaré aquí cuando estés preparado
 
 
 
 
-¿Lo prometes?
 
 
 
 
-Lo juro por linaje y por nuestro vínculo.- El Omega volvió agachar la cabeza y Mihwak se la levantó con cuidado para darle un casto y dulce beso frente. Zoro cerró los ojos en el acto y suspiró.Aquello se sentía genial...
 
 
 
 
-Gracias...
 
 
 
 
Cuando llegó la noche el Omega siguió algo silencioso al Alfa hasta su cuarto, subieron unas escaleras y Zoro prestó atención a la decoración algo antigua de la casa, según él era algo que a Mihwak le pegaba bastante, procuró no tropezarse andando ya que iba algo distraido y cuando se dió cuenta Mihwak ya no estaba delante suya.
 
 
 
 
-¿Mihwak...? ¿Se ha perdido en su propia casa?- Arrugó la frente y resopló mirando para todos los lados. Un minuto después, Mihwak lo cogió del pescuezo y le miro extrañado.
 
 
 
 
-¿A dónde ibas?
 
 
 
 
-Te perdiste
 
 
 
 
-Querrás decir que tú te perdiste.- Un tono de reproche se notaba en aquellas palabras y Zoro le miro mal.
 
 
 
 
-Tú casa es enorme.- El Alfa levantó una ceja y resignándose le tomó de la muñeca y le guió el resto del camino. Abrió una puerta y mojándose los labios dejó que Zoro fuese el primero en pasar. El Omega quedó mudo al ver dicha habitación, era simple pero emanaba belleza, tenía un aire vintage que al peliverde le gustó. Caminó al rededor del cuarto y se sorprendió con la cantidad de libros de una estantería y en la otra, un violín, pulcramente colocado. Mihwak atravesó el lugar y abrió un armario.
 
 
 
-¿Quieres que te deje algo?- Zoro se sonrojó y agacho la cabeza.
 
 
 
 
-En realidad...- Mihwak preguntó con la mirada y el Omega se rascó el puente de la nariz.- No sé como decir esto...
 
 
 
 
-¿Quieres dormir sin ropa?- Zoro levantó la cabeza y abrió los ojos con fuerza.Estaba como un tomate.
 
 
 
-Yo...
 
 
 
 
-Por mi bien, no me gusta dormir con mucha ropa
 
 
 
 
-En mi casa te pusiste mi camiseta
 
 
 
 
 
-Fue por educación y olía a ti...- El Omega sintió su cuerpo temblar y su pelo erizarse. Cuando quiso darse cuenta, el Alfa había empezado a desabotonar su camisa y su mandíbula fue al suelo. Quiso darse la vuelta o al menos, que la tierra se le tragase. Mihwak tenía la piel particularmente pálida y se resaltaba más si se comparaba con su tono moreno natural. Que orgulloso se sentía. Mihwak sonrió por lo bajo mientras le miraba de reojo y lentamente fue bajando la camisa por sus hombros hasta colgarla en aquel perchero que tenía al lado. Zoro sentía como la boca se le hacía agua al ver dicho espectáculo. Con algo de valentía se dió la vuelta, dando la espalda al Alfa y empezó a subirse la camiseta que llevaba con parsimonia. Mihwak sintió un coletazo en sus partes bajas cuando clavó la vista en la parte más baja de la espalda de aquel chico. Se escuchó un gruñido bajo por la habitación y Zoro sonrió arrogante mientras seguía subiendo la camiseta hasta sacarla de su cuello, hacerla una bola y tirarla hecha una bola a alguna parte. Puso ambas manos en su cintura y se giró. Mihwak se quedó sin aire, aquel chico era hermoso pero...
 
 
 
 
-¿Y esa cicatriz...?- Zoro agachó la cabeza y surcó aquella marca que ocupaba gran parte de su cuerpo.
 
 
 
 
-Fue un accidente, hace ya unos años.- Mihwak se acercó con varios pasos y con la mirada pidió permiso. La acarició con suavidad y el Omega siseo ante el tacto de aquellos dedos que dejaban fuego allá por donde pasaban.- No duele...
 
 
 
 
-Eres hermoso...- Zoro sonrió sin creerlo del todo y le sujetó la muñeca llevando aquella mano hasta su nuca cerrando los ojos cuando Mihwak envolvió los dedos en su pelo. Mihwak le arrastró lo que quedaba para llegar a la cama y fueron al colchón juntos, envueltos en un abrazo se dejaron caer y Zoro se rió cuando las sábanas acariciaron su espalda, eran muy sauves. Mihwak rodó por el colchón y ambos se libraron de sus propios pantalones con una nueva y extraña competición por ver quien lo hacía más increible. Mihwak ahogó una risa, la ropa interior de Zoro era rosa y la suya negra.
 
 
 
 
-El rosa te sienta bien
 
 
 
 
-Si bueno, con está piel morena cualquier cosa queda genial.- Mihwak le arqueó una ceja y Zoro sintió peligro cuando el Alfa se acercó con las manos por delante, era como si se lo fuese a comer.
 
 
 
 
-Ven aquí, anda...- Mihwak le envolvió con sus brazos y Zoro se preguntó mentalmente desde cuando el Alfa era tan grande. Debajo de las sábanas busco el pecho del mayor y cerró los ojos sintiendose seguro y en calma.- Buenas noches, halcón...
 
 
 
 
A Zoro le gustó el apodo y se encogió un poco más rozando el pecho pálido con sus labios.
 
 
 
 
-Buenas noches...Mihwak...
Notas finales:

Wuaaaah más cositas del pasado, vaya. algo duras pero bueno, ya se irá desarollando todo. Espero que os haya gustado mucho y nada, en poco os veo :D


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