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Entre las cuerdas de tu violín por kiba25

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Notas del capitulo:

Madre madre madre que ya estoy aquí otra vez jajaja, soy como una plaga, nah mentira, demasiado tiempo libre pero es bueno para vosotros.

Aquí traigo el primer capítulo, algo divertido para calmar un poco el ambiente y para ir conociendo más a fondo a Zoro, bueno, espero que lo disfruten :D

 
Zoró volvió a casa sin ningún altercado, llegó algo cansado pero por suerte las noches que trabajaba, le dejaban dos días libres. Suspiró mientras abría la puerta con sumo cuidado y antes de entrar la puerta de Shanks se abrió y Mihwak salió de ella con otra ropa diferente a la de hace un par de horas y el Omega tragó duro deseando ser tragado por la tierra.
 
 
 
-Buenos días.- Zoro dudó que hacer y le devolvió el saludo, el Alfa pasó por su lado sin ni siquiera mirarlo y se detuvo un segundo.- Adiós.- Siguió andando y el Omega parpadeó varias veces. Se sentía un completo idiota por lo que terminó de entrar en casa, se quitó los zapatos y en silencio se encerró en su habitación, tenía sueño. Varias horas después abrió los ojos y gruño levemente, su móvil estaba sonando por lo que estiró el brazo palpando sobre la mesilla hasta dar con dicho aparato del diablo y contestar sin mirar, gran error.
 
 
 
-¡Burro!- Zoro se apartó el móvil con cara de espanto y se golpeo mentalmente por no mirar antes, era Kuina y si la colgaba sabía que su hermana entraría en casa cual geo para destriparlo.
 
 
 
-Ho-Hola...
 
 
 
-¿¡Cómo que hola!? ¡Mueve el culo, te quiero en el dojo en 20 minutos!
 
 
 
-¡¿Qu...-No terminó, su hermana mayor colgó y al Omega tan solo le quedó resignarse y llorar entre las sábanas, tenía que ir. Miró el reloj y lloró aún más al ver que eran las 10, eso quería decir que tan solo había dormido unas 6 horas. Se levantó, se dió una corta ducha y al ver que Perona seguía durmiendo dejó como siempre una nota en la nevera y salió. 
 
 
 
Al llegar al Dojo suspiró soltando una buena cantidad de aire y entró bostezando. No había demasiada gente pero escuchó gritos de dolor desde una de las salas de entrenamiento y adivinó que su hermana estaba allí. Efectivamente, asomó la cabeza por la puerta y observo como su hermana derrotaba sobradamente a un chaval que sería de su edad o algo más pequeño. Sintió lástima e hizó un mohín. Kuina era un verdadero monstruo.
 
 
 
-Ya estoy aquí.- Kuina se giró hacia el Omega y sonrió con dulzura, dejó la espada en su sitio y camino en su dirección, al llegar le dio un abrazo y lo olisqueo de manera rápida.
 
 
 
-¿Ha pasado algo?- El Omega le miró curiosa y Kuina, como solía hacer volvió a acercarse demasiado, olvidando respetar su espacio personal y lo olió de nuevo, solo que más profundamente.- No sé, hueles diferente...Pero parece algo bueno...- Zoro frunció el ceño y soltó un reproche con la mirada.
 
 
 
-¿Qué te he dicho sobre olerme? Tashigi nunca hace eso.- Kuina se encogió de hombros y volvió al centro, cogió una espada y se la lanzó a su hermano, nada más cogerla el Omega, la Alfa ya se había colocado en guardía y retado con la mirada. Los pocos presentes empezaron a murmurar entre ellos, Zoro era muy bueno pero Kuina lo vencía la mayoría de las veces, siempre disputándose el puesto número uno y una pelea entre ambos era algo raro de ver pues solo podía significar dos cosas, o estaban en una competición profesional o necesitaban el apoyo del otro para ganar un duelo futuro. El silencio se instaló en el Dojo y el duelo entre ambos dio inicio. 
 
 
 
Al terminar Zoro se encontraba en el suelo quejándose mientras Kuina se reía en voz alta, esta vez lo había utilizado como escoba para barrer el polvo.
 
 
 
-Eso te pasa por saltarte los entrenamientos,burro.
 
 
 
-¡Maldita bruja, tengo los examenes a la vuelta de la esquina!- Kuina le miró y negó con la cabeza.
 
 
 
-Un cabeza de chorlito como tú no sabe lo que es eso.- Zoró grunó mostrando los dientes, su hermana siempre que podía se metía con él pero un pique sano, a veces. Apretó los puños y giró la cabeza ignorandola hasta que alguién le puso una botella fría en la mejilla y le dio un pequeño susto.
 
 
 
-Tashigi...No sabía que estabas aquí.- Zoro parpadeo en silencio, ambas hermanas se llevaban bien pero...De vez cuando salían chispas de los ojos de ambas cuando se veían, cosas de gemelas suponía.
 
 
 
-He venido a ver a Zoro.- Con una sonrisa volvió a ofrecerle la botella y kuina endureció la mirada cuando el Omega la tomo y sonrió cerrando un poco los ojos, un gesto muy típico en el peliverde.- Pensé que igual necesitarías algo de ayuda con los examenes y tengo unos días libres.
 
 
 
-No voy a mentir, voy algo pillado...- Se rascó la nuca algo avergonzado y Tashigi rió con suavidad, en ese aspecto era muy parecida a su madre aunque ambas tenían el cabello oscuro del padre, Tashigi era más delicada que Kuina.
 
 
 
-Lo sabía, te ayudaré, no te precoupes.
 
 
 
-Gracias.- kuina bufó algo molesta y siguió entrenando con la espada mientras los otros dos hermanos se sentaban en un banco para hablar un rato.
 
 
 
-¿Irás la comida familiar, verdad?- Zoro bajó la mirada y se mordió el labio.- Sé que no te apetece, pero a mamá le agradará verte...
 
 
 
-Lo sé...Yo también quiero verla, pero...- Levantó la cabeza y clavando la mirada en el techo soltó una bocanada de aire.- No quiero enfrentarme a padre.- Tashigi torció los labios haciendo un mohín y le cogió una mano para acariciarlo.
 
 
 
-Sigue siendo tu padre...
 
 
 
-Ese viejo solo me ve como un peón para sus negocios...Todos lo sabemos...Pará el soy un trozo de carne...- Kuina golpeó tan fuerte que rompió la espada y ambos hermanos se giraron a mirarla con los ojos bien abiertos.
 
 
 
-¡Olvida todo eso ahora mismo!- Kuina se acercó a su hermano pequeño y le dedicó una mirada furiosa.- ¡Tú eres mucho más que eso, burro!- Tashigi negó con la cabeza, para ser gemelas tenían una personalidad muy chocante. Zoro se quedó algo de piedra y bajó la cabeza nuevamete.
 
 
 
-Tú no lo entiendes...
 
 
 
-¡Zoro! Por Dios, ya no eres un adolescente, tienes 21 años ¿cuál es tu problema?- Tashigi quería detener a su hermana pero cuando se ponía en ese plan no había manera...Una vez empezaba a rajar nadie podía conseguir que cerrase la boca. El Omega frunció las cejas, no le gustaba que le gritasen y mucho menos que su hermana volviese a sermonearle por lo que se levanto claramente moleto.- ¡Alto ahí! No hemos terminado de hablar.
 
 
 
-Kuina ya...Déjale, sabes que odia hablar del tema...- Kuina ignoró a su hermana y se fue tras el Omega hasta cogerle del brazo y  hacer que la enfrentase pero se detuvo de golpe al ver como Zoro tenía los ojos rojos. Tashigi suspiró, sabía que esto iba a pasar y se levantó para alcanzar a los otros dos.
 
 
 
-Zoro...Lo siento...Yo...
 
 
 
-¿¡Tú qué!? ¡Siempre haces lo mismo, una y otra vez me sermoneas sobre lo mismo!- Kuina sintió un nudo en el estómago y se mordió los labios, odiaba ser tan dura pero a veces no era consciente de sus palabras.- ¡¿Qué quieres que haga?! ¡Por dios, Padre me gritó que tan solo seviría para criar cachorros y no tener voz! ¿¡Acaso sabes lo que siento!?- Ambas hermanas se miraron entre ellas y Tashigi decidió intentar calmar la situación, se acercó al Omega y le ofreció su mano.
 
 
 
-Zoro, escucha...Nosotras estamos contigo...- El peliverde tomó la mano de su hermana y cuando le encerró en un abrazo empezó a llorar. Tashigi le pasaba la mano por la espalda y con una mirada logro que Kuina también se uniese al abrazo.
 
 
 
-Lo siento Zoro, Tashigi tiene razón...Estamos contigo y mamá también...- Zoro dejó de llorar pasados varios minutos y se separó secandose las lagrimas en el proceso. No se atrevía a levantar la mirada hasta que Tashigi le lavntó la cara con la mano y ambas hermanas le dieron una sonrisa preciosa.
 
 
 
-Ya estoy bien...- Una de las cosas que más calmaba al Omega era ver que ambas hermanas sonriesen como lo hacía su madre cuando era más pequeño y algo malo le había pasado. Los tres salieron del Dojo después de que Kuina y Zoro tomasen una ducha y viendo que el peliverde no tenía ningún mensaje de Perona, señal de que la pelirrosa seguía durmiendo, normal, era sábado y su día libre decidieron ir a tomar algo. Se sentarón en una terraza y después de pedir unos refrescos Zoro meditó varios segundos.
 
 
 
-He conocido a Dracule Mihwak.- kuina escupió la bebida y a Tashigi se la cayeron las gafas, ambas chicas golpearon la mesa con ambas manos y gritaron pidiendo explicaciones. El Omega se sintió pequeño en aquel momento y balbuceó como un pez...
 
 
 
-¡Desembucha ahora mismo!- Asintió efusivamente con la cabeza y las chicas se sentarón expectantes.
 
 
 
-Parece que es muy buen amigo de Shanks, ya sabeis, mi vecino y siempre que Perona le trae cosas raras para cocinar nos invita pues eso...Mihwak estaba ese día...- Kuina tembló de emoción y Tashigi miró de forma curiosa a su hermano pues su voz había bajado unos tonos y notó perfectamente como encogía su cuerpo.
 
 
 
-Neeh Zoro...- El Omega levantó la mirada hacia su hermana con gafas y Kuina hizó lo mismo con curiosidad, el tono de la chica era juguetón.- Ese Mihwak...¿Te llama la atención?- Zoro se puso rojo como un tomate Y kuina unió hilos en cero coma.
 
 
 
-¡Por eso tu olor me parecía diferente!- Se había vuelto a levantar pero esta vez para señalar al Omega con efusividad. Tashigi pegó un bote por el susto pero asintió con la cabeza como la sabelotodo que era.
 
 
 
-Entiendo...- Acercó su cabeza y olisqueo a su hermano, acción que claramente hizo sentir incomodo al peliverde que tan solo quería huir de las fauces de esas dos, juntas, eran un verdadero dolor de cabeza. Kuina siguió el juego a su hermana y ambos empezaron a farfullar montandose la mayor historia del mundo. A Zoro le entró un tic en la ceja y logro detenerlas tirando a cada una de un moflete hasta oirlas lloriquear para que parase. Las solto y ambas se sobaron la mejilla adoloridas.
 
 
 
-¿Qué mierdas os pasa?- Kuina lo miró inflando sus moflestes y el Omega rodó los ojos.
 
 
 
-Me mentiste...- Zoro negó con la cabeza.
 
 
 
-¿Acaso me contaís vosotras vuestras aventuras?- Se miraron entre ambas y Tashigi se giró hacia su hermano.
 
 
 
-Anoche tuve sexo.
 
 
 
-¡Cállate!- Kuina soltó una fuerte carcajada contagiando a su hermana, siempre era gracioso reirse de lo puro y casto que era el peliverde. Zoro las miró entre avergonzado y molesto, odiaba esa parte de él pero no sabía como lidiar con todo aquello.- Sois horribles de verdad...- Ambas dejaron de reirse, bueno, más bien lo intentaron pero al ver el puchero del Omega la carcajada apareció por si sola. Zoro quería lanzarlas el refresco a la cara, así igual paraban de verdad.
 
 
 
-Venga, anda, no te enfades tonto.- Kuina le guiñó el ojo y Tashigi se moridó el labio algo arrepentida, se reían mucho de su hermano pequeño cuando estos temas salían a la luz.- Ahora hablando en serio ¿Ha pasado algo?- Zoro suspiro cuando Kuina le sonrió mostrando todos los dientes y apoyó la cabeza sobre la palma de su mano.
 
 
 
-No estoy seguro...Es muy extraño...- Ambas hermanas abrieron bien las orejas y Zoro las miró con algo de reproche pero siguió hablando.- Yo supe enseguida que él era un Alfa, pero creo que no sabe que soy Omega...Quiero decir, me mira con mucha dureza.- Mientras intentaba explicarse Tashigi se dio cuenta que más que un relato para ellas era Zoro intentado entender su cabeza, lo cual, le hizó mucha gracia mientras sonreía y apoyaba la cabeza en sus brazos que había cruzado sobre la mesa.- Aunque anoche hice algo vergonzoso, en el bar, trabajando y noté que se enfadaba...Pero esta mañana me miró y fue horrible, lo juro, nunca había oido un buenos días tan frio...
 
 
 
Kuina soltó una risa algo altanera y el Omega levantó la cabeza curioso.
 
 
 
-Dicen que Mihwak no tiene un repertorio de emociones muy extenso.- Zoro meditó y terminó por darla la razón aunque con algo de negación. Estaba seguro que Mihwak tenía emociones, no sabía porque pero así lo sentía.- Bueno, deberíamos irnos, espero que nos vayas informando, burro.
 
 
 
Los tres se levantaron y después de pagar cada uno fue por su lado, pero antes Tashigi y Zoro acordaron el momento para estudiar. Zoro caminó hasta su casa con las manos en los bolsillos pensando. Pensando en Dracule Mihwak.
Notas finales:

Igual me ha quedado algo corto, no sé, se me da fatal esto de medir la longitud del capítulo pero me gusta como ha quedado ya que bueno, trata un día muy cotidiano y ver a los tres hermanos juntos siempre va a ser bonito y eso jejej

¿Qué tal? ¿Les gustó? Nos vemos dentro de poco (No será mañana, lo prometo) jajaajj


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