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El Lux: Un antro para demonios, ángeles, criaturas y almas perdidas. por Sora17

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Notas del fanfic:

Pedazo de crossover. 

 

Fuentes: Lo soñé, si. 

Los capítulos seran cortitos, mas no puedo. 

Notas del capitulo:

Nuevo fic xd

El Lux, como siempre, estaba lleno de luces, música aturdidora, y una sorprendente multitud de cuerpos danzando al ritmo de alcohol, drogas y Dios sabe qué más.

 

Lucifer contemplaba todo esto con la sonrisa de placer que lo caracterizaba. Seguro que su padre estaba orgulloso de él en ese momento, tantas almas desviadas y pérdidas… Era un deleite para sus ojos.

 

—Maze, sirveme otro trago...— pidió Lucifer en cuanto se giró hacia la barra, donde su demonio favorito atendía como cada noche.

 

—Te ves de buen humor esta noche Lucifer, ¿Pasó algo?— preguntó la mujer con curiosidad, pero el pelinegro solo se encogió de hombros y esperó su trago.

 

En eso, sintió una mano en el hombro y supo de inmediato de quién se trataba.

 

—Si vuelves a tocarme así te mataré...— murmuró Lucifer girándose y dejando que aquella persona viera el destello rojizo de sus ojos.

 

—Puedes hacerlo cuando quieras….— respondió Hannibal Lecter, acercándose a Lucifer para darle un beso en la mejilla, seguido de una pequeña mordida algo sexy.

 

Lucifer no pudo evitar soltar una risa por eso.

 

—Es imposible bromear contigo, Lecter...— gruñó tomando su trago de la barra.

 

—Mazikeen, ¿Me sirves un trago por favor?— pidió Hannibal a la demonio, quién contemplaba la escena con desagrado.

 

—Sirvete solo...— replicó la mujer, lanzándole una mirada afilada a aquel humano pretencioso que no le caía nada bien.

 

—El cielo debe estar colmado de gente amable como tú Maze...— se burló el lituano al escuchar aquello.

 

Maze de inmediato sacó su cuchillo y puso la punta contra la garganta de Hannibal.

 

—Repite eso y tendrán que limpiar tu sangre de encima de la barra toda la noche...—

 

Hannibal sujetó la mano de la demonio y la alejó de él, empleando toda su fuerza para hacerlo, pero sin que se le moviera ni un rubio cabello de su cabeza.

 

—Nunca entendí cómo es posible que tengas más fuerza que un demonio...— comentó Lucifer, claramente impresionado mientras miraba en detalle como Hannibal vencía a Mazikeen.

 

—¡Maze! ¡Hannibal! ¡Basta!— gritó Will, quién apenas llegaba al Lux para beber un poco y pasarla bien aquella noche.

 

En cuanto escuchó la voz de Will, Hannibal perdió por completo la pelea y el cuchillo de Maze fue a dar contra su cuello, haciéndole un pequeño corte.

 

La demonio miró al nuevo humano que acababa de llegar, y asintió.

 

—Solo no lo mato por ti Will...— comunicó bajando el cuchillo y retirándose a limpiar algunos vasos y servir otros tragos.

 

Will suspiró y sacó un pañuelo de su bolsillo, levantó la barbilla de Hannibal y le limpió con cuidado la sangre que tenía sobre la tráquea. Aunque solo era un pequeño hilo, Will lucía preocupado mientras la limpiaba.

 

—A veces pienso que Mazikeen es más peligrosa de lo que parece...— murmuró.

 

—Descuida, la tengo bajo control...— comentó Hannibal tranquilamente, quién por dentro le agradecía a la demonio por aquella atención extra que estaba recibiendo del detective Graham.

 

—Ni siquiera yo la tengo bajo control, y eso que soy su jefe directo...— murmuró Lucifer, llevando el vaso a sus labios para darle un pequeño trago.

 

—¿Todavía no llegaron Chloe y Dan?— preguntó Will en cuanto terminó de “curar” la pequeña herida de Hannibal.

 

Chloe Decker, Daniel Espinoza y Will Graham eran compañeros y detectives en la policía de los Ángeles, desde que los tres eran oficiales de tránsito hacia años.

 

—Estarían aquí fastidiando si así fuera...— respondió Lucifer con una sonrisita algo burlona.

 

Su atención se había desviado un poco desde que había visto a ese chico de cabello castaño claro y ojos verdes, bailando por la pista con todas las mujeres que veía a su paso.

 

Se notaba que era un verdadero Casanova, pero Lucifer se había sentido atraído por él casi sin darse cuenta.

 

—Con permiso...— murmuró despidiéndose de Hannibal y Will antes de deslizarse a donde estaba aquel chico.

 

No pasaron tan siquiera cinco miserables minutos hasta que Lucifer lo abordó de manera abierta, lo que demostraba lo interesado que estaba.

 

—Hey ¿Cómo te llamas?— preguntó sonriendo mientras fichaba al chico de arriba a abajo.

 

Recibió una mirada algo rara y después una contestación entre seca e irónica.

 

—Solo le digo mi nombre a mujeres guapas, y no creo que seas una...—

 

—Oh, podría sorprenderte...— respondió Lucifer con una sonrisa muy típica.

 

—Dean Winchester ¿Y tú quién demonios eres amigo?—

 

—Lucifer Morningstar… El dueño de este lugar...—

 

—Que impresionante. ¿Por qué no me invitas unos tragos gratis? Estoy con mi hermano y un amigo…— comentó Dean con una sonrisa algo mezquina, si el dueño del Lux iba a querer ser su “amigo” , al menos podría sacar algo de ventaja de aquello.

 

—Si me pasas tu número, quizás...—

 

—Bien, anota...— dijo Dean, pensando en darle un número falso.

 

—Que sea el verdadero, muchachito, no puedes engañar al Diablo, y te llamaré en cuanto me lo des...— dijo Lucifer, casi como si pudiera adivinar lo que Dean estaba pensando.

 

El castaño se quedó perplejo por eso, pero después hizo una mueca y le dijo a Lucifer su verdadero número de teléfono.

 

Daba igual, podía tenerlo mientras estuvieran en los Ángeles con aquella misión, después de eso no volverían jamás, y su número sería desechado.

 

Lucifer cumplió su promesa e hizo sonar el teléfono de Dean en cuanto tuvo el número.

 

—Bien, veo que es el correcto...—

 

—¿Y mis bebidas gratis?— preguntó Dean, meneando un poco la cadera mientras seguía bailando con aquella chica que se le había acercado con el mismo atrevimiento que Lucifer.

—Nunca dije que eso fuera a pasar...— respondió Lucifer, soltando una risa encantadora y marchándose de allí.

 

Ya tenía el número, el resto era fácil de hacer.

 

Dean se lo quedó mirando con una mueca de incredulidad y después miró el número de Lucifer en su móvil y su llamada perdida.

 

De inmediato lo agendó con el nombre de “El Idiota”

 

Se desligó rápidamente de la chica que bailaba con él, y regresó a la mesa con su aburrido hermano y su amigo Castiel.

 

—¿Y bien? ¿Algo interesante?— preguntó Sam al ver la expresión en los ojos de su hermano, quién estaba completamente colgado pensando en Lucifer.

 

—¿Qué? No...—

 

—¿No conseguiste nada de información sobre los campistas desaparecidos?—

 

—No, aquí nadie sabe nada… Y eso que es el bar más grande de la ciudad.—

 

—El Wendigo está cerca… lo presiento...— comentó Castiel seriamente, interrumpiendo la conversación de los dos hermanos Winchester.

 

—Pues no vamos a tardar mucho en dar con él, eso es seguro...— murmuró Dean mientras vigilaba con la mirada a Lucifer, quién se encontraba en la barra otra vez, rodeado de sus amigos.

--------------

 

—¿De quién se trata esta vez?— preguntó Hannibal después de que llegaron Chloe y Dan y se fueron a la pista a bailar con Will.

 

—¿Ya estás celoso?— bromeó Lucifer mientras bebía un poco en compañía de su psiquiatra.

 

—Como si eso pudiera pasar...— Lecter giró los ojos al escuchar a Lucifer, y tambíen le dio un trago a su bebida tras soltar un largo suspiro.

—No te quejabas antes, cuando te pagaba las terapias con sexo…— Lucifer sonrió encantado al recordar aquello, pero Hannibal hizo una mueca.

 

—¿Me lo vas a recordar hasta que me muera?—

 

—Y aún después...—

 

—Eres un asco, Morningstar...— Hannibal rió levemente y se terminó su vaso de un trago.

 

—Voy a ver si puedo acostarme con Will esta noche...— comunicó antes de irse hacia la pista.

—Suerte campeón…— respondió Lucifer, dándole una palmada en el trasero a su amigo.

 

Debía admitir que su vida en Los Ángeles cada vez le gustaba más y más.

 

Desde que había llegado allí hacía cinco años, había conocido amigos y gente que de verdad le caía bien.

 

La detective Decker por ejemplo, la brillante mujer y mamá de Trixie, quién se había convertido en una de sus mejores amigas.

 

Hannibal, su psiquiatra, y el único humano que sabía que él era REALMENTE el Diablo.

 

Dan, Will, y los demás.

 

Todo era genial y divertido cuando estaba con ellos.

 

Y mientras pensaba en todo esto, Lucifer ni siquiera se imaginaba lo mucho que iban a cambiar las cosas a raíz de su encuentro con los Winchester...

Notas finales:

Comenten si les gusto.


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