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Intoxicación por Yae

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Notas del capitulo:

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11.- Si pudiera

 

 

Las quejas de su familia sólo acrecentaron su migraña, su padre le reclamó que Naruto no cancelase la boda, arguyendo que le estaba ocultando algo. Y aunque Sasuke no le hubiese dicho nada aun, estaba seguro de que en cuanto se quedaran solos comenzaría a reprocharle.

Pero Itachi no tenía la culpa, pensó que su conversación con Naruto sería suficiente, que él cumpliría con su palabra cuando le aseguró que no lo forzaría a nada, sin embargo pudo sonreír con cinismo que no le conocía delante de un montón de gente agradeciendo su presencia e invitándolos a la boda. Fue evidente su incomodidad, su falso ánimo y sus azures ojos apagados.

Si tan sólo pudieran solucionar las cosas.

Negó algo inquieto, un piquete progresivo trepaba por su columna.

—Tendremos que apegarnos a la idea original. No vayas a intentar que cambie de opinión, Itachi, si Minato llega a sospechar algo estaríamos en problemas.

—No lo haré—, le aseguró a su padre, suspirando cansado.

—Si te sientes mal por la noche no dudes en decírmelo, he traído tus antiguos supresores —la dulce voz de su madre intentó relajarlo, ella fue a sentarse a su lado al borde la cama en la habitación de huéspedes que le asignaron junto a Sasuke —mañana hablaremos con más calma de esto, traten de dormir un poco, ha sido un día agotador para todos.

Fue su encargo antes de darle un abrazo, elegante se levantó para darle un suave beso en la frente a Sasuke, que con cara de pocos amigos no dijo nada.

—Buenas noches.

—Hablaremos en la mañana.

Fugaku le dio una última mirada severa antes de salir con Mikoto.

 

—¿Este era tu brillante plan?

—Sasuke-

—¿Querías casarte con él, no es así? Por eso mentiste con todo esto de que sería Naruto quien cancelaría todo.

Itachi resopló ante los reclamos de su hermano, con el ceño fruncido Sasuke se mantuvo de pie cerca de la puerta por donde sus padres acababan de salir.

—No mentí, Naruto me aseguró que cancelaría la boda.

—Entonces él es el mentiroso —torció los labios en algo parecido a una sonrisa —y aun así quieres seguir ocultando todo de padre y madre. Si se enteran jamás te dejarían casarte por más dinero que ese dobe y su padre tengan.

—Ahora ya no importa, seguiremos con la idea original como dijo padre y en dos años-

—¿Vas a divorciarte? Eso es demasiado optimista para ti, Itachi.

Llevó sus dedos índice y medio hacia su frente dando un quedo masaje allí, no quería ponerse a discutir con su hermano pero sus constantes interrupciones ya empezaban a exasperarlo.

—Existe un contrato prenupcial así que eso debería ser suficiente,

—¿Es que piensas cumplirlo?

—Sasuke.

Esta vez elevó la voz tan sólo un poco, llamándole en evidente tono de advertencia, su hermano podría tener motivos para estar enfadado pero eso no significaba que fuese a tragarse todas las venenosas palabras que quisiera aventarle encima.

—Lo dije —Sasuke bufó yendo hacia su cama, dejándose caer sobre la mullida superficie —si padre y madre se enteran de quien es Naruto en realidad no habrá boda.

Itachi se mordió el interior del labio inferior antes de decidirse a responder, era menester mantener el asunto solo entre ambos para evitar que el conflicto escalara a mayores.

—Bien, puedes decirles—. La sorpresa en el rostro de Sasuke le causó cierta ternura —regresaremos a casa sin la única oportunidad que tenemos de ayudar a la investigación de padre, te darás cuenta que después de esto ya no tenemos más opciones.

Hubo un silencio pesado luego de eso, Sasuke aún mantenía el ceño fruncido, mordiéndose el labio meditando probablemente el alcance de los nuevos problemas que se echarían encima con Minato enfadado por cancelarlo todo. Su hermano era bastante inteligente y quizá estaría meditando alguna solución pronta, sin embargo con parsimonia fue levantándose de nuevo para a pasos lentos ir a su lado, sentarse a pocos centímetros sin dejar de verle a los ojos.

—Tiene que haber algo mejor que esto, que quedarte atrapado en medio de esto —habló al fin ya sin el menor rastro de reproche en sus palabras, su preocupación genuina le hizo considerar alguna que otra alternativa.

—Sabemos que de momento esta es la mejor solución —sin embargo no podía darse el lujo de mandar por tierra tan buena oportunidad de ayudar a su familia, sin considerar que en su momento estuvo de acuerdo en todo ello, casarse con un desconocido para mermar el lazo sentimental y unilateral que mantenía a su lado omega sometido a sentimientos infructuosos, que solo terminarían por enfermarlo de nuevo por un corazón roto.

Pero más allá de eso, si concretaba un matrimonio con Naruto pondría su dolencia y su antídoto juntos y luego de un divorcio todo podría empeorar.

—Detesto a ese usuratonkachi —masculló fastidiado.

Itachi le sonrió y llevó sus brazos a rodearlo con afecto a pesar de que Sasuke podría apartarse en cualquier instante—, lo sé.

Fue grato que no lo hiciera.

 

 

.

 

 

La noche fue realmente incómoda, a pesar de que podía sentir en el ambiente ligera “familiaridad” le tomó demasiado conciliar el sueño, casi se la pasó rodando sobre el colchón y mandando al piso las sábanas. No podía dejar de pensar en Naruto y sus erráticas últimas acciones, que iniciaron el día en que lo dejó.

Algo sumamente importante debió sucederle hace tiempo, con sus explicaciones inconclusas poco podía imaginar, una mala experiencia o quizá algo más que lograba sumirlo en nerviosismo repentino.

De ser ese el caso fue su culpa el haber desencadenado su acción.

“Nunca he estado con un omega durante su celo”

Dijo en medio de temblores e Itachi fue demasiado confiado al no hacerlo partícipe de lo que planeaba para ambos, quizá, tan sólo quizá si hubiesen hablado de eso en su momento Naruto le habría contado sobre sus dudas. No obstante aún desconocía las razones por las cuales estaba dispuesto a casarse con un omega desconocido.

Pero no lo hablaron en su momento y cierta culpa comenzó a sentir cuando el día anterior Naruto hiciese tal esfuerzo para hilar palabras en su amago de explicación. Así que cuando su futuro “suegro” lo mandó a buscar en la madrugada no tuvo problemas para presentarse en su despacho en cuestión de minutos.

—Siento haber interrumpido tu sueño, pero necesitaba hablar contigo antes del desayuno —sonriente le ofreció la silla para que se sentara.

Itachi asintió acomodándose en el lugar indicado—, no hay problema.

—Espero hayan disfrutado la velada de anoche, los invitados quedaron maravillados con el compromiso. Al parecer tienes un encanto natural que es difícil de ignorar, si tienes alguna petición no dudes en hacérmela saber, estaré feliz de hacer más grata tu estadía aquí, puedes considerar esta como tu casa.

Las palabras de Minato se oyeron ideales pero de alguna manera no creyó poder fiarse de ellas, a juego de su afable expresión estaba seguro de que tendría sus propios planes para sacar algún tipo de provecho a este compromiso, más allá de formar parte de una investigación que estaba a punto de cerrar por falta de recursos.

—Se lo agradezco.

—No seas tan formal, puedes hablarme de tú—. Un par de pasos dio por el enorme lugar abriendo una de las tantas gavetas de la credenza dispuesta contra la pared —me gustaría hacerte un par de preguntas.

—Por supuesto.

—¿Naruto y tú ya se conocían?

Soltó la pregunta con ligereza, sin que parecía importarle, Itachi tragó pesado manteniendo la calma tanto como pudo, seguro de que de su reacción dependería que le creyeran, Minato no parecía del tipo de persona que una simple mentira pudiera convencer.

—Se me hizo conocido, es decir yo trabajaba en un café y creo haberlo visto un par de veces, solo eso.

Oh, supongo que es una casualidad que ahora ambos vayan a casarse —se mostró satisfecho con la respuesta regresando a su escritorio con algunas carpetas y pequeños estuches rectangulares—, me gustaría que ahora tratases de pasar más tiempo con él, Naruto puede ser algo despistado y torpe en ocasiones pero tiene un corazón enorme.

La sonrisa que esta vez esbozó la sintió con facilidad genuina y la tensión que sentía disminuyó sin querer.

—Lo haré, no te preocupes. También me gustaría preguntarte algo —carraspeó.

—Adelante, soy todo oídos.

—¿Solo accediste a asociarse con mi padre por esta boda?

Los azules ojos de Minato se abrieron un poco más, seguramente contrariado por su repentino cuestionamiento, demasiado directo para provenir de alguien en quien no confiaba.

—¿Fugaku no te lo dijo? Itachi, en verdad me pareces alguien ideal para mi hijo y eso me hace feliz, pero he tenido el tiempo suficiente para conocer sobre las investigaciones de tu padre y me interesan. Los supresores que se desarrollan aquí son demasiado pobres, tanto así que los alfas terminan atacando en ocasiones a los pocos omegas que quedan y eso solo provoca que la sociedad siga desestimándonos, tengo planeado ayudar a tu padre a expandir sus mercados, si podemos producir lo suficiente para exportar quizá los omegas dejen de esconderse de cualquier alfa que vean, debes saber que aquí las leyes no son iguales que en Japón… y aunque te pueda parecer injusto, no queremos que las cambien, así que estamos buscando la manera más aceptable para que podamos seguir conviviendo como deberíamos. Sin tener que huir los unos de los otros.

Le aclaró y le pareció honesto, Minato volvió a sonreírle una vez terminada su explicación, acercándole sobre la mesa una de esos pequeños estuches.

—Este dinero es para ti, espero lo aceptes, no quisiera que te quedaras encerrado hasta la boda, puedes pedirle a uno de los chóferes te lleve a donde gustes, solo que desearía que no salgas solo, la ciudad es grande y podrías extraviarte. 

 

 

.

 

 

Minato le aseguró después de su conversación que le proporcionaría un nuevo celular para utilizarlo cuanto antes y que se encargaría de los preparativos de su boda siempre y cuando Mikoto no quisiera ayudar.

Se mostraba tan complaciente que hasta le resultaba inquietante.

El desayuno fue demasiado silencioso a pesar de que ningún Namikaze se presentó, mandando tontas disculpas con el mayordomo.

Sasuke le echó miradas de reojo, casi de advertencia seguro de que los empleados podrían estar vigilando todo lo que hacían.

—Necesito hablar con Minato sobre el proyecto, estaré ausente hasta tarde. No vayan a meterse en problemas —Fugaku encargó terminado con su café—, necesitamos resolverlo todo antes de la boda.

—¿Ya fijaron una fecha? —Mikoto preguntó sin perder detalle de la tostada que untaba con mantequilla antes de darle un mordisco.

—Un mes es el estimado pero preferiría que fuera cuanto antes, Sasuke necesita regresar a clases y hay asuntos importantes que no puedo postergar, dos semanas en el mejor de los casos.

—¿Dos semanas? —Está vez Sasuke habló al unísono con su madre.

—Aún no estoy del todo seguro pero será lo mejor para todos, hablaremos más tarde —no hubo lugar a réplicas su padre se retiró dando un casto beso en la mejilla en su esposa antes de dejarlos solos.

 

Un nuevo silencio se instaló en los Uchiha restantes.

—Bueno, entonces tendré que apurarme con los preparativos, dos semanas es muy poco tiempo si queremos tener una ceremonia memorable.

—Sobre eso madre, Minato-san… — se detuvo carraspeando para corregirse, lo mejor era no utilizar títulos honoríficos —Minato me dijo que puedes hablar con él para empezar a organizarlo todo.

—Eso es estupendo, iré a hablar con él antes de que tu padre le llene la cabeza de fórmulas —sonrió ligeramente emocionada para levantarse también, pasó cerca de sus hijos antes de regalarles vagas caricias en el cabello —si sucede algo no duden en llamarme, los veré en el almuerzo.

Cuando ella también se fue la comida lució incluso más inapetente que de costumbre, Itachi jugó con su tenedor antes de dejarlo a un lado y evitar el rechinido contra el plató con huevos y jamón.

—Supongo que hablaras de nuevo con el dobe.

Asintió conteniendo la necesidad de hacerle alguna seña para que evitara aquel tipo de adjetivos, era poco probable que los sirvientes de la casa supieran japonés, aunque de igual modo resultaba incómodo que ellos le hablasen demasiado lento, como si no entendiese a la perfección el inglés.

—Es parte de todo esto, no podemos dejar que Minato sospeche algo.

—Hn, no creo que tenga tanto dinero para que podamos preocuparnos por su reacción al saber qué tipo de hijo tiene.

—Mejor no nos arriesguemos de momento, ya habrá tiempo de aclararlo todo.

—Eso espero, no soy fan de las mentiras y lo sabes —señaló terminado el jugo de naranja antes de imitar a sus padres —te veré después, necesito hacer unas llamadas.

—¿Necesitas que te ayude? 

—Por ahora no, solo… son asuntos que dejé pendientes en Japón.

Itachi resopló cuando de nuevo se quedó solo, esperaba que Sasuke no tuviese demasiados problemas.

Las sonrientes mucamas no tardaron en aparecer para empezar a recoger la vajilla cuando apartó los restos de su desayuno.

—¿Saben dónde está Naruto? —preguntó a la más joven.

—El joven Naruto… estaba en el jardín ayudando a lavar su auto.

Rodó los ojos ante la lenta explicación, así que asintiendo se levantó para salir en dirección de los jardines, tragándose el pequeño nudo en el estómago que ralentizó sus pasos.

 

 

—Creí que seguirían durmiendo pero veo que se me pasó la hora.

Un pequeño sobresalto le hizo voltear encontrándose con Naruto, vestido con pantalones de mezclilla, una camiseta blanca y secando sus rubios cabellos con una blanca toalla.

—Supongo que ya es repetitivo que sea yo quien te busque por una respuesta —se aclaró la garganta al sentir un trémulo picor recordándose sus prioridades.

—No digas eso, en verdad iba a hablar contigo… es solo que no pude dormir y me levanté para hacer algo de ejercicio. No vi la hora’ttebayo. 

Naruto suspiró dejando su cabello, dándole una imagen apreciable cuando Itachi se tomó un par de segundos para observar su abdomen aún por encima de la camiseta, se aclaró la garganta de nuevo.

—Ayer me aseguraste que cancelarías esto.

—Si… —se mordió la lengua— pero no pude hacerlo, como habría de dejarte ir si tú viniste hasta aquí, sin decirte porqué me fui de Japón. ¿Recibiste mi carta?

Sacudió la cabeza negando, consciente de que aquello debía ser una mentira.

—Se la dejé a mi casero y… ¡debí suponer que no te la daría! —se quejó revolviendo sus cabellos y presionando los dientes. Si vuelvo a verlo-

—Naruto.

Lo interrumpió deseando por una vez que dejara de darle largas al asunto, nuevamente un ligero calor se paseó por su estómago, revolviéndolo sin riesgo aparente de arcadas.

—Te lo dije… nunca pasé un celo con un omega, cuando tú te presentaste así sin decirme nada, tuve miedo. Me recordaste a una omega que se coló en mi habitación durante su celo… yo tenía trece años y ni siquiera había tenido mi primer calor… fue escalofriante.

Itachi se mantuvo expectante, hilando imágenes en su cabeza sobre aquel incidente—, ¿te forzaron? —se vio obligado a preguntar.

Naruto se removió inquieto negando con entusiasmo, sus puños se contrajeron cuando comenzó a dar pasos de un lado a otro, nuevamente el nerviosismo pareció bullir de sus poros, tan vívido que era difícil para Itachi sentirse ajeno a aquella consternación.

—No, mi padre no estaba, así que era el único alfa en casa, ella no tomaba supresores porque sus ciclos eran irregulares —explicó de corrido sin detener sus pisadas —por eso usaba un collar, cuando apareció en mi cuarto en verdad me asusté… olía tan dulce que me maree, hice un desastre pero seguía llamándome “alfa”.

Al fin algo de sentido hallo en el hecho de que Naruto reaccionara tan escandalizado cuando lo llamó alfa aquel día, pero tenía el presentimiento de que había mucho más en su aparente rechazo, su semblante repentinamente miserable se lo sugerían, como si quisiera minimizar una tragedia.

—No me gustan los omegas… —al fin se detuvo para verle a los ojos —o no me gustaban, tú fuiste el primer omega con el que tuve una relación. La primera vez que te vi creí que eras un beta y estaba bien con eso, cuando pude percibir tu aroma fue… —inhaló hondo antes de soltar una bulliciosa bocanada —lo que quería.

Hizo una pausa y dejó ver sus mejillas ligeramente enrojecidas, Itachi sintió algo de calor aglomerarse en las propias.

—No quería dejarte pero en ese momento no pensé bien las cosas y solo quise salir de ahí dattebayo.

Entonces su rechazó se debió a la negligencia de los adultos a su alrededor, con trece años Naruto era aún un niño, no era una sorpresa que reaccionara con rechazo hacia quien le provocó temor y lo asociara con cualquier omega. Ah, sí tan sólo hubieran hablado las cosas antes, nada de aquello hubiera sucedido probablemente, no debió dar por sentado que Naruto aceptaría pasar su celo juntos.

Fue irresponsable presuponer su decisión.

Jamás debió permitirse dejarse llevar por la nube entusiasta de su noviazgo, quiso darle una sorpresa, obsequiarle su inexperiencia como si aquello fuese algún privilegio que lo emocionaría, fue presuntuoso de su parte.

—Itachi.

Un punzante dolor emergió en la boca de su estómago como si los malestares no pudiesen darle tregua. Pensamientos retumbando en lo profundo de su cabeza, ya es suficiente, el también sufrió, tratando vanamente de hacerle olvidar lo terrible de aquellos meses desde su celo, la ansiedad, la tristeza qué tal vez hubieran podido ser menores con una simple llamada.

—Debí preguntarte, siento haber actuado por mi cuenta sin tu consentimiento.

Se disculpó porque era lo justo, aunque los ojos azules se abrieron demasiado al oírlo, tanto que parecieron querer salirse sus cuencas por la impresión, un espectáculo desagradable si llegaba a suceder, la boca de Naruto también siguió el mismo camino, abriéndose como si tuviese palabras atoradas ahí.

—No, no, yo tuve la culpa además —al fin lo vio rascar su nuca como hacía tiempo —hay tantas cosas que quiero decirte ahora, explicarte como es debido porqué acepté esta boda… porqué acepté casarme con alguien que no conocía, no quiero que pienses mal de mí otra vez dattebayo.

Oh, sí. La boda que ambos aceptaron sin tener las más remota idea de que sería entre ellos o al menos eso es lo que aparentaba.

Fueron los ladridos de un perro los que detuvieron su conversación, un pastor alemán se acercó corriendo, con la lengua por fuera hasta abalanzarse sobre Naruto haciéndolo caer sobre el césped, su lengua inquieta recorrió toda su cara con felicidad haciéndole reír.

—Ya, ya, te tardaste en venir —le habló alegre incorporándose como podía, sacando de su bolsillo una croqueta que le ofreció y el can no dudó en devorar.

—¿Llevas comida de perro en tus bolsillos? —no pudo evitar preguntar tratando de acercarse pero desistiendo cuando el peludo le miró fijo.

—Solo en las mañanas—, siguió acariciando a su mascota mientras terminaba con su bocadillo —no vayas a tratar mal a Itachi, si todo va bien va vivir con nosotros —le habló en tono de confidencia poco efectivo, las puntiagudas orejas se replegaron por un segundo.

Naruto entonces pudo ponerse de pie para sacudir la tierra y césped pegado a su ropa.

—Quiero que sigamos hablando pero no aquí. ¿Quieres salir conmigo un rato? —Inquirió algo avergonzado —aún tenemos mucho de qué hablar, Ita.

 

 

[...]

 

 

No quería que los números a los cuales marcaba quedaran grabados en los teléfonos de aquella casa, así que Sasuke debía buscar alguna cabina pública, maniobrar con los códigos y esperar que le contestaran pronto. Algo debía estar mal con él para retrasar tanto el conseguir el wifi en aquel lugar.

—Esperaba está llamada hace una hora —le contestaron luego de un par de timbrazos.

—Pude dejar que las esperaras todo el día, no creo que haya razón alguna para mantenernos en contacto, ya te dije anoche que no volveré a Japón pronto y no tengo quien pueda enviarte los supresores—. Sasuke contuvo un bufido, Neji se oía algo más inquieto que el día anterior, como si en verdad necesitara los inhibidores que le proporcionaba resultado de que los quitaran de la venta por problemas de abastecimiento.

Su interlocutor suspiró a la bocina haciéndole respingar sin querer.

—Lo sé, de hecho no saldré de casa hasta que pueda conseguir más supresores. No era motivo para querer hablar contigo, anoche cortaste la llamada muy pronto y…

Otro suspiró ahogado y Sasuke sintió los cabellos de su nuca crisparse.

¿Acaso ese Hyuga osaba hablar con él en medio de su precalentamiento?

—Danzo vino a mi casa, habló con mi padre y mi tío —Neji al fin continuo algo más calmado —saben que están en América consiguiendo más inversionistas.

—¿Que? 

—Él habló de nuevo sobre esa limpieza, creo que ahora sé a qué se refiere.

Sasuke rechinó sus dientes de manera inconsciente esperando que Neji terminara de explicarse, pero nuevamente la pausa se prolongó de manera irritante.

—Hyuga —le llamó, cuando las respiraciones fueron más lejanas, como si hubiera apartado el celular de su rostro, maldijo el celo de los omegas—, Neji.

Un jadeo algo más alto lo espantó, Sasuke casi cuelga en aquel instante.

Sepulcral silencio otra vez oyó, segundos exasperantes que no terminaban.

—Te… te ofrezco o una disculpa —dijo al fin, algo más ronco pero sin tonos temblorosos, no quiso imaginar lo que tuvo que hacer para llegar a ese estado —me gustaría que lo habláramos en persona, podría parecerte simple conspiración.

—A estas alturas hasta me tragaría la historia de que el conejo de pascuas confabula contra Santa Claus.

Un simple “je” fue lo siguiente que oyó.

—Hinata fue la que me dijo que los escuchó; “necesitan más omegas”.

—Más omegas —repitió con la mirada fija en el cristal de la cabina, donde podía apreciar el cielo azulado con algunas grises nubes arremolinándose, probablemente llovería más tarde. La oración inconclusa de una chiquilla espiando conversaciones adultas, no fue suficiente excusa para restarle inquietud a sus palabras, Danzo nunca fue alguien de fiar, pero si por asomo este estaba asociándose con cada uno de los antiguos socios de su padre podrían tener problemas, negocios sucios era lo único que saltaba a sus pensamientos.

Perder el estatus de ser humano.

Se recordó su tonta idea.

—¿Cuándo termina tu celo? —preguntó sin pudor ocasionando un ahogado: “¿Qué?” por parte de Neji.

—En… unos cinco días.

—Bien, te llamaré en cinco días, dudo que vayas a enterarte de algo más de momento pero puedes enviarme un mensaje si es necesario.

—Mi tío le ha propuesto a Hinata llevarla fuera de la ciudad para pasar algún tipo de vacaciones.

—¿Vacaciones? Si estamos aún en clases.

—Entenderás que tenemos motivos para preocuparnos, además… —un suave jadeó soltó sin querer —no hay mucha gente a la que pueda contarle esto.

—Está bien, regresaré en dos semanas. Hablaré con mi padre, no creo que él no sepa absolutamente nada de esto.

Con esa última oración colgó algo inquieto, si daba rienda suelta a sus teorías podía sentirse hasta como un periódico amarillista que habla de ovnis todos los días. No obstante quizá era buen momento de hablar con su padre e Itachi claramente de sus conjeturas.

De todos modos, aquellos primos Hyuga no tendrían motivos para mentirle.

¿O sí?

 

 

 

[...]

 

 

 

Notas finales:

 

Saludos, muchas gracias por el apoyo. Espero este capítulo les resulte interesante. Nos leemos en el siguiente.

 

https://www.facebook.com/Yae.01/

En Facebook suelo anunciar las actualziaciones si les resulta más cómodo.

Cuídense mucho.


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