Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Intoxicación por Yae

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

-

 

 

 

15.- Lo suficiente

 

 

 

En el preciso momento que sus dedos giraron el pomo de la puerta y dio un suave empujón para abrir lo detuvieron, la madera fue sostenida por alguien haciéndole retroceder por inercia.

Al fin vio a Itachi asomarse, casi apresurado dejando entrever su rostro solamente.

—Naruto.

—No quería molestar —algo inquieto forzó una pequeña sonrisa mientras rascaba algunos de los cabellos de su cerviz —solo quería hablar un poco dattebayo.

Su prometido pareció meditarlo unos instantes antes de esbozarle una sonrisa haciéndole repiquetear el corazón.

—Podremos hablar todo lo que quieras más tarde, ahora estoy terminando de vestirme.

Naruto suspiró encantado por su sonrisa que olvidó momentáneamente el asunto importante que lo movió hasta ahí—, no te preocupes. ¡Hablaremos después, no hay problema!

Más que emocionado lo dejó cerrar la puerta, volvió a suspirar rememorando su singular mirada, esa que le maravillaba.

Aunque sólo pudo dar unos cuantos pasos hasta que alguien lo interceptara, la mujer pelirroja se plantó en frente.

—No es momento de salir de paseo, Naruto. Mira la hora y aún no has empezado a arreglarte —su tía Mito le enseñó el reloj en su muñeca antes de tomarlo de una mano para jalarlo por los pasillos.

—Solo fui por algo de comer. ¿A dónde vamos?

—¿A dónde crees? A prepararte para tu matrimonio y cortar tu cabello, lo tienes demasiado largo para un día tan importante.

—¡¿Mi cabello?! —Se sobresaltó escandalizado haciendo amago por soltarse, era consciente de que hace bastante no visitaba a un peluquero pero no pensaba dejar la decisión en manos de su tía.

O eso intentó, Naruto se supo sentado en la silla de su habitación, en tanto Mito improvisaba con una sábana atándola alrededor de su cuello antes de tomar unas tijeras, tragó pesado cuando ella paseó el brillo del metal demasiado cerca de su cara.

—No te preocupes, solo haremos unos pequeños retoques.

Y aunque temió quedar rapado, Naruto se mostró satisfecho cuando ella terminó, como había prometido solo le quitó un par de centímetros a su cabello, dejando sus alborotadas puntas lo suficientemente largas para no sentirse incómodo. Agradeció a Mito que lo ayudase a vestirse, a atar su corbata porque estaba demasiado nervioso para hacerlo por sí solo.

—Tu prometido es un muchacho muy apuesto, no dudes en traerlo a casa cuando vengas de visita, estoy emocionada por conocerlo mejor.

—¡Claro! Itachi de seguro estará de acuerdo.

Estaba seguro, él siempre tuvo la facilidad de caerle bien a todos, Itachi solo debía sonreír para conseguir cualquier cosa que desease. Naruto se sintió por unos segundos algo tonto, quizá no debió posponer esa conversación pendiente hasta después de la boda.

Un par de toques en su puerta y su padre entró, ya vestido de rigurosa etiqueta saludó a Mito con un ligero asentimiento.

—Minato, que bueno que estás aquí. Es el momento ideal para una conversación padre-hijo antes de la ceremonia, yo los esperaré abajo, iré a revisar que todo esté en orden y que Hashirama no esté acabando con las bebidas.

Ella salió cerrando tras de sí, dejando clarísima tensión en el ambiente.

—Luces muy elegante —Minato se acercó, dejando ver que llevaba unas hojas dentro de una carpeta amarilla —necesito que firmes esto antes de que el juez esté aquí.

Naruto enarcó una ceja confundido—. ¿Qué es?

Curioso tomó las hojas que su padre no le negó, frunció el ceño al no entender de qué se trataba aquello, frases confusas releyó hasta que se fijó en el título de aquel aglomerado de palabras.

Acuerdo prenupcial, venía impreso. Contuvo la respiración sin querer.

—¿Y esto?

—Como este es un matrimonio arreglado creo que es obvio que lo más parecido a un contrato fuese elaborado. Es decir, ambos van a casarse con un desconocido —hizo una pausa— es necesario dejar algunas cosas claras para que ninguno quiera huir después de la primera noche.

Naruto sintió más pesada su respiración porque estaba seguro de que no podría darse el lujo de leer aquello las veces necesarias para entender cada punto elaborado y menos considerar si era conveniente para él e Itachi. Sus ojos se abrieron algo más al distinguir al final una firma con el nombre de “Uchiha Itachi” debajo.

—Itachi ya firmó. No te preocupes, allí no hay nada que tú y yo no hayamos hablado antes, a excepción de dos puntos —su padre se acercó aún más, señalando un lugar en específico de la primera hoja —, te comprometes a no marcarlo antes de los dos primeros años y a… no tener hijos durante ese mismo lapso de tiempo. Sé que ese detalle pueda molestarte, porque accediste a este matrimonio sólo con la finalidad de darme un par de nietos y dejar a tu esposo, pero Fugaku fue muy específico en este asunto y creo que tiene razón.

Nuevamente ligeras nauseas se arremolinaron en el estómago de Naruto, el disgusto por enterarse de aquel endemoniado acuerdo legal a minutos de su boda sólo estaba irritándolo, no es que quisiera forzar a Itachi a una marca o a tener hijos, solamente se sentía ignorado al no haber sido tomado en cuenta para algo tan importante en su vida.

—Cambia esa expresión. Pese a este acuerdo quedan cláusulas que entrarán en rigor si hubiese algún incidente que no se pueda controlar —la sonrisa en Minato le provocó agruras —no necesitas morderlo, sin embargo si llegas a embarazarlo por “accidente” solo tendré que darle una compensación económica. Así que descuida, nuestro trato sigue en pie.

Naruto inspiró hondo, oxigeno que pareció insuficiente para sus pulmones así que repitió su acción un par de veces más. ¿Acaso su padre estaba insinuando algo más?

Por primera vez deseó ser más inteligente, leer entre líneas, porque se sintió incapaz de comprender si se refería a un accidente real o a que saboteara a Itachi hasta embarazarlo. Sonrió irónico haciendo temblar las hojas de papel en sus manos.

—Firma —esta vez le ofreció una pluma para escribir— no habrá boda si no lo haces y la ceremonia no tarda en comenzar.

 

¿Porque Itachi no le dijo nada?

¿Lo creyó acaso tan insensible como para estar de acuerdo con algo así? Que un papel firmado decidiese cada una de sus acciones y limitaciones.

Y aunque no pareciese haber nada realmente inimaginable en aquel acuerdo, algo en el cerebro de Naruto le hacía considerar que su boda con Itachi no podía resumirse a un burdo acuerdo comercial, como si estuviese comprando un artículo de aparador.

—Firma, a menos que no desees casarte.

 

[...]

 

 

La expresión en Shisui cambió ligeramente en el instante que Naruto hablase tras la puerta, seguro de que no tardaría en abrir sin esperar una respuesta, Itachi se movió a prisa para evitar que entrara y viera a su primo. No, no estaba haciendo nada que pudiese malinterpretarse, no obstante sin saber por qué no quería que Naruto llegase a ver a Shisui en aquel instante.

Sostuvo la puerta con fuerza antes de asomarse por el pequeño espacio que permitió.

—Naruto —habló lo más calmado que pudo, guardándose cualquier gesto que pudiese delatar su incomodidad.

—No quería molestar, sólo quería hablar un poco dattebayo.

Era evidente el interés de Naruto para entrar, Itachi se mordió la lengua antes de sonreírle elaborando una sencilla excusa, que evitaría que el otro insistiese en esa conversación que lo trajo a su puerta en lugar de aguardarlo en el “altar”.

Tuvo que mantener el gesto en sus labios hasta que Naruto se alejase ligeramente sonrojado.

Suspiró quedito antes de cerrar.

—No entiendo porque no lo dejaste entrar, yo me hubiese ido para que pudiesen hablar.

Shisui lo observó a detalle, sin haberse movido ni un poco de su lugar.

—No lo sé, supongo que quería terminar nuestra conversación primero.

—¿Es que aún hay algo que pueda decir que evite esto? Ya me dijiste que él te gusta, deduzco que lo suficiente como para aceptar un compromiso de por vida.

—Suenas celoso.

Dijo sin pensar realmente, el revoltijo en su estómago se mantenía allí y la presencia de Shisui junto a su aroma no estaba ayudando.

—Lo estoy, pero ese hecho no cambiará nada.

Itachi se mordió el interior del labio inferior al oírlo, no es que fuera una revelación que nunca imaginara, convivir tanto tiempo con Shisui hace años hacia qué sentimientos más allá de los fraternos no fueran impensables, admitía haber estado interesado en su primo pero la cadena de sucesos que acontecieron entre ambos lo convencieron de que dejar atrás lo que creyó un enamoramiento platónico y unilateral.

Llevaban años sin verse de todos modos.

—¿Estas esperando que te lo confiese? 

—Shisui-

—Lo último que quiero es que te sientas incómodo a mi lado —esta vez su primo se movió, dando el par de pasos que faltaban para que quedasen frente a frente de nuevo—. Si esta boda es lo que deseas no haré nada que interfiera en ella y aunque no confíes en mí, sabes que siempre podrás contar conmigo.

Itachi asintió, inquieto por la fija mirada de su primo seguro de que no le mentía. Su respiración se detuvo cuando la mano de su familiar se elevó hasta su rostro sin llegar a tocar su piel, limitándose a acomodar su cabello tras su oreja en un gesto delicado acompañado de su entristecida sonrisa. Sus labios se abrieron con intención de hablar pero Shisui se mantuvo en silencio, sin despedirse se apartó saliendo al fin de la habitación.

 

 

.

 

 

Contrario a lo que todos pensarán, nunca tuvo mucha suerte en sus escasas relaciones de pareja. Recuerda que después de que su primo se fuese se mantuvo alejado de cualquiera que demostrase remotamente un interés romántico en él, confusos sentimientos y memorias frescas fueron los principales motivos. Y aunque Itachi era bastante hábil para adivinar cuando alguien sentía ligero gusto hacia su persona, la mayoría de sus admiradores no sobrevivieron a la secundaria, porque después de que su segundo género fuese de dominio público una invisible barrera parecía repeler a cualquier posible candidato.

Fue en su primer año de universidad que en verdad se interesó por alguien nuevamente; ella tenía su edad, era una muchacha muy hermosa ante sus ojos, de suaves facciones y cabello claro solía acompañarlo la mayor parte del tiempo. Comenzaron a salir un día que ella se lo pidió, con los mofletes sonrojados confesó sus sentimientos, Itachi no tuvo problema en aceptar, unas cuantas salidas en las que no pasaron de un par de besos culminaron cuando ella supo que él era un omega, porque a pesar de que en la universidad era más sencillo ocultar ese detalle junto a los supresores, algunas actividades hacían forzosamente pública esa información.

“Lo siento, creí que eras un beta. Mi padre fue a prisión por culpa de un omega… perdimos nuestra casa y… ya no puedo salir contigo.”

Y aunque se sintió entristecido aceptó la decisión de la muchacha.

No podía ayudarla a cambiar de opinión si ella no lo deseaba.

Sus generosas onzas de orgullo no le permitieron insistir, el tiempo entonces pasó y no llegó alguien que captase su atención de esa manera hasta un año después, tonto romance efímero que terminó con su pareja en la cama con otro.

¿Había algo malo en él?

Se preguntó entonces, consideró que quizá debido a que era un omega lo evitaban para ahorrarse problemas, esos mismos que ocasionaron que Shisui tuviese que irse. Su atractivo e intelecto quedaban en segundo plano cuando se enteraban que era un omega.

Hasta que conoció a Naruto.

Su sonrisa amplia y resplandeciente le ocasionó interés, su enorme buena voluntad y ánimos excesivos solían causarle curiosidad.

Así que lo intentó.

Le declaró sus intenciones y le pidió una cita, arriesgándose a un rotundo no, porque Naruto era un alfa, porque con los pocos alfas que pudo toparse lo evitaron hasta de manera violenta. Y aun así él aceptó.

Fue atento y cariñoso en cada situación, demostrando que su aroma no lo molestaba, que a pesar de jamás hablar de ello el hecho de que Itachi fuese un omega no era un impedimento. Gratificantes experiencias compartió con Naruto, tan a gusto se sintió que quiso hacerlo partícipe de su momento más íntimo.

Sin embargo fueron la seguidilla de esos eventos los que lo llevaron hasta aquel día en el que deberían casarse. Con una relación fracturada que no podía asegurar funcionase con el paso del tiempo y no podía simplemente tomarlo todo y mandarlo al diablo, Itachi estaba forzado no solo por las circunstancias, más por sus sentimientos en intentar enmendar los fallos en su único romance duradero.

Porque lo quería y Naruto le había dicho que sentía lo mismo, que deseaba compensarlo.

Y la cacofonía de saberse también responsable de aquel revoltijo desencadenado resonaba en sus tímpanos en todo momento, alborotando sus sentidos y sus instintos en incesante repetición.

 

Una respiración honda soltó cuando los aplausos lo hicieron consciente de su entorno, su breve caminata rodeado por los arreglos florales no fue suficiente para ignorar el impresionante número de pares de ojos que estaban observándolo, muchos acompañados de sonrisas que intentaban ser sinceras a excepción de su propia familia.

Sasuke y Fugaku desentonaban con el ambiente, sus expresiones serias una más que la otra. Un pinchazo de culpa lo asaltó cuando por el rabillo del ojo pudo apreciar a Shisui y su semblante algo sombrío.

Como si le debiese algo.

Itachi contuvo un suspiro cuando llegó frente al juez, esperando que Naruto también hiciese el incómodo recorrido, concentrándose en él para no salir corriendo de allí como en algún melodrama barato. Cuando al fin llegó a su lado no dudó en sostener su mano con cautela, entrelazando sus dedos con cierto nerviosismo.

Naruto le sonrió, con la misma ansiedad que Itachi sentía en aquel momento.

 

Llegado el momento de sellar la ceremonia con un beso, Itachi se sintió casi como un chiquillo que no sabe qué hacer, sintió sus mejillas arder con exageración, como si estuviese besando a Naruto por primera vez, entreabrió los ojos sin querer fijando su mirada en su “esposo”, como  un espléndido amanecer que no teme verter los rayos de sol en su rostro.

 

Aquel sentimiento no podía ser un desperdicio.

 

 

.

 

 

La fiesta que prosiguió fungió a la perfección como un sedante, aunque Itachi no fuese adepto a beber, las copas de champán y vino las recibió agradecido. Porque un desfile de familiares de Naruto se presentaron en su mesa, entonando un brindis tras otro, augurando buenos deseos y dejando regalos demasiado costosos o cheques que no se molestó en verificar.

Deseaba retirarse cuanto antes de aquella escena casi por completa llena de desconocidos, sus ojos se detuvieron en el anillo en su dedo anular, la alianza a juego a la de Naruto en reluciente dorado.

Vio a su esposo sonreír a regañadientes unos metros más allá a una mujer pelirroja y un hombre de exagerado cabello largo, Mito y Hashirama si su memoria no le fallaba. Le daban palmadas en la espalda mientras reían a carcajadas.

—¿Estás cansado?

Itachi suspiró al oír a su madre quien se sentó en la silla de al lado—, si, voy a terminar cantando delante de todos si sigo bebiendo —aclaró dándole un sorbo a su copa antes de que Mikoto le quitase suavemente la bebida.

—Demasiado alcohol hará que los supresores sean inefectivos y los necesitarás más que antes.

Asintió ligeramente apenado al entender a qué se refería.

—Tu nueva familia se ve que es muy animada. Cuando me casé con tu padre no vino mucha gente y mis padres no estaban muy de acuerdo porque soy un beta, pero fue un día maravilloso bailamos tanto que a veces no puedo creer que Fugaku ahora se apene de hacerlo.

Ella rio bajo relajándolo, Itachi también le sonrió imaginando el momento porque jamás había visto bailar a su padre y dudaba que pudiese hacerlo—. ¿Y dónde están padre y Sasuke ahora?

—Tu padre recibió una llamada de Japón, dijo que no era nada serio pero ya sabes… —carraspeó— y tu hermano fue con él, creo que quiere involucrarse del todo en los asuntos del laboratorio.

—¿Y Shisui?

La ausencia de todos los Uchiha podía malinterpretarse por Minato, un vistazo rápido a su rededor y no pudo hallarlo.

Su madre solo sonrió inclinando levemente la cabeza hacia un lado, tal vez sin estar segura de sí responderle.

—Tu primo debe estar por ahí.

Itachi asintió no muy convencido por la evidente evasiva, quizá debería hablarle a su madre sobre la pequeña conversación que tuvo con él, negó descartando su idea.

—Si necesitas hablar sobre Shisui solo dímelo o quizá sobre Naruto.

Su propio respingo lo tomó por sorpresa, algo inquieto buscó la mirada de su madre, ella aún le sonreía.

 

—¡Ya estoy agotado! 

Naruto exclamó de repente, había regresado a la mesa sosteniendo una botella que dejó a un lado antes de dejarse caer sobre una de las sillas.

—Pero si es una recepción maravillosa, todos parecen estar divirtiéndose mucho—. Mikoto le comentó sin dejar de sonreír.

—De seguro que se quedan hasta el amanecer y yo muero de cansancio —Naruto río antes de arrimarse al lado de Itachi, rascando su cerviz algo nervioso—, ¿te gusta la fiesta?

Itachi asintió sonriéndole de paso—, es algo distinta a las fiestas en Japón pero me gusta.

—No lo había pensado así —rio algo más alto —te… te ves muy bien’ttebayo.

El sonrojo en Naruto le provocó la conocida y agradable sensación de revoltijo en el estómago.

—Pensé que me dirías que me veo perfecto —soltó casi con ligereza seguro de la reacción que provocaría.

Naruto no tardó en ponerse de pie escandalizado y avergonzado, negando con las manos—. ¡Te ves perfecto, más que perfecto!

Itachi no pudo contener su pequeña carcajada—, solo bromeaba —suspiró al sentir menos tenso el ambiente, tomó la mano de su esposo para volver a sentarlo a su lado.

Mikoto los observó complacida.

—Iré a buscar a Fugaku, ustedes sigan divirtiéndose —dijo antes de despedirse y dejarlos solos en la mesa.

—Tu mamá es muy amable, es una lástima que no vayan a quedarse más tiempo aquí’ttebayo.

—Tienes razón —resopló conteniendo un bostezo —¿dónde vamos a pasar la noche? Nadie me dijo nada al respecto.

En ese instante Naruto pegó un brinco en su lugar, sonrojándose hasta las orejas—. ¿Quieres… quieres ir ahora?

 

.

 

Casi pasando de las dos de la madrugada al fin pudieron dejar la fiesta, con un montón de invitados aun festejando con la estridente música que Itachi agradeció dejar atrás, Naruto junto a un par de sirvientes los llevaron a la pequeña casa que quedaba al otro lado de la piscina, reafirmándole lo enorme del lugar.

—Si necesitas algo puedes usar el teléfono de allí, te comunicará de inmediato con la casa principal —Naruto le aclaró una vez solos en la habitación, rascando su mejilla —aunque hay de todo…. cuando era niño solía pasar bastante tiempo aquí, es más cómodo.

Itachi asintió sentándose al borde de la cama, llevando ambas manos a su cuello para sobarse y tratar de mitigar su propia fatiga.

—Voy a… voy a estar en la habitación de al lado, si me-

—¿No piensas quedarte aquí?

Le cuestionó de inmediato, porque creyó que aquel era un buen momento para hablar de todos esos temas que posponían sin una buena razón.

—Ita-

—En la mañana me dijiste que querías hablar conmigo y yo te dije que podríamos hacerlo después. Ahora es un buen después.

Le vio tragar pesado, acercarse con el cuerpo rígido hasta sentarse a su lado, en un movimiento tan pesado que Itachi se removió sin querer—. Creí que estabas cansado.

—Si solo vamos a hablar no veo porque deba influir.

Itachi sonrió cuando Naruto se llevó las manos al rostro, cubriéndose las enrojecidas mejillas.

—No estas ayudando. No, no lo haces —inspiró hondo y ruidoso antes de verle a los ojos, acunando esta vez las mejillas de Itachi entre sus palmas, acercándose demasiado.

Itachi contuvo la respiración antes de buscar el sabor a canela en el aire, desafortunadamente no halló nada. Ambos estaban usando supresores.

—Te juro que desde que te conozco mi mundo es mucho mejor, por eso no quiero presionarte a esto.

—Naruto… ¿acaso tú no te sientes presionado?

Naruto negó sin moverse, rozando sus narices con la negación, Itachi tragó pesado al sentir que el simple roce lo emocionó, un burbujeo esporádico hizo a su corazón latir demasiado rápido.

—Puede que antes… antes de saber que se trataba de ti lo sintiese como una obligación. Pero ahora aunque haya tenido que firmar ese acuerdo prenupcial yo-

—¿No estás de acuerdo? —preguntó al instante, Itachi se forzó a retroceder un poco deshaciendo el cómodo contacto. 

—No sabía que existía hasta hace unas horas, nadie me dijo nada… ni siquiera tú.

—Creí que era algo obvio —quiso ponerse de pie, acababa de ver algo de reproche en la mirada azul, sin embargo Naruto se lo impidió. Sus manos actuaron con rapidez alcanzando las de Itachi.

—Para mí no, si piensas que soy un cabeza hueca tienes razón. A veces no puedo creer que haya podido aprender dos idiomas dattebayo.

Itachi tragó pesado entendiendo a que podría referirse Naruto—, si hay algo que te moleste en el acuerdo prenupcial solo debes decírmelo.

El otro negó con entusiasmo, acercándose de nuevo respirando el mismo aire, haciendo más rápida su respiración sin esfuerzo.

—Ni siquiera pude leerlo todo… pero sé que tú sí y yo confío en ti, Itachi. Y como firmaste, eso quería decir que no había nada malo allí.

En lugar de sentirse satisfecho con la aclaración Itachi se revolvió algo inquieto—, necesito que me digas que al menos sabes de que trata.

—No puedo morderte, no vamos a tener hijos en los primeros años. Sabes que jamás te obligaría a algo así y por eso me sentí fuera de lugar cuando mi padre me habló de eso… pero luego lo pensé mejor y esos papeles cumplen un propósito. Nadie sabe que tú y yo fuimos pareja.

No, a excepción de Sasuke, Itachi jamás divulgó el asunto con nadie, y aquel acuerdo prenupcial fue elaborado antes de saber con quién se casaría, así que estaba diseñado para evitar que un alfa desconocido pudiese tener si quiera algún tipo de ventaja sobre él. Considerándolo de aquel modo no era tan sorprendente que Naruto se sintiese descolocado al saber de su existencia hace tan poco, aunque tampoco entendía las razones de Minato para ocultarle ese enorme detalle. 

—¿Es por eso que no quieres pasar la noche juntos? Porque piensas que allí también está acordado que tú y yo debemos acostarnos.

Nuevamente las mejillas de Naruto se tiñeron de rojo sin negar o afirmar nada—, mi meta es que vayamos a pasar juntos todas las noches en adelante, pero porque ambos lo queremos. Yo muero por dormir a tu lado pero-

Itachi lo interrumpió del único modo que halló en aquel momento, elevando sus manos empujó a Naruto por los hombros, tumbándolo en el colchón, acomodándose encima ligeramente enfadado porque su fuero interno estaba barajeando otro posible rechazo que intentaba descompensarlo.

—No se trata solo de tu decisión.

Respiró algo más ruidoso cuando Naruto jadeó por el impacto.

¿Es que acaso seguía sin ser suficiente?

Un silencio pesado los rodeó, observándose a detalle, Itachi fue consciente de que probablemente Naruto intentaba ver a través de su mirada, quiso cerrar los ojos cuando el nerviosismo lo invadió.

—Entonces… voy a quedarme a tu lado todas las noches. No importa que vayas a enojarte en algún momento y quieras mandarme a dormir en un sofá, no voy a irme dattebayo.

Naruto le sonrió y acarició su mejilla con suavidad, acercando sus rostros hasta poder besarlo con lentitud, casi saboreando sus labios. Itachi se sintió encantado con el contacto, su cuerpo cosquilleó cuando la lengua de Naruto alcanzó la suya, una corriente eléctrica le hizo jadear más apresurado cuando concluyeron el húmedo beso. Todo debería estar bien, ambos estaban utilizando supresores, así que no había forma de que su aroma o celo se presentasen incomodando a Naruto, recordándole malos ratos.

Mantendrían todos sus sentidos lúcidos, Itachi no pudo evitar sonreír ante aquel hecho.

—Voy a tomar esa sonrisa como un sí.

Naruto paseó sus manos por su torso, descendiendo hasta delinear las piernas de Itachi con toda diligencia, arrastrando las puntas de sus dedos con tanta parsimonia que era imposible no desear más de eso.

Itachi susurró su nombre y de nuevo fue besado.

 

 

[...]

 

 

Notas finales:

 

Saludos. Muchas gracias para los que siguen aquí.

No tengo mucho que decir respecto al capítulo, Itachi sabe que este es el mejor momento para… ya saben. Ya que así evitará que Naruto o él sucumban a sus instintos y pueda complicar las cosas por sus traumas, con la sangre llena de supresores no habrá feromonas por ahí.

En Facebook suelo anunciar las actualizaciones y subir algún mal dibujo de vez en cuando por si quieren pasarse por allí.

 https://www.facebook.com/Yae.01/?__tn__=%2Cd%2CP-R&eid=ARB7Sfce77W2w8dmrmBUtI1YC8XHROBVhzu3Hbvl_UsBqJowH4XpL7MwOjUWGXxtKfID_5aL6wDXme1g

Espero este capítulo les haya resultado interesante, nos leemos en el siguiente, cuídense mucho.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).